Capitulo 9

Narra Harry:

Louis miraba hacia la carretera mientras pasábamos por las calles de Londres, mis fosas nasales se expandían salvajemente debido a mi agitada respiración. Miré a mi camiseta machada de sangra, mía y del mocoso. Casi pierdo la razón con el chico. Se la quería dar en muy hombre y me quiso golpear, y mierda que lo consiguió. Para su edad era un chico muy fuerte, me recuerda a alguien.

Aparqué bruscamente frente al almacén y apagué el auto. Louis salió disparado hacia adentro y yo salí más despacio. Mi mente repetía la escena una y otra vez consiguiendo que me enojara cada vez más, pero el hecho de que ya teníamos un nombre y una dirección hacia que me sintiera conforme, ya que, irme a los golpes con el niño ese valió la pena.

Me saqué la camiseta cuando estaba dentro y fui a buscar una en la habitación que tenía en el almacén en caso de que tuviera que quedarme aquí alguna vez. Bajé a la sala donde estaban todos a excepción de Louis y Liam. Me senté en el sillón mientras miraba a cada uno de los chicos presentes.

-Michael Townley –Dije secamente.

Niall me miró ceñudo.

-El nombre del jefe de los SA, hoy tuve un pequeño encuentro con uno de sus rehenes –Dije recargándome en el sillón.

Todos miraron sorprendidos y Louis junto a Liam entraron en escena con un rostro neutro. Me relamí los labios mientras me preparaba para soltar todo lo que había pasado. Ya había terminado de contarlo todo y con detalle, todos estaban sorprendidos por como el chico pudo conseguir golpearme, pero eso realmente no me importa ahora, pues él había quedado peor.

-¿Saben? Ese chico me recuerda a alguien –Dijo Louis.

-¿A quién? –Preguntó Zayn.

-A Harry –Contestó encogiéndose de hombros.

-Tonterías –Dije haciendo una seña con mi mano.

-Solo es una opinión –Louis se encogió de hombros.

-Bien –Apreté mis labios en una línea.

-¿Qué haremos? –Preguntó Liam apoyando su cabeza en sus manos.

-Niall investiga todo sobre él, yo iré a mirar ese almacén –Dije poniéndome de pie.

-Harry, ¿vas solo? –Preguntó Zayn.

-Sí –Contesté.

Salí dando un portazo y recibí las miradas de Marcus y John. Hice una inclinación de cabeza dándoles a entender que debían de volver a su trabajo y no meterse en mis asuntos. Entré en el auto y puse las llaves en el encendedor. Acomodé el espejo retrovisor y salí de aquella zona. Apreté el acelerador dirigiéndome a aquella dirección. Confirmé que tenía mi arma conmigo y que tenía una de repuesto.

El almacén se veía abandonado por fuera, aseguro que por dentro no lo es. Eso es lo que hace todo criminal para no llamar demasiado la atención, eso hacemos nosotros. Aparqué el auto a unos metros más adelante, parecía como si no hubiera nadie por ahí. Habían carros cruzando despreocupadamente por la carretera. Me salté la pared para luego caminar hacia la puerta cogiendo el arma en mis manos.

Acomodé una bala que solo era cuestión de que apretara el gatillo para que saliera disparada. Me acerqué al pomo de la puerta y con una patada la puerta salió despedazada hacia atrás. Fruncí el ceño ante tan poca resistencia y me di cuenta que el lugar estaba todo oscuro. Revisé todo el piso de abajo con suma precaución, sin embargo, no di con nada.

Estaba a punto de rendirme pero decidí ir a la parte de arriba. Todo oscuro en el pasillo pero al final hacían una puerta cerrada y la luz se colaba por debajo. Con una sonrisa lobuna pegada a mi rostro, acomodé la bala y fui caminando despacio. Mi celular vibrando me interrumpió, fruncí el ceño al sacarlo de mi bolsillo. Era Niall. Deslicé mi dedo por la pantalla llevándolo hasta la oreja.

-Sal de ahí, chico –Siseó.

-¿Qué? –Pregunté.

-Te han dado la dirección equivocada –Dijo.

-No lo creo –Dije mientras me acercaba a la puerta.

Una vez junto a la puerta, colgué. Mi teléfono fue deslizado en mi bolsillo mientras empujaba la puerta bruscamente con mi cadera. Entré apuntando, sin embargo, la habitación estaba vacía. Con un papel en el medio. Me acerqué curioso a este y una mala caligrafía habitaba en este. Los desdoblé mientras mis ojos escaneaban el papel.

‘Siempre estaré un paso delante de ti, Styles.’

El mocoso me había tendido una trampa. No el exactamente pero el me mintió. Enojado pateé una silla, que era lo único que había en la habitación pero un pequeño sonido se activó al instante. Giré la silla para ponerla patas arribas pero un pequeño detonador rojo estaba pegado en la parte de abajo. Bomba. 15 segundos.

Mierda, mierda y más mierda.

Empecé a correr a través del pasillo, bajo las escaleras y tratando de no caerme debido a la poca iluminación, corrí hacia la puerta. Atravesé toda la zona que había entre el almacén y la calle mientras la adrenalina me corría por las venas. La explosión explotó en el instante que volaba el muro y yo me escondía detrás de este.

Los pedazos del almacén volaron por encima de mí y por todos lados. Yo me cubrí mi cabeza con mis manos y pegué mis rodillas a mi pecho de manera protectora. Cuando los restos dejaron de salir volando me puse de pie, aun sentía la adrenalina dentro de mí mezclándose con furia y odio puro. Estos hijos de puta han pisado en mal suelo, ya verán con quien se mete.

De camino a casa la furia se había apaciguado pero aun quería torturar a alguien hasta que me pida clemencia y no dársela, quiero y necesito hacerle daño a alguien. Pero me calmé las ganas y fui hacia nuestro almacén mientras apretaba mis nudillos tratando de calmar a uno de aquellos demonios que poblaban en aquel agujero negro que tenía sustituyendo el corazón.

Aparqué el auto y luego de apagarlo, caminé hasta nuestro lugar y entré dirigiéndome con los chicos de una vez por todas. Cuando estuve con ellos, empecé a decirles y les mostré el papel que aun llevaba conmigo, todos los estudiaron concentrados mientras yo solo respiraba dificultosamente. No sé realmente quiénes son estos ángeles del Satán de mierda, lo único que sé es que me vengaré de cada pendejada que hagan.

-Las bombas, al parecer, son sus especialidades –Dijo Louis.

-Lo sé –Concordé.

-¿Sabes que me aterra? Que siempre saben lo que vamos a intentar hacer, eso es como si alguien cercano les contara cada uno de nuestros movimientos –Dijo Liam.

-Sí, pero realmente creo que los impulsos de un criminal son bastante obvios –Habló Zayn.

-Cierto, hay que hacer lo que menos ellos esperarían que nosotros hagamos –Dije.

-¿Cómo qué? –Preguntó Niall.

-Dejar que ellos piensen que van ganando, no hacer nada, eso es lo que hay que hacer –Dije.

-Aun así, no le quita el hecho de que podrían bombardearnos en cualquier momento –Dijo Liam.

-Cierto, por eso necesitamos el pedido lo más antes que podamos –Dijo Louis.

-También, necesitamos el dinero –Agregó Niall.

-Y la chica –Recordó Zayn.

-De eso yo me encargo, la veré mañana y la llevaré a comer, espérenla aquí por alguna hora de la tarde, la pequeña hija del general será un buen árbol del cual cosechar frutos –Dije sonriendo con sorna.

Todos sonrieron asintiendo y volviendo a lo suyo.

Narra Jessica:

Limpié el mostrador con un pañuelo mientras me acomodaba un mechón detrás de mi oreja, pero no fue necesario, ya que volvió a caer. Bufé mientras terminaba de limpiar el mostrador con el ceño fruncido. Una pequeña risa alcanzó mis oídos. Miré a Thomas que me miraba burlón y con una radiante sonrisa en su rostro.

-¿Qué? –Pregunté.

-Es gracioso verte enojada –Se cruzó de brazos.

Rodé los ojos y me dediqué a acomodar las tazas de cafés llevándolas de un estante a otro. Sus ojos azules me seguían por todo el local.

-Basta –Gruñí entredientes. No me gustaba que se estuviera riendo de mí, sus ojos bailaron con diversión.

-Ya perdón, ¿te dijeron sobre la fiesta que harán los de tercer año de la universidad? –Preguntó.

-No estoy en tercero –Le fruncí el ceño.

-Es una manera nueva de invitar a una chica a una fiesta –Dijo risueño.

-No sé si pueda ir –Me encogí de hombros. –Debo de cuidar a mi hermano que es un pequeño problemático y no lo puedo dejar solo –Terminé.

Su sonrisa se expandió.

-Genial, ¿Cuántos años tiene? Te puedo ayudar –Se ofreció.

-Diecisiete –Respondí.

Una carcajada salió de su garganta.

-¿Estás de broma? A esa edad yo me llevaba a toda Inglaterra por delante –Su risa era contagiosa.

-No te burles, solo que no lo puedo dejar solo –Reí.

-Bien, está bien, puedes cambiar de opinión cuando quieras –Hizo una pausa. –Solo déjame saber –Sonrió.

Asentí.

 La pequeña campana sonó indicando que había un nuevo cliente en el local, alcé la mirada para ver a Harry entrando con una chica castaña al lugar. ¿Era su novia? Pobrecita si lo era, ¿Cómo alguien podría aguantarlo? La furia me recorrió cuando los hechos ocurridos ayer empezaron a reaparecer en mi cabeza. Ambos tomaron asiento y miraron el menú.

-Chicos, miren –Empezó a hablar Tom en nuestras espaldas mientras caminaba hacia nosotros. –Esa es la hija de un viejo amigo, Marco, el general de Londres, quiero que le den buenas atenciones –Dijo Tom en tono de advertencia.

Entonces los recuerdos de porque fui secuestrada aquella noche me invadieron, no estaba en una cita real, estaba por secuestrarla. El pánico me invadió en el momento que me puse en el lugar de la chica. Podía hacer algo para que no le sucediera eso a la chica. Cuando miré hacia la mesa, Thomas ya los atendía. Divisé que la chica estaba embobada viendo a Harry con una sonrisa de colegiala en su rostro.

Thomas volvió y preparó sus pedidos. La chica le sonrió a Harry mientras se ponía de pie y se dirigía hacia el baño. Bien, hablaría con ella. ¿Me creería? Claro que sí, solo debes de mirar su apariencia para darte cuenta. No es necesario que el lleve la palabra criminal tatuada en su frente o un cartel con luces de neón.

Como Harry daba la espalda al mostrado y a la puerta de los baños, me dirigí hacia el baño de damas. Escuché el inodoro sonar y una puerta abrirse. Hice como  si estuviera lavando mis manos y peiné mi cabello. La chica me vio y me dedicó una pequeña y tímida sonrisa. Sus ojos demostraban inocencia al igual que su delicado rostro. ¿Cómo Harry podría ser tan inhumano? Tenía que ayudarla.

-Hola –Saludé.

-Hola –Respondió cortésmente.

-¿Qué te parece el local? –Le pregunté.

-Esta bonito, nunca había venido por esta parte de la ciudad, a mi amigo parece gustarle –Dijo sonriente.

-Pensé que era tu novio –Bateé mis pestañas inocentemente.

-No, algún día –Sus mejillas se acaloraron.

-Sin embargo, ¿sabes quién es? –Enarqué una ceja.

Iba a ir al grano.

-¿Qué tratas de decir? ¿Tu lo conoces? –Preguntó interesada mientras se apoyaba en el lavamanos.

-Sí, y es un chico peligroso –Dije.

-Lo sé –Respondió.

-¿Por qué te le acercas? –Pregunté.

-Lo peligroso es tentación –Dijo.

-Pero puede ser tu ruina, también –Dije.

-¿Por qué no arriesgarse? –Contraatacó.

-Te quiere secuestrar –Dije bruscamente.

La chica se echó a reír.

-¿De qué hablas? –Preguntó risueña.

-El chico necesita dinero ¿y que no mejor que la hija de un general? –Dije obvia y la chica dejó de reír. –Lo intentó hacer conmigo pero ¿sabes que? Fui mas astuta que el –Mentí.

-Valla, ¿en serio? –Su cara palideció. –No sé que hacer –Dijo.

-Solo huye, dile que tienes que hacer algo y así no se enoja –Aconsejé.

Ella me sonrió.

-Muchas gracias, chica, te debo una –Hizo una pausa. –No sé porque te creo pero algo en tu cara me demuestra sinceridad –Sonrió.

-Hm, gracias –Le dije.

Con un inclinamiento de cabeza salí del baño y me puse en el mostrador facturando una compra. Divisé como la chica salía unos minutos después y se acercó a la mesa. Harry le miró cuando la vio llegar, el rizado poseía una sonrisa de lado que desapareció cuando ella cogió su bolso y le dijo algunas palabras para luego marcharse corriendo, literalmente.

Sonreí ya que había ayudado a alguien salir de un apuro. Harry se levantó de la mesa y dejó algunos billetes sobre la mesa para luego caminar hacia la puerta. Me miró por unos segundos y yo bajé la mirada. Oí la campana sonar indicando que se había marchado. Menos mal que no se había dado cuenta. Solté un suspiro que no sabía que había estado conteniendo y seguí trabajando.

~*~

-Nos vemos mañana –Me despedí de Tom con la mano saliendo del local.

Empecé a caminar pero una mano me detuvo, reí mientras me preguntaba que quería Thomas ahora. En estos días ha estado muy coqueto pero el agarre poco delicado que ejercieron sobre mi antebrazo me hizo recordar una persona. Harry. Y cuando vi sus ojos esmeraldas mirarme con furia me di cuenta que estaba en terreno equivocado.

-¿Dónde está mi chica, Collins? –Preguntó.

-No sé de que hablas –Balbuceé.

-Te advertí que no te metieras en esto, ¡y es lo primero que haces! –Gritó.

Su vena del cuello parecía que iba a explotar, mi piel se erizó ante sus gritos y me arrepentí haber salvado a la chica.

-¿Me vas a matar? –Murmuré por lo bajo.

El me miró con sorna.

-¿Matarte? –Preguntó burlón. –Te haré sufrir Jessica, haré que te ahogues en tus propias penas y te haré sufrir tanto que tú misma me pedirás que te mate –Concluyó.

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Hola :D

Aquí el capítulo de hoy. Perdón no subir ayer pero no estuve en mi casa y no pude escribir. Igual mejor tarde que nunca, no se quejen haha. Respondere los comentarios luego ya que es tarde y tengo que ir a ver TXF haha.

Aquí vemos una parte de Harry para que no se pierdan y si se preguntan, me imagino a Thomas como un tipo de Ian Somerhalder, ustedes imaginenselo como quieran. Bueno, ya me voy; comenten y voten.  

PD: No odien a Jake, el no se lo merece :c

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