Capítulo 29

Moje mi rostro una vez más espantando el miedo que sentía. Los ojos mieles de Arlyn miraban hacia mí de manera interrogante y ligeramente preocupada. Cuando conseguí calmarme y regular mi respiración me enderecé mientras miraba hacia la castaña aun de pie mirando hacia mí. Le dedique una pequeña y tranquilizadora sonrisa indicándole que todo estaba bien aunque no fuera cierto.

-Por tu reacción, descarto la idea de que sea tu novio –Dijo siguiéndome mientras yo caminaba fuera del baño directo a la mesa.

Ella cogió mi silencio como si le estuviera dando la razón, y la tenia.

-¿Un amigo? –Pregunto una vez que nos sentamos en nuestras respectivas sillas.

Hice una mueca, Harry no era nada ni nadie para mi, solo el chico de mi pesadillas. Esa era su etiqueta adecuada.

-No quiero hablar de eso –Dije cogiendo la soda y dando un sorbo.

Ella largo un suspiro.

-Perdón por ser tan curiosa, no era mi intención –Hizo una pausa. –Aunque no nos tengamos mucha confianza, sabes que puedes hablar conmigo cuando quieras. Eres una chica muy linda, no te dejes opacar por nadie –Agrego con una sonrisa.

-Gracias –Aclare mi garganta. –Comamos –Dije señalando nuestros platos que gracias a Dios no se habían enfriado con nuestra tardanza.

Mi mente repetía una y otra vez la escena del baño. ¿Cómo alguien podía ser tan inhumano? Me era imposible dejar de temblar bajo su tacto y lo que más me impresiono fue que no me hizo daño o que por lo menos no lo intentara. Lleve el último bocado de la hamburguesa hasta mi boca y lo baje con mi soda. Todo esto bajo la atenta mirada de Arlyn. Le dedique una pequeña sonrisa mientras colocaba el dinero sobre la mesa.

-Vamos, aun faltan lugares –Dije cuando la vi terminar su club sándwich.

Ella asintió mientras limpiaba su boca con una servilleta y se ponía de pie. Pasamos el resto de la tarde caminando por las diferentes plazas y centros comerciales de Londres, sin embargo, aun tenía un buen tiempo viviendo aquí y aun no conozco ni la mitad de Londres. Cuando dicen que es grande, en realidad es grande. Pasamos por una tienda, la cual, llamo la atención de Arlyn completamente. Claro, si era Carolina Herrera.

-Me probare este –Dijo cogiendo un vestido blanco hermoso y corriendo hasta el vestidor.

Me senté a esperarla con una pequeña sonrisa mientras jugaba con un hilo de mi pantalón. Arlyn me modelo diferentes vestidos, tacones y bolsos mientras yo aprobaba o rechazaba cada uno de ellos. Ella tenía un lindo espíritu que derrochaba alegría e hiperactiva. Se notaba que era del tipo de chicas que la etiquetaba como alma de las fiestas y sinceramente era genial conocer a alguien asi.

-¿No te vas a probar algo, rubia? –Escuche una voz a mis espaldas algo chillona.

Mire a mis espaldas para toparme con un chico con el cabello hacia arriba negro y las puntas rojas. Tenía ojos marrones y una sonrisa de comercial. Era gay. Su actitud y la forma de hablar lo delataban, que desperdicio. Le sonreí y negué con la cabeza mientras miraba por todo el lugar.

-Las cosas de aquí no están en mi presupuesto –Le dedique una pequeña sonrisa. –Pero vine a acompañar a una amiga, ella comprara algo probablemente –Le dije señalando a los vestidores.

El chico asintió mientras se iba y luego volvía con un vestido rojo pasión en sus manos. Era volado abajo y ajustado arriba. Hermoso. El chico lo extendía hacia mí con una sonrisa amplia en su rostro.

-Vamos pruébatelo, nena –Hizo una pausa mientras mascaba su chicle. –Tiene que quedarte espectacular, compláceme –Dijo chillonamente.

Luego de que me insistiera y que Arlyn se le uniera, acepte en irme a medir el vestido. Entre a los vestidores y me coloque el vestido rojo cuando me despoje de mi ropa. Me gusto la imagen que me devolvió el espejo. Era lindo. Unos tacones de agujas fueron lanzados por debajo de la puerta. Me reí mientras me salía de mis zapatos y me ponía los lindos tacones negros. Salí para luego recibir aplausos estruendosos.

-Te ves genial, nena –Aplaudió el chico mientras Arlyn sonreía hacia mí.

Di una vuelta sonriente y ambos subieron sus pulgares.

-¡Mateo! ¡Te busca un chico en la puerta! –Grito una mujer.

Mateo se disculpo y se alejo rápidamente hacia la entrada. Yo me quede girando y modelándole a Arlyn mientras ella me decía con que peinado podía adórnalo. Yo solo asentía sonriente e ilusionada. Luego de terminar de escuchar sus cumplidos, fui a los vestidores y me puse la ropa normal con la que había llegado. Doble el vestido cuidadosamente y sali del vestidor. El chico ya estaba ahí.

-Ten, es hermoso –Dije pasándole el vestido.

El chico me miro rascándose la nuca.

-Te lo puedes llevar –Dijo.

Lo mire con recelo.

-Te he dicho que no puedo comprarlo –Dije obvia.

-Sí pero un chico te lo ha pagado ya –Dijo dándome un pequeño guiño.

Arlyn me miro sorprendida y entusiasmada.

-¿En serio? –Pregunte.

-Sí, me lo ha dicho –Sonrió.

Mire hacia la puerta en busca de alguien conocido pero no había nadie. Hice una mueca mientras no sabía que decir al respeto. Arlyn arrebato el vestido de mis manos mientras se lo pasaba al chico.

-Quítale el seguro, que ella acepta el obsequio –Dijo sonriendo.

Luego de que el chico con una sonrisa le quitara la alarma al vestido y lo registrara en la lista de vendidos le cobro lo que había escogido Arlyn y ella paso una tarjeta de debito.

-¿Y los tacones? –Pregunto el chico.

-¿También? –Pregunte ligeramente entusiasmada.

El chico asintió y solo una persona me llego a la mente. Harry. Él era el único desquiciado y acosador mental que podía pagarme todo esto. Aplaudí internamente con una sonrisa mientras sacaba el teléfono de mi bolso. Sería muy descortés de mi parte no agradecerle. Busque el número que el mismo había anotado en mi teléfono, y lo llame esperando que conteste.

-¡Sabia que algún día serias tú la que llamaría! –Lo oí exclamar cuando contesto.

No evite rodar los ojos mientras cogía la bolsa y le indicaba a Arlyn que la esperaría junto al auto. Camine fuera de la tienda mientras sostenía el teléfono con una de mis manos.

-Mira, solo llamaba para agradecerte el vestido y los tacones, es un gesto muy, hmm ¿amable? de tu parte –Dije haciendo una mueca.

-Lo siento pero, ¿de qué hablas? –Pregunto.

Bufe.

-El vestido de Carolina Herrera de hoy, gracias –Dije mientras me apoyaba contra el auto.

El se quedo en silencio por unos minutos.

-¿Estás segura que llamaste al número correcto? –Pregunto una vez más.

-¡Harry! –Dije impaciente mientras veía a Arlyn salir de la tienda.

Ella me miro ceñuda mientras desbloqueaba el auto y yo abordaba en el asiento de pasajero.

-En serio, no se a que te refieres –Lo escuche decir.

-El vestido que me estaba midiendo de Carolina Herrera, lo pagaste por mi junto a los tacones –Dije.

Arlyn puso en marcha el auto.

-No fui yo –Dijo.

Bufe enojada.

-¡Deja de jugar con mi mente! –Grite desesperada para luego colgar y entrar el celular en mi bolso de mala gana.

Arlyn me miro desde su lugar cautelosa mientras seguía manejando hasta el local de Tom. Estaba cansada de que Harry jugara constantemente con mi mente, aunque, agradecía lo del vestido. Fue un gesto ¿encantador? de su parte, aunque el hecho de que lo negara me enojaba. Arlyn aparcó frente al local de Tom mientras yo bajaba del coche con mi bolso y caminaba hasta el local.

Estaba repleto de personas. Hoy sería una noche pesada.

***

Roseé el mostrador con el pequeño aromatizante y esparcí el líquido con un pequeño trapo. Arlyn estaba limpiando las últimas mesas y Tom junto a su nieto estaban arriba en el almacén.

-Ya termine –Dijo Arlyn. -¿Te falta mucho? –Me pregunto.

-No, puedes irte cambiando –Dije con una pequeña sonrisa en mis labios.

 Ella asintió mientras caminaba hasta los vestidores.

Estaba terminando de limpiar el mostrador cuando la pequeña campanita que colgaba sobre la puerta sonó por todo el local. Subi mi mirada para dar con un chico de cabello rubio sucio cubierto con un gorro de lana, sus ojos eran cubiertos por unos lentes de sol –a pesar de que era de noche- y tenía un gesto no muy amistoso en cara. Se acero al mostrador mientras sacaba algo de su pantalón.

-Ya cerramos –Dije amable.

El chico giro su cabeza mirando todo el local y luego miro hacia mía.

-¿Jessica? –Preguntó.

Asentí con el ceño fruncido y él me paso un sobre blanco como si fuera una cuarta y se esfumo tan rápido como entro dejando el sonido de la campanita resonando por todo el lugar. Mire ceñuda hacia el sobre. Lo abrí curiosamente mientras dejaba el trapo a un lado. Saque el papel que contenía el sobre y este tenía una caligrafía en cursiva color azul claro. Mi cuerpo se estremeció al leer lo que decía:

“Harry no es el único chico malo del cual llamas la atención ;).

-x”

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Holaaa :D

Aquí el capitulo de hoy, espero que les halla gustado. No tengo mucho que decir o pedir aparte de que me sigan en mis redes sociales y que voten y comenten muchooo.

PD: Somos puestos 7, en el 1 tienen su maratón. :D

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