Yoga
Espero que les guste~
Nota: Me estoy poniendo al día con las peticiones xD
Petición de: Little_Sunshine2902
-¿En que momento acepte hacer esto?- esa es la pregunta que ronda por la mente de Branch mientras observa como el gurú invade de la manera más descarada su hogar, luciendo demasiado familiarizado con todo para su gusto, moviendo los pocos muebles que tiene en esa habitación en especifica.
-Ah, me apena tanto que creas que puedes negarte- Creek sonrío, luciendo superior y victorioso por alguna razón, el sobreviviente gruñendo entre dientes mientras se inclinaba para agarrar lo que se que tuviera cerca, un peluche que Poppy le había regalado en algún momento, para tirarlo. Sintió satisfacción al lograr golpearlo en la cara. -Muy maduro de tu parte, querido- bufo, rodando los ojos, agarrando el peluche para dejarlo sentado sobre algún mueble y así colocar de una vez los tapetes para yoga que había traído. -Bien, todo listo- se endereza con el pecho inflado de orgullo.
-Felicidades- lo dice de la manera más seca que puede, manteniendo una expresión de aburrimiento. -Estaré en la sala comiendo mi pastel- hizo un gesto y se dio media vuelta, totalmente dispuesto a alejarse de eso, solo para que un agarre en su chaleco se lo impidiera.
-¿A donde crees que vas tu?- Branch agito las manos mientras era arrastrado de vuelta a la habitación, sin poder agarrarse siquiera del borde de la puerta para intentar hacer palanca. -Es hora del yoga- el menor se sintió como un niño cuando fue casi alzado y puesto sobre uno de los tapetes, verde por alguna razón, quedándose muy quieto y casi tieso en su lugar.
-No sé...hacer yoga- toda su fuerza y flexibilidad viene de sus años de aventurarse al bosque.
-Y para eso mismo estoy aquí- se paro sobre el otro tapete, violeta para variar, manteniendo una postura relajada mientras juntaba las manos cerca de su pecho. -¿Listo?- no parecía dispuesto a aceptar un "no" como respuesta.
-Pero...mi pastel...- Branch no era un ser goloso pero no podía negar que estaba saboreando ya ese pastel de terciopelo rojo el maldito había traído como alguna clase de soborno para que lo dejara entrar.
-Pastel luego, yoga primero- sonó como una orden y el sobreviviente gruño algo entre dientes, copiando la postura ajena, decidido a terminar todo aquello lo más pronto posible con tal de obtener su recompensa. Las primeras posturas son sencillas, simples estiramientos que sirven para empezar y no lastimarse nada más adelante. Estirar brazos, piernas, mantener el equilibrio y una respiración tranquila, con movimientos lentos entre cada transición. Para Creek, todo se siente natural, a realizado la misma rutina tantas veces a la hora de enseñarle a los demás que lo puede hacer con los ojos cerrados a estas alturas. Mientras que para Branch, todo se siente un poco aburrido, más acostumbrado a la adrenalina y al instinto, aunque supuso que no estaba tan mal, algo que no iba a decir en voz alta para no inflarle el ego al otro.
El gurú nota el aburrimiento ajeno y decide pasar al siguiente nivel.
Las siguientes son un poco más complicadas, de esas que requieren no solo un buen equilibrio y concentración, sino también algo de fuerza, en especial en los brazos, además de exigir un poco más de flexibilidad. Creek en serio había esperado que el otro tuviera alguna dificultad, quizás algún tropiezo o sea tan tieso como se ve, pero se lleva una sorpresa cuando Branch lo imita con facilidad, luciendo tan tranquilo que envía una punzada de envidia. Es fuerte y tiene un gran sentido del equilibrio, lo a visto trepar arboles y moverse de rama en rama, aunque no puede negar que la flexibilidad que el otro muestra lo toma un poco con la guardia baja.
-¿Ya terminamos?- el sobreviviente se endereza, estirando los brazos todo lo que puede, enarcando una ceja hacia el gurú.
-¿Qué te parece un reto?- extiende su mano con una sonrisa, queriendo probar los limites ajenos, y aunque el sobreviviente no parece muy contento, acepta, porque nunca se hecha atrás cuando hay un reto.
Las poses en pareja son mucho más complicadas.
Para eso se necesita todo lo anterior, especialmente confianza pero de alguna manera, entre ellos solo funciona, simple como eso. Se siente demasiado fácil confiar en que el otro, en que no lo dejara caer y muchos menos va a dejar que el otro se lastime, algo raro teniendo en cuenta como empezó su extraña amistad pero ninguno de ellos esta dispuesto a preguntar, porque de alguna manera, lo disfrutan.
Todo va bien...hasta que los brazos de Creek tiemblan y le fallan. Branch cae encima suyo con todo su peso, quitándole el aire en el proceso y de alguna manera recibiendo un manotazo en la cara, acurrucándose en posición fetal en cuanto el otro se mueve, adolorido en más de un sentido. Se quedan en silencio por unos segundos y de repente, Branch solo empieza a reír. Empieza como algo suave y que intenta ocultar, solo para rendirse al poco tiempo, dejando escapar una sonora y muy sincera carcajada que resuena en la habitación. El gurú se endereza, dispuesto a reclamar, solo para cerrar la boca al instante en el que ve al otro. El sobreviviente esta brillando, de la manera más literal posible, el tono de piel aclarándose hasta volverse un tono de cian brillante y solido, haciendo resaltar las pecas blancas en sus mejillas, al mismo tiempo que los mechones oscuros de vuelven azules desde la raíz hasta las puntas. Es sorprendente, porque solo a visto ese tono en fotos de cuando era solo un bebé que JD presume en cada oportunidad que tiene, y solo puede quedarse allí, arrodillado, mirándolo por unos segundos.
-Oh, por el bosque...- jadeo, luciendo casi al borde de las lagrimas, su risa solo en aumento de alguna manera. -¡Eso fue un desastre!- se tira de espaldas sobre el tapete, abrazando su estomago que le duele pero no puede parar, sin importar cuanto lo intente. Una sonrisa se dibuja en el rostro del troll de piel violeta antes de que pueda evitar, la risa que suena siendo contagiosa hasta el punto que él mismo no puede evitar unirse.
-¡Un total desastre!- su propia risa toma fuerza y volumen, cayendo como el troll que se retuerce a su lado, sin notar que su propia piel y cabello brilla también. Branch lo mira de reojo, abriendo los ojos con sorpresa al notarlo.
-¡Estas brillando!- señala entre risas. -¡Pareces una barra luminosa!- y su carcajada volvió con toda sus fuerzas, solo aumentando su propio brillo sin darse cuenta.
-¡Tu también!- señala de igual manera entre risas. Por alguna razón, se sienten llenos de diversión y alegría, risueños también, algo que dificulta un poco el lograr calmarse.
Su carcajadas terminan de llamar la atención de los integrantes mayores, quienes siguen el ruido por pura curiosidad, sorprendidos y algo anonadados al llegar ante la escena. Están encantados de poder ver los colores originales de su hermano menor después de tanto tiempo, luciendo tal y como cuando era un bebé lleno de felicidad infantil, pero al mismo tiempo, están furiosos porque luce como si el gurú hubiera logrado algo que ellos no.
Su odio por él crece un poco más ese mismo día.
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