Incomodo #3

Espero que les guste~

Nota: Por alguna razón, este fue el que más me costo pero al final, si pude terminarlo xD

Creek tardo poco más de una hora pero al final, encontró a Branch, escondido en ese pequeño y secreto jardín suyo donde cultivaba tanto verduras como flores, usualmente estas últimas usadas para preparar medicinas y cosas así.

Se veía...tan mal como había esperado.

Su tono es opaco y esta acurrucado en una zona apartada, abrazando sus rodillas contra su pecho y mirando de manera distraída el montón de flores que allí planto, luciendo algo sucio con lo que cree que es barro y el cabello caído, notablemente mojado por alguna razón, su ropa en mal estado debido a la suciedad y agua. Su expresión se mantiene en blanco, aunque una de sus orejas se estremece apenas en señal de que su presencia allí no pasa desapercibida pero sin hacer amague de siquiera mirarlo. Al gurú le sienta mal verlo en ese estado, prefería verlo enojado porque verlo tan triste era algo poco común y no podía negar que le rompía un poco el corazón.

-Hey, cariño~- saluda mientras se acerca, mostrándole una sonrisa tentativa cuando los ojos azul oscuro se mueven apenas para verlo. Sus ojos están irritados en señal de que había estado llorando en algún momento pero por sombre todo, luce desgastado y cansado, como si solo quisiera esconderse y dormir, una mala señal. Él dudo un segundo antes de arrodillarse y extender lentamente la mano, acunando con mucho cuidado la mejilla ajena, preocupado ante lo fría que estaba su piel pero sin comentarlo por el momento, viendo como el otro se apoyaba pesadamente en su toque, dejando escapar un ligero suspiro que no supo si era de alivio o no. -Ella se paso esta vez- piensa con una mueca que se apresura a borrar, manteniendo su rostro calmo y amable, lo que menos necesita el troll de tonos opacos es su ira hacia la reina. -Tienes...el cabello mojado- no pudo evitar hacer una mueca al verlo, los mechones oscuros caídos y húmedos, luciendo enredados.

-Metí la cabeza en un lago no muy lejos de aquí- se encogió de hombros, restándole importancia a sus palabras mientras el gurú no puede evitar mirarlo con espanto.

-¿Por qué?- fue lo único que pudo soltar en ese momento, sin entender lo que había pasado por la mente ajena para hacer semejante acto.

-Estaba desesperado...- admitió y el de piel morada se lo puede imaginar, sintiéndose mal por no haber podido encontrarlo antes. -...y el agua estaba lo suficientemente fría como para detener mi ataque de pánico- tarareo, quitando la mano ajena de su rostro solo para poder aferrarse al toque, un escalofrió recorriendo su espalda y temblando antes de poder detenerse.

-Eso no es sano, cariño- esta preocupado, porque es notable que el otro se esta congelando debido a su ligero chapuzón en agua helada en un momento de desesperación. Él necesita una ducha cálida, ropa limpia y una larga siesta, quizás algo de ese pastel que tanto adora para poder animarlo aunque sea un poco. -¿Tus hermanos están en tu bunker?- lo que menor necesitaba el otro era tener que lidiar con sus hermanos en esos momentos pero su propia vaina estaba muy lejos y para llegar necesitaban atravesar el pueblo, así que el bunker era su lugar más cercano y seguro. Branch no contesto abiertamente, solo negó con la cabeza, al parecer sin querer hablar y el otro no lo obligo, solo se levanto, guiando con amabilidad al otro para que lo imitara antes recorrer el corto camino que había hasta la puerta del bunker.

No había nadie allí para su alivio y el gurú se encargo de empujar al sobreviviente al baño, dejándolo para bañarse, buscando ropa limpia que dejo sobre la cama ajena y se adentro a la cocina para hacer algo de té, esperando que pudieran tener la suficiente suerte como para que nadie se presentara allí.

No mucho después, esta sentado en el sofá de la sala, dejando dos tazas calientes sobre la pequeña mesa de allí justo a tiempo para ver al sobreviviente acercándose a él con paso lento. Luce mejor, limpio y con un tono más claro de piel en señal de tranquilidad, con una toalla sobre sus hombros para no mojarse de más por culpa de su cabello aun húmedo y caído, sosteniendo entre sus manos a Gary.

-Cierre total...- dice de repente, llamando la atención del gurú que lo mira con ligera confusión. --...para que nadie entre, no estoy de animo para ser social...- frunció apenas el ceño, dejando a Gary en sobre su adorable almohadón antes de acercarse del todo. -...y tampoco para fingir que no estoy enojado con Poppy en este momento- gruño entre dientes.

-Me imagino que no- solo espera que la reina entendiera la indirecta y no intentara entrar o al menos, hiciera caso a sus palabras de que se mantuviera alejada por el momento. Cree abre la boca, queriendo preguntar que podría hacer para ayudar, pero hay un cepillo siendo empujado a sus manos, con el dueño del lugar sentándose justo frente suyo, dándole la espalda en un gesto muy claro. -Oh...- parpadeo. Lograr que Branch dejara tocar su cabello de buena gana era extraño, usualmente debían discutir un poco entre ambos antes de que se rindiera y se sentara a regañadientes, pero en ese momento, solo se sentó en silencio y espero. -¿Estás bien?- saca algo de su cabello, crema de peina con aroma frutal que siempre lleva consigo por alguna razón, colocando algo de eso en sus manos para poder pasarlo por el cabello ajeno desde la raíz hasta las puntas.

-No pero supongo que no es nuevo- tarareo, relajándose, su color haciéndose un poco más claro para el alivio del gurú, quien se encargo de deshacer los nudos entre los mechones del sobreviviente y tarareando en voz baja, sin hacer amague de intentar comenzar ningún tipo de conversación. -Supongo que ella se sintió mal- comento después de unos segundos de silencio.

-Mucho pero eso ni significa que tengas que perdonarla tan fácilmente- no va a negar que a veces era difícil mantenerse enojado con Poppy, porque siempre tenía buenas intenciones y sus disculpas eran sinceras, pero incluso entonces, sus acciones podían causar la suficiente frustración como para mantener su postura. -Termine- avisa en cuanto termina con el cabello ajeno, orgulloso de su aspecto limpio e impecable, aunque aun se mantiene caído por el momento. Deja el cepillo a un lado y se acomoda, sin sorprenderse mucho cuando Branch básicamente se empuja contra su costado, acurrucado, apoyándose en su hombro mientras se permite relajarse lentamente. Él podía llegar a ser pegajoso en ocasiones raras y Creek no duda en rodearlo con sus brazos, abrazándolo, tarareando una suave y ligera melodía, esperando que encontrara consuelo en su simple presencia, dispuesto a quedarse allí por todo el tiempo que el otro necesitara.

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