Cooper Y Branch
Espero que les guste~
Nota: Para los que no me conocen, tengo un problema con los AU xD
Branch tenía solo 5 años cuando sucedió el gran escape del Árbol Troll y aunque lo único que tenía planeado era su bunker, para estar a salvo de los bertenos, nunca en su corta vida espero encontrar un huevo en el camino.
Era colorido, mucho más que cualquier otro que hubiera visto, abandonado y medio oculto entre los arbustos. Algo frio al tacto pero si se esforzaba y escuchaba con atención, podía escuchar un ligero movimiento en su interior, acompañado de latidos tranquilos y constantes. Sintió tristeza cuando lo vio, sabiendo lo que era ser abandonado y dejado a su suerte, quizás por eso lo acuno entre sus brazos y se lo llevo, teniendo que informarle al rey cuando este lo vio pero él no se lo quito y solo le sonrío, deseándole suerte.
Cuando llegan a su destino, un lugar recóndito en el fondo del bosque y que parecía ser el más libre de cualquier planta loca que pudiera asesinarlos, todos estaban demasiado ocupados en instalarse como para ocuparse del pequeño troll gris y el extraño huevo, algo que él aprovecho para alejarse y buscar el lugar perfecto para empezar a cavar.
Branch no puede negar que se aferro un poco al huevo, manteniéndolo lejos de las manos de cualquiera y dejándolo en su cabello para que dejaran de mirarlo, sintiéndose incomodo y un poco protector pero solo necesitaba fruncir el ceño para que cualquier troll se alejara de él y lo dejara en paz. No quería que nadie pudiera dañarlo y desconfiaba de todos a su alrededor, así que se encargo de cuidarlo, un poco paranoico y temeroso de que algo pudiera suceder pero poniendo mucho esfuerzo en mantenerlo seguro.
Pasaron semanas antes de que el huevo empezara a temblar, la superficie lisa y colorida quebrándose ante sus ojos en una clara señal de que había llegado la hora. Estaba temeroso, ansioso y muy nervioso, alejándose un par de pasos, sin saber exactamente que hacer. Era un niño, nunca había visto a un troll nacer realmente, y tenia algo de miedo si podía ser sincero pero aun así, se quedo muy quieto y espero, permitiéndose caer de rodillas mientras veía los trozos caer. El pequeño troll que emergió lo tomo por sorpresa. Era diferente, parado en cuatro patas, con mechones azulados y caídos, luciendo un pelaje colorido, con un notable olor a pastelillos encima. Los grandes ojos parpadearon, mirando a su alrededor con asombro infantil, hasta que se fijaron en él.
-Hey- saludo con cierta torpeza, cualquier habilidad que hubiera tenia en interacción social se había esfumado hace mucho tiempo, algo que solo empeoro ahora que era gris, y no sabía como tratar con alguien tan joven pero el pequeño troll pareció fascinado, una lenta y gran sonrisa dibujándose en su adorable rostro mientras tropezaba con los trozos de cascaron esparcidos en el suelo al acercarse. El troll gris solo pudo mirarlo por unos segundos, extendiendo las manos para sujetarlo al verlo caer, notando como las patas delanteras parecían funcionar como manos y se aferraban a él. -¿E-Estás bien?- se sentía tan fuera de lugar pero aun así lo acuno contra su pecho, sintiéndose perdido y preocupado. Era pequeño, cálido, y con un brillo de felicidad notable brillando en sus ojos inocentes.
-¡Estoy bien!- rio y se estiro todo lo posible solo para poder frotar rostro con la mejilla gris en un gesto cariñoso que tomo al mayor por sorpresa, haciendo un ligero y suave sonido que el otro no supo como interpretar pero Branch no pudo evitar ablandarse, sintiendo que casi quería llorar ante la repentina muestra de afecto, sintiendo su pecho cálido mientras se permitía devolver el gesto con suavidad.
No se atrevió a nombrarlo, porque no se sentía correcto y temía elegir un mal nombre que el pequeño podría odiar, pero este se le adelanto y no mucho después de su nacimiento se llamo a si mismo Cooper, porque dijo había escuchado ese nombre en el pueblo y simplemente le gusto, riendo con diversión mientras decía que sonaba gracioso a su parecer.
Branch tenía toda la intención de dejarlo en el pueblo, porque temía que el pequeño pudiera lastimarse si se quedaba a su lado, pero cada intento fracaso horriblemente. Cooper siempre encontraba su camino de vuelta a él, siempre luciendo una gran sonrisa llena de emoción y victorioso, como si hubieran estado jugando alguna especie de juego.
No tenía el corazón para obligarlo a quedarse donde obviamente no quería, sabía lo que se sentía eso y se negaba a hacerle eso a alguien que se veía tan feliz de estar con él, así lo dejo hacer lo que quisiera y pronto, tenía una pequeña sombra siguiéndolo a todas partes.
Cooper era diferente a todos a su alrededor y aunque al principio muchos lo miraban raro, un gesto que hacia que el interior del troll gris se retorciera con molestia y ansiedad, el pequeño tenía una extraña forma de adentrarse en el corazón de cualquiera con solo una sonrisa y un tropiezo. Era adorable según la mayoría, un poco torpe al caminar y siendo propenso a accidentes, soltando chistes tontos que solo él parecía entender a veces y siendo muy fácil de distraer pero era dulce, cariñoso y tan fácil de querer que no era una sorpresa que muchos trolls quisieran adoptarlo.
Aunque siempre sucedía lo mismo.
-¿Branch puede venir con nosotros?- lucia tan emocionado, ilusionado de que lo llevarán junto al troll gris, ignorando que nadie lo quería y el sobreviviente no podía negar que estaba conmovido, sintiéndose mal cuando la expresión del menor decía ante la negativa de cualquier troll adulto que quisiera llevarlo. -Entonces...no, gracias- y le daba la espalda sin problema a cualquier posible hogar que le ofrecían, volviendo con Branch, luciendo tan feliz y contento de estar a su lado que el otro no podía evitar sentirse enternecido.
A pesar de eso, los murmullos sobre él solo parecieron empeorar.
Todos parecían preocupados porque su estado gris pudiera arruinar pudiera arruinar la inocencia y felicidad de Cooper, alegando que ambos eran demasiado jóvenes como para tomar decisiones por cuenta propia, algunos hasta creía que Branch sobornaba al menor o lo hipnotizaba de cualquier forma.
Eso estaba lejos de la verdad, Branch ponía mucho esfuerzo en cuidarlo y alimentarlo como era debido, pero a ninguno de los demás parecía importarle, solo veían su tono de piel y decidían que no era apto para cuidar de un troll colorido.
Los trolls del pueblo luchaban por convencerlo, hasta había intentando comprarlo o sobornarlo con pastelillos y música, uno de ellos le había regalado una gorra verdosa que el pequeño adoro desde el principio pero siempre volvía al bunker para poder acurrucarse entre los brazos del troll gris, quien no podía entender exactamente que cruzaba por esa pequeña cabeza suya.
Aunque no podía negar que se encariño rapidamente y le gustaba tenerlo a su lado, casi como un hermanito que nunca había esperado tener y quizás por eso añadió otro cuarto a sus planos. Si Cooper se iba a quedar con él, necesitaría añadir un poco más de seguridad.
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