Orejas

Espero que les guste~

Nota: No sé ustedes pero a mi me da mucho sueño cuando voy a la peluquería, en especial cuando me lavan el cabello

Nota-2: No voy a negar que los shippeo, no me siento culpable por eso :3

Nota-3: Mi parte favorita del fandom de Trolls es la cantidad de shipps raros que existen xD

Nota-4: ¿Qué shipp les gusta?

Creek era observador y cuando estaba aburrido, no podía evitar notar ciertos detalles de los trolls a su alrededor.

Como Poppy acariciaba el borde de su vestido en ciertas situaciones estresantes, mirando a su alrededor como si estuviera buscando una salida o una solución.

Como Biggie se aferraba a su mascota en busca de comodidad, acariciándola casi de manera compulsiva cuando se ponía demasiado ansioso.

Como Satin y Chenille se aferraba la una a la otra cuando parecían sentirse intimidada o solas, algo extraño teniendo en cuenta que en realidad no pueden separarse.

Como Guy Diamond a veces luchaba para no dejar caer demasiado brillo cuando estaba nervioso o demasiado emocionado.

Como Smidge levantaba más peso de lo usual cuando se sentía débil o vulnerable, sin detenerse a veces hasta el agotamiento.

Son detalles que a podido notar ahora que ya no está en el centro con ellos pero no puede negar que lo que más llama su atención y lo divierte por alguna razón son las orejas expresivas de Branch, las cuales delataban su estado de ánimo si estabas atento.

Si estaban caídas, era una señal de tranquilidad. Si se levantaban, era porque podía estar atento o emocionado. Si se aplanaban, era porque estaba molesto o irritado. Si bajaban un poco más de lo usual, era por preocupación o tristeza. Si se agitaban, era porque estaba incomodo o ansioso. Había tantas posibilidades y acompañados de las expresiones ajenas, a veces era muy fácil saber que cruzaba por su cabeza y como se sentía.

Es extraño, porque las orejas de los trolls en general no se movían de esa manera, pero Branch siempre fue diferente a todos los demás y eso solo era un detalle más.

Aunque, no dejaba que nadie las tocará.

Golpeó las manos de las gemelas cuando ellas estaban arreglando su cabello y se movieron demasiado cerca de sus orejas, ignorando sus reclamos. Golpeó la mano de la reina cuando ella se acerco con esa única intención y no retrocedió, ni siquiera cuando ella le lanzó una mirada herida. Esquivo todos los intentos de los demás por acercarse para probar límites y llego a gruñirles con frustración cuando sentía que habían colmado su paciencia.

Creek no puede negar que tiene curiosidad, y no le tiene miedo a la muerte, así que se aprovecha de esos extraños y recientes momentos que pasan juntos para cumplir su objetivo.

Extendió el brazo, rápido en llegar a la oreja caída de tono cian opaco que tanto se había mantenido fuera del alcance de todos, y acarició con dedos cuidadosos, atento al rostro ajeno, lleno de curiosidad. Había esperado que le hiciera cosquillas, había visto a muchos troll reírse a carcajadas con un simple toque, o que quizás lo molestara, porque hacerlo enojar realmente no era algo muy difícil, pero se lleva una sorpresa.

-¿Pero qué...?- Branch lucia confundido por unos segundos, frunciendo el ceño con molestia y un gruñido de advertencia emanando de lo más profundo de su pecho, aunque el sonido murió tan rápido como empezó, haciendo una mueca ligera mientras los dedos violetas acariciaba su oreja. Pareció relajarse en contra de su voluntad, amenazando con cerrar los ojos con cada parpadeo, bostezando mientras se apoyaba pesadamente en el toque.

-¿Te estas durmiendo?- esta asombrado y su voz pareció hacerlo reaccionar, sacándole de esa nube de ensueño en la que estaba entrando, apartando la mano violeta de un manotazo y alejándose, las mejillas ardiendo de vergüenza, aplanando las orejas de forma casi protectora.

-Tu...- gruñó, aunque no había exactamente ira en él, solo ansiedad y nervios. -...¿Por qué...?-

-Curiosidad- ser sincero con alguien como Branch era algo nuevo pero muy fácil por alguna razón. -¿En serio eso te hace dormir?- hizo un gesto con los dedos, observando como las mejillas ajenas se oscurecían un poco más.

-Es...- duda, haciendo un gesto vago. -...algo que mi abuela hacía para hacerme dormir cuando era más pequeño...- su expresión es pensativa y algo melancólica, como si estuviera perdido en sus recuerdos, alzando la mano para rozar sus propias orejas. -...no pensé que eso funcionará aún- agrega en un susurro, sorprendido pero algo encantado de alguna manera.

-Ah...- y su expresión se relaja antes de que pudiera evitarlo. Puede sentir la añoranza ajena por algo que perdió hace mucho tiempo y no puede recuperar pero él puede entenderlo. -...mi madre acariciaba mi cabeza- supuso que era justo, un secreto por otro.

-¿Eh?- lo miro con confusión y curiosidad, una de sus orejas sacudiéndose apenas en lo que el gurú cree es un gesto nervioso inconsciente.

-Mi madre acariciaba mi cabeza...- a veces, cuando duerme y tiene mucha suerte, puede soñar con ella, con el recuerdo lejano de dedos amables pasando por su cabello, solo para terminar acariciando su nuca en algún punto. -...es por eso que solo yo puedo arreglar mi cabello, porque si otro lo hace...-

-...te da sueño- bufo, aunque no había ningún tipo de burla cruel, solo un ligero alivio. Se mantuvieron tranquilos por unos segundos, sin saber como continuar, y al gurú no le sorprendió mucho ser empujado de manera repentina al suelo, manos en sus hombros manteniéndolo allí, con un rostro furioso mirándolo desde arriba. -Si le dices a alguien de esto...- gruñó, el ceño fruncido y las orejas aplastadas en señal de amenaza, sin notar que luce mucho como un animal por unos segundos.

-Ah, lo entiendo, no diré nada. Será nuestro secreto...- se lo llevará a la tumba, sabiendo que el otro lo haría pagar muy caro si lo divulgaba pero eso no significaba que no lo iba a usar en su contra de vez en cuando. -...pero aún creo que te vendría bien una siesta, cariño- su sonrisa es burlona y se apresuró a estirar las manos para llegar a las orejas ajenas, sintiendo que se estremece ante el toque repentino. Frota muy suavemente con los dedos, observando con ligera diversión como el sobreviviente intenta resistirse pero su expresión se relaja y pronto, bosteza, parpadeando lento y pausado. Sus brazos se aflojan y cae, Creek jadeando ante el repentino peso sobre su pecho, aunque se recupera, volviendo a lo que estaba haciendo.

No se da cuenta del todo de su error hasta que se detiene y lo escucha quejarse, sonando casi como una especie de reclamo sin palabras que no se detiene hasta que vuelve a acariciar sus orejas, sintiendo como se relajaba una vez más.

Iba a estar allí por un tiempo.

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