El frió viento,

La noche larga.

Tantos secretos y

Mil mentiras.

Puedo escuchar

Desde mi hogar

Los lamentos tristes

E inertes de quienes

Lo han perdido todo.

Regué sus campos

Con mi sangre,

Con la esperanza

De curar un poco

Sus tristes corazones.

Lo único que conseguí

Fueron flores marchitas,

Ya sin esperanzas de

Retoñar.

Pude ver, los cadáveres andantes

Mientras el rico ríe a gusto.

Pude ver sus caras muertas

De hambre, pude ver sus ganas

De saber, mientras sus mentes

Eran recortadas.

Pude escuchar voces calladas

Promesas incumplidas

Amores secretos.

Pude ver entre los pobres

Sus ganas de vivir y entre sus niños genios sin aprender.

Entre sus ropas sucias y

Cuerpos desgastados

Aquel brillo tan especial,

Los mantenía vivos la esperanza

De un mejor hogar.

Pude distinguir entre sus verdades

Y mentiras, padecer ante su rey.

Pude ver entre la gente protestas sin concebir.

En aquel mar, corre agua roja de inocentes. Aquel lugar donde la muerte acecha.

Distinguí entre todos ellos el reflejo de mi.