Trolls Rock #4
Espero que les guste~
-¿Qué quieres hacer que cosa?- Branch parpadeo, sin poder creer del todo lo que acababa de escuchar.
-¡Quiero empezar una gira para robar las cuerdas de todos los demás!- su sonrisa es enorme, llena de emoción, ignorante del ligero horror que llena al menor en ese mismo instante. -Haría una guitarra super poderosa que transformaría a todos en trolls del rock y ya no habría más diferencias, estaríamos todos unidos como debió ser en el pasado- Riff retrocedió un paso, notando la expresión ajena, sabiendo que las cosas podrían irse al diablo en cualquier momento. -¿No es el mejor plan de todos?- parece entusiasta, esperando una respuesta positiva y al troll gris le duele el corazón tener que romper su ilusión.
-No- la expresión de ella cae, luciendo dolida y pronto, furiosa. -¿Te estas escuchando? Quieres esclavizar trolls solo para que todos sean iguales, volverlos un cascaron vacío que no podrán pensar por si mismos- negó, retrocediendo un paso. -Eso suena como una idea horrible- hizo una mueca. -Les estarías quitando la libertad a todos, como los trolls del pop lo intentaron hace años. No esta bien- Riff se escondió tras un mueble por seguridad, porque la reina podía ponerse muy violenta rapidamente si las cosas seguían así.
-¡¿Y por qué rayos te importan?!- Barb apretó los dientes, luchando por entender a su hermano. -¡Te repudiaron, te lastimaron, te dieron la espalda y nunca siquiera intentaron buscarte!- su resentimiento por los pop había empeorado cuando el menor hablo de su corta vida allí y él se arrepentía de haberle contado por momentos. -¡No merecen que los protejas!-
-¡Que me hayan hecho daño no significa que yo quiera hacerlo también!- busco las palabras para que ella entendiera. -¡Soy feliz aquí!- soltó, ella luciendo conmovida por unos segundos. -Gracias a lo malo que eran, yo me fui al bosque y te conocí. Dolió mucho, no voy a negarte eso, pero me ayudo a encontrarte y tener una vida mejor- dudo antes de continuar. -Volver a todos Zombies no cambiara el pasado ni la historia, solo te volver tan mala como ellos lo fueron en ese momento- Barb retrocedió, luciendo como si la hubieran golpeado en la cara, y él siente una punzada de culpa que se esfuerza por ignorar. -No necesito una venganza y tu no necesitas empezar esta guerra sin razón- la miro, suplicante, bajando las orejas con tristeza y ligera desesperación. -Te adoro Barb y te conozco, por eso creo que puedes ser mejor que ellos y dejar atrás ese resentimiento que ni siquiera te pertenece- Barb aprieta los labios temblorosos, sus ojos brillando con lagrimas no derramadas, luchando entre sentirse dolida y triste por las palabras que escucha. -¿Quieres unir a todas las tribus? Hazlo de la manera madura y habla con ellos, firma un tratado de paz o algo así de raro pero no les robes su libertad- se animo a avanzar, extendiendo las manos para agarrar las de ella y darle un apretón, mirándola a los ojos con suplica. -Por favor, sé mejor de lo que ellos fueron en el pasado, sé la reina que papá crio y haz lo mejor para todos- hubo silencio y Branch se aferro a las manos ajenas, temiendo no haber podido llegar a ella a pesar de su esfuerzo, temiendo que su terquedad y orgullo fueran demasiado para atravesar pero entonces, la expresión de la reina se relajo, en un rendimiento silencioso.
-Lo hare como quieras- suspiro con cierta resignación. -Lo que menos quiero es hacer algo que te lastime-
-Lo sé y gracias- la abrazo y ella se aferro con fuerza suficiente como para quitarle el aliento pero eso no importaba mientras el alivio lo invadía. Hacer razonar a su hermana era algo difícil pero estaba contento de haberlo podido lograr y convencerla de no iniciar esa loca guerra que no podría terminar bien.
Lograr hablar y hacer la paz con las demás tribus no resulto tan malo como lo había esperado. Barb tenía mal temperamento, medio controlado por las lecciones de ira de parte de su papá y por tenerlo allí a su lado para mandarle una mirada lastimera cada vez que sentía que era necesario pero a medida que continuaban, parecía cada vez más animada. Los tecno lucen un poco cautelosos al principio, en especial por el ceño fruncido en el rostro de la reina, pero Branch logra apaciguar las aguas y lograr tranquilizarlos. Por alguna razón, le agrado al rey Trollex para su absoluto alivio.
Hablar con los country es un poco más complicado, notablemente desconfiados en trolls que no fueran de su gente, pero Branch logra convencerlos, compartiendo sus propias ideas de construcción que cree que podrían ayudar y muy entusiasta cuando sus comentarios son bien recibidos, logrando obtener algunas ideas nuevas a cambio. Delta lo termina por adorar por alguna razón que no entiende del todo pero que lo hace feliz, porque ella es muy dulce.
Los clásicos y los funk son los más tranquilos, también los parecen estar más dispuesto a extender la mano sin problema, un poco intimidados por los del rock y su apariencia, Branch en realidad no puede culparlos, pero queriendo la misma paz que le están ofreciendo.
Ahora, solo queda una tribu, y él no esta nada emocionado con eso.
-Agh, puedo escuchar su enfermiza música desde aquí- Barb hizo una mueca mientras caminaban por el bosque, luciendo agotada de solo escucharlos de lejos y Branch espera que pueda soportar un poco más antes de perder la paciencia o algo peor.
-Lo sé- suspiro con el mismo cansancio que ella. Había esperado no tener que volver a ese pueblo nunca más pero aquí esta de nuevo y se siente mal del estomago, queriendo esconderse en su hogar, quizás acurrucarse entre Barb y Riff o tocar alguna canción, cualquier cosa era preferible a estar allí. -Ya tengo dolor de cabeza y ni siquiera estamos cerca-
-¿Estás seguro de que quieres estar aquí?- Riff coloco su mano en el hombro ajeno y a pesar de tener los ojos cubiertos, el menor podía sentir la mirada llena de preocupación con la que le estaban mirando. -Puedo hacerme cargo si quieres volver-
-Y yo puedo prometer no matar a nadie- la reina hizo un gesto, dispuesta a controlar su impulso de ira si eso significaba que su hermano se fuera con tranquilidad.
-Yo di esta idea y te voy a acompañar hasta el final, no hay vuelta atrás- los trolls del rock no eran muy cariñosos entre si pero cuando él tomo sus manos, quedando en medio de ambos, ninguno de los dos hizo amague de soltarse. Le dieron un ligero apretón que él no dudo en devolver. -Terminemos con esta tortura de una vez- asintieron y sin más, avanzaron con grandes pasos, adentrándose al pueblo ruidoso y empalagoso de los pop, llamando la atención casi al instante. Los tres apenas habían llegado y ya querían irse.
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