Cabello
Espero que les guste~
Nota: Para quien me lo pidió, aquí esta~
Nota-2: Podrían tomarlo como una continuación del anterior, solo que con otro nombre xD
Nota-3: Lamento haber desaparecido, tuve algunos problemas pero ya estoy de vuelta, disfruten mientras puedan :3
Nota-4: Sé que a muchos no les agrada mucho Creek, los entiendo y también lo respeto, pero les pido que respeten a quienes si les agrada o que por lo menos, disfrutan de mi versión de él
-Haría tu cabello si me lo pidieras- Branch suelta con algo de torpeza y de manera casi repentina, logrando que el dueño de la vaina en la que están levantara la vista para mirarlo con confusión notable.
-¿Disculpa?- Creek enarco una ceja, con curiosidad sincera, notando como el otro se removía en su lugar con incomodad y ansiedad notable, luciendo como si no quisiera repetirlo.
-Tu sabes...haces lo de...- hace un gesto hacia una de sus orejas y el gurú tararea en entendimiento, una lenta y casi malévola sonrisa dibujándose en su rostro. -...y yo estaría dispuesto a hacer...- señalo el cabello bicolor ajeno. -...si me lo pides- termina con algo parecía a un puchero, avergonzado.
-Oh, ¿quieres tocar mi cabello, Branch?- no puede evitar molestarlo, a sido parte de su rutina toda su vida pero ahora ya no hay malicia ni malas intenciones, solo disfruta de ver la expresión avergonzada del sobreviviente.
-No lo hagas raro- gruño con los dientes apretados y a pesar de la molestia, sus mejillas arden de vergüenza, algo que el otro parece notar con facilidad porque su sonrisa solo se agranda.
-Solo es raro si lo haces raro- tarareo, acomodándose en su lugar, y aunque se mantiene tranquilo, no puede evitar sentirse algo ansioso ante el ofrecimiento. Quería decir que si al momento pero algo se lo impedía y sabía exactamente lo que era.
-Esto ya es raro de por si- los apunto a ambos con una ceja arqueada, a lo que el gurú no pudo evitar bufar, divertido mientras asentir. Los trolls murmuraban sobre ellos, algunos creían que estaban en una especie de secta y otros tantos creían que estaban siendo controlados mentalmente por seres de otro mundo. Era extraño y divertido, muy entretenido también, escuchar las locas cosas que pasaban por la mente de los demás ante su repentina amistad. -Solo ofrezco- levanto las manos, algo ansioso por la falta de respuesta. -Confió en ti para dormir en tu regazo pero...- enarco una ceja, luciendo más burlón que molesto pero con algo suave y ligero que el gurú no sabe como interpretar. -...¿tu no confías en mi para dormir en el mío? Me ofendes- desvió la mirada y a pesar de sus palabras, parece pensativo, jugando muy ligeramente con sus dedos de manera casi distraída. -Solo...tenlo en cuenta- le ofreció una sonrisa tentativa que el otro no tuvo problemas en devolver, conmovido por el ofrecimiento, sintiéndose cálido.
-Lo tendré- tarareo, sin poder evitar reír en su mente. Su vida se había vuelto muy rara, de ser el mejor amigo de la futura reina a un traidor, que luego es aceptado una vez más y de alguna manera se vuelve amigo del antiguo troll gris que tanto había molestado.
Creek se tomo una semana entera para meditar sobre el ofrecimiento ajeno, analizando los pros y los contras por alguna razón, sintiéndose ansioso. Había una parte de él que quería ceder, sentir dedos amables que no fueran los suyos peinando su largo cabello, queriendo disfrutar de un gesto que no había sentido en muchos años pero otra parte siente vergüenza por su deseo, lo que lo frena y mantiene su boca cerrada.
Después de una noche particularmente mala, en la cual su mente parece poco dispuesto a encontrar paz y no lo deja dormir, que decide mandan todo al diablo y es por eso que poco después del medio día se presenta en la entrada del bunker, sintiendo su estomago lleno con su almuerzo retorcerse un poco por los nervios y la ligera ansiedad.
-¿Creek?- se endereza ante la voz, alzando la vista para ver al sobreviviente, quien ladeo la cabeza con curiosidad mientras lo miraba en espera de una respuesta.
-¿Podrías...?- su voz murió para su absoluto horror y dudo un poco antes de solo hacer un gesto hacia su cabello, mirándolo de reojo con una suplica ligera, esperando que el otro pudiera entenderlo y teniendo en cuenta la sonrisa que se dibujaba en el rostro del troll de piel cian, supo la respuesta.
-Ven aquí, raro- hizo un gesto con diversión y burla, a lo que el gurú bufo con cierta vergüenza pero avanzo, parado con torpeza, apenas tropezando cuando el ascensor se activo y ambos bajaron, adentrándose en el enorme bunker, siguiendo al dueño del lugar, sin prestar real atención hasta que él se detuvo y básicamente lo empujo a un cuarto. -Ahí, puedes acomodar las cosas a tu gusto- hizo un gesto y Creek no pudo evitar animarse al ver el colchón, notando las mantas y almohadas acumuladas en ese pequeño cuarto de aspecto acogedor. No dudo mucho en adentrarse, tomando todo lo que se sintiera suave a su parecer, acomodando todo a gusto y sintiéndose mucho más valiente una vez que termino, orgulloso con su obra.
-Después de ti, cariño~- miro al sobreviviente, quien solo rodo los ojos con diversión ligera antes de avanzar y dejarse caer de espaldas en el nido, acomodando algunas almohadas para quedar apenas sentado pero cómodo y luego lo miro. Lucia un poco incomodo, aunque decidido y dispuesto mientras extendía las manos en su dirección en una clara señal que el gurú no dudo en obedecer. Podía ser un poco pegajoso según lo que le habían dicho y agradecía que pesar de la usual renuencia de parte de Branch cuando se trataba de contacto físico aun así le ofreciera un abraza. Podía sentir su tensión ligera al principio, dejando escapar un suspiro de alivio mientras lo sentía relajarse lentamente mientras se acomodaba a la sensación de tener un peso encima y a alguien tan cerca.
Creek medio enterró su rostro en el pecho ajeno, mentalizándose para lo que venia, apenas tenso cuando sintió las manos ajenas tocar su cabello de manera tentativa. Hay dedos cuidadosos que casi parecen peinar sus mechones de doble color, amable mientras los llegaba hasta donde podía y volvía arriba, empezando nuevamente. No puede evitar relajarse, cerrando los ojos, dejando que los recuerdos de su madre y esos bonitos momentos entre ambos inundaran su mente, sintiendo ganas de llorar. La extraña tanto que dolía.
Mientras tanto, Branch se permite tararear, decidido no comentar las lagrimas ligeras y silenciosas que corrían por el rostro del gurú, solo hundiendo sus manos entre la cabellera de colores y acariciando con dedos firmes el cuero cabelludo ajeno, sintiendo como se desplomaba por completo encima suyo, totalmente relajado. Se sobresalta apenas ante los brazos que de repente rodean su cintura, apretados y firmes pero sin hacerlo sentir encerrado, el rostro ajeno hundiéndose un poco más contra su pecho de alguna manera. Cree que es una buena señal.
Creek no tarda mucho en caer profundamente dormido y así es como Branch aprende, por las malas, que el otro es un maldito abrazador. Los brazos que lo rodean son fuertes para su sorpresa y entre más intenta escapar, más firme se aferran a él, así que no tiene otra más que solo quedarse allí y esperar a que el otro se despierte.
Estará allí un tiempo.
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