Intruso

Espero que les guste~

Nota: Tuve este AU en la mente durante días y al fin me anime a escribirlo. La mayoría de los AU es de Branch siendo criado entre los trolls del rock pero para variar, me gusta hacer cosas diferentes xD

Nota-2: En pocas palabras, Branch se separo de la tribu desde el momento en el que escaparon, y estuvo vagando por el bosque hasta que, por ciertas situaciones, se cuela en la nave de los funk

Nota-3: Mi Twitter fue invadido con trolls con cola y almohadillas tanto en las manos como en los pies, así que me tente y lo use :3

La verdad es que nadie lo había notado al principio, porque en su mayoría había sido comida en un principio y nunca en grandes cantidades, así que no llamo demasiado la atención y nadie sospecho nada pero luego, empezaron a desaparecer algunas cosas como cuerdas, algunos cuadernos y lápices. También faltaban algunos libros en las estanterías, aunque volvían a aparecer al cabo de unos días, luciendo sanos y limpias, algunos incluso tenían pequeñas notas escritas en los márgenes con una letra difícil de leer. 

Ahí es cuando confirman que tienen un intruso en la nave. Intentan buscarlo pero apenas algunos podían verlo de reojo antes que se perdiera por completo de sus vistas. Quien sea que estuviera allí, era ágil y rápido, quizás pequeño al juzgar por su facilidad para esconderse pero por sobre todo, era listo.

Así es como comienzan las trampas.

Están por todos lados y en donde menos se lo esperaban, las cuerdas antes desaparecidas siendo ahora usadas para rodear sus tobillos y quedar colgados de cabeza por un rato, solo para que fueran cortadas no mucho después, liberándolos sin ningún tipo de daño. A veces las trampas parecen ser un poco más complejas, abriendo alguna puerta solo para ser bañado en crema batida o incluso algo de agua. En ocasiones, hace algo con los parlantes, logrando que un sonido completamente diferente al que querían o logrando que un despertador no sonara. 

Eran bromas que no molestaban realmente a nadie. 

Essence va a ser sincera y decir que no pensó mucho en ello. Había un intruso en su nave pero no parecía tener malas intenciones, porque robaba comida y sus trampas eran inofensivas, sin intención de real de lastimar a nadie pero sabiendo donde ponerlas para que alguien cayera sin falta. Los trolls lo empezaron a tomar casi como un juego, mirando a su alrededor para buscar y esquivar una trampa, solo para caer en otra a los pocos segundos. Es divertido, en especial porque su marido a caído más veces que la mayoría, llegando incluso un día entrar a su habitación compartida bañado en crema batida y plumas.

Así que no, no esta muy apurada de que se encarguen del intruso, y solo lo deja ser. Quizás es solo un niño entre tantos que estaba aburrido y decido jugar bromas en un intento de entretenerse, se detendrá eventualmente, esta segura de ello.

Tarareo suavemente para si misma, sus ojos fijos en el libro que esta leyendo, disfrutando de un pequeño y casi raro momento de paz en el cual su esposo se encarga de todo lo demás, solo queriendo llegar al final al final de su historia pero a medida que pasa el tiempo, se siente observada y no puede evitar levantar la vista para mirar a su alrededor, curiosa, solo para llevarse una sorpresa. Hay una silueta, pequeña y acurrada para esconderse tras uno de los tantos muebles de su pequeño estudio, quieta como si intentara pasar desapercibida. Cree que puede ser el intruso.

-¿Hola?- uso un tono suave y tentativo, amable, pero aun así, la pequeña silueta se estremece y parece intentar encogerse un poco más en su lugar, temeroso. -No voy a hacerte daño, cariño- no hace amague de moverse y el intruso tampoco. Ella mira su libro de forma pensativo y luego, se centra en el plato lleno de fruta cortada que le habían traído no hace mucho tiempo, una idea ya en su mente. -¿Te gustaría algo de comer?- empuja con mucho cuidado el plato, alejándolo de ella hasta donde puede. -Tengo muchas frutas aquí y me encantaría compartirlas contigo- sin respuesta aun pero ella no se rinde. -Están frescas, lo prometo- aun nada. -Escucha cariño, no tengo intenciones de que te atrapen, así que puedes confiar en mi y salir- sonrío cuando la silueta se removió. -Nadie entrara aquí, solo somos y yo- pasan unos segundos y justo cuando cree que el intruso decidió irse, algo sucede.

Muy lentamente, el intruso sale de su escondite, luciendo cauteloso mientras se revela ante la reina. Lo primero que ella nota es que no es uno de los suyos y lo segundo es que es completamente gris, con el cabello negro atado en una trenza torpe que luce algo enredado y hecho con apuro, usando pantalones y un chaleco que parece quedarle algo grande, con la cola en alto. Esta avanzando en cuatro patas, utilizando las almohadillas de sus pies y manos para no hacer ningún sonido, luciendo dispuesto a salir corriendo si lo necesitaba pero aun acercándose, con los ojos fijos en la fruta. Él la mira y ella siente una punzada en su corazón ante la duda en sus ojos, es tan pequeño, tan joven que solo quiere abrazarlo pero se abstiene.

-Adelante, es todo tuyo- le sonrío y eso basto para que el menor se sentara, la punta de su cola moviéndose apenas mientras agarraba algo de fruta y las metía en su boca, masticando con gusto, pareciendo disfrutarlo. Essence descarta que sea un troll del rock extraviado en cuanto abre la boca, le faltan los colmillos que tanto los caracteriza, y eso solo deja una opción. Un troll pop, no se han sabido nada de ellos en años, y se pregunta que hace uno aquí, en su nave, luciendo salvaje y tan lejos de su gente. Ahora que esta cerca, puede ver cicatrices marcando la piel grisácea, algunas pequeñas pero otras más grandes. Eso rompe un poco su corazón, dolida por el pequeño que tiene en frente, pero se mantiene relajada y le sonríe. -¿Te gustan?- él la mira y asiente pero parece pensarlo un poco mejor por unos segundos, mirando el plato y luego a ella una vez más, para luego empujarlo ligeramente en su dirección en un ofrecimiento silencioso. -Oh...- Essence no esperaba eso pero aun así, se asegura de sonreír, moviéndose con cuidado para tomar uno de los trozos de fruta y comerlo, masticando con gusta. -Delicioso, ¿no?- él hace un ligero sonido, luciendo satisfecho, su cola agitándose con un poco más de rapidez mientras miraba de reojo a su alrededor. La reina tarde un poco en volver a su libro pero logra volver a la parte en la que estaba, disfrutando de la compañía silenciosa y sabiendo que aun estaba allí por su ligero masticar, pero cuando llega al final y levanta la vista, no le sorprende mucho que él haya desaparecido. Solo espera que volviera a acercarse.

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