Capítulo 10: Perspectiva de Dos Guerreros - Fin del Juego
***
*28 de mayo del año 784*
*Universo 7 - Galaxia del Norte*
*Planeta 2429-Azul-753. Nuevo Namek*
*Atmósfera del Planeta*
*Hora de tiempo en la Tierra: 11:40 am.*
***
Habían pasado años desde que no tenía pesadillas tan frecuentes.
En la tierra apenas tenía algunas al mes, con Trunks ese número disminuyó y cuando Bra nació era raro que soñara con mi tiempo en el Ejército de Freezer, e incluso cuando lo hacía era tan nítido que no recordaba los detalles al despertar, pero desde que recuperé mis recuerdos eso cambió.
Las pesadillas volvieron con toda su fuerza, a diario recordaba alguna tortura o una golpiza y era claro que soñaría con la escena. Pero lo que más se destaco fue que en mis pesadillas incluían a Kakarotto; torturado hasta pedir la muerte, golpeado hasta ser convertido en una pulpa sangrienta o violado brutalmente hasta requerir una cámara de recuperación. No era agradable en lo absoluto, pero como siempre en mis sueños no podía detenerlo.
Suspiré.
Tardamos 6 días en llegar a Nuevo Namek. Durante todo el viaje entrenaba en la sala de gravedad solo, o en algunas ocasiones con Piccolo. Sabía que si desviaba mi mente a la tierra pensaría en las consecuencias y perdería el control. Debía mantener mi mente ocupada y fue lo más difícil.
Piccolo estuvo callado, más de lo usual. Era su primer viaje en nave espacial lejos de la tierra y se veía tenso; si era por Gohan, Dende o por qué vería de nuevo a su raza, se lo guardaba para sí mismo. Ni siquiera podía culparlo, estaba en las mismas condiciones por mis hijos.
Miré a la ventana frente a mí y fui recibido por la vista de Nuevo Namek: el planeta tenía colores verdes y azul claro, cada uno congeniando armoniosamente, incluso mostrando un degradado. Era exactamente igual al planeta original.
Estaba sentado en la silla del piloto y Piccolo en la del copiloto. Ninguno de los dos había mencionado palabra cuando llegamos a la atmósfera, demasiado metidos en nuestras cabezas.
No fue hasta el cuarto día que pude sentir el ki de Moori y el resto de Namekusei: como Kakarotto lograba sentir sus presencias hasta la tierra era una proeza. Aunque, jamás no se lo diría.
"¿Dónde sería mejor aterrizar? ¿En un lugar apartado?" Pregunté en voz alta, escuché como Piccolo se movía en su asiento.
"No importa dónde aterricemos, se van a poner a la defensiva con cualquier nave que vean. Es posible que ya se hayan dado cuenta de nuestra presencia." Buen punto, ninguno de los dos había tratado de ocultar su ki. "Será mejor encontrar en dónde está el Gran Patriarca y aterrizar ahí." asentí.
Apagué el piloto automático, lo cambié a manual y comencé a avanzar hacia el planeta a velocidad media.
Fue un poco desconcertante ver el planeta exactamente igual al anterior y sin ningún daño: la imagen que tenía mi mente era de columnas interminables de lava saliendo desde el núcleo del planeta; un cielo oscuro lleno de relámpagos y el mar haciendo olas incontrolables, todo acompañado por temblores.
Volamos por varios minutos, podía sentir el ki de Moori no muy lejos, así que viaje a esa dirección. Resultó que era en la aldea más grande y como dijo Piccolo, tan pronto estuvimos cerca un grupo de Namekuseins salió volando y se colocó en posición defensiva frente a nosotros, detuve la nave lentamente, en una muestra de que no éramos una amenaza.
Piccolo se levantó del asiento y elevó su ki, como si se tratara de una señal los Namekuseins que se habían puesto a la defensiva dejaron su posición y comenzaron a bajar lentamente hacia la aldea, cerca de la casa en dónde sentía el ki de Moori. Al mismo tiempo el resto se alejaba y dejaban un espacio lo suficientemente grande para que aterrizará la nave, a unos metros frente a la casa.
"Ya podemos bajar." Piccolo hablo. Lo mire por un momento con una ceja levantada, pero baje lentamente la nave hacia el espacio que nos habían dado.
Activé el programa de aterrizaje seguro y escuché como los motores disminuyeron su potencia y salían los soportes. Con un pequeño movimiento aterrizamos. Piccolo inmediatamente mostró su turbante y capa. Apagué la computadora de comando y caminamos juntos hacia la puerta.
"Será mejor que bajes tu primero, lo haré yo cuando sea el momento oportuno..." dije, mientras ingresaba el código de apertura.
"Eso mismo iba a decirte, Vegeta." Sonreí ligeramente, había notado su tono burlón.
La puerta se abrió, las escaleras bajaron y Piccolo salió: escuché varias voces alrededor, la mayoría de asombro e incluso de felicidad, pero nadie se acercó.
"Piccolo." Escuché la voz de un Namek. "Ha pasado tiempo." Su tono era bajo, cordial.
"Si, ha pasado un tiempo." Incluso el tono de Piccolo había bajado de su habitual tono serio. Pensé que eso solo ocurría con Gohan... "No tengo mucho tiempo. Necesito una audiencia con el Gran Patriarca."
"¿Tú? ¿O el que se esconde en la nave?" pregunto otro Namek, con tono duro. Esa era mi señal.
Baje los escalones de la nave con la mirada en alto, los Namekuseins alrededor comenzaron a murmurar y se alejaron un poco: baje de la nave y me acerque a dónde estaba el botón principal y convertí la nave en cápsula, rápidamente lo atrape en el aire y lo guarde en mi armadura.
Dirigí mi mirada hacia el grupo de 4 que custodiaban la entrada de la casa. "Ambos pedimos la audiencia." Aclare, mientras caminaba hasta quedar al lado de Piccolo.
"¿Y qué razón puedes tener tú para querer ver al Gran Patriarca?" Preguntó el Namek frente a mí, su tono era neutral, no había emoción en su rostro, pero estaba a la defensiva.
"Pedimos usar las esferas del dragón." Fui directo al grano. "Necesitamos su ayuda." ví como varios Namekusei mostraron sorpresa.
"Hay esferas en la tierra y aún están activas. ¿Para qué necesitarían las esferas de Namek?" Preguntó el Namek frente a Piccolo, tono desconfiado.
"Para lo que requerimos las esferas Shenlong no puede arreglarlo." Aclaró está vez Piccolo.
"Debe ser algo grande para que tuvieran que venir hasta aquí, Piccolo." Se escuchó una voz detrás de los 4 Namekusein, se separaron y abrieron paso a Moori, quien caminó hasta quedar frente a nosotros. Inmediatamente dos de los Namek se posicionaron detrás de él, el resto a los lados. Moori sonrió al ver a Piccolo. "Es un gusto verlos de nuevo."
"Igualmente, Gran Patriarca." Sonrió ligeramente Piccolo. Fue extraño que Moori dijera "verlos" y aún más que Piccolo no lo hubiera corregido, en cambio sonrió. "Hubiéramos preferido que fuera en mejores circunstancias."
Moori miró a Piccolo por un largo momento, su rostro pasó de una sonrisa a una mirada de preocupación en cuestión de segundos, miró entre él y yo. "¿Qué fue lo que ocurrió?"
En vez de responder, Piccolo se quitó su turbante y se arrodilló frente a Moori inclinando su cabeza ligeramente hacia el frente, el Gran Patriarca se acercó a él y colocó ambas manos en su cabeza, al instante cerraron los ojos, al mismo tiempo que la punta de sus antenas comenzó a emitir un pequeño brillo anaranjado.
Sentí la sensación de estar presenciando algo demasiado privado. Me alejé un par de pasos de Piccolo y me di media vuelta. Sentí las miradas de los guerreros Namek sobre mí, pero ellos no hicieron ningún movimiento e incluso por el rabillo del ojo ví que se relajaron por mi acción.
Piccolo había estado en contacto con los Namekusein cuando se quedaron en Corporación Cápsula, incluso ese viejo Namek bajo del templo a convivir con ellos. Lo que no sabía era el alcance de esa cercanía.
Kakarotto habló bastante de Kamisama: el tono con el que hablaba era el mismo que usaba cuando mencionaba a Roshi y Kaiosama, pero sobre todo cuando hablaba de Son Gohan, su abuelo. Le tenía respeto y lo había visto como una figura paterna.
Kamisama había sido un Namek enviado a la tierra, creció solo y en el completo exilio, esperando por mucho tiempo a la familia que prometió ir por él, pero que jamás apareció. Antes de volverse Kami, había tenido que pasar por un ritual que separó su alma en dos partes, la buena y la mala, de ahí nació el Rey Demonio Piccolo Daimaku.
Según recuerdo Kakarotto en algún punto se encontró con él y lo derrotó en combate cuando aún era un niño, pero antes de morir dio vida a su hijo: Piccolo, quien había heredado más de la raza Namek que del linaje demoníaco por el que eran conocidos los hijos de Daimaku.
Tanto Kamisama como Piccolo crecieron en la tierra, ajenos e ignorantes de que en algún planeta ellos eran parte de una raza; ignorantes de sus costumbres, raíces y cultura. Su historia es demasiado parecida a la de Kakarotto, pero una diferencia entre ellos fue que Piccolo tuvo la oportunidad de saber de su raza y lo hizo, tuvo la opción de irse al planeta que desde un inicio debió ser su hogar, pero prefirió quedarse en la tierra; pero ahora sabiendo que no era él único y que no estaba solo; en cambio Kakarotto ya no tenía un planeta al cual volver o visitar, pero incluso con eso él prefería permanecer ignorante, aún a pesar de tener a alguien que conocía sus raíces jamás preguntó; jamás le interesó y mucho menos lo aceptó, junto a sus hijos.
A pesar de eso, ellos no merecían ser marionetas... ningún saiyajin merecía ser privado de su libertad, no de nuevo.
Escuché un sonido de sorpresa. Volteé y vi que tanto Piccolo como Moori ahora tenían los ojos abiertos y se miraban fijamente, las manos de Moori bajaron hasta el mentón de Piccolo, su expresión era de tristeza. "Piccolo... de verdad lo lamento."
"No debería de lamentarlo Gran Patriarca. Era responsabilidad nuestra y de Dende, ahora estamos pagando las consecuencias."
"Kamisama creó las esferas por razones parecidas al Gran Patriarca antes que yo." Corto Moori con voz firme. "No fue culpa suya o de Dende que esto haya ocurrido, hicieron lo correcto y tomaron las medidas que creyeron necesarias. Ni yo hubiera previsto este camino." Suspiro, su expresión se volvió más triste. "Y por lo que pude ver, los que hicieron esto fueron personas que conocen desde hace mucho tiempo." Piccolo bajó un poco su mirada y asintió. Presentía que se sentía culpable por lo sucedido, el rostro de culpa de Dende fue un claro indicador, pero no creí fuera posible verlo tan vulnerable.
"Slug." Moori llamo, el Namek en cuestión era el que había estado frente a mí. "Que cada uno vaya a una Aldea y recolecten las esferas."
"Gran Patriarca. ¿Qué es lo que ocurrió?" Preguntó uno de los Namek alrededor. Todos habían escuchado las palabras de Moori y se habían preocupado.
"Han usado las esferas de la tierra de forma egoísta y corrupta." revelo el Gran Patriarca con rostro neutral, pero su tono era frío. "Los afectados fueron muchos, incluyendo a Son Goku. Shenlong no puede deshacer la magia. Vayan por las esferas." terminó y un grupo de Namekuseins se elevaron hacia el cielo y volaron a diferentes direcciones.
Dirigí de nuevo mi mirada hacia Piccolo, él aún se encontraba de rodillas y con el rostro abajo, me acerqué, sintiendo la mirada de Moori sobre mí. Puse una mano en su hombro, levantó la mirada y me miró fijamente a los ojos, veía en ellos culpa y tristeza: los mismos sentimientos que sabía se mostraban en los míos.
Le extendí una mano, él la miró, la tomó y lo ayudé a levantarse del suelo. Rápidamente volvió a colocarse su turbante y por primera vez desde que comenzó nuestro viaje pude ver qué parte de su tensión había desaparecido. Por fin miré a Moori: él me miraba con un rostro entre serio y curioso; mis emociones aún se mostraban en mis ojos y mi expresión corporal solo lo corroboraba.
"Gracias, Gran Patriarca." Le agradecí, mientras me arrodillaba, colocaba mis manos frente a mí en forma de puños, chocando y bajaba mi cabeza hasta mirar completamente al suelo.
×
"Un príncipe jamás se arrodilla ante nadie... pero si es por una razón justa, incluso un Rey puede mostrar agradecimiento..." explico el Rey Vegeta, mientras miraba su reino con una expresión tranquila, algo no muy común en él. "Somos una raza orgullosa, pero cuando alguien nos ayuda sin pedir nada a cambio, podemos al menos demostrarle el respeto y la gratitud que se ha ganado." Fue la última lección que dio. Días después el planeta Vegetta fue destruido.
×
No era la primera vez que hacía esta posición: los primeros en recibirla habían sido mi esposa y mi hijo, después de los acontecimientos de Majin Buu. Esa fue la primera costumbre saiyajin que le enseñé a Trunks, y desde ahí comencé a contarle todo sobre nuestra raza.
Escuché los sonidos de sorpresa de varios Namekusein pero ninguno susurró, ellos al menos adivinaban que significaba esta posición y la respetaban con su silencio.
"Puedes levantarte, Príncipe Vegeta." No me sorprende que supieran de mi posición, lo repetí demasiadas veces en el pasado. Pero incluso yo sabía que los Namekusein no reconocían un título sin una demostración que lo mereciera. Me levanté rápidamente. "Dende tenía razón en decirte que nosotros los Namekusein no somos una raza tonta; no nos dejamos guiar por emociones como el odio o resentimiento. Solo originan peleas innecesarias." Dijo, su expresión se volvió menos dura. "Te arriesgaste a venir aquí con la posibilidad de que pudiéramos negarnos a recibirte, incluso con la compañía de Piccolo." Advirtió, miré por un momento a Piccolo y él solamente asintió con la cabeza, volví a mirar al Gran Patriarca. "Cuando viniste la primera vez y causaste muertes en la Aldea de Tsuno, te mostraste a ti mismo como alguien sin corazón, y las acciones después de eso solo lo confirmaron... pero viniste aquí a pedir ayuda no solo por tu propia sangre, sino también por tu familia elegida." Instintivamente sentí la urgencia de negarlo, pero Piccolo había sido testigo de cómo Goten comenzó a llamarme tío y también Gohan, hace un par de años; como ese tonto de Kakarotto me daba esa sonrisa de hermandad que hace mucho no le había mostrado a Krillin; Pan en sus visitas a jugar con Bra la veía como una sobrina, había comenzado a llamarme también tío Vege, poco antes de que todo este desastre comenzará, sin olvidar que la vi algunas veces intentando copiar mis movimientos de lucha al lado de mi hija.
Incluso los vínculos que tenía con todos eran familiares, ya no de camaradería. Sin darme cuenta había comenzado a verlos como algo más, eran mi familia y como Príncipe, eran mi pequeño reino para proteger.
Y falle.
El Gran Patriarca sonrió ligeramente, como si leyera mis pensamientos. "Dende tenía razón en otra cosa: tú ya no eres el mismo de antes y eso puedo verlo claramente. Aquel que dejó una vida de asesinatos prometer volver a mancharse las manos, solo por el bien de su familia requiere valor, más con el peligro de caer en una antigua oscuridad." Me dio una mirada de advertencia. "Pero no creo que Goku lo permita."
"Eso no podemos saberlo Gran Patriarca... lo que le pasó a Kakarotto cambia a cualquiera." Declare serio. El rostro del Moori mostró dolor, pero se recuperó rápido.
"Gran Patriarca." Uno de los Namek que se fueron había regresado, llevaba consigo la esfera de 4 estrellas. "El resto están por llegar."
¥¥¥
Las siete esferas se encontraban reunidas, brillando con anticipación.
Nos alejamos un par de metros de la Aldea para invocar a Porunga. Los líderes de las aldeas habían querido asistir a la reunión tan pronto supieron que se trataba de Kakarotto: Piccolo, el Gran Patriarca y yo éramos los únicos más cerca de las esferas, el resto nos rodeó dejando un gran margen de espacio.
Moori se acercó a las esferas, levantó ambas manos y dijo en voz alta. "¡TAKKARAPTO POPORRUNGA PUPIRITTOPARO!"
El cielo de Nuevo Namek se oscureció, las esferas brillaron intensamente y de ellas emergió una columna de luz amarilla que tomó la forma de un dragón. Cuando la luz se desvaneció se pudo ver a Porunga.
"¿Cuál es tu primer deseo...?" Preguntó el dragón con voz profunda. Miro hacia nuestra dirección.
Moori dirigió su mirada a Piccolo y a mí.
"Tú pide los deseos Vegeta." Declaró Piccolo. Volteé a mirarlo pidiendo una explicación, no me dio ninguna el insecto verde, pero su rostro mostraba que no cambiaría de opinión.
"De acuerdo..." respondí.
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*28 de mayo del año 784*
*Planeta Tierra*
*Región 439 - Residencia de la Familia Son*
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Le había avisado en la noche a Gohan que haríamos algo para ir de día de campo hoy, llegó antes de que Chichi se despertara y entre él y yo hicimos una pequeña comida. Preferí no despertar a Goten, últimamente lo veía más cansado de lo habitual.
Entre los dos hicimos algunos sándwiches, cortamos fruta fresca e hicimos agua de sabor: envolvimos todo y lo guardamos en una canasta. Goten se despertó cuando buscábamos algo para poner en el césped, cuando le contamos el plan quedó encantado. Terminamos tomando un par de cobijas.
Cuando Chichi despertó yo ya estaba totalmente vestido: tenía un par de pantalones de color naranja oscuro: playera azul marino y una chamarra de piel. No me había dado tiempo para arreglar mi cabello, así que lo tenía al natural. Tomaría el consejo de mi esposa y por fin me lo cortaría: Gohan se había puesto un pans de color verde oscuro; playera morada y tenis blancos, esta vez había dejado sus anteojos: en cambio Goten se había puesto un Changsha de color verde olida con detalles naranjas; su pantalón y zapatos eran color negro.
Chichi se dirigía a la cocina para hacer el desayuno, pero la convencí de vestirse con algo cómodo antes de hacer cualquier cosa, con su mirada divertida hizo lo que pedí: ella se había puesto uno de sus kimonos sencillos de color lila y zapatos bajos; al final prefirió trenzarse el cabello. Cuando por fin entramos a la cocina nuestros hijos estaban ahí y en la mesa se podía ver la canasta de picnic.
Sin mucha sorpresa mi esposa comenzó a decir que no teníamos tiempo para salir y más excusas sin sentido, por el rabillo del ojo había visto la mirada decepcionada de Goten, así que insistí.
"Chichi has estado estresada estos días, una pequeña salida te ayudará a relajarte. Recuerda que todo lo que te afecte también le afecta al bebé." Dije, sacando el tema que a ambos nos preocupaba.
"Pero... Goku..." Intentó negarse casi desesperadamente. Ella sabía que había sacado el tema para que cediera, pero también sabía que tenía razón. Miro a Gohan en busca de apoyo, pero él estaba de mi lado.
"Si mamá, ya tenemos todo preparado, solo es cuestión de salir." Mi hijo mayor destaco.
"Es solo un picnic cariño, no estaremos por mucho tiempo fuera. Hace mucho que no hacemos nada en familia desde que Gohan se mudó, después probablemente ya no podamos reunirnos." Dije con voz decidida.
Chichi solamente suspiró, ella sabía que tenía razón, ya no podía negarse, me regaló una sonrisa y me abrazó, tal vez un poco más fuerte de lo habitual. Sin más contratiempos agarramos las cosas, salimos de la casa y entramos todos al vehículo.
Durante el viaje fue Gohan quien condujo, Goten lo acompañó en el asiento del copiloto. Yo preferí estar en la parte de atrás con mi esposa, la rodee con mi brazo y la abrace lo mejor que pude. Su embarazo se había comenzado a notar más desde la fiesta y no podía abrazarla como antes.
Gohan había sugerido un lugar en el bosque, un poco cerca del desierto lejos de la montaña. Contó que encontró el lugar hace meses por un insecto que había estado investigando y le encantó, pero no había podido regresar a visitarlo. La vista había hecho tensar a Chichi un poco, pero cuando Gohan había explicado lo del insecto ella se relajó al instante. Intenté preguntarle si algo pasaba, pero nuevamente se negó a decirlo, tenía de nuevo esa mirada perdida.
Mi hijo aterrizó el vehículo y todos salimos, yo lo transforme en cápsula y lo guarde.
Goten es quien tenía la canasta y Gohan las cobijas: ambos decidieron poner el picnic bajo la sombra de un árbol, iba a ayudarlos, pero Chichi había apretado mi brazo; la voltee a ver y su mirada estaba clavada en nuestros hijos, sus ojos llenos de cariño y dulzura.
"Ya han crecido..." dijo casi en un susurró, mientras pasaba su mano lentamente sobre su vientre. Yo coloqué mi mano sobre la de ella.
"Si, ya han crecido, pero aún le falta a esta pequeña hacerlo." Le regale una sonrisa, ella me miró y me regaló una sonrisa acuosa, rápidamente se limpió los ojos con un trapo. Últimamente había estado cambiando mucho de humor. "Oh cariño... "
"Estoy bien amor... solo..." Guardó su trapo en su bolso y suspiro, volviendo a mirar a nuestros hijos. "...estoy tan feliz, y tengo miedo de que nos quiten esto..." confesó apretando más fuerte su agarre en mi brazo. Así que eso era lo que la tenía tan tensa.
"Chichi, mírame." Le pedí, ella volvió a mirarme, su expresión era de miedo. "No nos van a quitar a nuestra familia, está bebé va nacer y la cuidaremos, la veremos crecer y convertirse en una mujer tan maravillosa como su madre." Le acaricié lentamente la mejilla, haciéndola sonreír. Eso era mejor. "Goten va a entrar a la universidad y cuando acabe será conocido como uno de los mejores abogados de Satán City: Gohan terminará sus carreras en genética y medicina y conseguirá la forma de separarnos de esa raza alienígena... el asesino de Vegeta y sus hijos se irán en pocos meses de la tierra. Ni nuestra hija, ni Pan crecerán con el miedo de que algún tipo venga con intenciones de venganza de una raza extinta. Nadie nos va a quitar esta vida Chichi." Le dije con toda la seguridad que podía reunir. Ignorando de nuevo el malestar en mi pecho que aumentó al decir esas palabras.
Mi esposa me sonrió soltando algunas lágrimas de alivio, por fin pude ver qué la tensión que cargaba desde hace días desaparecía lentamente.
"Me lo prometes Goku..." pidió en un susurró. Ella sabía que siempre cumplía mis promesas.
"Cla..." dije, pero tuve que detenerme. Me aleje de mi esposa y me lleve mis manos a la cabeza, era otra jaqueca. "Chichi..." fue lo único que pude decir, cerré los ojos con fuerza.
"Papá, ¿Qué ocurre?" Escuché vagamente la voz preocupada de Gohan.
...
..
.
"... ¿Cuál es tu primer deseo...? ..."
.
..
...
Abrí los ojos, sorprendido. La voz se escuchaba lejana, casi como un susurró, pero muy clara. No provenía de mis hijos y mucho menos de mi esposa, pero tampoco venía del exterior... venía de mi cabeza.
Mi dolor solo comenzó a aumentar más, sin poder evitarlo rechine los dientes en un intento por no gritar.
Este no era el dolor de cabeza habitual.
"Creo papá olvidó tomar sus pastillas de nuevo." Escuché a Goten decir asustado.
...
..
.
"...Tú pide los deseos Vegeta..."
.
..
...
"No pasa nada niños, por favor tráiganme agua." Chichi ordeno, estaba seguro que estaba sacando las pastillas de su bolso.
La voz en mi cabeza ahora era de ese Namek llamado Piccolo ¿Qué estaba ocurriendo?, ¿Por qué escuchaba voces en mi cabeza?, ¿Qué querían decir con deseos?
..
.
"...De acuerdo..."
.
..
Esa era la voz de Vegeta.
Me fue difícil respirar de repente, llevé una de mis manos a mi pecho en un intento para que mis latidos volvieran a su ritmo normal, sentía que mi interior estaba ardiendo. Mis piernas temblaban sin control y en cuestión de segundos caí de rodillas al suelo. Llevé mis manos a mi cabello y apreté con fuerza.
"¡PAPÁ!" Escuché gritar a uno de mis hijos. No sabía quién.
"¡GOKU! ¿¡QUÉ TE OCURRE!?" Chichi gritaba de la preocupación...
..
.
"... Deseo que todos los humanos y saiyajins de la tierra recuperen sus verdaderos recuerdos... "
.
..
"A... algo-o... e-esta... ma-al..." exclamé lo mejor que pude, el dolor era tan intenso que era difícil hablar. El ardor solo aumentó y apenas podía respirar: era como si lava me estuviera quemando de adentro hacia afuera lentamente.
"¡Goku por favor levanta la cabeza, aquí están tus pastillas!" Escuché una voz frente a mí, con esfuerzo levanté la cabeza y me encontré con la mirada asustada de Chichi, en su mano tenía 7 pastillas.
Lo mejor que pude las tome de su mano y las lleve a mi boca. Ya todo estaría bien...
.
"...Eso es muy fácil..."
.
Vi como una luz amarilla me rodeó de golpe, era tan brillante que tuve que cerrar los ojos. Vagamente escuché voces, pero no podía identificar de quienes era o de dónde provenían.
×
"El nombre de este niño es Kakarotto..." nítidamente veía a un hombre cerca, su cabello era como el mío y tenía una marca en su mejilla en forma de x. Sus ojos abiertos de asombro mientras me miraban.
×
Abrí los ojos de golpe. Esa voz, se parece a la mía.
×
"¿Es mi papá? ..." Un pequeño yo pregunto, estaba escondido detrás de su madre. Me acerque...
×
Me congele.
×
"No te preocupes, si llegara a estar equivocado yo mismo iré a recuperarlo de inmediato." Escuché a papá decirle a una mujer, yo estaba llorando, quería salir de esa esfera.
×
No escuchaba nada a mi alrededor.
×
"Si tu padre llega a cambiar de opinión, iremos por ti. ¿Oíste mi amor? ..." La mujer era linda, sus ojos eran como los míos, pero estaban llenos de lágrimas. Mamá...
×
No veía nada con mis ojos, en cambio, mi mente me mostro todo.
×
"Tío Goku, entonces... ¿Si podemos acompañarlos a entrenar con Whis?..." Preguntó Trunks con su dogy de combate ya puesto, a su lado mi hijo menor saltaba de emoción.
×
El dolor en mi pecho se fue en parte, el de cabeza también.
×
"No tienes remedio, eres muy distraído apenas te diste cuenta... ¡Claro que soy yo hijo!" exclamo mi abuelo con una sonrisa, mientras se quitaba la máscara. Comencé a llorar, él estaba aquí, no era un sueño.
×
Pero algo que no había desaparecido.
×
"Mi papá es una gran persona, que siempre me ha dado valor para seguir adelante. Gracias... Te amo, papá..." Ví a Gohan decir, mirando directamente al cielo con una sonrisa. Gracias a Kaiosama pude verlo. Sonreí un poco triste, lo voy a extrañar tanto.
×
La sensación de lava corriendo por mi cuerpo permaneció, incluso aumentó.
×
"Hermanito. ¡Cuando seas grande yo te entrenaré! Serás igual de fuerte que papá y yo..." Dijo un niño con armadura y un cabello muy largo y familiar, me miraba entre curioso y feliz.
×
Me llevé las manos al rostro y me agaché.
No, no era lava.
×
"...No desperdicies mi sacrificio, no pienso perdonarte si pierdes. ¡Adéntrate en el terreno de los dioses y usa ese poder para vencer a Jiren! ¡KAKAROTTOO! ..." Escuché el grito de Vegeta. No, no podía desperdiciar la oportunidad que me dio, la vida de nuestro universo estaba en juego. ¡NO ME IBA A RENDIR!
×
Era mi ki, había despertado....
×
"Comprende... Tampoco es bueno relajarse demasiado. Tú tienes un problema serio, y ese es exceso de confianza. No importa que tan fuerte seas. Mientras te confíes, el cuerpo se hace vulnerable..." Whis explico, mirándome directamente a los ojos.
×
Recorriendo todo mi cuerpo y pidiendo salir...
×
"Escucha, pase lo que pase tienes que sobrevivir..." dijo mi padre, me miraba con orgullo y preocupación. Puso su mano en el cristal morado y yo también.
×
Abrí la boca lentamente..
×
"¡¡KAKAROTTOOOOOOOOOO!!" Escuché el grito de mi madre, quería salir de esa esfera y abrazarla, pero algo obligó a que cerrará los ojos.
Cuando desperté, ella ya no estaba y jamás la volví a ver.
×
Y lo deje salir todo.
"¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!"
...
..
.
"...He cumplido tu primer deseó..."
.
..
...
***
0
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***
*Fin del Fuego*
***
Notas:
-El nombre/código del planeta de Nuevo Namek hace referencia a Piccolo y y Kamisama. 2429-Azul-753:
242: viene del año 242, año oficial del nacimiento de Kamisama
9 y 753: vienen del 9 de mayo del año 753, fecha de nacimiento oficial de Piccolo.
Azul: uno de los colores originales del planeta Namek.
-No sabemos mucho de la raza Namekusein a parte de la curación, telepatía, y que es la única raza que pueden crear las esferas del dragón. Lo que se vio en este capítulo de los namek no es canónico.
-Slug es el nombre del villano Namekiano que sale en la película: "Dragon Ball Z: Goku, el super saiyajiano". Para esta historia es un guerrero del planeta Namek.
-El nombre de la aldea que Vegeta ataco en su llegada al planeta Namek en la saga de Frezzer es Aldea de Tsuno, cada aldea tiene el nombre del líder que la dirige. Esta información es canónica.
-Las palabras que Moori le dice a Vegeta sobre la raza namekusein vienen directamente del manga, como se mencionó en capítulos anteriores.
-Las palabras de Moori usa para convocar a Porunga son las usadas en anime y manga de Dragon Ball Z.
-El bosque cerca del desierto que se menciona, está cerca del lugar donde Goku y Vegeta pelearon por primera vez.
-Varios de los diálogos del final fueron sacados del Anime de Dragon Ball (clásico), el Manga de Dragon Ball Super y la película de Dragon Ball Super: Broly.
-El fan art al final fue dibujada digitalmente por mí, tanto personaje como fondo. Cualquier copia que se encuentre en otro sitio será reportada.
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