12 | Entre las nubes
𝐓𝐫𝐨𝐮𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐤𝐞𝐫
TENÍA QUE ADMITIR que ver la cara desconcertada de Horner valía cualquier reprimenda que me pudiera llevar de Zak.
Pero luego de entrar al cuarto de calentamiento, participar en la ceremonia del podio, y dar mis entrevistas, sorpresivamente, apenas me vio solo me dio una palmada en la espalda con una sonrisa y dijo:—Horner se la tenía merecida. Buen trabajo hoy, roadrunner —me felicitó chocándome la mano para luego retirarse a hablar con unos ingenieros.
Lando había quedado de P6, lo que significaba puntos para el equipo de parte de ambos. Fue un buen fin de semana de carreras en ese sentido.
En la reunión de equipo lo sentí algo tenso, creería que tenía que ver el podio. Mi amigo británico tuvo buen ritmo. Pudo haber subido de rankings y terminar él en su primer podio de la temporada. Suponía que lo veía algo injusto el que fue a los pits por una mala estrategia del equipo y terminó perdiendo su posición.
Lo quería mucho, y sabía que él a mí también, pero no lo podía culpar. Sabía que no estaba obteniendo los resultados que quería, y estaba algo frustrado. Cuestión que ocultaba con una sonrisa y chistes. Sin embargo, tanto Lele como yo podíamos ver a través de él. Lando era alguien muy fácil de leer. Tenía el constante apoyo de su novia, Luisa, una chica bastante agradable, pero sabía que echaba de menos a otras personas en su vida, y quisiera de su apoyo en estos momentos.
Luego de la reunión me propuse escribirle a su mejor amiga, Alya, a quien había conocido el año pasado y después de un periodo de adaptación un poco incómodo, había crecido a tener una muy buena relación con.
Con mi labor hecha me propongo a encontrar a mi hermana, a quien luego de una ardua búsqueda ubico a las afueras del garaje de Alpine, una mueca de enojo adornando su rostro.
Conforme me acercaba pude escuchar más, logrando ver a Danny Ric enfrente de ella. El paddock estando prácticamente desierto.
—...¡Y no es tu problema!, si queremos que esto siga funcionando necesitas confiar en mí, Danny —alzo una ceja, una sonrisa cubriendo mis facciones.
Entonces SÍ están saliendo... o algo. No termino de comprender cual es la naturaleza de esta relación.
—¡Tú no viste como te miraba, Alejandra!, ¡te quería devorar con los ojos! —insiste este con el ceño fruncido.
—¡Es tu primo! —mi hermana gesticula de manera exagerada—. ¿De verdad te preocupa tú propia familia?
—Con más motivos me preocupa, sabes de primera mano lo encantadores que podemos ser los Ricciardo —se cruza Danny Ric de brazos.
Oh, alguien estaba súper celoso.
Mi hermana rueda los ojos. En ese gesto nuestras familias dicen que nos parecemos mucho, molestándonos seguido diciendo "a ver, poné los ojos en blanco".
—No puedo seguir discutiendo esto contigo, Adora me debe estar esperando —replica esta con cansancio para luego voltearse, encontrándome a unos pasos de ella. Alzo una ceja en su dirección.
Mi hermana se queda congelada a lo que Danny Ric le pasa un brazo por los hombros y me saluda—¡Felicidades por el podio, roadrunner! —sonríe, dándole una mirada a Alejandra que no pude bien interpretar, pero se veía... ¿aliviado?, ¿divertido?—. Supongo que un problema menos, ¿no, dinamita?
Mi hermana todavía no se digna a verme a la cara, optando por dedicarle una de advertencia a Danny Ric. Este sin tomarla en cuenta y cogiéndola por el mentón para clavarle un fugaz beso en los labios.
—Te veré luego —le guiña el ojo y vuelve la vista hacia mí—. Y tú y yo debemos ir a celebrar, ¿eh?. No te salvas esta vez, Ada —sonríe travieso y se aleja, donde su performance coach lo esperaba viendo su teléfono.
Parpadeo algo desconcertada quedándome en silencio mientras miro a mi hermana, quien evitaba mis ojos—Me he hecho la ciega más de una vez en estos meses pero esto ya es la punta del iceberg, Lele. ¿Por qué no me dijiste que veías a Ricciardo? —fruncí el ceño. Estaba encantada con la relación, no me malinterpreten, pero el motivo por el que posponía preguntar era porque estaba esperando que mi hermana se dignase a contarme. Cosa que nunca pasó.
Lele suspiró, caminando a mi lado hacia la salida sin esperarme.
—¡Aló! —insisto, siguiéndole el paso.
—Adora, debes entender que hay cosas que no te cuento. Y si lo hago es por un motivo —murmura pasando su tarjeta por el lector en la salida para encaminarse hacia nuestro carro, la imito.
—Pues no veo suficientes motivos, Lele. No estoy molesta porque salgas con Ricciardo, de hecho estoy...
—No estamos saliendo —me mira—. Nuestra relación es... —suspira—complicada, supongo. No estoy buscando un romance. Solo un compañero, porque admitámoslo, no estamos casi nunca en casa y pues ya viste lo que sucedió con Miguel. Es difícil una relación a larga distancia y... Danny está aquí, está soltero y —se ve algo avergonzada—pues nos buscamos cuando nos sentimos solos para... ya sabes.
Alzo una ceja—Eso no es lo que parece —cojo las llaves que me lanza Lele y me subo de piloto, encendiendo el auto.
—Pues es lo que es, pero las cosas se salieron de control. Su mamá nos encontró besándonos, me reconoció como tú hermana y tuvimos que decirle que estamos saliendo. Luego trajo a casi que toda la familia, su primo se pasó el día coqueteándome, y a Danny no sé qué le dio —le quita importancia.
—Yo si sé —Lele me mira—. Tiene algo llamado c-e-l-o-s —replico saliendo del estacionamiento, rumbo a nuestro hotel.
—No salgas con tus cosas.
—¡En serio! —insisto—. Hermanita, es más claro que el agua que traes a Ricciardo loquito. Por como te mira diría que está flechado. No había visto a nadie así por ti desde... desde ese novio tuyo, ¿cómo se llamaba? —chasqueo los dedos tratando de acordarme del nombre.
—¿Guillermo?
—No.
—¿Marcelo?
—No.
—¿Ricky?
—¡Ajá!, ese. Ay, ese alemán me caía bien, siempre traía chocolates —suspiro.
—Sin acordarse que soy alérgica —me recuerda ese mínimo detalle.
—Pero no importa porque me los dabas a mí —sonrío—. Aunque los entrenamientos de Zara después de eso eran como ser golpeada con un bate.
—¿Tu punto era?
—¡Ah!, pues que deberías darle una oportunidad. Danny es buen partido, además, Alejandra de Ricciardo suena poderoso —asiento.
—No tanto como Adora de Sainz —sonríe, alzándome las cejas burlona cuando volteo a verla en el semáforo en rojo.
—Tenemos una comediante en la familia —murmuro avanzando de nuevo.
—Entonces deja el tema de Danny atrás y yo pretenderé no ver el efecto que causa Sainz en ti —exclama acomodándose el cabello viéndose en el espejo del carro.
Abro la boca algo indignada—Sainz no provoca ningún efecto en mí, no sé de qué me hablas.
No es como si su toque fuera electrizante en mi piel y cuando nuestras miradas se topaban creía perder la habilidad del habla.
—Adora, le puedes mentir a todos en este mundo menos a mí. Tu hermana. La que básicamente te terminó de criar —replica mirándome como diciendo "suelta la sopa".
—Es que no sé qué quieres que te diga. No me gusta Sainz. ¿Que si es atractivo? Sí. ¿Que si a veces me pregunto cómo se sentirá besarlo?... pues también, pero todo eso se anula cuando se comporta como un idiota y por el hecho de que lo detesto. Y tú también deberías —le reclamo.
—Nunca te acusé que te gustaba Sainz —señaló.
—¿De todo lo que dije solo te quedaste con eso? —frunzo el ceño.
—Es lo que no encaja —encoge los hombros y yo me quedo callada, estacionando el carro para entregarle las llaves al valet parking y entrar al hotel—¿Ahora quién se queda callada? —se burla a lo que yo presiono el botón del ascensor.
—Alejandra Torres de Ricciardo —digo como si leyese el nombre en letras grandes, cambiando el tema.
—Cállate.
—Pues cállate tú.
Luego de una merecida ducha decidí entrar en el chat de los pilotos.
La verdad es que tenía ganas de salir. Australia tenía gran vida nocturna según lo que comentaba Danny Ric, y necesitaba despejarme después de tantos sucesos en un periodo de tiempo tan corto. Por lo que envié un mensaje confirmando que iría, y me vestí con un conjunto de dos piezas de uno de mis patrocinadores. Tenía un degradado naranja que me gustaba pues hacía resaltar mi piel bronceada y además era cómodo para bailar, cosa que planeaba hacer hasta que el cuerpo no dé para más.
Supuse que Lele también fue invitada por Daniel porque ambas nos estábamos arreglando.
—Nada de hablar de lo que te conté con nadie, ¿okay? —me señala con su labial rojo.
—Pues entonces nada de tus gestos poco disimulados con Sainz —replico de vuelta.
—Hecho —me ofrece su mano, y la acepto.
—Deberíamos ir saliendo, le dije a Lando que nos pase a buscar con Luisa —le informo a Lele.
—Entonces no va a tomar, ¿no? —cuestiona retocándose los labios.
—No, no si quiere proteger a su novia.
Lele asiente poco convencida para luego coger su cartera y caminar conmigo hasta el ascensor.
Nos esperaba una larga noche.
Cuando llegamos al lugar, rebosaba de gente, la música sonando fuerte en los parlantes mientras cuerpos se rozaban entre ellos en una marea de sudor y alcohol. Me sentí algo asfixiada solo de verlo, no soy fan de estar dentro de las multitudes ya que solía sufrir de claustrofobia en ellas.
Escuchamos un fuerte silbido y cuando dirigimos nuestra mirada a su dueño nos topamos con Danny Ric, quien puso sus manos a los costados de su boca y gritó—¡Suban!, tenemos apartado la zona VIP.
Sonará mal pero solté un suspiro de alivio al enterarme que no estaría en aquella marea de gente.
Lando lideró el paso por las escaleras, tomado de la mano de Luisa. Estaba algo emocionado porque Danny consiguió que lo dejasen hacer de DJ y podría lucirse frente a su novia.
Apenas llegamos al segundo piso unos gorilas nos miraron de arriba a abajo y nos dieron paso, asintiendo entre ellos. Caminamos por la pista de baile más controlada en términos de multitud y llegamos a unos dos booth al fondo, donde Danny, Charles, Checo, Alex, George, Max, Esteban, Lance, Pierre y Yuki se encontraban conversando entre ellos. No Sainz a la vista.
Podía notar que algunos vinieron con sus parejas, entre ellas Charlotte (la novia de Charles), Lily (la novia de Alex), y Carmen (la novia de George). Todas con las cuales me llevaba bien pues éramos cercanas en edad.
Me encontraba algo aliviada de que no estuviera la novia de Max, Kelly Piquet. Su papá, Nelson Piquet, era tres veces ganador de la Fórmula 1, y digamos que no era su persona favorita en el mundo.
Era una de las personas que se mostró especialmente en desacuerdo que una mujer entrase en la categoría, y su hija no estaba muy lejos de aquella opinión por lo que oía que hablaba a mis espaldas. Dedicándose a darme malas miradas cada que estábamos juntas, y yo sacándole el dedo del medio de manera disimulada de vuelta. No soy una persona que resiente sin motivos o tacha a las personas sin conocerlas. Suelo ser reservada, sí, pero suelo tratar a las personas con el mismo respeto que me tratan si no estamos en un nivel de confianza.
¿Y el trato de la novia de Max hacia mí? Era fatal, y por lo tanto, yo también era fatal con ella. ¿No me dejaba de Christian Horner y me iba a dejar de una chica de papi? Ni loca.
—¡Bienvenidas a mi casa! —Danny Ric extendió sus brazos hacia nosotras con una de sus características sonrisas.
—No sabía que tu casa incluía bartender y una multitud, Danny —bromeo mientras me siento al lado de Pierre, saludando con la mano a las chicas ya que el booth era algo apretado y no podía saludarlas con mi típico beso en la mejilla.
Lele se sienta al lado de Danny, este rodeando sus hombros con su brazo en un gesto muy familiar. Como si estuviera acostumbrado a hacerlo.
—Es una expresión, roadrunner. En realidad aquí me quieren y conocen más que en mi casa, así que ya saben, mi casa su casa —replica sin borrar su sonrisa, elevando su vaso al final.
Quise reír por su mal español pero Lele me hizo señas de que no lo hiciera.
—Bueno, ¿qué esperamos? A celebrar ese podio ya que no falta más nadie —sonríe George tamborileando sus dedos en la mesa para luego ofrecerle su mano a su novia, Carmen, los demás levantándose con él para ir a la pista. Lele yendo a bailar con Danny tomados de la mano.
Dejándonos a Lando, Luisa, Charles, Charlotte, Lily, Alex y yo en la mesa.
—¿Pedimos una ronda? —ofrezco, sintiéndome algo fuera de lugar entre tantas parejas, pero aún sin suficiente alcohol en mi sistema como para bailar sin inhibiciones.
—Por favor —replica Lily aliviada.
—Vamos nosotros —se ofrece Charles, haciéndole señas a Lando y a Alex que lo acompañen a la barra y dejándonos a las chicas solas.
—Un gusto verlas de nuevo, las extrañé —confieso, siendo recibida con risas de ellas. Era muy cercana con Lily y Charlotte. Luisa era un poco callada, solo parecía hablar cuando Lando estaba alrededor. Y no me caía mal, pero si me parecía raro que no hablase. Lo atribuía a que era tímida.
Muchos creerían que tal vez me llevaría mal con las novias de los pilotos, pero era todo lo contrario. Solía estar con ellas los fines de semana que estaban presentes, necesitando un respiro de vez en cuando de tanta testosterona. Mila solía acompañarnos también algunas carreras cuando estaba desocupada.
—¡Nosotras también! —habla Charlotte con una sonrisa—. Extrañaba nuestras tardes de chismes.
—¡Yo igual!, y parece que Adora tiene muchos chismes sin contarnos —Lily alza las cejas hacia mí, con una sonrisa pícara.
—¿Qué? —frunzo el ceño.
—Yo te he visto muy cerca de cierto español —molesta Charlotte.
—Y yo igual —Lily alza una ceja tipo diciendo "¿y bien?".
—Pensé que lo odiabas —habló Luisa, y todas la miramos. Claro, ahora decide hablar.
—Todas pensábamos lo mismo, lo que me tiene aún más desconcertada —dice Lily—¡Cuenta todo!
Resoplo, pensando decirles una media verdad—Pues nada, supongo que nos estamos conociendo y no es todo lo que pretende, pero no hemos formalizado aún nada así que ya saben —les hago gesto de que se mantengan calladas.
—¡Ay, qué emoción! —Charlotte aplaudió—¿Eso significa que serás una wag?, ¿o Carlos sería el wag? —decía confundida.
—Pues Carlos no es la esposa o novia de un atleta —recuerdo con diversión el significado de wag—. Creo que la versión masculina de wag era hab. Así que sí, yo sería una wag y Carlos un hab.
—Le diremos a él el hab —me guiña un ojo Lily. Sonrío como respuesta, nuestras bebidas llegando segundos después.
—Pedimos sus bebidas y una ronda de shots —habla Lando dejando la bandeja—. Ada, te pedí lo de la última vez.
Asiento, tomando mi bebida—Gracias, muppet.
Luego de conversar por un rato más entre todos a lo que nos terminábamos nuestras bebidas, cada uno cogió un shot.
—Ya va, ya va, ya va —los detengo antes de que tomen—. Les voy a enseñar cómo se hace en países hispanos. Pa' arriba —alzo el trago—. Pa' abajo —lo bajo—. Pal centro —estiro el brazo—. Y pa' dentro —hago gesto de tomármelo, hablando en mí lengua materna, español—. ¿Ya?
Todos asienten y me imitan—. Pa' arriba, pa' abajo, pal centro y pa' dentro —dicen entre confusiones, malas pronunciaciones y risas para luego tomarse el shot.
—¡Perfecto! —bromeo a lo que vamos a bailar en la pista.
Yo haciendo de tercera rueda con Lily y Alex apenas las otras dos parejas se enfocaron en si mismas, abandonando el grupo.
—¡Shots! —aparece Danny con una bandeja de shots ofreciéndonos, y cojo dos, tomándomelos de una. Creía haber sentido una conocida mirada en mí espalda, pero lo atribuí al alcohol.
Necesitaba esto, me digo mientras me dejo bailar libremente con Lily cuando Alex se va a hablar con Pierre.
La música se había vuelto más sensual cuando sentí unas manos en mi cintura, una respiración pesada en mi cuello que me tomó desprevenida. Cuando volteé, no eran los ojos marrones que esperaba ver.
¿Qué?, ¿por qué esperaba verlo?
Culpemos al alcohol.
Unos ojos azules me miraban, su dueño siendo un castaño de piel bronceada bastante atractivo, no lo iba a negar. Su mandíbula era tan afilada que podría cortar.
Se acercó a mi oído, intentando hacerse escuchar entre la música—¿Bailamos?
Miré a Lily atrás mío, esta viendo a alguien a mis espaldas, pero me hizo señas de que sí, subiéndome ambos pulgares y empujándome más contra este desconocido.
Lo miré. Un baile no hacía daño, ¿no?.
—Un baile —declaro, y este no pierde el tiempo, acomodando sus manos en mis caderas y dejándose llevar por la música, guiándome los pasos mientras bailábamos.
Sus ojos me comían con la mirada, relamiéndose los labios con deseo. Era muy claro lo que quería.
Pero una cara bonita no era lo suficiente para doblegarme a él. Además, se supone que tenía un casi algo. No podía "engañarlo". Si eso sucedía y la prensa se llegase a enterar estaba frita.
Lo que más me molestaba era que desearía que fuese alguien más. Anhelaba estar entre esos mismos brazos que me apretaron con fuerza después del podio. Con el alcohol recorriendo mis venas sería capaz de perdonarle todo.
Por lo que aunque el chico era atractivo, me hacía sentirme deseada, y sus manos parecían temblar tratando de no sobrepasarse y bajar a mis glúteos, le tuve que negar el segundo baile.
No era él.
Y o su manera de bailar acelerado me dejó mareada, o en Australia había más alcohol en las bebidas que en otros lugares porque no me explicaba porqué de repente me sentí sofocada. Optando por caminar hasta la barra para pedirme un vaso con agua, sin querer molestar a los demás quienes parecían estar pasando un buen rato. Me senté con un suspiro mientras esperaba el vaso.
—¿Disfrutando tú noche, Torres? —habló una conocida voz con rencor.
Cuando volteé a verlo, ahí estaba el español que detestaba y que sin embargo quería ver, tomándose una cerveza de manera casual con una camisa blanca y jeans.
Qué guapo le queda el blanco.
Estúpido alcohol. Negué con la cabeza tratando de sacarme esos pensamientos, pero Sainz lo interpretó de otra manera.
Su mandíbula se aprieta, está molesto—¿No? Pues eso no es lo que parecía —habla entre dientes dándole un trago a su cerveza.
Alzo una ceja—¿Y a ti qué te pico?
—No sé si viste pero tu maniobra con Russell me dejó fuera de la carrera, princesa —replica cortante. ¿Ni siquiera princesa papaya?.
Fruncí el ceño—Pues no parecías molesto hace unas horas —recibo mi vaso con agua, pero no me muevo de mi lugar.
—¿Cómo podía decirte todo esto cuando acababas de ganar un podio? —dice en tono obvio mientras toma de su cerveza—. Se supone que estamos saliendo, o algo parecido. Tenía que venderlo, felicitarte. Luego Binotto casi me rebana el cuello por evitar hacer contacto contigo, terminando con mi carrera en la segunda vuelta —se pasa una mano por la cara, frustrado.
—¿Y tu molestia en verdad viene por eso? —cuestiono sin terminar de tragármelo. Sainz es bastante compuesto la mayoría del tiempo, un mal resultado no explicaba su comportamiento a mis ojos, ya que era reservado y sabía que se guardaba muchas cosas.
—¿Por qué más? —replica sarcástico—.¿Por ti?, ¿porque estés con un tío rozándote como una cualquie...? —no llega a terminar la frase, mi mano alzándose como si tuviera vida propia y echándole los contenidos de mi vaso en la cabeza. El español observándome descolocado al encontrarse empapado.
—Mira Sainz, no vine de un fin de semana de mierda, de más insultos de los que debería recibir cualquiera para que en la única noche que quiero despejarme vengas tú a rebajarte a esos idiotas —escupo señalándole con el dedo en su pecho, la ira siendo notoria en mi temblorosa voz mientras mi vista se nubla.
No permitiría que me vea débil.
Carlos Sainz's POV
Cuando vi esos ojos radiantes cristalizarse supe que la había cagado. Y a niveles descomunales. Me merecía ese vaso encima como todos los demás que había en la barra.
No sé qué me pasó. La ira, mezclado con la frustración de la carrera y los celos de ver a Adora en los brazos de otro fue suficiente mala combinación para llevar a un desastre. Perdía mi cabeza cuando se trataba de ella, sintiéndome como un adolescente de nuevo.
Había venido luego de debatirme mucho en el hotel. Estaba frustrado y necesitaba desahogarme con un trago. Y cuando llego me encuentro con la sorpresa de que Adora había decidido venir, trayendo un atuendo que me tuvo observándola más tiempo del que sería legal. Sus curvas eran todo un espectáculo de por sí, pero su atuendo mezclado con los movimientos de sus caderas me tenían hipnotizado. Era exquisita de ver, un afrodisíaco para la vista. Sus manos pasaban por su cuerpo con sensualidad y cómo deseaba reemplazarlas con las mías.
Y justo cuando pretendí acercarme, un tío la había invitado a bailar. Joder.
Que celos sentí de verlo pegarla a su cuerpo.
De verlo tocando algo mío. O que al menos se suponía en toda esta relación falsa que lo era. Vi rojo. Y no del bonito rojo Ferrari, no. Sino un rojo de ira.
Adora se dio la vuelta, dejándome con la ropa empapada mientras se alejaba y tuve que agradecer un poco el que fuese agua y no un cóctel.
Escuché un silbido a mi lado—Esta vez si que te pasaste, hermano —sentí una palmada en mi hombro, el acento de Charles fácil de reconocer.
—Esta vez le tengo que dar la razón a Ada, Chili, te pasaste —replica Lando a su lado.
Mis ojos danzaron por la pista, sin perder de vista a la castaña explosiva. Se encontraba bailando con Charlotte y Lily entre risas, sus miradas de odio dedicadas a mí persona sin pasar desapercibidas.
—Dejen de decir lo obvio y propongan opciones —replico tomando de mi cerveza.
—Pues irte a disculpar —dice Charles—. Eso sería lo primero, ¿no crees?
Negué con la cabeza. Adora no me perdonaría. Al menos no sobrio.
Pero ebrio tal vez, ¿no?. ¿Cómo resentirte con un borracho? Imposible.
Una sonrisa se dibujó en mis labios a lo que me terminaba mi cerveza de un solo trago.
—¡Wow, Chili, bájale!
—Contrólate, hermano. Ada no te va a perdonar así.
—De hecho creo que es la única forma de que lo haga —los miro—. Necesito emborracharme y con urgencia.
Ambos se miraron confundidos pero Lando pareció entender lo que quería hacer—¡A beber, muchachos! —dijo con entusiasmo. Y es lo último que recuerdo estando completamente consciente.
No paraba de reír a lo que me llevaban. ¿A dónde? No sé, pero apuesto a que sería muuuuy divertido.
—¿Qué carajos está pasando?—escuché una voz a lo lejos. Otra carcajada brotó de mis labios. Ni yo sabía, pero el mundo me daba miiiiil vueltas, y si no fuese por los brazos que me sostenían estaría de cara al piso... piso, qué chistoso nombre, ¿no?—. Charles, Lando, ¡espero una explicación pero ya!
Me intenté concentrar en el rostro borroso que hablaba, solo logrando ver una bata blanca que le tapaba hasta los tobillos. ¡Parecía una nube!
—No encontramos su llave y creemos que perdió su billetera —explica una voz en uno de mis lados—. Lo llevaríamos a nuestra habitación, pero nos estamos quedando con nuestras novias y no las queremos incomodar. Lele dijo algo de dormir en el cuarto de Danny y que le podríamos dar su cama mientras.
Oigo un bufido, sonaba como un toro. ¿Acaso yo era un torero?.
—¡Oléeee! —digo intentando enfocar la vista en algún lado pero me era imposible.
—¿Bromean? Miren cómo está, dudo que se acuerde de su nombre.
—Yo soy Carlos Sainz Vázquez de Castro Cenamor Rincón Rebollo Birto Moreno de Aranda de Anteruriaga Tiapera Deltún —exclamo con orgullo. ¿Me daría una estrellita?
—Dios mío.
—Ada, por favor, será inofensivo, estamos seguros que apenas se acueste quedará dormido.
—Me voy a arrepentir tanto... déjenlo en la cama —abre más la puerta y eso parece ser lo único que necesitan mis acompañantes mientras me empujan a caminar. Uuuun paso, ooootro paso. Ay, parece que al suelo le hace falta un abrazo, ¿y si se lo doy?.
—¡Carlos, coopera! —insiste alguien a mi lado a lo que me vuelven a levantar. Qué mareo.
—Ostias, tío, ¿quieres un problema, cabrón?, ¿Eh?. Yo peleo contigo fácil —hablo a la dirección que me hablaron.
—Ay, Carlos —me sueltan y juraría que caería por un precipicio cuando aterricé en algo suave y blando. Suspiro. Qué cómodo.
—Avísanos cuando despierte mañana, Ada. Lo más probable es que no recuerde nada.
—Los detesto.
—También te queremos —un beso se oyó.
—Uhhh besitos, me gustan de esos —exclamo viendo el techo, el cual parecía hacerme figuras extrañas mientras temblaba.
—Diosito.
La puerta se cerró y vi un rostro entrar a mi campo de visión. Torres.
—¡Princesa papaya!, ¿cuándo llegaste al cielo?.
—¿Al cielo? —exclama esta con diversión.
—Pues claro, estamos en una nube —explico en tono obvio. Imposible que fuera otra cosa, era muy suave.
—Ajá, en una nube... ¿recuerdas algo de la noche?.
—Mm recuerdo ver a una chica, estaba muy hermosa con un conjunto naranja... —suspiro—. Ay, me provoca una naranja, ¿a ti no?
—Pediré una naranja, Sainz —replica con una sonrisa.
—¡Yo también! —río con entusiasmo—. Diles que sean dos. Y qué casualidad, tú y yo somos uno y dos —nos señalo.
Una risa se escucha por la habitación, no era mía, sonaba muy delicada. No puedo evitar imitarla—¿De qué nos reímos?.
—Del Carlos borracho —me sonríe, que hermosos ojos tiene, me recordaba al chocolate—. Dioses, creo que prefiero esta versión que la tuya irritante.
—¿Soy irritante? —hago un puchero.
—No, ahora no —siento delicadas caricias en el cabello que me incitan a cerrar los ojos con somnolencia apoderándose.
—¿Y cuándo si?
—Cuando te niegas a reconocer cosas —suelto un gran bostezo.
—¿Cosas como la cita a la que no fui? —exclamo sin pensarlo.
Las caricias se detienen a lo que yo parpadeo pesado, rascándome los ojos.
—Entonces sí lo recuerdas.
—¿Podemos hablar después? Tengo una nube que atrapar.
—No, Sainz. ¿Cómo puede ser que...?
Y ahí perdí la consciencia por completo.
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N/A: 3/3 capítulos de la maratón completadoooos. Algo tarde pero sigue siendo hoy así que sí cumplí jsjsj.
¿Qué pensamos? Les dije que una teoría estaba cerca, pero en el próximo capítulo sabremos más desde el punto de vista de Adora. Todavía quedan cositas por descifrar y descubrir.
¡Al fin Lele y Daniel soltaron la sopa!, les juro que no lo planeaba para este cap, pero me acordé que era el de Australia y dije "why not? Mejor oportunidad que esta no hay".
Me dió mucha risa Carlos borracho.
¿Frase favorita? La mía de Adora es "Solo necesito la cantidad de alcohol que equivale a que olvide la pisoteada de mi dignidad", y de Carlos "Sé que tengo unos labios de infarto, Torres, pero tenemos que ordenar".
Se aceptan sugerencias para tiktoks del libro *llora en poca creatividad*.
¿Prefieren caps largos o varios caps pero de la longitud con la que normalmente publico?
Voy avisando que es probable *no seguro* que tal vez no publique este sábado porque me quiero dar un respiro luego de esta maratón. Igual si por casualidad de la vida termino un capítulo para el sábado pues seguimos con el mismo horario, pero recomendaría que no lo esperen fijo. En todo caso revisen el domingo y si no hay actualización del sábado es porque no va a haber hasta el próximo.
Comenten y voten, al comentario más creativo le dedico el próximo cap!
Se despide,
Val
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