Capitulo Único
Hola a todos de nuevo.Como siempre que hay un evento algo fuera de lo normal, como en estaocasión (Halloween) llegó a vosotros con un one-shot para compartircon todos los que os encontréis aquÃ, Marvelitos mÃos, esas fechasseñaladas.
Y, en estos momentos,vamos a tener una pequeña historia Avengers, con la presencia delStony, por supuesto, pero, al mismo tiempo, como me siento inspiraday con ganas, también vamos a tener algo de Spiderpool, porque sÃ,porque me apetece y porque me encanta la pareja que hacen Wade ynuestro amiguito arácnido. Supongo que será algo ajeno al resto demis historias, una mezcla entre las pelis, cómics y serie animada,asà que no tratéis mucho de encajarlo en alguna parte. Solo leedloy disfrutarlo.
En realidad, no iba ahacer nada en especial para hoy, porque he encontrado una pagina webque te informa de todos los concursos de literatura que hay en laactualidad y he estado mandando historias como una loca desde hacedos dÃas, ya que mi ordenador se está muriendo y mi querida madreme dijo ''Pues participa en un concurso donde den un ordenador''.Como no he encontrado ninguno de esas caracterÃsticas, participo entodos, ya den dinero o no para darme más a conocer y haber siobtengo algo.
En estos momentos meencontraba escribiendo una historia, que tenÃa que ser entre 20 y 30páginas, y que serÃa mi concurso número once,pero, cuando iba porla cinco, me he puesto a mirad facebook, he encontrado la imagen tanpreciosa que tenéis aquà de portada y he dicho ''¿qué demonios?Voy a hacer alguna historia corta y asà recuerdo que tengo queponerme también con los fics''.
Mi mente trabajasiempre en multitarea. No puedo estar solo concentrada en una cosa,no. Tengo que estar en 400 a la vez o parece que no me quedotranquila. Creo que las Musas, cuando llegan a mÃ, me asaltan todasa la vez, en vez de ir pasando una a una, como deberÃa de ser.
Pero como veo que meestoy enrollando de nuevo, será mejor que cierre el pico de una vezy me ponga con la historia, pues, si no, no me dará tiempo a subirlapara este dÃa. Como siempre, recordar que los personajes no mepertenecen a mÃ, si no a Marvel. Yo solo los tomo prestados, sinánimo de lucro, para darle una alegrÃa a los fans. Del mismo modo,leéis bajo vuestra propia responsabilidad, pues lo más seguro esque la historia contenga contenido para mayores de 18, asà que yo nome hago responsable de que algún menor lea esto. No soy ni vuestramadre ni ninguna otra figura de autoridad (a no ser que sea unpolicÃa en cubierta que finja ser una escritora de fics, buscandopedófilos. Pero eso serÃa demasiado retorcido, ¿verdad? Ya.Seguramente)
Por cierto, también os quiero hacer saber que lo de las palabras juntas que muchos me habéis especificado en mis historias es algo que hace wattpad cada vez que subo un capitulo y desconozco porqué ocurre. Aún asÃ, espero que disfrutéis de la historia.
Solo os deseo un felizdÃa de Halloween y disfrutad de la historia. Seguimos hablandodespués.
TRICK OR TREAT
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A pesar de que Tony le habÃa dicho que se dirigiera hacÃa la Torrede los Vengadores al caer la noche, donde este prácticamente vivÃay trabajaba 24 horas al dÃa, el hecho de que Rogers tuviera que irdisfrazado por la calle no le hacÃa especial ilusión.
EntendÃaque era un dÃa de fiesta, que la gente se disfrazaba para causarmiedo o llamar la atención de alguien con sus estrafalarias pintas.Pero los superhéroes iban disfrazados cada vez que salÃan a lacalle. ¿Por qué Tony le habÃa mandado aquel estupido disfraz a sucasa, con aquella nota que decÃa que se dirigiera a la torre?
Bueno... seguramente, serÃa un disfraz para la mayorÃa de la gente,pues lo que el moreno le habÃa mandado a casa no era otra cosa queunas prendas idénticas de las ropas que el Capitán América usabaen 1945.
En realidad, con la camisa blanca, los tirantes oscuros y lospantalones de aquel color oscuro también, si no fuera porque toda laciudad estaba tan iluminada por los colores de las fiestas, quereinaban aquà y allá, haciendo parecer a Nueva York un giganteárbol de Navidad, este hasta podrÃa sumirse en la fantasÃa de quehabÃa regresado a su propio tiempo. Solo salÃa de aquella ideacuando las mujeres, vestidas de policÃas, enfermeras, brujas ocualquier otro disfraz demasiado corto como para llamarse como tal,se cruzaban con él, mirándole de arriba a bajo y dedicándole másde una sonrisa pÃcara.
''Pero, lo siento mucho, señoritas'', pensó Steve, sin detenersus pasos en ningún momento, a pesar de que más de una de ellas lehabÃan invitado a que las acompañara a alguna que otrafiesta.''Pertenezco al señor Stark''.
No era como si fuera algo oficial, ninguno de los dos habÃamencionado algo sobre el tema a los demás miembros del equipo o aotros superhéroes, pero tenÃa la impresión de que no hacÃa faltaeso, pues, por el modo en el que ambos tenÃan de tratarse enpúblico, hacÃa que fuera mucho más que evidente que habÃa algoentre ellos.
Ambos lo descubrieron de la manera más tonta del mundo, a pesar deque, por lo que se decÃa en las redes sociales, era algo que saltabaa la vista. Ãl y Tony se encontraban en el laboratorio de elmultimillonario, donde Steve se encontraba leyendo unos informes queSHIELDS le habÃa dicho que revisara. Y Tony... bueno... Tony estabainmerso en algún nuevo juguete que estuviera construyendo.
Pero, como siempre, el moreno tenÃa que buscar un modo de irritarle,asà que a este no se le ocurrió otra cosa más que acercarse a élpor detrás, arrebatarle los papeles de las manos, preguntando quéera aquello, y negándose a devolvérselos. Lo que vino acontinuación fue una larga e irritante lucha contra el pequeñomoreno, pegándose el uno al cuerpo del otro para recuperar lospapeles o impedir que los cogiera, dependiendo del bando.
Para cuando vinieron a darse cuenta, Tony tropezó con una de susmúltiples maquinas, que siempre estaban tiradas por todas partes, yambos acabaron tendidos, con Steve sobre él, mientras Tonyrefunfuñaba por lo bajo. Los papeles volaron, cayendo lentamentealrededor de ellos, pero no fueron conscientes de eso.
Tony y él se miraron a los ojos, con las respiraciones aceleradasdespués de haber estado batallando el uno contra el otro. Y, salidode la nada, uno besó al otro. Steve no estaba muy seguro de quiénfue el que dió el primer paso. De lo único que estaba seguro eraque los dos se besaban y que se sentÃa condenadamente bien para seralgo que la gente, al menos una parte, no verÃan con buenos ojos.
Después de eso, avanzaron por la Torre, caminando casi de manerainconsciente, buscando un lugar privado donde nadie lesinterrumpiera. AllÃ, de manera desesperada, como si tuvieran losminutos contados, se arrancaron la ropa el uno al otro, sin dejar debesarse, sin dejar de acariciarse, tratando de estar lo más cercaposible. Y, cuando acabaron sobre la cama, él se abrió paso através del cuerpo del moreno, sintiendo como si todo su cuerpo fueraa entrar en erupción en cualquier momento.
Tony debió de sentir lo mismo, pues gimió y se retorció sobre laalmohada, aferrándose a las sábanas, solo momentos antes de dirigirsus labios de nuevo en busca de los de Steve.
Desde entonces, creÃa que habÃa alguna especie de relación entreellos, aunque aún no tenÃa muy claro de qué clase era. Después detodo, Tony habÃa sido el gran mujeriego de Nueva York.
Llegando a la Torre, pasó por las zonas comunes, tratando deencontrar al moreno o cualquier rastro que hubiera de él. Inclusobajó a su taller, pero no halló a este en ninguna parte, asà que,sabiendo que tenÃa que estar en algún rincón de aquel lugar, pormuy oculto que fuera, se dirigió hacÃa la zona de las habitaciones.
En cuanto entró en el pasillo, las luces se apagaron de golpe,haciendo que este se detuviera por un momento, observando el techo,extrañado. Aquella era la Torre de los Vengadores. ¿Desde cuándopodÃan sufrir cortes de luz?
Pensando que aquello serÃa cosa de Tony, siguió avanzando, tratandode no darle ninguna importancia, pero, cuando pasó ante los cuartosvacÃos del lugar, el sonido de una carcajada lúgubre hizo que sedetuviera de nuevo, frunciendo el ceño. De nunca le habÃan gustadolas cosas relacionadas con el terror. No porque les tuviera miedo, sino porque le parecÃa absurdo que alguien se divirtiera asustando aotra persona. Pero tuvo que haber pensado que aquella celebraciónserÃa algo que Tony adorarÃa.
Era totalmente su estilo.
Cuando llegó ante la puerta del dormitorio de este, unas telarañasy arañas de plástico se encontraban en la entrada, como siestuviera a punto de entrar en un lugar que no se hubiera abiertodesde hacÃa mucho tiempo. Sin embargo, él llamó a la puerta antesde entrar.
-Tony, ¿te encuentras ah�
No obtuvo respuesta, pero, aún asÃ, entró, sorprendiéndose por looscuro que estaba el interior del cuarto, percatándose de que no erasolo por la falta de luz, si no porque las paredes parecÃan negras.Y las sábanas de la cama, aquella amplia cama donde habÃan pasadounas cuantas horas perdidos del mundo, ahora eran rojas como lasangre.
-Bienvenido, Rogers- susurró una voz a su espalda, notando loslabios de Tony en su cuello, oyendo como este habÃa cerrado lapuerta tras él.
Por un momento, se estremeció al sentir aquellos labios, pero susojos se abrieron cuando, junto a la caricia de aquellos labios, lessiguió el leve raspeo de unos colmillos demasiado afilados.
Extrañado, se retiró hacÃa atrás, dándose la vuelta, alejándosede Tony, acariciándose aquel lugar del cuello donde este parecÃahaber estado a punto de morderle.
El multimillonario iba ataviado con unas ropas oscuras y una capa querecordaban a las viejas versiones de las pelÃculas de Drácula, peroaquellos dientes que habÃa sentido... no habÃan parecido plásticoni nada similar.
-¿Qué estás haciendo?- se quejó el rubio, a pesar de que lasensación no habÃa sido del todo desagradable.
Solo se habÃa hecho hacÃa atrás porque el gesto le habÃasorprendido y pillado con la guardia baja.
-Bueno... hoy es el dÃa de Halloween, asà que pensé en hacer algopara celebrarlo los dos solos- comentó el moreno, dirigiéndola unasonrisa, dejando a la vista aquellos colmillos.
Steve frunció el ceño al verlos.
-¿Y de dónde has sacado esos? ¿Son dientes de silicona o algo as�
-¿Estos?- señaló Tony, acercándose los pasos que Steve habÃapuesto entre ambos.-No, muñeco. Estos dientes son todo lo reales quepueden ser. ¿Quieres que te lo demuestre?
Pero cuando hizo intención de inclinarse de nuevo sobre el cuellodel rubio, este retrocedió.
-¿Cómo que son reales? ¿Qué quieres decir con eso?
-Bueno... después de lo que ocurrió entre nosotros, pensé endiseñar algo que me permitirÃa tener más fuerza durante un tiempolimitado para estar más a tu altura y que no fuera yo siempre el queacabara boca abajo. Pero... creo que el experimento no salió tanbien como yo creÃa.
-¿Me estás diciendo que te has transformado a tà mismo en unvampiro, a propósito?
-Durante un tiempo limitado, sÃ- afirmó Tony, asintiendo.
A Steve le hubiera gustado preguntarle si era estupido, pero no legustaba decir malas palabras, asà que prefirió callar y pensar enlo que le habÃa dicho. Se habÃa hecho eso a sà mismo por él, paraestar a su altura, porque, fuera lo que fuera que habÃa ocurridoentre ellos, este habÃa deseado repetirlo.
Alzó la vista hacÃa Tony, que permanecÃa esperando su reacción, ySteve dió de nuevo los pasos que lo habÃan alejado de él.
-¿Has hecho esto por m�
-Pensaba que serÃa mejor para ambos, y más divertido, si podÃa serel más fuerte de los dos- comentó el moreno.
-¿Y crees que funcione?- preguntó de nuevo.
Como toda respuesta, Tony le cogió el brazo y le giró, obligándolea permanecer de espaldas a él, apretando su cuerpo contra el bienformado del capitán, haciéndole notar al rubio como su lengua sepaseaba nuevamente por su cuello, haciendo que un delicioso temblorle recorriera de arriba a bajo.
-¿Tú que crees?- susurró el moreno contra su oÃdo.
De acuerdo. No habÃa lugar a dudas. Fuera lo que fuera lo que TonyhabÃa hecho, parecÃa funcionar muy bien. Porque, en el momento enel que él se echó a temblar con aquella caricia, una parte de esteempezó a crecer contra su trasero.
-¿Sabes que podrÃa morderte en este mismo momento y tú no podrÃashacer nada por detenerme?- le dijo Tony, aún con sus labios sobre sucuello, paseándose sobre la vena que destacaba allÃ.
Steve soltó un ligero gemido, algo asà entre un ruego y un deseo,dejando claro que la idea no le parecÃa sentarle del todo mal. Yvolvió a sentir como algo se hacÃa aún más grande contra sutrasero.
-Con esa carita de niño bueno y va a resultar que eres todo unpervertido, capitán- le susurró Tony de nuevo.
Pero, antes de que Steve pudiera replicar de alguna manera, Tonysoltó su brazo, dejando que una de sus manos se introdujera pordebajo de aquella camisa, recorriendo la piel, ahora encendida, conlentitud, sintiendo sus pequeños temblores con exquisito placer,llevando hasta su barbilla e inmovilizando la cabeza del rubio paraque la dejara quieta donde estaba.
La otra mano, por su parte, se dirigió hacÃa el interior de lospantalones de este, haciendo que Steve colocara una mano sobre aquelbrazo, pero fue totalmente incapaz de detenerlo. No tenÃa lasfuerzas necesarias para ello. Asà que, mientras una de las manos deTony no dudaba en bajar hasta sujetar su miembro dentro de suspantalones, comenzando con unas suaves caricias, que no tardaron enanimarlo, la boca de Tony recorrió su cuello con suaves caricias,tomándose su tiempo, disfrutando de cada uno de aquellos tembloresque lo recorrÃan.
Paseó su lengua de nuevo sobre su vena, notando como esta palpitaba,casi fuera de control, con el pulso a cien por hora, sabiendo, osospechando, lo que iba a hacer a continuación.
Mientras aún movÃa enérgicamente la mano que tenÃa dentro de lospantalones de este, hundió con todo el cuidado posible sus colmillosen el cuello del rubio, oyendo la ligera protesta de Steve, que notardó demasiado en convertirse en un ligero gemido lastimero.
Oh, sÃ. Cuando sintió como aquel rojo lÃquido entraba en él,alimentando todas sus terminaciones nerviosas, pudo sentir en supropio cuerpo el placer que le estaba proporcionando a Steve y, a suvez, alimentando el suyo propio mientras empezaba a mecer las caderascontra él y aquel apretado trasero que parecÃa estar dándole labienvenida.
La mano de Steve sobre su brazo se apretó más duramente, pero yasin ninguna intención de apartarlo, si no de aferrarse a él,notando que, de seguir asÃ, con esas caricias, con esas suavessucciones, con ese movimiento contra su baja espalda, sus rodillas seconvertirÃan en algo sin sustancia y acabarÃa desmadejado por elsuelo.
Tony succionó con cuidado, sabiendo que cada gota era preciada, eraalgo importante. Muchos matarÃan por tener la sangre del CapitánAmérica, aunque seguramente nunca hubieran pensado sacarla deaquella manera. Pero para él, en aquellos momentos, era la jodidaambrosÃa más poderosa que alguna vez hubiera sentido contra sulengua y, al tiempo que bebÃa, su mano apretó y aceleró el ritmodentro de los pantalones de este, sintiendo que se estabahumedeciendo más por momentos.
Si se obligara a permanecer asà unos minutos más, conseguirÃa quese viniera en su mano. Pero no era eso lo que querÃa. Cuando Stevese dejara ir, serÃa mirándole a la cara y rogando por más.
Retirando los colmillos y lamiendo la herida para que no se infectaray cerrara cuanto antes, Tony retiró su mano y su cuerpo de Steve,haciendo que este se tambaleara durante un momento y se volvierahacÃa él, preguntándole con los ojos qué estaba ocurriendo.
-No quiero que esto se acabe tan rápido- comentó el moreno,caminando marcha atrás hacÃa la cama hasta que se sentó sobreesta, dando unos golpecitos en el hueco que habÃa a su lado,indicándole que lo querÃa allÃ.
Como una presa obediente, Steve fue casi trastabilleando hasta allÃ,dejándose caer junto a Tony, mirándole con los ojos encendidos ylas mejillas sonrojadas, con la boca lo suficientemente entreabiertacomo para poder tomar aire.
-¿Tanto te ha gustado lo que te he hecho?- preguntó este,acariciando el cuello del rubio, allà donde le habÃa mordido.
-No... no recuerdo haber sentido nunca nada igual- fue todo lo queSteve susurró, inclinándose hacÃa él para poder besarle.
Pero un dedo de Tony acabó contra sus labios, impidiendo que seacercara más.
-Hoy no. Hoy es para hacer las cosas a mi modo- le dijo el moreno, enapenas un susurro.
-¿No hacemos siempre las cosas a tu modo?
-¿Y es que no te ha gustado lo que hemos hecho hasta ahora?
Steve frunció el gesto, pero, a pesar de que no le hacÃa demasiadagracia que lo dejara en aquel estado, asintió y se conformó.
-¿Qué es lo que tengo que hacer ahora?- preguntó.
-Quiero que te pongas en pie, de espaldas a mÃ. Y, haga lo que haga,quiero que te quedes quieto.
Steve volvió a estremecerse ante aquella orden susurrada, pero, comohabÃa prometido obedecer, se puso en pie, dispuesto a cumplir supalabra.
Aún sintiendo como su cuerpo se estremecÃa levemente, con lasexpectativas más altas que nunca, pensando qué serÃa lo siguienteque harÃa este, se mantuvo de espaldas a Tony, con los brazosdescansando a ambos costados, permaneciendo inmóvil.
Su entrepierna protestaba por ello, habiéndose encontrado tansumamente cerca de la liberación. Pero se dijo que era muy posibleque lo que viniera fuera a ser aún mejor. Asà que, asà permaneció,expectante, pendiente de los sonidos, esperando ver qué serÃa loque este harÃa a continuación.
Sin haberle escuchado, Tony se habÃa puesto en pie y, aúnpermaneciendo tras él, rodeó el pecho de Steve hasta dirigir susmanos a los tirantes de su ropa, haciendo que estos cayeranlentamente hacÃa abajo, haciendo que el rubio tratara de respirar losuficiente como para no acabar ahogándose antes de que acabara conaquello.
Después, los dedos del moreno se dirigieron a los botones de sucamisa, abriendo uno tras otro lentamente, acariciando cada porciónde piel que quedaba al descubierto, haciendo que Steve casi sisearaante cada toque.
El rubio sentÃa su piel tan sensible que, en aquellos momentos,hasta el vuelo de una mosca podrÃa lograr que se estremeciera depies a cabeza.
Demasiado lento para satisfacerlo, pero demasiado rápido para que sepreparara, Steve se vio desprovisto de su camisa, que acabó en elsuelo, a un lado. Y Tony, orgulloso de lo que habÃa conseguido,avanzó paso a paso hasta quedar de cara a este, observando que noera el único que se encontraba dolorosamente listo.
-Oh, capitán. Eso debe de doler horrores- comentó el moreno,acariciando brevemente con los dedos el bulto que sobresalÃa de lospantalones de este.
Steve tuvo que apretar los puños para no moverse del sitio, pues loúnico que podÃa desear en esos momentos era terminar de desnudarseél mismo, abrir los brazos y decirle ''tómame como quieras'' aTony. Pero se resistió a ello.
Aquello estaba siendo duro, condenadamente duro. Pero sabÃa que elresultado final serÃa magnifico.
-Está claro que te hicieron perfecto por todas partes- seguÃacomentando Tony, ignorante a la lucha interna que este estabasufriendo.-Asà que voy a ser bueno y voy a aliviar un poco lapresión.
Con un ligero movimiento de dedos, el moreno abrió el apretadobotón, que casi pareció saltar de alivio, y bajó la cremallera deaquellos pantalones, procurando no herir el preciado contenido que seencontraba allà dentro y que casi habÃa provocado que estosreventaran.
Steve soltó un suspiro de alivio en cuanto sintió que la prenda yano molestarÃa más. Pero esa tranquilidad desapareció en cuanto vioa este agacharse ante él, quedando de rodillas en el suelo.
-¿Qué... qué estás haciendo?- murmuró Steve, a penas pudiendojuntar aire para formar frases coherentes.
-¿Tú qué crees que estoy haciendo?- le preguntó Tony a su vez,mordisqueando con aquellos colmillos la piel de su abdomen y bajandomientras iba retirando con sus manos la ropa interior de este,bajando la prenda hasta el suelo.
El aire frÃo del cuarto le mordió la piel, pero no era nadacomparado con sentir aquellos colmillos descendiendo más y más porsu cuerpo, paseándose por su cintura, llendo hacÃa su cadera y,desde allÃ, dirigiéndose a su miembro.
''No lo hará, no lo hará, no lo hará'', se dijo, aunque no suposi era un deseo o una idea que lo decepcionarÃa.
Pero Tony sà lo hizo. Pinchó la punta de su miembro con uno de suscolmillos y Steve sintió que estaba a punto de explotar, echando lacabeza hacÃa atrás mientras lanzaba un nuevo gemido.
-Hay una arteria deliciosa aquÃ- comentó Tony, descendiendo aúnmás hacÃa la parte interna de su muslo.-Si mordiera aquÃ, seguroque te harÃa ver las estrellas.
Steve bajó la mirada en el acto, pensando que este no volverÃa ahacerlo. Pero lo hizo. Mordió en aquel lugar e, inevitablemente,aferrándose a aquellos cortos mechones oscuros, Steve tuvo quedejarse ir, temblando, notando como todo su cuerpo se sacudÃa, fuerade su control, notando las suaves succiones, con los ojos de Tonyclavados en él.
Cuando la increÃble sensación pasó y los colmillos se retiraron,Steve se tambaleó hacÃa atrás y, cuando la corva de sus piernasdio contra la cama, solo pudo girarse antes de desplomarse sobreesta.
-¿Es esa una invitación, Rogers?- le preguntó Tony, poniéndose enpie, viendo como el trasero de Steve habÃa quedado a su completamerced en aquella posición.
El rubio se estremeció pero, hasta que no asintió con la cabeza,este no se dió cuenta de que realmente le estaba dando su permiso.
Sintiendo como su cuerpo también se estremecÃa ante la idea depoder tomarlo de aquella manera, se deshizo de su ropa a tirones,dejando a un lado el disfraz y los juegos, acompañando a Steve en lacama, notando como esta se movÃa al sentir su peso.
-¿Realmente estás dispuesto a esto?- le susurró Tony junto aloÃdo, paseando su mano por la maciza espalda de este, notando comoSteve aún no se habÃa recuperado del todo de la vivida experiencia.
-So... solo si... vuelves a... morderme- murmuró Steve, girando unpoco el cuerpo para poder mirarle.
Y, cuando los colmillos de Tony quedaron a la vista con una sonrisa,se estremeció de nuevo, aferrándose a la cama, sintiendo como estese ponÃa tras él, de pie.
Era el modo más fácil en aquellos momentos, puesto que él no sehabÃa acomodado bien sobre la cama para que ambos pudieran estarsobre esta. Pero supo que no habÃa problemas cuando una mano de Tonyse paseó por su trasero y todo su cuerpo llameó con fuerza.
Al tiempo que el moreno se frotaba contra él, despacio, sin prisa,tratando de prepararlo del mejor modo posible, también se inclinóhacÃa su cuello, permitiéndole aquella petición a Steve, queparecÃa disfrutar más de lo que habÃa esperado de aquellosprovisionales colmillos.
Cuando hizo la primera intención de entrar en él, paseó loscolmillos por el otro lado del cuello del rubio, viendo como lasmanos de Steve se aferraban a la cama, preparándose y esperandoaquellos pinchazos que parecÃan elevarlo todo. Y, cuando Tonyfinalmente se decidió a entrar en su cuerpo, hundiendo sus dientesen la vena de Steve de nuevo, este volvió a gemir, sintiendo comotodo su cuerpo se deshacÃa en miles de pedazos, sin que pudierahacer nada por evitarlo.
Tony pareció querer mantenerlo en ese estado, pues continuó con susdientes dentro de él, sin beber, mientras se movÃa a su espalda,obligándole a sentirle, sabiendo que era él y solo él al quepermitirÃa hacer algo como aquello.
Sin embargo, la mano de Steve sobre su rostro le hizo detenerse unmomento.
-Qui... quiero que... bebas- murmuró este.
Y, con un gruñido que salió desde lo más hondo de su garganta,Tony se hundió una y otra vez en su cuerpo, haciéndole gritar,mientras bebÃa cada una de las gotas que conseguÃa arrancar de sugarganta, pudiendo sentirse a sà mismo dentro de él, el placer queestaba haciendo que abrasara su cuerpo, notando el momento justo enel que la mente de Steve empezó a ponerse en blanco, sintiendo comose apretaba en torno a él y obligándole a ir al mismo lugar a dondeRogers se estaba marchando.
Ambos, a la vez y juntos, se volvieron a deshacer sobre aquellassábanas, perdiendo el aire, el sentido de la realidad o la mera ideasiquiera de cuáles eran sus nombres, solo recordando cómo respirarcuando empezaron a volver ser conscientes de sus cuerpos.
Oh. Iba a tener que patentar aquel invento. Era mejor que cualquierafrodisÃaco.
-¿Cuánto decÃas que... iba a durar este... efecto?- murmuróSteve, a penas recuperado, pero volviéndose un poco hacÃa este parapoder mirarle.
Por su parte, Tony sonrió, dejando de nuevo a la vista suscolmillos, notando contra su propio cuerpo como el rubio seestremeció al volver a verlos.
-Si es por tÃ, puedo hacer que dure eternamente.
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En otra parte de la ciudad, mientras la gente reÃa, bebÃa y perdÃael control aquà y allá, Spiderman se balanceaba sobre sustelarañas, haciendo sus rondas para evitar que los verdaderos locosdisfrazados hicieran daño a la gente.
''Tengo que recordar que es Halloween. Si no estoy atento, puedollevarme alguna bruja o algún fantasma por delante'', pensó.
No sabÃa cuántos Capitán América's y Ironmans habÃa visto ya, alo largo de la noche. Y, sin duda, aún le quedarÃan por ver muchosmás. También habÃa encontrado muchos niños disfrazados de él,cosa que le habÃa hecho sentirse bastante orgulloso de sà mismo,unos cuantos Hulk's, unas pequeñas Viudas Negras y unas adultas yligeras de ropa Viudas Negras. Incluso habÃa visto un par de Ojos deHalcón, aunque no era el disfraz preferido de los niños.
La noche pintaba ser larga. Larga y pesada.
-Nos volvemos a ver, Spiderman- comentó una voz, cuando pasó cercade un callejón.
Su sentido arácnido se encendió tan rápido como una sirena deincendios, pero, al detenerse sobre un balcón y echar un vistazo alas sombras, no divisó nada.
Nadie salió de allà ni nadie volvió a hablar, pero sabÃa quehabÃa escuchado una voz saliendo de allÃ. Una voz que, seguramente,querÃa que lo siguiera.
Su sentido arácnido estaba saltando ya para aquellos momentos, pero,a pesar de ser consciente de que habÃa un peligro, era precisamentepor ello que no podÃa ignorar aquella voz y seguir adelante. TenÃaque entrar en el callejón y ver quién era.
Diciéndose que no iba a tener una noche tranquila, lanzó una de sustelarañas y se balanceó hacÃa allà dentro, dándose cuenta,demasiado tarde, pues su sentido arácnido no habÃa podido pitar máspara avisarle del peligro, que habÃa una enorme telaraña giganteentre las sombras, impidiendo su avance y haciendo que se quedarapegado allÃ, en una postura para nada heroica.
-¡¿Qué es esto?!- protestó, tratando de liberarse de aquellapegajosa sustancia.
Pero sus movimientos solo sirvieron para pegarse aún más.
-Por fin tengo a la pequeña arañita atrapada en mi red- comentó lamisma voz de antes, finalmente saliendo a la luz y haciendo queSpiderman maldijera interiormente todo su ser.
-¡Wade Wilson! ¡¿Crees que es divertido hacer cosas como estas atus compañeros?!
-Oh. No sabÃa que me considerabas un compañero, pero gracias. Dudoque te hubieras detenido si hubieras sabido que se trataba de mÃ.
-¿Para qué has puesto esto aqu� ¡¿Qué quieres ahora?!- sequejó Peter, removiéndose sobre la red pegajosa.
-He estado pensando durante mucho tiempo, cosa que es bastante duropara mÃ, créeme. Las voces de mi cabeza hacen que pensar seabastante caótico. Pero todos coincidimos en que, si querÃa que mehicieras caso de una buena vez, iba a tener que atraparte primero.
-¡¿Hacerte caso?!- exclamó Spiderman a su vez.-¡¿Cómo quieresque te haga caso si eres un puto loco psicópata?! ¡La ultima vezque nos encontramos, me robaste un beso!
-Pero llevábamos las máscaras puestas. No es lo mismo.
-Wade, o me sueltas ahora mismo o tú y yo vamos a tener algo másque palabras.
-Perfecto, porque eso era lo que buscaba. Tener algo más quepalabras contigo. ¿Cómo te gusta hacerlo? ¿Arriba o abajo?-preguntó, dirigiéndose hacÃa él y cortando lo que fuera aquellasustancia pegajosa.
Pero, a pesar de que estaba soltándole de ella, lo que Peter no sedio cuenta era que le habÃa atado las muñecas y las piernas de talmanera que, cuando no quedó nada de aquella red, él aún estabacolgando lejos del suelo, pero a la altura perfecta para que sutrasero quedara contra la cadera de Deadpool.
-¡Wade, juro que te mataré por esto!- exclamó el arácnido,agitándose sobre sus agarres.
-Podrás intentarlo, bebé. Seguro que un poco de dolor tambiénharÃa lo nuestro un poco más picante- comentó, dándole un sonorocachete en el culo al joven Parker, haciendo que este alzara lacabeza de golpe.
-¿Te has atrevido a darme un golpe en el culo?
-Oh, sÃ. Y no veas lo bien que me ha sonado- comentó el mercenariobocazas, colocando ambas manos sobre las nalgas de este.
-¡¡¡Quiero que me sueltes ahora mismo!!!- exigió Spiderman,agitándose de un lado a otro, tratando de soltarse de algún modo.
-Venga. ¿Por qué siempre finges tanto cuando estamos juntos? ¿Acasono quieres que la gente sepa lo que te pone verte atrapado por lasredes de otro?- le preguntó Deadpool.-O... ¿es que quieres ver contus propios ojos lo que ha aumentado con ese golpe?
Al tiempo que decÃa eso, la mano de Wade se dirigió hacÃa laentrepierna de Peter, haciéndole que se diera cuenta de que se habÃapuesto duro. ¡¡¡Se habÃa puesto duro por estar atrapado porWade!!!
-¡¡¡Maldito lunático!!! ¡¡¡Quiero que me liberes!!! ¡¡¡Ya!!!
-Oh. ¿Quieres una liberación? Pues te la doy ya mismo- afirmóDeadpool, dirigiéndose hacÃa adelante y, arrodillándose en elsuelo, llegó hasta las caderas de Spiderman, abriendo el traje poraquella parte, dejando al aire el miembro de este y parte de sutrasero.
-¡¡¡¿Se puede saber qué demonios estás haciendo?!!!- exclamóel joven Parker, removiéndose para tratar de alejarlo.
-¿A tà que te parece?- le dijo Deadpool a su vez, subiéndose sumascara hasta la nariz.-Voy a darte la liberación que necesitas.
Y, aún con todo, cuando Wade se llevó su miembro a la boca,Spiderman no pudo evitar dejar caer la cabeza hacÃa adelante,gimiendo débilmente cuando aquellos labios rodearon su carne, tanencendida que a penas podÃa creérselo, y comenzaba a chuparlo,dejando que cualquiera pudiera oÃrles a cualquiera de los dos, yafuera los gemidos de uno o las succiones del otro.
-Wa.... Wade, para- rogó Spiderman, a pesar de que sentÃa como sucuerpo habÃa elevado su temperatura hasta niveles crÃticos, notandocomo el interior de sus muslos habÃa empezado a temblar conformeDeadpool aumentaba la velocidad.
-Pequeño, estás tan sucio ahora mismo aquà abajo- susurró este,haciendo que su aliento, tan cerca de él, hiciera que volviera aestremecerse, dándose cuenta de que solo se habÃa detenido porquehabÃa deseado decir aquello.
Como si no hubiera escuchado su ruego, Wade volvió a llevarlo a suboca, acariciándolo con la lengua, antes de empezar de nuevo conaquel ritmo loco, ese que estaba haciendo que Peter se apretaracontra sus ataduras y a penas pudiera reprimirse a sà mismo.
No podÃa concederle aquella victoria a Wade. Si se dejaba ir, si seliberaba en su boca, sabrÃa que no era tan indiferente como lequerÃa hacer creer, que no estaba tan enfadado como parecÃa cadavez que él estaba cerca. Era algo que, si le daba, aunque solo fuerauna vez, iba a marcar su futuro como si alguien lo estuviera grabandoa fuego.
Pero no pudo hacer nada, a penas un atisbo de resistencia, mientrasaquella boca, demasiado experta para mantenerlo tranquilo, podÃa conél, le hacÃa perderse, agitarse y, finalmente, entregarse en suinterior, gimoteando entre sus dientes cerrados, sintiendo que seahogarÃa de un momento a otro por culpa de la máscara.
-Lo sabÃa- comentó Wade cuando por fin terminó con aquello,poniéndose en pie y colocándose nuevamente detrás deSpiderman.-SabÃa que no eras tan indiferente a mà como me querÃashacer creer.
-¡¡¡Esto no significa nada!!!- exclamó Parker.-¡¡¡Soy unadolescente!!! ¡¡¡Mis hormonas hablan por mÃ!!! ¡¡¡HabrÃareaccionado igual ante cualquiera que me hubiera hecho algo comoeso!!!- gritó, sin ni siquiera pensar que podrÃa atraer a alguienhasta allÃ, encontrándole en aquella posición.
Semejante negativa no gustó para nada a Deadpool, que se encontrabatras él, viendo como se agitaba, con parte del trasero al aire.
''Dale una lección a ese pequeño mocoso'', le dijo el diablilloque tenÃa sentado sobre su hombro.
''SÃ'', afirmó el ángel Deadpool que tenÃa al otro lado. ''Nosestá menospreciando y no podemos tolerar eso''.
Asà que, Deadpool, que siempre habÃa sido muy bien mandado conrespecto a las voces de sà mismo que siempre pululaban dentro de sucabeza, le bajó más las mallas a Peter, al mismo tiempo que él,con su otra mano, se bajaba las suyas.
-¿Qué estás haciendo?- le preguntó Parker, tratando de volver lacabeza hacÃa él.
-¿A tà qué te parece?- le soltó Deadpool a su vez, sacando elbote de gel que habÃa traÃdo para la ocasión. Por mucho que lehubiera dolido lo que le habÃa dicho, no querÃa hacerle daño.-Voya demostrarte si es tan verdad eso que dices sobre que cualquierapodrÃa hacerte disfrutar.
Volcó el bote sobre el trasero de este, haciendo que Peter saltarapor lo frÃo que eso se encontraba y, a pesar de sus protestas, lopreparó lo suficiente como para poder entrar en él.
-¡¡¡No te atrevas!!!- le gritó Parker.
Pero Deadpool no obedeció. Meciéndose contra él, suspirando cuandosus partes se pasearon sobre él, diciéndose que tendrÃa que tomaruna foto de aquello, empezó a abrirse paso por él, oyendo comoPeter protestaba o gemÃa o gruñida.
En aquellos momentos, mientras se veÃa a sà mismo entrar en aquelcuerpo, desconocÃa lo que estaba haciendo o diciendo este. Lasensación de aquel pequeño cuerpo envolviéndole iba a hacer que leexplotara la cabeza.
Pero Peter sà que gemÃa. En contra de su voluntad, pero lo hacÃa.
No habÃa querido que nada de lo que este le hiciera se sintiera tanbien, ni reaccionar a sus caricias, ni que su cuerpo se estremeciera.Mucho menos gemir como lo habÃa hecho cuando este habÃa entrado enél. Pero lo habÃa hecho. HabÃa hecho cada una de aquellas cosas y,cuando este empezó a moverse, supo que harÃa mucho más.
Abriendo y cerrando las manos contra sus ataduras, a penas notandocirculación, apretó los dientes, tratando de que ningún gemido mássaliera de él, pero oÃr a Wade a su espalda, el cuál no se estabacortando un pelo, mientras estaba entrando y saliendo de él, estabahaciendo que se volviera lÃquido por dentro, incluso sin quererlo,logrando que dejara caer nuevamente la cabeza hacÃa el suelo,dejando escapar todos aquellos gemidos que se le habÃan empezado aagolpar en la garganta, abrasándosela.
Nunca habÃa sentido nada como aquello y dudaba de que pudierasentirlo con otra persona. Porque Wade era demasiado único para quealguien más pudiera despertar lo que este habÃa despertado en él.
PodÃa sentir los dedos de Wade clavados en la piel de sus caderas altiempo que hacÃa que ambos se movieran. Atado como estaba, Peter noera capaz de controlar nada. Estaba a la completa merced de aquelloco y, aún asÃ, a pesar de la situación, a pesar de que lo estabatomando en mitad de la calle, le estaba encantando, estabadisfrutando de aquello.
Su miembro estaba pulsando por ello, habiendo sido dejado de ladomientras Wade se hundÃa en él una y otra vez, notando como el ritmose hacÃa más descontrolado.
Pero, a pesar del placer, Peter no podrÃa liberarse si este seolvidaba de aquella parte, se quedarÃa allà suspendido, en aquellasensación entre el placer y el dolor.
-Wa... Wade.... tócame- le rogó, odiándose a sà mismo por haberpronunciado aquellas palabras, pero sin haberse podido resistir más.
Oyó la risa de este a su espalda, como si no se hubiera creÃdo quePeter hubiera cedido aquella pequeña porción de sà mismo.
-¿Qué pasa, arañita? ¿No puedes llegar si no te toco?
Peter apretó los dientes, sintiéndose avergonzado, sabiendo que esoera justo lo que habÃa dicho cuando le habÃa pedido que lo tocara.
-No te oigo, arañita. Y quiero oÃrte- le dijo Deadpool, hundiéndoseaún más profundamente en él, haciéndole gemir de nuevo.
-¡¡¡SÃ!!!- gritó Peter, casi contra su voluntad.-¡¡¡Eso es loque he dicho!!!
-Buen chico- murmuró Wade.
Y, como premio, una de sus manos se dirigió hacÃa el miembro deeste, haciéndole gemir aún más mientras ambos no dejaban demoverse, sintiendo que estaban cada vez más cerca de su cumbre, máscerca de aquella sensación de liberación, aquella que arrasarÃa suinterior por completo y que les obligara a volver a rehacerse.
Llegaron, ambos llegaron juntos a aquel objetivo que se les habÃapresentado, haciendo que Peter alzara la cabeza, ahora sintiendorealmente que se ahogaba mientras gemÃa su liberación, al mismotiempo que Wade se aferraba aún más fuerte a él, sintiendo comoaquel pequeño cuerpo lo empujaba más hacÃa dentro, como si noquisiera que se alejara.
Ninguno de los dos dijo nada durante los siguientes instantesdespués, pero volvieron la cabeza hacÃa la entrada del callejóncuando oyeron un ruido procedente de allÃ.
Tres chicas, vestidas como una especie de brujas-zombies-calaveras,encorsetas en los disfraces más pequeños y reveladores que hubieranvisto, parecÃan haber estado contemplando el espectáculo final yPeter, aún atado, solo pudo sentir como se sonrojaba de pies acabeza, dándose cuenta de que unas civiles acababan de presenciarcomo Deadpool lo tomaba allà mismo, en la calle.
-Vaya- comentó una de las chicas.
-Es... esto no es lo que parece- murmuró Peter, con a penas aliento.
-Sé que es el dÃa para que todos los frikis se disfracen desuperhéroes- comentó otra de las chicas.-Pero no sé si esto legustarÃa al verdadero Spiderman.
-Es verdad. Es posible que os dé una patada en el culo como osencuentre asÃ- les dijo la primera chica, percatándose de que estasiban algo bebidas, al ver como a penas podÃan mantenerse rectassobre los tacones.
Sin que ninguno de los dos dijera algo más, las chicas consideraronque ya habÃan dicho todo lo que habÃan tenido que decir,continuando con su camino, mientras ellos seguÃan allÃ, habiéndosesalvado por los pelos, con Wade aún en su interior. Peter tendrÃaque estar dando las gracias al cielo, pero era un poco difÃcilcuando estaba sintiendo a este crecer de nuevo y notar cómo sucuerpo reaccionaba al mismo tiempo, como si se preparara para unanueva ronda.
-Feliz Halloween- les deseó el mercenario bocazas.-Y que lo paséisbien vosotras también.
Fin del One-shot
Bien... Esto.... después de ver cómo han acabado siendo lascosas en el fic, supongo que he podido calentar un poco este dÃaentre Octubre y Noviembre, osease... Halloween ¿verdad? Porque yo,al menos, os puedo asegurar que he sentido calor.
En ningún momento habÃa esperado que las cosas se pusieran tanintensas en ninguna de las dos partes, pero asà es como haresultado. ¡La magia de que los personajes metan su propiapersonalidad en la historia!
Espero que, gracias a este one-shot, que he conseguido acabarantes de las siete de la tarde, os guste tanto como me ha encantado amà escribirlo.
Por cierto, aunque lo he comentado en mi tablero, os lo dirétambién por aquÃ. En facebook, si buscáis mi nombre de escritora(Judit Da Silva) encontraréis mi página de Facebook, donde subohistorias mÃas originales y donde también subà una historia deHalloween. Soy fácil de encontrar. Es la página donde aparecenlibros y libretas en las fotos de perfil y en portada. También estáel enlace de wattpad, asà podéis confirmar que soy yo.
Ummm... ¿TenÃa algo más que decir? Creo que no, asà que,mientras aún dejo que os recuperéis de lo habéis leÃdo, yo me voya subir la historia ahora mismo para que la podáis leer.
Como siempre, Marvelitos mÃos, espero que lo hayáis disfrutado,manteneos sanos y nos seguimos leyendo. Bye.
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