The trouble with the dreams



En el Orfanato Quaestio para chicos Problemáticos las cosas marchaban de forma cotidiana, los mayores despertaban a primera hora mientras el más pequeño seguía en su sueño:
—Mierda, mierda, mierda— Jack se levantó de su cama de un salto, comenzó a negar rápidamente mientras buscaba su calzado perfectamente acomodado junto a la cama. Siempre le frustraba ser el último en despertar, pero hoy tenía cosas más importantes por las que estar preocupado; más que no haber desayunado con el resto.

Bajó las escaleras lo más rápido que pudo, logrando perder el aliento apenas entro al comedor; quedado en el marco de entrada con los brazos abiertos y levantados arriba de la cabeza. Los nervios y la corrida mañanera no habían logrado más que agitarlo, marearlo y dejarlo sin habla. Comenzó a auto señalar su pecho mientras intentaba que el aire regresara a sus pulmones, pero parecía que todos estaban más ocupados en comer.

— Déjame adivinar... ¿Pijama nuevo?— cuestionó Noah con cierta ironía mientras observaba la señalación de Jack hacia la vieja ropa de dormir rayada que llevaba puesta. Jack concentró su mirada en la larga mesa rectangular, mostrando que cada uno ya estaba en su lugar, exceptuándolo a él.
El director Chalament estaba a la cabeza de la mesa, a su izquierda estaba el lugar vacío que ocupaba el rizado, a su lado estaba Gaten, junto a él estaba Wyatt y Jaeden. Al lado de Jaeden se suponía que se encontraba su difunta hermana Mckenna. Aunque para saber si estaba la niña ahí tendría que preguntarle a Finn.
Enfrente de Mckenna estaba Noah comiendo efusivamente de su plato, a su izquierda Sophia lo observaba con una mezcla de risa y asco, claramente todavía no había notado su presencia y junto a la chica se encontraban Millie y Finn, dándose la mano bajo la mesa como si fueran dos niñitos, cosa que les daba lo mismo aunque fueran los mayores del grupo.

—Jack, ya que estas ahí ¿Me pasas una cuchara?— El mencionado no pudo evitar fruncir el ceño ¿Acaso nadie lo había escuchado gritar cual lunático en todo su trayecto?

Jaeden bufó irritado al notar como había ignorado la petición de Finn, sabía que no le permitían usar su problema a esa hora, pero parecía que nadie más iba a hacerlo. —Parece que ni siquiera se le puede confiar a Jack una simple tarea.... — exclamó Jaeden esperando que Jack escuchara el doble sentido de sus palabras.

(Larga historia)

Mientras tanto hacía un círculo con su dedo índice en el aire que se iba materializando en una línea color azul, metiendo su mano hasta el codo. La mano salió por otra circunferencia al lado de Jack, el cual observó en silencio como la mano tomaba la cuchara del segundo cajón e iba pasándose del portador a Noah, de Noah a Sophia y de ella a Millie, logrando un pasamano hasta su destino final.

—Gracias— agradeció Finn cuando la recibió, después dirigió su mirada a Grazer, no había notado su expresión, parecía ido o consternado — ¿No vas a desayunar, Jack?— señaló su desayuno con la cuchara que recién había logrado obtener.

—Tengo algo que...— intentó ignorar las palabras de Jaeden y seguir — Tengo algo que decirles, algo importante— mencionó pausadamente esperando la preocupación que merecía tal situación. Una punzada que sintió en la cabeza advirtió inmediatamente quien intentaba adivinar su noticia.

—Tuvo un sueño profético— canturreó Sophia para ella misma con suma tranquilidad mientras tomaba la mermelada para prepararse una tostada. Todos dejan de comer su desayuno por un momento cuando escuchan las palabras de la pelirroja, el ruido habitual desaparece en cuestión de segundos. Sophia mira sus manos bajo la mesa avergonzada, había sido perfectamente atrapada en el acto. Espió de soslayo la cara del director, este abrió la boca con el ceño fruncido, no necesitaba leer su mente para saber que iban por regañarla.
Mientras tanto la cara de Jack advierte que está a punto de hacer un berrinche, cosa que eventualmente sucede antes de que Chalament pueda hablar:

—En primer lugar—señaló su dedo índice con indignación —Ya te dije que no uses tu estúpida telepatía en mí, NO-ME-GUSTA— vociferó —en segundo lugar— levantó otro dedo — ¿Por qué solo escuchan si habla ella? Y por último —levantó un tercer dedo mientras agitaba su mano — ¿No deberías estar usando tu collar?— una ladina sonrisa apareció por sus labios mientras se cruzaba de brazos, satisfecho por decir lo que pensaba. Sophia abrió sus ojos indignada, si antes no la habían atrapado ahora no quedaban dudas.

— ¿Podrías dejar de quejarte y tan sólo contarlo?— pidió Wyatt mientras dejaba descansar su cabeza hacía atrás irritado por el dramatismo de Grazer. Sophia sonrió satisfecha por el cambio de tema mientras se acomodaba en su silla.

—Tuve una premonición— Jack volvió a alzar sus brazos al cielo como si fuera algo majestuoso. Una abrupta risa por parte de Finn consigue la atención de todos los presentes.

—Lo siento, es Mckenna— sonríe mientras señala la silla supuestamente vacía a la izquierda de Jaeden —dice que no puede creer que al fin descubrieras que esa es tu rareza— vuelve a reír al repetir la frase irónicas de la joven.

—Sigue ahí ¿Verdad?— quiso corroborar señalando el lugar que Finn había señalado, el rizado asintió. —Púdrete—. Jaeden tomó con fuerza los utensilios mientras los demás miraban expectantes a Finn quien parecía estar escuchando como iba a contraatacar su adversaria.

—Tu hermana... sabe demasiadas groserías— exclamó mientras señalaba a Jaeden con sarna. Martell sonrió más tranquilo y con cierto aire de orgullo instalado mientras cortaba su omelette de forma pausada.

—Todo esta delicioso, Noah— sonrió al susodicho sentado frente a él, siempre es quien se encarga de cocinar el desayuno de cada uno de los integrantes del instituto. Solo le había tomado unos minutos.

—Es cierto Noah, todo está muy rico— asintió Sophia mientras palmeaba su hombro. Los demás se sumaron a los agradecimientos hacia el velocista.

—Agradezco que no quemaras la cocina esta vez— comentó Timothée seriamente desde su asiento, Noah trató de no reír al recordar aquel suceso que había tenido lugar hace unos días.

—No es mi culpa que Gaten deje sus sahumerios al lado de la estufa— murmuró de forma cantarina Noah mientras se palmeaba las manos libre de culpa, ni siquiera se molestó en reprimir sus deseos de reír.

—No es mi culpa que toda la energía negativa se acumule aquí— respondió Gaten entre dientes. No iba a rebajarse para tener una pelea con el cocinero designado. Pelear con Noah era un caso perdido.

— ¿No ibas a contarnos algo importante Jacky?— preguntó Millie cuando la pequeña bromita de Noah había dejado un silencio incómodo en el ambiente –lo que suele pasar cuando habla– Mientras tanto servía más café en su taza.

—Cierto— golpeó su cabeza. —Vi a una problemática— el ruido de los cubiertos contra los platos se escucharon desde distintos rincones de la mesa, claro que esto es exceptuando a Sophia, que ya había visto todo el sueño del muchacho en su mente. —En el sueño la traíamos a la casa—

— ¿Dónde está?—

—Eso es lo extraño, vive aquí, a unas calles y también parece que ella... — Jack se detuvo al no saber con qué palabras exactamente describir aquel caso que nunca habían presenciado.

—No sabe que es problemática. — terminó Sophia cansada de la incertidumbre con la que hablaba el castaño. Finn la miro seriamente como advertencia, no quería otra pelea innecesaria. Ella tapó su propia boca cuando notó la información que dejaba salir. Jack sin hacer mucho caso a las plegarias continuó delatándola.

— ¿La escuchó señor? Está usando sus poderes— recriminó en dirección al mayor. Millie le indicó que parara con la mirada, pero este la ignoró completamente cegado por la bronca; y en el intento de refutar los hechos toma un tenedor para lanzarlo en dirección de la pelirroja.
La chica cubre su rostro mientras muestra su palma, y el utensilio detiene su trayecto abruptamente.

— ¡Hey!— exclamó Sophia mientras intentaba reprimir una carcajada que amenazaba con escapar, había olvidado por un momento que después de eso la castigarían.

—BASTA— Millie que se había sacado su anillo en el instante en el que Jack decidió no escucharla arrojó un vaso de agua al aire y el agua se mantuvo en una gran circunferencia, señaló con su dedo el vaso de todos los presentes, hasta que en menos de cinco segundos logró hacer una bola de agua condensada del tamaño de su cabeza.
—El próximo que responda queda ahogado— sentenció con tono desafiante mientras señalaba la generosa cantidad de agua que parecía suspendida sobre sus dedos.

Y lo que los mayores trataron de evitar pasó —Todos están a punto de colmar mi paciencia— el director se cruzo de brazos —Millie, suelta el agua— ordenó señalándola —que sea la última vez que desayunas sin tu collar señorita Lillis, y Jackson más te vale que no vuelva a verte lanzándole un tenedor a alguien. Saben que no me gusta que usen sus poderes en la mesa—

—Millie— Noah mordió su mejilla intentando no reír por la repentina advertencia del director — ¿Me devuelves mi agua?— pidió señalando su vaso vacío mientras sonreía.
Millie suspiró con fuerza. Señaló el vaso, direccionando el agua hasta ese. Comenzó a repetir el proceso hasta devolver el agua a cada uno de los presentes bajo la inmaculada seriedad del director.

Gaten carraspeo animándose a cambiar de tema —Tal vez sabe ocultarlo— volviendo a pensar en la misteriosa y nueva problemática. Todos se miraron entre sí exceptuando al director, estaban dispuestos a olvidar lo que pasó y tratar de que dejaran de regañarlos.

Millie observó a Jack y Sophia como última advertencia antes de hablar— ¿Cuál es su rareza?— ambos asintieron para ellos mismos como si hubieran entendido mediante la cara poca amistosa de Brown sus intenciones. Claramente Sophia si la había escuchado.

—No lo sé, pero creo que ella ayudará ¿Saben?—

Wyatt abrió sus ojos con indignación — ¿Ayuda? No necesito ayuda... Ustedes necesitan— se cruzó de brazos.

—El primero que chilla...— murmuró Sophia rodando los ojos por la soberbia que cargaba Wyatt.

— ¿El primero que chilla qué, Sophia? — inquirió el chico desafiante; Sophia lo ignoró olímpicamente. Los demás seguían discutiendo el tema, lejanos de escuchar la pelea secundaria de aquellos dos.

—No lo sé, sentí que...— Jack se frustró por no poder encontrar las palabras exactas. —La necesitamos, y ella a nosotros— concluyó tratando de no indagar más entre sus rebuscadas predicciones.

—Entonces ¿Qué debemos hacer?— pregunto Noah mientras golpeaba los pies bajo la mesa con poca paciencia, solía hacer eso cuando las conversaciones ocurrían demasiado lentas para su gusto. Por su cabeza pasó el pensamiento de que si fuera por él ya estaría en busca y captura de la chica problemática, después saldría a pasear por Francia y volvería mientras Gaten terminaba de lavar los platos. Pero además de ser imposible ya que todavía no podía controlar su poder para hacer semejante cosa, no sabía siquiera cómo encontrarían a la condenada muchacha.

—Tienen que traerla aquí— ordenó el director mientras encendía un cigarrillo.
Mckenna dejó escapar un comentario respecto a que si seguía a ese paso, se reencontrarían en el segundo plano muy pronto, pero Finn prefirió guardárselo y esperar las próximas órdenes del superior.

—Ella irá hoy a la cafetería que está por aquí, juzgando la iluminación del lugar esto pasará en menos de media hora... Millie y Finn estarán en una mesa del fondo— Recitó Jack lo que había visto con tanta claridad mientras descansaba.

— ¿Y nosotros?— preguntó Wyatt señalándose a él, Jaeden y Gaten. — ¿Qué hacemos?—

—No recuerdo que Jackson mencionara la necesidad de "El trío del Desastre"— El trío del desastre, apodo utilizado por el señor Chalament y el resto del grupo, solo que el director lo usaba de un tono más despectivo, como cualquiera de las palabras que pueden salir de su boca.

Los integrantes del trío eran Wyatt, Gaten y Jaeden. Encargados por un acuerdo tácito de hacer quedar mal al instituto con fachada de orfanato, metiéndose en todo tipo de problemas tanto dentro como fuera de este. La última vez, el director les había prohibido que pudieran salir a menos de que él se los dictara en una orden.
Tal vez podrían ayudar, pero Chalament seguía demasiado enojado con los adolescentes como para decir lo contrario. El trío miro al profeta esperanzado en su mención en la tarea. Éste bajó la cabeza incómodo.
—El sueño no los mostraba a ninguno de ustedes, muchachos.— rascó su cabeza mientras su vista de dirigía a su calzado.

—Está bien, nosotros nos encargaremos de esto— aseguró Millie tomando del hombro a Finn. Ambos se levantaron de la mesa en dirección a Jack esperando las indicaciones precisas.

—Será la próxima. — susurró Finn hacia Wyatt que tenía cara de estar a punto de matar a uno de los presentes, mientras se cruzaba de brazos. Trataba de aparentar que no le había tocado el orgullo en absoluto el que le nieguen el derecho a salir solo por encoger la ropa de su director. Trató de esconder detrás de una mueca la carcajada que le provocaba recordar su grito de indignación.
Los que seguían sentados en la mesa veían su media sonrisa espantados, pensando que probablemente este imaginaba la manera más sangrienta de matar a su director.

—Comiencen a prepararse, que Jackson les explique que tienen que hacer y cómo es la chica. No la asusten— ordenó el director mientras el humo del cigarrillo escapaba junto a sus órdenes.

<<Algún día pisaré esos malditos cigarrillos sobre tu tumba>> pensó Millie que aún seguía notablemente molesta por el regaño con la situación del agua. Sophia soltó una sonora risa, dejando escapar trozos de tostada de su boca. La pelirroja reaccionó antes de que estos aterricen sobre sus compañeros y los atrajo hasta su mano para después tirarlo al piso discretamente. Noah tomó un vaso de agua y se lo extendió a Sophia mientras palmeaba su espalda. La chica hizo un movimiento con la cabeza en forma de agradecimiento.
Se movió incomoda unos segundos tratando de volver a su postura de tranquilidad original.

<<Sophia ¿Estás bien?>> para ese momento fue obvio que Lillis había escuchado el pensamiento de Millie. Así que, con las manos en la masa, decidió asegurarse de que la pelirroja se encontrara bien. La telépata asintió en respuesta mientras sonreía.

—Los demás ya pueden retirarse, si la invitada no nos retrasa, los horarios de entrenamiento permanecerán intactos. Absténganse a utilizar sus problemáticas condiciones a menos de que sean absolutamente necesarias —
Todos comenzaron a abandonar sus asientos en cuanto vieron al director salir de la habitación. Mientras tanto sentían una brisa a sus espaldas, era Noah obviamente el que pasaba, levantando y lavando todo lo que se había utilizado para el desayuno. Dejando un borroso rastro de color amarillo de su camisa de pijama.
Aunque si le preguntas a él, claro está que te diría que es un rayo lo que se dibuja en su rastro. Porque además de rápido, era un arrogante de primera.

—Somos todo oídos— exclamó Millie mientras despeinaba a Grazer cariñosamente. Jack no se molesto en ocultar la sonrisa que le causaba el que los mayores les prestaran atención.
El trío del desastre observaban la escena a unos metros.

—Gaten, encárgate— ordenó Wyatt señalando al vidente y la pareja con su cabeza. Gaten que tenía los ojos cerrados frunció el seño e hizo una mueca.

—Pero Jack dijo que no nos necesitaban...

—Me importa entre poco y nada lo que diga él— masculló Wyatt

—Olvídalo ¿Por qué no vas tú? Conviértete en mosca— argumentó.

—Porque Chalament todavía me tiene en la mira...—el chico hablaba tratando de no mover su boca, como si de un ventrílocuo se tratara —Y no le voy a dar el gusto de mandarme al cuarto—sentía que en cualquier momento aparecería y lo llevaría a aquel lugar del que todos trataban de no hablar en el Instituto. Gaten asintió resignado al escuchar la mención de aquel paradero y comenzó a desvanecerse. Wyatt sonrió al cumplir su objetivo.
La ropa y el chico habían desaparecido de la vista. Pero seguía ahí, y los chicos lo sabían muy bien.

—Ve por ellos. — animó Jaeden. Gaten se acercó hasta los tres para escuchar su conversación.

—Ella entrará a la cafetería, luego saldrá y se sentará afuera. — Indicó Jack.

— ¿Por qué entra y luego sale? — cuestionó Millie. Jack se encogió de hombros dando a entender que no tenía idea.

—Después la vi, cuando estaba aquí, en la casa—

— ¿Cómo es la chica?—

—Con cabello largo y rojo, ojos azules. Dudo que se equivoquen.

—Buen trabajo Jack, gracias por la información— agradeció Finn. Millie asintió con la cabeza.
Cuando la pareja se alejó, Jack giró rápidamente sobre sus talones, probablemente le pediría un café a Noah, el director había dado por finalizado el desayuno antes de que este pudiera comer algo. —Auch— Jack sintió como su hombro chocaba con algo, más específico alguien —Gaten ¿Qué crees que estás haciendo? No me digas que estabas haciendo lo que creo que hacías— le recriminó el profeta al notar la presencia del chico invisible. Presionó el puente de su nariz cansado. Gaten comenzó a volverse visible tratando parecer desentendido.

—No los estaba escuchando si es lo que crees, sabes que odio los chismes— Grazer se cruzó de brazos, incrédulo. Gaten notó que era en vano mentirle —Esta bien, pero sólo un poco— mostró su dedo índice y pulgar señalando una mínima distancia entre estos.

—Por favor, no se metan en problemas, el señor Chalament ya está bastante molesto con ustedes tres. — espetó rogando que estos escucharan sus sugerencias. Cosa que nunca pasó hasta la fecha.

—No lo haremos — aseguró asintiendo repetidamente. Grazer se quedó callado unos instantes.

—Tengan cuidado. — Pidió Grazer rendido, no hacía falta una profecía para saber que nunca habría una forma de convencerlos.

Millie y Finn se aproximaron al armario junto a la puerta, tomaron sus abrigos y comenzaron a abrir todas las trabas que contenía la puerta.

— ¿Te responsabilizas del día nublado de hoy?— consultó Finn en cuanto observó las nubes oscuras que se acumulaban mientras el viento soplaba. Dudaba que fuera una coincidencia, era más probable que fuera su novia quien estuvo jugando con el clima otra vez mediante a la práctica de evaporar y condensar el agua

—Bueno, Chalament solo nos deja salir cuando llueve...— alzó su palma como si quisiera estar segura de que no cayera ni una sola gota. — ¿Tú ves que llueva?

—En absoluto— Finn rió mientras notaba como esta vez su control climático solo estaba alterado para fastidiar al director.

—Qué se joda— murmuró mientras pensaba en el momento exacto en que la habían regañado a ella, cuando su único objetivo era ayudar a que se volviera a restaurar el orden.

—Que se joda— repitió Finn con la misma entonación que se usa en un mantra.

(•••)

El trío del desastre se había reunido en la habitación que compartían dos de los integrantes. El invisible había contado todo lo que había escuchado decir al profeta, excluyendo la parte en la que este descubrió su presencia y les advirtió que se mantuvieran alejados de la cafetería.

—Entonces este es el plan— Jaeden intentaba recapitular lo que había planeado Wyatt.
—Wyatt la espera afuera en forma de gato, la atrae hasta el callejón entre el hogar y la casa de al lado. —

—El Instituto— corrigió Wyatt por tercera vez en el día. Jaeden suspiró tratando de ignorar el fastidio que emanaba su amigo y seguir recapitulando.

—Yo creo un portal, Gaten la empuja hacia él ¿Y los tres "le mostramos a Chalament que se equivoco y debimos ir nosotros a buscarla"?— citó Jaeden la frase en una de las esquinas de la pizarra mientras dirigía una mano a su mentón pensativo — ¿Están seguros de que funcionará?—

—Jaeden, no me digas que eres tan estúpido como para creer que no funcionará— Wyatt apuntó la pizarra de tiza donde estaba dibujado todo el plan como si fuera sagrado. —Esta es la solución—

—Pero podríamos asustarla—Jaeden señalo el dibujo con palitos digno de un infante de la chica con cara horrorizada mientras Gaten la empujaba por atrás.

— ¿Y qué si la asustamos? Esta chica viene de la nada, parece que ni siquiera sabe que tiene una rareza... y viene para supuestamente "Ayudarnos"— exclamó con tanta indignación que sus amigos observaron que sus manos no se alteraran por el enojo que solía cegarlo —Pues adivina... NADIE le pidió eso... Así que espero que nos tenga miedo— sonrió maravillado — ¿Se imaginan? Una chica normal tratando de ganarme...—

— ¿No querrás decir ganarnos? — inquirió Gaten señalándose a él y a Jaeden

—A ustedes les puede ganar cualquiera— Wyatt se cruzó de brazos mientras recordaba lo fácil que podía llegar a ser vencerlos en las peleas de entrenamiento.

(¿A quién no se le resultaba fácil vencer?)

—Tal vez nos estamos precipitando, creo que está chica podría ayudar a establecer el equilibrio de este lugar, así que podrías comenzar a ver las cosas de manera más positiva. — Gaten trataba de llegar al punto medio. Como en la mayoría de los planes: Wyatt grita y pelea haciendo todo lo posible para conseguir lo que quiere, Jaeden lo sobre analiza e intenta restarle la violencia innecesaria que menciona el primero y Gaten intenta dar su humilde y pacifica opinión que suele ser ignorada absolutamente por el integrante número uno o el número dos. Porque de los tres, Gaten siempre elegiría el camino de la tranquilidad, esa era su naturaleza. Wyatt buscará el caos, esa es la suya. Y Jaeden siempre intentará tener la razón.

(Un equipo imparable ¿Cierto?)

—Qué extraño... No lo recuerdo— Wyatt tomó su mentón pensativo mientras miraba el techo.

— ¿Qué es lo que no recuerdas? — consultó Gaten con curiosidad.

—El haberte preguntado— Gaten le sonrió sin gracia y prosiguió a suspirar sonoramente, abrió la boca a punto de responderle a cuando Jaeden decidió que esa conversación no llegaba a ningún sitio.

— ¿Saben qué? Mejor vámonos ya— comenzó a agitar los hombros como si sintiera una descarga de energía; probablemente era la adrenalina. —Vamos, antes de que cambie de opinión—

— ¿Qué?— Wyatt y Gaten exclamaron al unísono, no era muy común ese comportamiento en su amigo.

Jaeden comenzó a mover sus brazos en círculo, hasta materializar el portal a unas dos calles de la cafetería, se sentía curiosamente extraño, no solía ser tan espontáneo desde hacía unos años. Ese pensamiento le rondó en la cabeza por un momento, juró escuchar por un instante esa voz...

(No es nada)

Decidió ignorarla, como siempre. —Si los tórtolos te encuentran eres rata muerta— Wyatt asintió restándole importancia, tratando de reprimir la sorpresa que le generaba el que Jaeden no se acobardara. Cerró los ojos intentando concentrase. Un maullido agudo salió de su boca antes de comenzar a encogerse, sus dientes se afilaron, y sus orejas se alargaron. El gato maulló como despedida antes de salir y que Jaeden lo cierre.

— ¿Tu de veras crees que todo saldrá bien?— preguntó al chico invisible. A Jaeden ya se le había pasado su repentino momento de valentía y espontaneidad.

—No nos dicen el trio del desastre por nada ¿Verdad?—

(•••)

Millie y Finn habían llegado a la cafetería, esperando impacientemente a una chica pelirroja. Mientras esperaban hablaban de cosas banales tratando de disfrutar el salir de día.
En eso la campanita suena, seguido de un fuerte ruido proveniente de la puerta.
Los dos se giraron automáticamente.

Era ella.

Estaban frente a la chica.

Millie recordó las palabras de Jack, no podían dejar que ella los tocara.

—Es ella— aseguró Millie mientras trataba de reprimir la sonrisa.

—Gracias a Dios— la chica cuestionó con la mirada el repentino alivio que percibía en la exclamación de Finn —por un momento había pensado que la necesidad de atención lo había confundido, creándole esta clase de sueño a Jack— ella estiró el brazo con la amenaza de golpearlo mientras él comenzaba a reír por su pequeño momento de falta de confianza hacia el profeta.

— ¡No puedes hablar mal de las personas que no están! ¡Los privas de poder defenderse!— el muchacho se tapó la cara avergonzado mientras intentaba ocultar el hecho de que seguía riendo. Cuando dejó de reír dio un largo suspiro, y quedó mirando a su compañera, esta sintió como si la estuvieran analizando.

— ¿Y por qué me dijiste a mí que Chalament se jodía? Lo privaste de defenderse...— Finn se cruzó de brazos y se inclinó en el respaldo del asiento satisfecho por atrapar a la chica con su propio comentario.

— ¡No es lo mismo! — exclamó en un suspiro de sorpresa y bronca. —Una cosa es Jack: Nuestro querido compañero que puede estar nervioso porque su ropa este mal acomodada— señaló mientras juntaba las palmas de su mano hacia el lado derecho de la mesa. —Y otra absolutamente diferente es el señor Chalament— sus palmas se movieron hacia la izquierda —que es un hombre que no tiene el mínimo conocimiento sobre la justicia o el poder de fundamentar sus acciones— sus palmas comenzaban a dar pequeños golpecitos sobre el lado izquierdo, como si Millie visualizara la cara de su director en ese punto exacto. —Además de que ya intenté cuestionar estas actitudes que tiene con nosotros... ¡Pero ni siquiera se digna en prestar atención! —la cara de Millie se enrojecía de solo pensar en la furia que generaba la necedad del hombre — Porque parece que el segundo nombre del señor es "Perfección" — prosiguió mientras señalaba unas grandes comillas con los dedos — Perfecto siendo estúpido: En eso es perfecto—

Sadie había optado por salir nuevamente y sentarse afuera, tal cómo les había dicho Jack. Un gato marrón se acercó a la joven mientras la pareja seguía su debate.

—Tienes un buen punto— exclamó Finn bastante sorprendido por la rapidez y agilidad con la que Millie podía decir todo lo que pensaba; sin siquiera hablar de lo verídicas que eran sus palabras. —Pero también tiene sus ventajas... Si no fuera por él nuestras habilidades serían un despropósito—

—Totalmente... Eso no lo estoy desvirtuand...— Millie dejó de hablar en cuanto vio de soslayo al gato con el cual jugaba Sadie, entrecerró sus ojos con confusión, eso no estaba en la descripción del profeta.

—Tengo una mala corazonada— Millie comenzó a tomar su abrigo y dejar dinero sobre la mesa.

— ¿Tu crees que sea...?

—Estoy más que segura— La pareja observó detenidamente al supuesto felino por el ventanal. El pelaje castaño y los ojos claros.

—Tenemos que detenerlo—Millie y Finn salieron del lugar mientras se tomaban de las manos, tratando de guardar las apariencias en caso de que fuera una falsa alarma. Pero apenas hicieron sonar la campana sus sospechas se confirmaron. Wyatt volteó y observó las llaves de la pelirroja otra vez, las tomó y salió corriendo. La chica lo siguió mientras gritaba.

—Voy a despellejarlo— gritó Brown mientras comenzaba a correr detrás de Sadie y Wyatt. Finn la siguió, llegando a adelantarse un paso.
El gato se había aproximado al callejón entre el supuesto orfanato y la edificación de al lado.

Millie y Finn se miraron. Un destello azul proveniente de la oscuridad les advirtió la presencia de Jaeden.

—Se la llevaron— Finn bufó mientras apoyaba sus manos sobre las rodillas y trataba de regularizar su respiración gracias a la carrera.






CCC
12/07/20

17/1/21

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