Cap. 6- Gamma


Las dependencias médicas del cuartel general de los Vengadores no solían estar muy abarrotadas, pero tras la incursión en Irak, tanto el Capitán América, como Wanda y Alex habían resultado heridos.

Los dos primeros apenas habían tardado un par de horas en ser atendidos y dados de alta. Steve Rogers sanaba mucho más rápido que cualquier ser humano gracias al suero del supersoldado que corría por sus venas, mientras que las heridas de Wanda no habían sido especialmente graves.

Sin embargo, casi un día después, Alexa Zane seguía sin recuperar el conocimiento, lo cual empezaba a alterar los ánimos del resto del equipo, especialmente de Tony.

―¿Todavía nada? ―El multimillonario entró en la estancia médica. Llevaba el cabello húmedo, recién salido de la ducha y una extraña mueca arrugaba su semblante al intentar disimular la preocupación que sentía.

―Has estado aquí hace menos de media hora, Tony ―respondió Natasha, en pie a un lado de la camilla. Al otro estaba Bruce, quitando de la frente de Alex los electrodos que había usado para monitorear su actividad cerebral―. Dale un respiro, volverá en sí ―añadió, tratando de convencerse a sí misma tanto como a su compañero.

Por un instante, Tony esbozó una leve sonrisa, enternecido con la actitud protectora de Natasha hacia la joven.

―Pero está bien, ¿verdad? ―insistió mirando a su colega. Conocía el riesgo que la ciberpatía implicaba para Alex... Necesitaba que Bruce le dijera que volvería en sí.

―Tiene las constantes normales. Creo que solo se ha excedido usando sus poderes. ―El doctor Banner señaló la pantalla situada junto a la cama de la chica―. Sin embargo, su actividad cerebral está por las nubes..., desconozco si esto es algo habitual en ella. Necesitaría hacerle algunas pruebas ―explicó sacudiendo la cabeza. Alex no era una paciente normal ni de lejos―. Hay otra cosa ―añadió tras un suspiro. Ahora venía lo interesante.

Natasha y Tony lo miraron con sendas expresiones interrogantes.

―Apenas he tenido tiempo de estudiar la muestra de sangre que le tomé el otro día, todavía debo hacer otros análisis antes de sacar nada en claro, pero tenéis que ver esto. ―Fue hasta la mesa pegada a la pared, donde había dejado su equipo, ajustó la lente del microscopio e hizo que la muestra se visualizara en otra pantalla más grande―. A primera vista todo parece normal, pero he observado que las cadenas proteicas de su sangre han sido alteradas artificialmente, al igual que otras células de su organismo.

―¿En qué sentido? ―Tony arrugó la frente―. ¿Quieres decir que Alex es una mejorada, no una mutante?

―Es mutante, tiene el gen X ―confirmó Bruce―, pero estoy casi seguro de que, además, ha sido expuesta a otros factores para incrementar y dirigir sus poderes.

―No, eso no es posible ―intervino Natasha―. En SHIELD lo sabrían. A todos los agentes con capacidades especiales les hacen exámenes regulares. Alex lleva desde los siete años sometiéndose a controles.

―Lo sé, Nat, pero en SHIELD no hay nadie que conozca la radiación gamma como yo. ―El doctor Banner suspiró. En sus labios esas palabras no sonaban nada vanidosas.

La pelirroja abrió mucho los ojos.

―Bruce, esto es muy grave ―respondió con un hilo de voz―. ¿Insinúas que alguien ha usado rayos gamma en ella?

―Estoy seguro. ―Asintió el doctor.

―Voy a matar a Fury. ―Tony se dio la vuelta, dispuesto a ir tras el director. Una cosa era que en los años cuarenta hubieran experimentado con Steve para ganar la guerra..., pero hacerle eso a una niña, ¡no tenía perdón!

Sin embargo, Banner lo retuvo sujetándolo por un hombro.

―Esto no tiene que ver con SHIELD. El nivel de simbiosis entre la radiación y su organismo es demasiado elevado ―explicó―, no sé cómo ha ocurrido, pero fuera como fuera, tuvo que suceder cuando apenas era un bebé, o incluso durante la gestación.

Stark respiró hondo, dándose un segundo para procesar toda la información. Luego asintió y miro a su amigo.

―Sigo creyendo que hay algo que no nos están contando ―respondió―. Fury sabe más de lo que nos ha dicho.

―Sé muchas cosas que usted desconoce, Stark, pero la identidad de quién le hizo eso a la señorita Zane no es una de ellas.

El millonario se dio la vuelta, topándose con la figura del director en la puerta de la sala médica, como casi siempre, acompañado de Maria Hill. La agente negó en silencio y fue hasta la camilla de Alex para colocarse junto a ella.

En lugar de acobardarse ante la presencia del hombre, Tony solo se creció más, pero otra voz se adelantó a su inminente réplica:

―Entonces cuéntenos cómo una niña de siete años termina siendo educada por una agencia de espías ―dijo Steve, entrando en ese momento en la estancia, ataviado con ropa deportiva y una pequeña toalla colgada de los hombros―. Porque no sé los demás, pero yo estoy harto de verdades a medias y expedientes clasificados.

―Bien dicho, anciano. ―Tony asintió.

―Aquí no. ―Natasha se colocó en medio de los tres hombres. Su expresión autoritaria no dejaba lugar a protestas―. Hill, por favor, quédate con Alex un momento.

La agente asintió sin oponer la menor queja, mientras que los demás: Banner, Romanoff, Rogers, Stark y Fury abandonaron la enfermería en silencio.

―Lo de Alex no es culpa tuya, lo sabes ―le comentó Natasha a Steve, mientras recorrían los pasillos hacia el salón principal. Sabía que el método de Rogers para manejar la frustración consistía en encerrarse en el gimnasio a dar puñetazos a un saco de boxeo hasta que el agotamiento no le permitiese ni pensar―. Deja de autoflagelarte, se pondrá bien.

―Estoy bien, Nat ―respondió este, devolviéndole una breve sonrisa.

El hecho de que la pelirroja lo conociese tan bien lo inquietaba y conmovía a partes iguales. No lo habían hablado abiertamente, pero tampoco le sorprendía que Natasha supiera que se sentía responsable del estado actual de Alex. Él era el líder, cualquier cosa que le sucediera a los miembros de su equipo durante una misión recaería sobre sus hombros; además, era consciente de que Alex había tomado la decisión de sobrepasarse en el uso de sus poderes para rescatarlo a él de la amenaza de Hiperión. Agradecía y valoraba el coraje de la chica, pero si ella y Tony le hubieran dejado participar en el plan, habría preferido buscar otro modo.

―De verdad, estoy bien, solo necesitaba descargar un poco de adrenalina ―añadió, impulsado por la poco convencida expresión de Natasha.

Ella juntó los labios en una fina línea, pero no dijo nada más. Steve se detuvo, abrió la puerta del salón y la sujetó a un lado, dejando a los demás entrar primero.

Clint y Sam ya se encontraban en el interior. Ambos conversaban en los sillones situados junto a los enormes ventanales que daban a los jardines exteriores. Sobre la encimera de la cocina, conectada con el salón, reposaban dos botellines de cerveza abiertos y una caja de pizza recién empezada.

Tony sintió como le rugían las tripas al ver la comida, así que no dudó en hacerse con una porción antes de dejarse caer frente a sus compañeros.

―¿Lexy ha despertado? ―preguntó Clint en cuanto los vio llegar.

Bruce Banner negó con la cabeza. Luego pasó a contar de manera apresurada lo que había descubierto con el análisis de sangre, y el motivo de esa reunión improvisada. Tras la explicación, todas las miradas recayeron sobre Fury en busca de respuestas.

―Adelante, desembuche ―lo apremió Tony, dando un mordisco a su porción de pizza.

―No puedo contarlo todo. Hay cosas que solo la señorita Zane tiene derecho a decidir si desea compartir... y otras todavía las desconocemos ―empezó a decir Fury, apoyado contra la encimera, sin perder la calma que lo caracterizaba―. En SHIELD siempre hemos estado atentos a cualquier noticia de individuos con habilidades especiales, ya sea para reclutarlos, para mantenerlos vigilados o para protegerlos. Alexa no entró en nuestro radar hasta que tenía siete años, después de un incidente con sus poderes lo suficientemente llamativo como para atraer nuestra atención.

―¿Qué hizo? ―preguntó Sam con curiosidad.

―Acababa de ver Star Wars y hackeó la red de la NASA para copiar los planos de su último convoy. Quería construirse una nave y visitar el espacio ―respondió Fury con una mueca que casi podría catalogarse como nostálgica.

Una leve sonrisa acudió a los labios de Steve. Definitivamente, Alex tenía una seria fijación con Star Wars.

―Rastreamos la señal hasta el orfanato de Escocia en el que vivía Alexa, y yo mismo fui a visitarla ―continuó explicando el director―. El procedimiento era siempre el mismo, registrábamos la habilidad del individuo y valorábamos sus posibles incidencias en la comunidad. Por supuesto, no entraba en mis planes reclutarla, al menos no en ese momento, era demasiado pequeña ―aclaró―. Pero antes de que nos fuéramos, una patrulla de HYDRA asaltó el orfanato.

―Iban a por Alex ―dedujo Banner.

Fury asintió.

―Suponemos que la localizaron del mismo modo que nosotros; al parecer llevaban años buscándola ―explicó―. Conseguimos neutralizarlos, pero dejar a la niña en el orfanato ya no era una opción, HYDRA regresaría a por ella. Como comprenderéis, no podíamos permitir que una organización criminal controlase a una niña capaz de lanzar un mísil nuclear desde su dormitorio.

―Podíais haberle buscado una familia, esconderla, darle otra identidad ―opinó Steve.

―No, no era lo suficientemente seguro, solo sería cuestión de tiempo que volvieran a encontrarla ―acotó Fury―. HYDRA estaba muy interesada en ella. Por eso decidí educarla en SHIELD como agente, criarla para que fuera consciente del alcance de sus habilidades y aprendiera a utilizarlas y protegerse a sí misma de los que querían aprovecharse de ella.

Natasha ladeó la cabeza. Para ella y para Clint esa parte de la historia no era ningún secreto, sin embargo, ahora que sabía lo que Bruce había descubierto, se daba cuenta de que había varios aspectos del rompecabezas que nunca había llegado a encajar.

―¿Es posible que HYDRA esté relacionada con los experimentos gamma en ella? ―planteó―. Si llevaban años buscando a Alex, es porque ya sabían lo de sus poderes. Tienen que haber sido ellos los que se lo hicieron, no hay otra explicación.

El resto del grupo asintió de acuerdo. Eso tenía sentido.

―Es muy posible ―coincidió Fury―. La experimentación con seres humanos no es ninguna novedad para HYDRA.

―Pero usted dijo que en los documentos del orfanato Alex estaba registrada como abandonada a los pocos días de recién nacida ―intervino Clint, recordando una vieja conversación con el director.

Bruce Banner dio un paso adelante.

―Eso cuadra con lo que he podido ver en los análisis ―explicó―. No creo que el proceso de radiación se diera sobre Alex directamente, sino sobre su madre durante el embarazo. De ahí que no haya efectos secundarios. Podría sacar mucho más en claro si conociera la identidad de sus padres, necesito saber si alguno de ellos también era mutante.

―¿Llegaron a averiguar quiénes eran? ―consultó Sam mirando a Fury―, ¿y por qué la abandonaron?

―Lo lamento, pero eso ya no me corresponde a mí compartirlo. ―El director negó con la cabeza―. Tendrán que preguntárselo a ella.

―¿Por qué no? ―Tony se inclinó hacia delante, apoyando los codos en las rodillas―. Ni que estuviera emparentada con los Kennedy ―añadió en tono irónico.

―No insista, Stark.

A pesar de que ahora la curiosidad los corroía a todos, ninguno hizo más comentarios al respecto. Cuando Nick Fury se cerraba en banda era imposible sacarle nada.

Steve había pasado toda la conversación recargado contra la pared, de brazos cruzados y escuchando atentamente. Las piezas empezaban a encajar en su cabeza como un puzle, otorgándole más respuestas de las que en un principio hubiera esperado obtener.

―Está todo relacionado ―dijo, ganándose la atención de sus compañeros.

―¿A qué te refieres con todo? ―preguntó Sam, mirando a su amigo con interés.

―Todo ―respondió él―. Alex, el Zenit, HYDRA y Marcus Milton.

No tuvo que explicar quién era Hiperión, ya todos estaban al tanto de su encuentro, y de que casi habían sido derrotados por el poderoso alienígena.

―No me creo que vaya a decir esto, pero el Capi tiene razón ―coincidió Tony―. Independientemente de su naturaleza extraterrestre, Milton es miembro de HYDRA. No puede ser casualidad que él ya estuviera al tanto de las habilidades tecnópatas de Alex cuando nos atacó en la base de Irak.

―Y Alex supo quién era ese hombre por la información que obtuvo de la segunda pieza del Zenit ―prosiguió Steve, recibiendo un asentimiento del millonario en respuesta. Los dos estaban pensando lo mismo.

―El Zenit y Marcus Milton están conectados de algún modo, y sin duda, Milton está relacionado con la experimentación gamma en la madre de Alex ―explicó Tony.

―Creo que me he perdido. ―Clint sacudió la cabeza confundido―. ¿El Zenit no era un dispositivo Kree? ―inquirió―. Según vosotros, Alex dijo que Marcus Milton era un eterno, no un Kree.

―Ahí es donde se complica todo ―reconoció Tony―. Ahora hay una nueva incógnita en la ecuación: el Zenit, HYDRA, los kree y los eternos.

Ninguno dijo nada más. El único modo de obtener las respuestas que faltaban era esperar a que Alex despertase y pudiese decirles lo que había visto en esa pieza del Zenit...

Definitivamente, el misterio cada vez se complicaba más.



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Hy ^^

Nuevo capítulo, un poco más corto de lo habitual, sorry, pero bueno, el próximo ya será más largo y con más respuestas a todo lo que tiene que ver con Alex, el Zenit etc etc Que por cierto, me encanta leer vuestras teorías sobre eso :)

Muchísimas gracias a todos por leer. Besos ^^

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