Cintas
Espero que les guste~
Nota: Tresillo - verde azulado. Marimba - naranja. Tambora - verde
Nota-2: Alguien me pidió algo entre Branch y los trolls del Reggaetón, así que esto fue lo que salió de mi cabeza :3
-¡Branch!- Poppy parecía muy emocionada, saltando con energía ansiosa, su sonrisa tan grande y los ojos brillantes con felicidad notable que un ligero escalofrío no pudo evitar recorrer la espalda del sobreviviente. Se sentía algo intimidado de repente. -¡Te tengo un super regalo sorpresa!- aplaudió.
-Sabes que no me gustan las sorpresas- en especial porque la sorpresas que venían de parte de la princesa suelen venir con una bomba de color y brillantina.
-Oh, esta te encantará, lo prometo- hace un gesto y antes de que él pudiera quejarse, o quizás huir, hay un brazo pasando por encima de sus hombros y un cuerpo cálido justo a su lado. El sobreviviente se sobresalta, tenso ante el repentino toque, alzando la vista solo para encontrarse con un rostro familiar.
-Hey, popero~- Tresillo le esta sonriendo, divertido y algo burlón, como si fuera graciosos ver su reacción.
-¡Tresillo!- no había esperado verlo, no cuando ni siquiera había recibido una carta de aviso de su parte, pero de igual manera, esta encantado. El troll de rastas tarareo, usando su brazos para atraerlo a un abrazo que el troll del pop no dudo en devolver. -No sabía que vendrías-
-Y nunca vengo solo, chico- lo soltó, haciéndose a un lado, mostrando a sus compañeras sonrientes que parecían esperar pacientemente su turno.
-¡Marimba! ¡Tambora!- no es un gran abrazador, no usualmente, pero ellas son dulces y cariñosas, sus abrazos amables y cómodos, así que no duda en acercarse a ellas, sonriendo al quedar atrapado entre ambas.
-Hola, cariño- sonrió la de piel naranja, dejando un suave beso en una de las mejillas del más pequeño, la cual se oscurece con cierta vergüenza, resaltando sus pecas blancas.
-Hola, dulzura- la de piel verde luce encantada, imitándola, besando la otra mejilla y logrando avergonzar al otro un poco más. Branch, en el pasado, nunca se hubiera siquiera imaginado que tendría muchos amigos pero ahora los tenia, muchos en otras tribus, y recibir sus vivistas siempre lo hacían sentir cálido, algo que adoraba.
-Los dejaré para que se diviertan- Poppy luce encantada, guardando de manera disimulada su cámara, teniendo nuevas fotos para agregar a su álbum. Esta contenta de ver a su amigo tan feliz y se va, dispuesta a dejarlo por el momento.
-Oh, tenemos tanto que mostrarte- Tambora hace un gesto, empezando a caminar en dirección a la vaina que la reina les había conseguido para ellos.
-Y mostrarte- Marimba salta, siguiéndola de cerca.
-Se ven...mas animadas de lo usual- Branch señaló, mirando al troll a su lado con curiosidad, quien bufo con cierta diversión.
-Tu amiga, la reina, les dio muchos dulces. Creo que tienen un exceso de azúcar- Tresillo hizo un mueca, aunque no pudo evitar sonreír ante la risa del sobreviviente a su lado. -Solo puedo rezar porque el azúcar baje a tiempo y las deje dormir toda la noche- agrego con tono dramático y quejumbroso, solo logrando que la risa ajena aumentará un poco en volumen.
-Pobre de ti- bufo, luchando por ahogar su risa. Lidiar con Poppy, en especia con exceso de azúcar, podía ser mucho y no quería imaginar como podían comportarse ellas antes eso.
-Sip, pobre de mi- suspiro con resignación, rodeando los hombros ajenos con su brazo para acercarlo a su costado. -Vamos, popero, tenemos que alcanzarlas- avanzó, el menor tropezando un poco para seguirle el paso.
La vaina en la que se quedaba era pequeña pero bonita y cómoda, equipada para los tres, con ellas contando todo lo que habían hecho en las últimas semanas desde su última visita.
Hasta que una de ellas pareció recordar algo.
-Tengo algo para ti- deja una bolsa frente al troll pop, quien mira en su interior con curiosidad. Hay muchas fotos de lugares bonitos y paisajes, con algunos de esos juguetes de rompecabezas que a recibido mucho de parte de ellos y adora en este punto. Entre todo eso, hay cintas algo finas, no muy largas pero tampoco cortas, de un bonito tono dorado, muy suave al tacto.
-Las vimos y nos acordamos de ti- hablo Tresillo, un poco divertido ante la expresión llena de confusión en el rostro ajeno. -Creo que te quedarían muy bien-
-Oh...- mira las cintas, sintiéndose conmovido de que alguien se acordará de él en su viaje, sonriendo antes de poder evitarlo. -Me gustan, gracias...- levanta la vista para mirarlos, pudiendo notar que estaban sonriendo. -...pero no sé como usarlas- admite con cierta timidez.
-Se usa en el cabello- hablo Marimba, haciendo un gesto hacia su propio cabello.
-El nuestro no funciona como el de ustedes, no nos ayuda a trepar árboles o algo así, por lo que solemos mantenerlo atados. Algunos prefieren las rastas, porque duran un poco más, y otro trenzas, porque pueden cambiar de peinados cuando quieran- Tambora explica, el troll del pop asintiendo ante eso. Siempre le gusta aprender codas nuevas sobre cada tribu. -La cintas se entrelazan entre el cabello como un adorno-
-Vaya- tarareo, levantando su mano para tocar el cabello de su nuca, pensativo. -No sé si me quedarán bien- no puede imaginarse su cabello trenzado, de seguro se vería muy raro, quizás fuera de lugar.
-Awwwwww, te veras adorable- dice la de piel naranja, con una gran sonrisa y ojos brillantes de solo imaginarlo.
-Encantador- lo ojos de la de piel verde también brillando de solo pensarlo. -Tienes un rostro muy lindo, cualquier peinado te quedaría bien- agregó, logrando que las mejillas ajenas ardieran, removiéndose apenas y sonriendo con ligero nerviosismo, aún no sabía cómo responder a los cumplidos.
-Puedo trenzar tu cabello si quieres probar como te queda- ofreció Tresillo con una sonrisa, luciendo dispuesto. Branch no estaba muy seguro pero ella lo empujaron al baño con toda la emoción del mundo, empujando un pote de shampoo a sus manos mientras le señalaba la ducha en un gesto obvio.
Al sobreviviente no el quedo otra más que lavarse el cabello, para tenerlo húmedo y caído, aunque cuando intento cepillarse el troll de piel verde azulado le arrebato el cepillo, luciendo divertido.
-Yo me encargo de todo, tu solo siéntate y luce bonito- hizo un gesto hacia el suelo alfombrado y Branch termino por obedecer, sentándose de piernas cruzadas, intentando ignorar la ligera sensación de ansiedad en su pecho. Creek es quien usualmente toca su cabello, en ese día que él mismo proclamó como "día de cuidado" que lo obligaba a tener, y Viva a veces, cuando quería hacerle trenzas o peinados, así se siente raro dejar a alguien más hacerlo pero se queda en su lugar, solo esperando.
Apenas se sobresalta ante el primer toque, sin poder ignorar lo extraño que se siente tener dedos ajenos en su cabello, separándolo en partes por lo que puede suponer, pero son amables, gentiles incluso con los pocos nudos presentes, y no puede evitar relajarse con un ligero suspiro que no se dio cuenta que había estado conteniendo.
-Así que...- las miro, sonriendo. -...me estaban hablando de su última misión- ellas se iluminaron.
-Oh, no tienes idea de lo loco que fue- Marimba rio ligeramente, luciendo divertida y algo burlona.
-Fue super extraño- Tambora bufo, apenas conteniendo su propia risa. -Esta troll nos pidió que buscáramos a su marido, que decidió escapar por alguna razón, y lo arrastraramos de vuelta...- empieza a hablar y Branch se distrae, dejando pasar el tiempo, llegando a disfrutar el toque ajeno.
-Termine- Tresillo avisa, a lo que el sobreviviente se para para acercarse al espejo de cuerpo completo puesto en la pared, parpadeando ante su reflejo. Su cabello se mantiene caído y tiene trenzas por mechones, todas hechas hacia atrás pero sin llegar a sentirse tirantes, algo que su cuero cabelludo agradece, con la cinta dorada entrelazadas entre los tonos oscuros y logrando sobresalir de alguna manera. Se siente extraño el ligero peso que viene que el peinado, en especial poder sentir su cabello contra su espalda, pero le gusta como se ve, haciéndolo lucir diferente.
-¿Te gustan?- Tresillo se para a su lado, luciendo orgulloso de su trabajo, y Branch no puede evitar notar, con cierto espanto, que ahora es mucho más pequeño.
-Me siento bajito- hace un puchero. Se ve más pequeño debido a la falta de su cabellera usualmente parada, resaltando su baja estatura usual.
-Eres un enano- bufo el líder del grupo, a lo que el sobreviviente lo golpeó ligeramente en el estomago, sonriendo al verlo inclinarse con un temido.
-Este "enano" es fuerte- volvió a mirarse al espejo, sonriendo ante su reflejo. Le gustaba mucho, en especial las cintas doradas que resaltaba de manera notable, sintiéndose cálido y encantado.
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