Capítulo 15

Narra Jessica:

Oí unos pasos del otro lado de la puerta y un escalofrío me recorrió al pensar que Harry regresaba. Estaba sentada en el borde la cama, sin nada de ropa, solo el corpiño y una sabana que sujetaba al lado de mi cuerpo, la cual, estaba ensangrentada, con los rastros de mi virginidad quitaba de la manera más brusca que alguna vez pude pensar.

La puerta se abrió mientras yo aun mantenía la mirada perdida en el escritorio frente a mí. Cuando menos piensas, es cuando las peores cosas pasan. Un dolor punzante en mi cabeza junto a un dolor inmenso en mis piernas. Ya no podía llorar, creo que me había secado. No me salían las lágrimas, y es que, lo que tenía que pasar pasó y no hay vuelta atrás.

-¿Jessica? –Una voz masculina inundó la habitación.

Cuando miré por el rabillo del ojo era un chico. Y se estaba acercando a mí. Mi cerebro se inundó con pánico a medida que el chico tocó mi hombro.

- ¡No me toques! –Exclamé.

Me alejé de un salto y empecé a temblar. La silueta del chico se acercó a mí una vez más.

-¿Por qué tienes esa sabana? –Preguntó.

Sentí como tiraban de mi única protección y yo me aferré a ella más fuerte, como si fuera de lo único que yo dependiera. Parte de la sabana fue llevada pero no lo suficiente como para quedar solo en corpiño frente al chico que me negaba a mirar.

-¿Por qué las sabanas están…? ¡Mierda! –Un fuerte estruendo se escuchó en la habitación.

Me negué a mirar mientras aun temblaba. Cuando un par de fuerte brazos me rodearon pensé que iba a perder el control. Empecé a chillar y llorar mientras me sacudía de aquel agarre. Me sacudí bruscamente mientras suplicaba que no me hiciera daño.

-Tranquila Jess, soy yo, Jake –Susurró.

Miré hacia arriba y me topé con aquellos ojos verdes. Era Jake. Mi hermano menor vino por mí. Sin pensarlo me aferré a su pecho y empecé a sollozar, por primera vez en el día sentí seguridad. Sus manos acariciaban mi cabello mientras yo solo empapaba su camiseta con lágrimas.

-Me hizo daño, Jake –Sollocé.

-Lo sé, lo sé –Dijo abrazándome mas fuerte.

Su mano subía y bajaba por mi espalda en consuelo. Cuando conseguí calmarme, Jake se alejó un poco y me miró de arriba abajo. Como si fuera demasiado para el mirarme en esas condiciones, se giró.

-Vístete –Demandó.

Se quitó su chaqueta y me la pasó. La coloqué despacio alrededor de mis hombros y el, aun sin mirarme, me pasó mis jeans. Luego de subir los pantalones por mis piernas me acerqué a Jake, el cual, estaba de espaldas. Mis piernas temblaron y no me permitían caminar debido al dolor en mi entrepierna.

Jake se giró en un nanosegundo para verme caída de rodillas en el suelo con una expresión de dolor en el rastro. Antes que pude ver, Jake pateó con fuerza la cama y agarró la silla, que horas antes, había estado atada para lanzarla contra la pared. La silla se partió y Jake gruñó. Me asusté y empecé a llorar nuevamente haciendo que Jake se detuviera.

-Lo siento, Jess yo… -Hizo una pausa. –Solo vámonos.

Jake me ayudó a salir de aquel desconocido lugar. Apenas podía sostener mi propio peso sin caerme. Mi hermano me ayudó a subirme sobre el asiento del copiloto. Una vez dentro, el abrochó mi cinturón y cerró mi puerta. Trotó por la parte delantera del auto hasta llegar a su puerta, abrirla y sentarse sobre el asiento de conductor para poner el auto en marcha.

Nos desplazamos por las oscuros calles de Londres, divisaba como los dedos de Jake se apretaban entorno al volante, provocando, que sus nudillos de volvieran de un tono más claro. Su mandíbula estaba apretada y abría y cerraba su boca cada cierto tiempo como queriendo decir algo pero simplemente no salía su voz de su garganta.

Jake entró aquel coche en el aparcamiento de los edificios y apagó el auto para salir de este. Cuando llegó a mi puerta la abrió, desabrochó mi cinturón y me ayudó a llegar hasta al apartamento. La puerta estaba arreglada, supongo que Jake hizo algo con ella. Abrió la puerta e hizo que entrara junto a él.

Ya dentro de mi habitación el sacó de mis cajones una pijama, su cuerpo estaba aquí pero su mente estaban en otro lugar. Eso lo sé. Quería decirle que no se preocupara, que todo estaba bien, pero era mentira. Yo lo sabía. El lo sabía. Demonios, ambos lo sabíamos. Me recosté cuidadosamente sobre la cama.

-Acércate –Le dije a Jake.

El castaño giró y se acercó a mí cautelosamente.

-Recuéstate –Le pegué al colchón en el espacio vacío junto a mí.

Jake se recostó y yo coloqué mi cabeza en su pecho. Lo miré hacia arriba y su mirada estaba fija en el techo. Vi como sus ojos poco a poco se cristalizaron a medida que acariciaba mi espalda. Sus ojos miraron hacia mi y una lagrima cayó por su mejilla. El paso unos de sus dedos por mi mejilla delineando las marcas rojizas de las manos de Harry.

-Lo siento, es mi culpa –Tragó saliva duramente.

-No, no lo es –Traté de decir.

-¡No trates de arreglarlo! Si yo no me hubiese metido en asuntos que no eran de mi importancia, no estuvieras así, en estas condiciones –Dijo desesperadamente.

-Jake –Empecé a decir.

-¡Nada de Jake, ni Jake! –Gritó poniéndose de pie. -¡Soy un asco! –Volvió a gritar tirándose al piso de rodillas.

Sus manos taparon su rostro mientras lagrimas caían por sus mejillas ahora tapadas. Ver a mi pequeño hermano problemático tan indefenso en el piso hizo que mi corazón se removiera. Me acerqué a él y salí de la cama para ponerme frente a él. Llevé mis manos a su pelo y empecé a acariciarlo suavemente mientras lo escuchaba sollozar.

-Perdóname Jessica, por favor –Me miró hacia arriba.

No sé porque tenía que perdonarlo, pues no era su culpa.

-¿Por qué? No tengo nada que perdonarte –Dije aun acariciando su suave cabellera.

-Eso es lo que crees –Dijo mirando hacia el suelo.

¿Lo que creo?

-¿A qué te refieres? –La confusión grabada en mi rostro.

-Solo hazlo, perdóname Jess –Suplicó.

Asentí sin saber a qué se refería pero cuando sus lagrimas se detuvieron y se puso de pie me alegré. Odiaba verlo en esas condiciones, el era un niño. No tiene porque estarse preocupando por cosas del destino.

-Te amo –Me abrazó depositando un beso en la parte superior de mi cabeza.

Se dio la vuelta y empezó a caminar hasta la puerta de la habitación.

-¿Dónde vas? –Pregunté.

-Voy a ver esto –Dijo extrayendo un USB de su bolsillo.

-¿Qué es? –Pregunté.

Jake hizo una mueca.

-Voy a averiguarlo –Dijo mirando hacia el pequeño dispositivo. –Báñate y ponte la pijama. Te traeré una aspirina y agua para… hm, ya sabes, el dolor –Hizo una mueca.

-Está bien –Dije dedicándole una pequeña sonrisa, o lo más parecido a una.

Salió de mi habitación con sus manos enterradas en sus bolsillos y yo fui hasta el baño. Me despojé despacio de la ropa tratando de no hacerme mucho daño. Una vez frente al espejo miré mi rostro, no parecía yo. Tenía las manos de Harry incrementada en mi rostro, pasé los dedos por aquel lugar y podía sentir el impacto como si pudiera vivir el momento otra vez.

Alejando las imágenes de mi cabeza, miré más abajo. Mi cuello estaba marcado al igual que el valle de mis pechos. Marcados con terribles manchas rojas y algunos puntos morados en ellas. Cuando me toqué una de ellas, un dolor punzante recorrió mi cuerpo. Alejé mis pensamientos de mi cabeza y me dispuse a entrar a la ducha.

Cuando estaba mojada, cogí mi esponja y empecé a pasarla fuertemente por mi cuerpo sintiéndome sucia y asquerosa. Frotaba todo mi cuerpo con ella queriendo borrar cada uno de los espantosos recuerdos. Y antes de que me diera cuenta, me encontraba llorando bajo la lluvia artificial. Llorando no sé por no sé cuanta vez esta noche. Pero era algo inevitable.

Unos cinco minutos habían pasado cuando un fuerte estruendo se escuchó. Asustada, paranoica y preocupada cerré la ducha y cogí la toalla. Con las piernas aun temblorosas me envolví mi cuerpo en la toalla y abrí la puerta. Dejaba rastros de agua a medida que caminaba. Cogí una ropa interior y me la puse despacio junto a una pijama.

Divisé un vaso de agua y una pastilla junto a mi cama. Me bebí la pastilla y cuando estuve a punto de salir a ver de dónde provino aquel sonido Jake entró salvajemente por la puerta.

-Tengo que salir –Dijo con la respiración agitada.

-¿Qué pasa? –Pregunté.

-Tengo algo que hacer –Dijo.

-¿Me dejaras sola? –Pregunté.

El pánico fluía por mis venas haciéndome sentir desprotegida e insegura.

-Nadie te va a lastimar, volveré en unos instantes –Dijo.

-¿Lo prometes? –Pregunté en un hilo de voz.

-Lo prometo –Asintió.

Me dedicó una pequeña sonrisa y se dio la vuelta dispuesto a irse directo a su destino. Pero antes de que pudiera pensarlo, me encontraba llamándolo.

-¿Jake? –Dije.

-¿Sí? –Se giró.

-¿Algún día me dirás que es lo que en realidad pasa contigo? –Pregunté.

No soy tan ingenua e inocente como todos creen. Bueno, tal vez sí. Pero nunca tanto. Jake me miró sorprendido y me hizo una mueca.

-Algún día –Prometió.

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Holaa :D

Como estan? Espero que bien. No es el capítulo más interesante que he hecho pero me imagine que ustedes querian ver la situacion desde el punto de vista de Jessica, así que ya está. Espero que hallan llorado al igual que en el otro capítulo, me gusta que mi fanfic le transmita sentimientos e.e 

Si se preguntan sobre lo del puesto del fanfic, YA ESTAMOS EN EL OCHO *hace fiesta* vamos chicas intentelos, es suficiente con el tercer puesto askfldg. Les digo que en serio haré maratón si lo consiguen :D También quiero darles las bienvenidas a las nuevas lectoras y agradecerle a todas por cada uno de sus comentarios y sus votos. Son geniales chicas.

A las que se preguntan, mi nombre es Daniela y soy de República Dominicana, tengo catorce años -haha, me imagino sus caras de sorprendidas- y bueno no se que otra cosas decirle. Amo la musica y el tennis, hahaha no sé que más. Pregunten ustedes. Perdon por no subir ayer pero aquí esta, trataré de subir mañana. Los fines de semanas se me hacen un poco pesados para subir pero siempre lo intentaré. Un beso, cuidense. 

Comenten y voten muchooooooo :D

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