17. Amor a primera vista

Los ojos de Atsushi estaban atrapados en los de Akutagawa y viceversa, la noche era fresca, el olor a marina era intenso, se acercaron lento, será todo como... mágico, e intenso... entonces se acercaron y Akutagawa comenzó a toser, el aire marino le hacía daño, Atsushi reacciono, tomo el abrigo del mafioso y se lo coloco encima - ¿estás bien? – pregunto

― Lo estoy – menciono volviendo a toser – vamos a casa

― S-si

Atsushi le acerco su bermuda a Akutagawa mientras el albino se vistió. Akutagawa lo miro, más bien, miro su espalda atentamente, había algo en Atsushi que simplemente, encantaba.

...

Fukuzawa estaba sentado frente la ventana, respiraba hondo y se relajaba, miro hacia abajo mirando al azabache entreteniendo su miembro – Yukichi, ¿Qué pasa? ¿No te gusta? – pregunto el azabache con en miembro del mayor en su mejilla

― Sí, es que... los niños no han regresado. Esta anocheciendo

― Saben volver – hablo mientras besaba el miembro

― Sí, pero son niños

― Uno es un mafioso y otro un tigre que ve en la oscuridad, no pasa nada cariño. Concéntrate en mi

― Llevas dos días comenzando todo con sexo oral ¿pasa algo?

Ougai lo miro y sonrió – solo recuerdo cuando éramos jóvenes, lo hacíamos todo el tiempo

― Mientes

― Solo... un antojo – menciono sonriente

No permitiría que aquello arruinará su noche, así que introdujo el miembro en su boca, lamiéndolo a la perfección mientras jugaba un poco con los testículos del mayor, Fukuzawa por fin se vio desconcentrado de los menores, estaba disfrutando en grande el trabajo de Mori.

― Ougai, más profundo – pidió

― Mmmgh – respondió, la verdad. Solo pensaba en el miembro dentro de su boca y como lo quería pero dentro de su ano.

Ougai acelero el paso mientras jugaba con su propio ano, quería proceder a lo siguiente. Fukuzawa termino en él, y esto solo trajo un fácil al rostro del menor, Mori lamio con su lengua alrededor y Fukuzawa lo beso – vamos a hacerlo

― Dame duro contra el muro

Le tomó la palabra ¿Por qué no? Dejo a Mori pegado al muro frente a ellos, el azabache solamente sintió como fue levantado desde sus glúteos – Fu-Fukuzawa-dono

― ¿volví a hacer Fukuzawa-dono? – cuestiono

― Es-es-esto... s-s-si me tiras

― No te tirare

― No tienes la misma fuerza

― Pruébame.

Ougai enredo sus piernas en la cintura de Fukuzawa, este usaba su fuerza para sostenerlo en él, no olvidaba que su pareja seguía sin preparación, comenzó a estimularlo metiendo uno de sus dedos y se deleitó de ver su rostro profanado frente a frente – Yu...uuuukichi – expreso jadeante – ma-más – pidió suplicante

― Tómalo con calma, estamos comenzando

― No, no comenzando no, quiero todo de ti

― Alguien luce desesperado – menciono al mirarle

Es cierto que su rostro era uno exuberante en gracia por el placer. Fukuzawa se entretenida en el agüero de Ougai por lo que, el menor se delimito a tomar las mejillas del mayor y besado a toda complacencia.

El sudor en los cuerpos aumentaban así como los latidos del corazón, los besos húmedos se enredaban y los dedos dentro del menor aumentaban, era algo sencillo, un acto que no duraría más de 3 minutos pero el previo juego era algo que les enloquecía, algo que simplemente les apetecía a ir por más. Tocarse, acariciarse y cuidarse solo era el principio de su acto más perverso y amoroso de todos.

― Y-Ya basta – pidió Ougai – no quiero más tus dedos, quiero tu pene

― Lo siento ¿Qué dijo doctor? ¿quiere jugar?

― No, quiero tu maldito pene dentro – menciono irritado - ¡méteme la katanota!

Fukuzawa sonrio, aquello era divertido, pero aun así se mostró serio, beso a Ougai mientras acomodaba su miembro para entrar, saco sus dedos – ¡uuhg! No lo saques – se quejó molesto

― Ya va lo bueno – menciono Fukuzawa entrando lentamente

― ¡Aahgh! – grito Ougai al sentir el grosor profanar sus paredes anales

Era grande pero lo conocía bien, cabía perfecto a la medida, sus paredes se fueron abriendo a su paso, no había forma de detenerlo, literal, Ougai estaba en el aire. En cuanto logro entrar la mayor parte el mayor supo a donde apuntar, conocía el cuerpo de Mori.

Se entretuvo con sus pezones en lugar de moverse, Mori se estaba volviendo loco, el mayor lamia sus pezones como si de una paleta se tratará, lamiendo y jugándolos como si nada, provocándolo y sintiendo como su cuerpo iba a explotar, quería cerrar las piernas pero no podía

El dolor en su cuerpo aumentaba y con lo exitado que estaba solo lograba arquear la espalda mientras mostraba fallidos intentos de moverse, su miembro no lo soporto más y termino, Fukuzawa sonrio y fue cuando comenzó a moverse – aaah no, no as-así no ¡aaahg!

― Eres tan dulce mi tierno mafioso – menciono el mayor alegre

― Aah, aah mhgh voy a matarte Yukichi

― Inténtalo

Fukuzawa aumento la velocidad, los gritos del azabache se hicieron más fuerte, ambos habían logrado terminar.

...

Dazai y Chuuya estaban en la sala, Dazai tomaba café como si nada mientras Chuuya tapaba sus orejas – ya terminaron Chuuya – menciono Dazai

― Deberíamos ir por Atsushi y Akutagawa

― Deberíamos, pero saben llegar

― No lo sé Dazai, creo que deberíamos

― Démosles una hora más

― Bien, pero solo una y si empiezan a tener sexo de nuevo me largo

― No creo que puedan tan rápido, son mayores

― Que jodido eres – se quejó Chuuya

...

Atsushi y Akutagawa se habían quedado en un techo cerca de la playa, hacia frio y con lo oscuro que estaba el azabache no se ubicaba – puedo transformarme en tigre

― ¿quieres volver a hacer de caballo?

― Para con eso – se quejó – pero si lograríamos llegar más rápido

― ¿te sabes el camino?

― No, pero si me guías

― No puedo ver nada

― ¿deberíamos tomar un taxi?

― Será lo mejor, primero salgamos de la playa

Los chicos comenzaron a andar, Atsushi no llevaba mucha ropa encima, la brisa y el estar mojado ahora era malo para él, se abrazaba a sí mismo para evitar el frio, pero era inútil, comenzaba a aumentar, el azabache sonrió al ver una cueva – Jinko, vamos a la cueva

― ¿cu-cueva?

Los jóvenes entraron en ella, era calientito y el albino se sintió aliviado – debemos volver

― Esperemos a que seques bien, volveremos pronto a casa una vez que estés seco

― Comprendo – suspiro tallando sus brazos

― No tienes que hacerlo, te secarás rápido

― So-solo quiero que vayamos a casa, no me gustaría que enfermaras por mi culpa

El azabache se sonrojo, Atsushi estaba apurado y preocupado por él

Habían pasado varios minutos donde no hablaron, el azabache ciertamente volteaba a mirar al albino curioso, el chico solo miraba el océano y la luna reflejada en él – oye

― ¿si?

― ¿Por qué no miras la luna directamente?

― Me da miedo hacerlo

― ¿Por qué?

― La primera vez que fui conciente de mi transformación fue por que mire a la luna directamente

― Pero... hace rato la viste

― Si, pero estabas en medio

― ¿crea diferencia?

― Si, bueno... e-es que eras parte de ella...

― ¿eh? ¿parte de ella?

― Yo... fue como una primera vista – menciono el albino y sonrio – como si pudiera ver a la luna y a ti por primera vez... - menciono, después de esto se sonrojo

― Jinko, ¿Qué pensaste cuando viste la luna por primera vez?

― Que podían haber cosas hermosas en esté mundo caótico

― Jinko ¿Qué pensaste cuando me viste por primera vez?

― Que podían haber personas caóticas en esté mundo hermoso

― Entonces... - hablo desanimado

― ¡Pe-pero lo que ví hoy! – grito sorprendiendo al azabache – es que Akutagawa puede ser tan hermoso como el hermoso mundo caótico donde vivimos

― ¿eh?

― ¿eh?

El silencio los inundo, ya ninguno podía decir una palabra, la vergüenza se reflejaba en sus mejillas, Atsushi simplemente oculto su cabeza y un poco de su rostro con el gorro de gatito en su sudadera, estaba avergonzado. El mafioso le miro hacer aquella acción y suspiro, ¿Cuándo lograría hacer algo por el chico? – Jinko

― ¿mmm?

― ¿te gustó ver la luna?

― Si... era hermosa

― Lo noté

El albino iba a voltear a verle pero recibió un gran susto cuando apareció delante suyo, el azabache tenía su mirada seria y fija en él, Atsushi se sonrojo nuevamente, sintió ese mismo cosquilleo en su parte baja - ¿quieres seguir viendola? – cuestiono amable. Atsushi trago saliva

― ¿puedo?

― Solo tienes que usarme

― Gra-gracias...

Así fue como el azabache termino encima del albino, estaba nervioso pero ciertamente podía ver la luna con Akutagawa de frente, era brillosa y hermosa, mientras el azabache podía ver esos ojos amarillos y ese mirar nostálgico que el provocaba más de una cosa. Atsushi pronto comenzó a sonrojarse, fue cuando el mafioso lo notó, el albino ya no miraba la luna, lo miraba fijamente a él - ¿Jinko?

― Akutagawa... ¿po-porque eres amable conmigo?

― Por qué... eres un buen chico

― ¿Por qué tú eres un buen chico conmigo?

― Porque estoy trastornado...

El albino no entendió, aun así se acercaron lentamente, esta vez no habría interrupciones, sus labios se juntaron y con ello se unieron, Atsushi fue cerrando sus ojos y relajándose, pero segundos después se separaron bruscamente - ¿qu-que? – se cuestionaron ambos

― Jinko... tu y yo

― L-lo la-la-lamento

― Si, digo, te acercaste

― S-si t-tú también te acercaste

Una vez más el silencio los inundo, Atsushi se tapaba de nuevo con el gorro, se levantó – me siento mejor, ya no siento frio. – Menciono alegre - "En realidad, estoy muy caliente" – pensó – vamos a casa – añadió

El azabache lo sorprendió tomando su muñeca, el tirón que dio a su brazo lo acerco a su cuerpo que también se había levantado, tomo su mejilla y una vez más se besaron, Atsushi estaba completamente sorprendido mirando al mayor – Jinko, me gustas.

― ¿E-eh?

Atsushi se quedó sorprendido, la luz de la luna brillaba demasiado, no podía ver bien el rostro del mafioso pero si lo notó... Akutagawa, estaba llorando. Ignoro el motivo, lo hizo apropósito, no pretendía ofender su orgullo. Dio un paso al frente y otro más para abrazarlo, no dijo nada pero el mafioso logró sentirlo, el corazón de Atsushi golpeaba el pecho del mafioso con tal velocidad al latir, incluso Akutagawa pensó que estaba dándole un paro cardiaco, pero al mirarle fijamente se dio cuenta de lo muy sonrojado que estaba y como su rostro mostraba alegría y curiosidad. 



...

¿que? ¿pensaban que los nenes iban a coshar ya? bajenle una rayita que la profanación vendrá solita

¡Gracias por leer!

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