•03•
La princesa y el aprendiz aterrizaron en el bosque de Camelot, ninguno quería hablar de cuáles podrían ser sus siguientes movimientos, no podían ir en contra de su propio rey, pero tampoco estaban de acuerdo con él. Estaban acorralados. Claire caminó con lentitud hasta el árbol más cercano y se dejó caer quedando sentada al inicio de su tronco y bajo la copa de as hojas. Allí llevó sus rodillas a su pecho y las abrazó clavando su mirada en la hierba.
-Tenemos que volver al castillo, Claire.- decidió Douxie romper el silencio- Recuerda que si tardamos en llegar a casa, enviarán a Lancelot a buscarnos.- señaló al ver que ella ni se inmutó.
-Ya no siento el castillo como mi hogar.- declaró la pelinegra acariciando su mechón blanco.
El Casperan se preocupó ante sus palabras, así que caminó con rapidez hacia ella y se puso de cuclillas para tomar entre sus manos las de su amiga, aquel gesto obligó a Le Fay dejar de mirar el pasto y conectar su vista con la de él.
-No puedes decir eso.- le dijo con firmeza- Tú eres la hija de la hermana del rey, eres la sobrina directa del rey Arturo y legítima heredera al trono. ¡El castillo es tu hogar por derecho! No puedes dejar que Arturo te rebate eso y tu espíritu. Siempre estuviste dispuesta a ocupar tu lugar en el trono y en la familia real, especialmente, para corregir algunos errores en el reinado de tu tío. No puedes rendirte ahora. Naciste con la magia de tu madre por alguna razón, tú naciste con lo imposible y es una clara señal que estás destinada a algo grande y está ligado al trono.- cada palabra que el hechicero decía, calaba más en el alma de la princesa.
Claire, mientras lo escuchaba, iba recuperando su postura a una más imponente y segura, dejando atrás toda derrota que sentía.
-Gracias, Doux.- agradeció secando rápidamente una lágrima que se escapó de sus ojos- No sé que hería sin ti.- agregó en medio de una risa, luego de sus palabras el chico también rió y la ayudó a ponerse de pie.
-A casa, alteza.- sonrió él ampliamente pasando su brazo por los hombros de ella y ambos caminaron hacia el castillo.
• • •
-¿Y encontraron algo?- el rey fue directo al punto y fue lo primero que dijo cuando ambos adolescentes ingresaron al salón del trono.
-Aún no, tío.- mintió Claire igual de rápido.
-Recién ha sido nuestro primer día en el mundo humano, majestad, denos algo de tiempo para obtener la información que nos ha pedido. Aunque tampoco no ayuda mucho el pasar todo el tiempo en la escuela y volver de inmediato a Camelot cuando las clases acaben.- habló Hisirdoux con la diplomacia que Merlín le inculcó desde pequeño.
Arturo bufó rodando los ojos e hizo un gesto con su mano para indicar que ya podían irse, los adolescentes hicieron una reverencia antes de retirarse.
-¿A dónde vas?- le pregunto el pelinegro a su amiga al verla caminar al lado contrario al patio de entrenamiento- Aún recuerdas que debemos entrenamiento de magia y lucha, ¿cierto?- añadió viendo que ella seguía su camino.
-¡Voy en un segundo!- respondió finalmente la chica empezando a correr para evitar que Douxie la detenga- ¡Diles a mi madre y a Merlín que no tardo!- le mintió descaradamente, antes de voltear en la esquina del pasillo y desaparecer de la vista del hechicero.
-Ay, por mi madre.- expresó el muchacho con cansancio.
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Claire abrió el cuarto libro que leía en la tarde y, aunque la noche ya daba inicio en su reino, parecía no ser el último libro que estaba dispuesta a leer en el momento. Sin embargo, su ardua lectura fue interrumpida con el azote que alguien le dió a las puertas de la biblioteca real al abrirlas, la princesa heredera se estremeció al ver a su madre entrar con ímpetu a la biblioteca.
-¿Puedes explicarme por qué no asististe al entrenamiento de hoy?- exigió Morgana mostrando su molestia y cerró las puertas detrás de ella usando su magia.
-Estoy buscando respuestas.- respondió su hija mostrándole el libro en sus manos.
Morgana logró leer el título. Las más grandes rarezas en la magia.
-Sabes que la sección de magia está prohibida, a menos que me tengas a mí o a Merlín como supervisores.- le recordó cruzándose de brazos- Y desde que naciste he leído esos libros una y otra vez, no encontrarás nada de información acerca de porqué naciste con magia, Claire.- le aseguró arrebatándole el libro de sus manos.
-¡Pero debe haber algo!- debatió la de ojos marrones- ¿Tal vez algo por parte de... Papá?- la menor dudó en mencionar a su progenitor.
Pero la muerte del príncipe a causa de una enfermedad fue hace 12 años ya, ambas ya no se desmoronaban ante su ausencia, a pesar de que ella sólo tenía 4 años cuando murió y no lo recordaba para su disgusto.
La hermana del rey negó con la cabeza.
-Tu padre fue un humano normal, hija. Sin magia.- recalcó nostálgica al recordar a quien fue su esposo alguna vez- Algunos misterios no se pueden resolver. El que nacieras con magia es uno de ellos.- agregó pasando sutilmente un par de sus dedos por el cerquillo blanco de la menor.
-Pues a mi tío le hubiera gustado más que no hubiera nacido con ella.- espetó Claire cruzándose de brazos.
-No lo puedes culpar por tenerle miedo y resentimiento a la magia. Recuerda que fue un ser mágico quien asesinó a su esposa, al amor de su vida. Con eso le quitaron todo sueño de vida y de formar su propia familia.- le recordó con lástima, pues su cuñada fue su mejor amiga.
La adolescente apretó los labios, pues había escuchado Miles de historias que relataban el fuerte amor que tuvieron el rey y la fallecida reina. Claramente, la muerte de su esposa oscureció el corazón de Arturo.
• • •
-¡No, Toby! ¡Estoy segurísimo que los ví!- refutó Jim a su amigo, mientras peleaba con Draal en la forja del héroe.
-Estabas en una pelea contra un Gumm Gumm, Jimbo. Nadie te juzgará si te equivocas.- volvió a insistir su mejor amigo.
El Lake se quitó su amuleto de Merlín de su armadura y volvió a ser humano, con eso puso fin a su entrenamiento con Draal y se giró hacia Toby. El pelirrojo pudo ver la determinación y seguridad en los ojos azules de su amigo.
-Los ví por unos segundos, pero puedo confirmar que eran los nuevos y no parecían precisamente asustados por el Gumm Gumm o por mí.- afirmó guardando su amuleto en su bolsillo.
-Nuevos ser intrusos.- intervino AAARRRGGGHHH.
-No podemos sacar conclusiones apresuradas, amigo mío.- negó Blinky- Tal vez sólo sean humanos muy curiosos y con agallas.- señaló.
-No sé quiénes son, pero lo voy a averiguar.- sentenció el cazatrolles cerrados sus manos en puños.
¡Hola hola, genteeeeeeee!
Espero que les haya gustado el capítulo de hoy, lo hice con mucho cariño para ustedes. 💘
Ojalá puedan dejarme en los comentarios qué tal les pareció. 👀
Bueno, eso es todo por hoy...
¡Nos leemos pronto! 😘
A_Hiccstrid
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