2. ¡¿Cajuela?!
Fukuzawa y Ougai caminaban por la playa tomados de la mano, era una brisa preciosa, el menor disfrutaba de ver las conchas en la playa mientras Fukuzawa disfrutaba de la paz que brindaba el lugar – no pudiste encontrar mejor lugar para jubilarnos – menciono Ougai sonriente
― Siempre te ha gustado el puerto
Ougai sonrió ante ello, obviamente se refería a la mafia y que siempre estuvo cerca del mar – siempre piensas en todo lo que amo
― Bueno, siempre pienso en ti, así que si – menciono sonriente el albino
― Te amo
― También te amo
― ¿Qué deberíamos cenar hoy?
― ¿Qué tal si salimos por una pizza?
― El gran ex presidente de la agencia armada de detectives, amante del té y gatos ¿ira por una pizza?
― Solo si vas conmigo
― Es un trato – sonrió Ougai
― Deberíamos adoptar un gato
― Un paso a la vez Yukichi, un paso a la vez – menciono alegre el azabache.
...
Los adultos se habían planteado en una pizzería, allí, aunque Fukuzawa tenía en ceño fruncido intentaba elegir una combinación que llamara su atención, al ver la tensión de su pareja por complacerle Ougai simplemente sonrió por el talle, no podía tener palabras de más, Fukuzawa Yukichi siempre ha sido su todo - ¿Qué tal una de queso con champiñones y rajas?
― ¿sabrá bien? – pregunto el presidente
― Te encantará – sonrió Ougai
Ougai jamás imagino que algo tan simple como ver a su pareja comer una pizza con dificultad sería su momento favorito tras tantos años juntos, la seriedad del mayor y su estabilidad se iban por completo al verlo intentar tomar el queso que se alargaba y alargaba de aquella pizza; Ougai estallo en carcajadas mientras el mayor opto por un simple, pequeña maldad. Medio la rebanada en la boca de Ougai para callarlo, sin dudar, ambos rieron.
Cosas simples les hacían felices ¿Por qué? tantos años separados, fingiendo odiarse, ocultándose una vez al mes para verse por una hora o dos, todo había terminado, su rencor se había ido, y podían disfrutarse el uno al otro. Eso queridos lectores, eso era la más pura y simple felicidad.
...
Mientras nuestros protagonistas disfrutaban de su tiempo, un par de agentes estaban perdidos – Dazai-san, ya estoy cansado, tengo calor, tengo hambre, necesitamos parar, y creo que ellos nos siguen
― En efecto Atsushi-kun, nos siguen, también tengo calor, llevo 1 kilo de vendas encima, no podemos parar, pero comamos algo – se detuvo y miro a sus espaldas - ¿nos invitan? – pregunto
― Maldito bastardo, compra tu propia comida
― Ustedes nos siguen, podrían pagar por el peaje
― Cállate bastardo, tu eres la única conexión con mi jefe
― En primera, no tenemos conexión con tu jefe, buscamos al nuestro ex presidente
― Rumores mencionaron que ellos escaparon al mismo lugar para jamás ser vistos – recalco el azabache
― Akutagawa-kun, no eres nada impresionante – maldijo Dazai haciendo al menor bajar la cabeza
― Oi, no molestes a Akutagawa maldito vendas
― Dazai-san – le llamo Atsushi tomando su saco
― ¿Qué pasa Atsushi-kun? – pregunto el castaño volteándole a ver, notando al chico usar sus ojos de tigre - ¿Qué pasa chico? ¿viste algo?
― No soy un perro – le regaño haciendo a Dazai reír – pero si
― ¿eh? ¿Qué viste?
― Dazai-san, es el presidente Fukuzawa, subiendo a una camioneta
― Excelente – sonrió Dazai y acaricio el cabello de Atsushi – buen chico
― No soy un perro – se volvió a quejar
― Bien, nuestro jefe nos espera – dijo Dazai burlón – suerte con el suyo
El albino y el castaño siguieron su camino, Atsushi solo necesitaba el rastro para encontrarle, es decir, su olfato de tigre era sorprendente pero no como para buscar en toda una ciudad, solo con acercarse donde estuvo el presidente podría tener la sensación en el camino. Claro está que mientras los agentes avanzaban, Chuuya uso su habilidad y Akutagawa le acompaño. Golpeando el techo de aquella camioneta todo terreno y sorprendiendo a ambos adultos mayores y Elise.
Ougai estaciono y el presidente fue quien salió, se sorprendió de ver a ambos mafiosos encima del vehículo – ustedes
― Escuche, no tenemos nada contra usted
― Rumores dicen que usted y nuestro jefe huyeron en la misma dirección
― Su jefe me da igual – expreso Fukuzawa serio – háganme el favor de retirarse, estoy en mi jubilación
― ¡sabemos que sabe de mi jefe! – grito Chuuya – no quiero hacerle daño – añadió activando su habilidad.
Fukuzawa le miro serio, no llevaba su katana pero sabía defenderse, un chico como Chuuya no podría detenerlo mucho, pero dos mafiosos y el desarmado no era algo simple. Atsushi apareció a gran velocidad golpeando a Akutagawa, Chuuya se había librado de él al saltar, entonces lo vio allí, Dazai tomo el hombro del mafioso de baja estatura y sonrió – buena noche, boss – expreso Dazai serio
― Dazai, ¿Qué hacen aquí? – pregunto Fukuzawa serio
― Presidente, las cosas en la agencia...
― DEJAME INMUNDO GATO SUCIO ESCORIA
― ¡AAAH! ¡SUELTA MI OREJA MALDITO PERRO MAFIOSO!
― ¿pero qué? – preguntaron los cuatro más grandes
Akutagawa y Atsushi peleaban en el suelo como un par de niños, Dazai comenzó a reír, Ougai también, Chuuya les miro molesto, se acercó tomando a cada uno por el cuello de su camisa y abrigo y los levanto para separarlos - ¡¿SON NIÑOS PEQUEÑOS O QUE?!
― ¡EL EMPEZO! – gritaron ambos señalándose
― ¿Qué rayos?
― Suban al auto – dijo Fukuzawa
― Los cuatro – ordeno Ougai
― Pero Boss su BAIC Jeep es para cuatro personas
― Los menores irán en la cajuela por pelear – sonrió Ougai
― ¡¿NOSOTROS QUE?! – gritaron Akutagawa y Atsushi
Era cierto que el Baic BJ40 todo terreno era para cuatro personas, dos asientos al frente, dos atrás y una cajuela lo suficientemente espaciosa para dos personas – Jefe, que deje al chico tigre y a Akutagawa seria... muy... - expresaba Chuuya
― Si quieres, quitamos los asientos y van los cuatro como cajuela
― Chuuya ya cállate – decía Dazai quien ya se había subido a la parte trasera y señalo la cajuela – mételos
Cierto, los asientos de atrás podían quitarse para crear una enorme cajuela, conveniente. Fukuzawa volvió a subir al todo terreno, Elise desapareció, y Chuuya coloco a ambos chicos en la cajuela – esto es humillante – se quejó Akutagawa
― Cállate – pidió Atsushi casi hecho una bolita, no quería si quiera tocar al mayor
― Oye no te alejes como si fuese un parasito
― No quiero ni tocarte
― Continua y te mato
― Cállense los dos – volvió a regañarles Fukuzawa. Chuuya ya había subido y sentado en su asiento - ¿nos podemos ir?
― Claro – sonrió Ougai, aquello, obviamente nadielo notó más que Dazai quien sonrió y miro por la ventana
...
No había subido capítulo por que hace un par de días encontre mi USB con mis borradores... Y ya que alguien se siente muy mal decidí subir el capítulo. Espero la disfruten
¡Gracias por leer!
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