Yoongi termino de colocar la ultima caja dentro de su nuevo apartamento, ¿quién lo diría? Había regresado a Busan, no pensaba hacerlo, pero por casualidades del destino y más que nada por la institución a la que entraría, regreso.

Su madre había aceptado que Yoongi estudiará el ultimo año de preparatoria en Busan, después de todo fue allí en donde habían vivido por un largo periodo, después hubo una mudanza a Daegu, en donde ahora sus padres se encontraban.

Yoongi siempre le gustaba estar libre en casi todos los aspectos, y más si se trataba de escoger en donde estudiar y gracias a que sus padres estuvieron de acuerdo, pudo sentirse más que feliz.

Ahora lo único que faltaba era entregar algunos papeles en la institución para que así pudieran tenerlo registrado, suspiro mientras buscaba en una de las cajas.

Allí pudo ver algunas cosas aparte de sus documentos, había aparecido una fotografía en uno de los folders, sonrió, hace tiempo que no veía a ese chico de hermosas mejillas esponjosas al igual que sus labios.

En toda su vida, Yoongi solo había tenido una pareja, y ese había sido Park Jimin, un chico que había llamado su atención por completo al primer momento en conocerse, Yoongi tenía que admitir que había una conexión especial entre ambos, pero claro eso no duro mucho, con su mudanza que fue pragmáticamente casi a ultimas clases de secundaria, fue cuando se despidió de aquel hermoso chico, Jimin siempre era muy detallista con él.

La mayoría del tiempo se la pasaban juntos, Jimin le regalaba flores, alguno que otro peluche (sobretodo de su preciado kumamon), y siempre se dedicaba a decirle hermosas palabras, lo amaba, el chico perfecto, de eso estaba de acuerdo.

Guardo la fotografía para después disponerse a salir de su departamento con los documentos correspondientes.

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- Entonces sea bienvenido a esta escuela, Min Yoongi -estrecho la mano del director, Yoongi sonrió, estaba feliz, al fin todo estaba arreglado-. ¡Le aseguro que su estancia aquí será buena!

- Y eso espero, muchas gracias director Kim.

En cuanto Yoongi salio, observo que ahora los pasillos estaban totalmente llenos, miro el reloj en su muñeca, se sorprendió un poco ¿tanto había tardado? ¡Ya era la hora de salida! Suspiro, bueno quien diría que platicar con el director fuera entretenido.

Conforme iba caminando, algunos de los alumnos lo miraban, pero no les tomaba importancia, sabía que todos podían saber que él era nuevo, y sabía que sacarían sus propias conclusiones.

De repente un grito de varias chicas hizo que diera un pequeño salto, se había asustado, miro hacía atrás y vio como las chicas se le amontonaban a un solo chico que había salido de uno de los salones.

No se sorprendió, rodó los ojos y se disponía a caminar cuando una voz lo detuvo.

- ¿Yoongi?

Esa voz...

¡Él conocía esa voz!

Lentamente se giro sobre su eje y grande fue su sorpresa al verlo allí, era Park Jimin.

Pero... un segundo, ese no podía ser su Park Jimin.

Ese chico había cambiado por completo, se veía demasiado distinto, sus ropas... no eran como las de antes, su cabello estaba pintado de negro y estaba dejando destapada su frente, algo que no hacía porque decía que no se veía bien, sus mejillas ya no eran tan esponjosas, su playera dejaba ver su clavícula, además de esa chamarra de cuero y... ¿acaso en sus manos tenía unoa lentes para el sol? ¡Definitivamente ese no era su Jimin!

- ¡En verdad eres tú! -Jimin estaba feliz de verlo, pero le extraño que Yoongi lo mirase como sino lo conociera.

- ¿Jimin, eres tú? -pregunto aún dudando, ¿acaso era otra realidad? Yoongi no recordaba haber salido con ese chico frente a él.

- ¡Por supuesto que soy yo! -pronto sintió como unos brazos lo rodearon por su cintura para acercarlo y abrazarlo, aún Yoongi estaba muy desconcertado-. Te ves muy lindo, te extrañe.

- Suéltame -menciono Yoongi, no le gustaba que le coquetearan tan de inmediato, ¿qué le sucedía a Jimin?

Necesitaba muchas respuestas.