XI

Nos encontramos en la puerta la base Iota, ahí se encontraba Lucían con Bud, el cachorro que habían encontrado en brazos y a su lado estaba tanto Angélica como Olivia.

Lucían suspiraría y se vería la mano con cierta tristeza.

Angélica simplemente observaría esto con preocupación al pequeño muchacho para seguido ponerle una mano en el hombro y hablarle.

— ¿Hay algo que te preocupe Lucían?

—Me preocupa todo en general, es algo nuevo para mí, ya sabes...

A Lucían se le veía con un cierto gesto preocupado, por lo que Angélica solo observaría esto del muchacho.

—Los entrenamientos militares son duros, es algo que debes de saber de primeras y par que lo tengas claro, pero sé que puedes superarlo y convertirte en alguien de respetar ahí, ¿Lo entiendes?

Lucían se le veía un poco más calmado, dando una ligera sonrisa ante esto.

En eso verían como llegaría allí un camión blindado, recordó Lucían cuando ocurrió lo de la base copta, fue algo amargo de recordar pero sabía que esta ocasión era diferente y eso lo tranquilizaba en parte.

Cuando abrieron la puerta de aquel camión blindado y se vería a Dustin ahí, el hermano de Angélica.

—Veo que nos volvemos a ver, hermana.

—Igualmente Dustin. — respondería la adulta con una ligera sonrisa a su hermano mayor.

Angélica y Lucían en eso entrarían al camión, ahí dentro se sentarían y cerca de ahí habría un trasportín donde meterían al pequeño cachorro. Cuando estos se subieron Lucían se le veía un poco serio.

Angélica se fijaría en aquella actitud que había adoptado el joven de prótesis mecánicas para con ello ver al muchacho y preguntarle.

—Lucían ¿Te encuentras bien?

—Me estoy mentalizando para entrar. — con ello Lucían suspiraría cerrando un momento sus ojos para con ello seguir hablando— Seguramente sea muy duro y quiero... Quiero estar preparado.

—Así que quieres entrar a la milicia de la resistencia, ¿No? — hablo Dustin con cierta intriga pero con una ligera sonrisilla.

—Si... Creo que lo necesito la verdad. No puedo quedarme quieto sin hacer nada después de todo lo que vi. — hablo con seriedad Lucían abriendo los ojos.

El chico bajaría su mirada y vería sus manos, este cerraría su puño, Dustin vería en eso a Angélica con un poco de preocupación para seguido ver que Angélica se le veía un poco preocupada.

—Veo que te has puesto la coraza negra en tus brazos. — comento Angélica intentando desviar un poco la conversación.

—Si... A Jonathan le gusto cuando se lo enseñe y me comento que me lo dejase puesto, realmente me gusta la verdad— hablo Lucían dando una ligera sonrisa mientras se veía la palma de su mano.

—Mola la verdad— comento Dustin— Tenemos en la base una zona de investigación mecánica, nos compartimos muchas informaciones y podíamos replicarlo en las prótesis de las piernas, si quieres claro.

Lucían solo levantaría las cejas con cierta curiosidad para con ello respo

Nos encontramos en la puerta la base Iota, ahí se encontraba Lucían con Bud, el cachorro que habían encontrado en brazos y a su lado estaba tanto Angélica como Olivia.

Lucían suspiraría y se vería la mano con cierta tristeza.

Angélica simplemente observaría esto con preocupación al pequeño muchacho para seguido ponerle una mano en el hombro y hablarle.

— ¿Hay algo que te preocupe Lucían?

—Me preocupa todo en general, es algo nuevo para mí, ya sabes...

A Lucían se le veía con un cierto gesto preocupado, por lo que Angélica solo observaría esto del muchacho.

—Los entrenamientos militares son duros, es algo que debes de saber de primeras y par que lo tengas claro, pero sé que puedes superarlo y convertirte en alguien de respetar ahí, ¿Lo entiendes?

Lucían se le veía un poco más calmado, dando una ligera sonrisa ante esto.

En eso verían como llegaría allí un camión blindado, recordó Lucían cuando ocurrió lo de la base copta, fue algo amargo de recordar pero sabía que esta ocasión era diferente y eso lo tranquilizaba en parte.

Cuando abrieron la puerta de aquel camión blindado y se vería a Dustin ahí, el hermano de Angélica.

—Veo que nos volvemos a ver, hermana.

—Igualmente Dustin. — respondería la adulta con una ligera sonrisa a su hermano mayor.

Angélica y Lucían en eso entrarían al camión, ahí dentro se sentarían y cerca de ahí habría un trasportín donde meterían al pequeño cachorro. Cuando estos se subieron Lucían se le veía un poco serio.

Angélica se fijaría en aquella actitud que había adoptado el joven de prótesis mecánicas para con ello ver al muchacho y preguntarle.

—Lucían ¿Te encuentras bien?

—Me estoy mentalizando para entrar. — con ello Lucían suspiraría cerrando un momento sus ojos para con ello seguir hablando— Seguramente sea muy duro y quiero... Quiero estar preparado.

—Así que quieres entrar a la milicia de la resistencia, ¿No? — hablo Dustin con cierta intriga pero con una ligera sonrisilla.

—Si... Creo que lo necesito la verdad. No puedo quedarme quieto sin hacer nada después de todo lo que vi. — hablo con seriedad Lucían abriendo los ojos.

El chico bajaría su mirada y vería sus manos, este cerraría su puño, Dustin vería en eso a Angélica con un poco de preocupación para seguido ver que Angélica se le veía un poco preocupada.

—Veo que te has puesto la coraza negra en tus brazos. — comento Angélica intentando desviar un poco la conversación.

—Si... A Jonathan le gusto cuando se lo enseño y me comento que me lo dejase puesto, realmente me gusta la verdad— hablo Lucían dando una ligera sonrisa mientras se veía la palma de su mano.

—Mola la verdad— comento Dustin— Tenemos en la base una zona de investigación mecánica, nos compartimos muchas informaciones y podíamos replicarlo en las prótesis de las piernas, si quieres claro.

Lucían solo levantaría las cejas con cierta curiosidad para con ello responderle.

—Me lo pensare la verdad.

Fue un camino bastante largo y Lucían se mantuvo un buen rato con los ojos cerrados intentando como podía conciliar el sueño, pero realmente le costaba, había un montón de cosas que le rondaban por ese momento en la cabeza, y en algún momento se quedó dormido porque tuvo un sueño realmente extraño.

Se encontraba en un bosque oscuro, a un costado de él había un rio, un rio de agua tan cristalinas con el que se podía ver el reflejo del lugar con sus árboles e incluso pequeños peces ahí. Lucían vio los peces del lugar, eran básicamente carpas doradas lo que estaba en aquel lugar que por la corriente iban hacia delante.

Cuando Lucían se acercó a ver mejor el rio, lo que vio de reflejo de su rostro no era él, era una bestia oscura, similar a los lobos negros que había criado pero como si fuera una especie de sombra y lo que más detallaba eran sus ojos carmesís que brillaban. Algo le decía que tal vez lo que estaba viendo enfrente de él en realidad era en realidad una faceta que no estaba viendo de él.

De pronto aquella sombra negra licaona saldría del agua haciendo que Lucían tuviera que retroceder y perdería en eso el equilibrio para con ello caer al suelo para en eso ver enfrente de él a la bestia que se erguido a dos patas viéndose lo tan grande que era, era incluso más grande que un macho de lobo negro y eso que había visto a ambos cachorros que había criado el crecer y eran grandes comparado con su madre y su hermana, y estas eran grandes.

Aquella criatura en eso se acercaría y el muchacho podía notar incluso que el pelaje de aquella bestia que estaba viendo era mucho más espeso y lo notaba como si fuera una nube oscura.

Cuando vio Lucían a los ojos a la bestia, sabía que algo lo conectaba a ese gran animal salvaje, y sabía que no era un lado bonito de él lo que estaba presenciando. Podía ver en sus ojos ira, una ira tan acumulada que no estaba saliendo por algún motivo que hasta al mismo Lucían se le escapaba.

El monstruo gruño viéndose que salía un denso vaho de su hocico oscuro y vio a la criatura mostrar los dientes, unos dientes serrados y dispuestos de tal forma que eran una amenaza para quien estaba al frente de él.

—Tú... —murmuro Lucían al verlo a los ojos.

—Yo soy tú... Yo soy lo más oscuro que vive en tu ser ¡Déjame salir!

Aquel ser cuando termino de hablar, se abalanzo en contra de Lucían, pero antes de que le llegase a pasar algo, el muchacho despertaría de su sueño atacado de los nervios y respirando agitadamente por ello.

—Lucían, ¿Estas bien? — pregunto preocupada Angélica al darse cuenta de esto.

—Sí, ha sido una pesadilla, no pasa nada— comento Lucían mientras se sobaba la cabeza, seguido de ello se giraría a ver a Angélica y le preguntaría— ¿Queda mucho por llegar?

—Queda un poco, ¿Vale?

—De acuerdo.

— ¿Sabes? De hecho hay alguien que conoces ahí en la base— comento Dustin a Lucían.

Esto llamo la atención del pelinegro de las prótesis para en eso el hermano de Angélica comentarle lo siguiente.

—Recuerdas a Teresa, que estaba en la base Copta. Es una de las nuevas médicos del lugar

— ¡Sí! ¡Sé quién es! ¿Cuánto tiempo lleva ahí? — pregunto Lucían con sorpresa de saber esto.

—No mucho la verdad, un par de meses tal vez. — comento Dustin haciendo memoria.

— ¡Oh! ¡Genial entonces! —Hablo Lucían dando una ligera sonrisa ante esto.

Le hacía feliz escuchar eso, después de la destrucción de la base Copta Don, Teresa y Aston no se hablaban tanto de lo que él creía, pero los es que cada uno también tenían una personalidad cada uno muy diferente. Don era reservado y tranquilo, le gustaba estar muy solo, Aston era muy divertido pero era un poco arisco, se la pasaba mucho tiempo creando sus objetos y probando patentes que le enviaban en otras bases, y Teresa era dulce y amable, muchas veces ayudaba a los demás si alguno se hacía alguna herida.

Recordaba en la base Copta con añoranza, nostalgia y... Un poco de rabia porque en su ausencia ocurrió lo que ocurrió.

—Espero que todo vaya bien— hablo para sí mismo el chico de las prótesis.

En eso notarían que el coche lo habían parado para con ello el conductor hablar.

—Ya hemos llegado.

Dustin se levantaría y abriría la puerta, cogiendo primeramente el trasportín con el pequeño Bud ahí, saliendo este el primero. Lucían y Angélica saldrían después y el chico vería, con mucha sorpresa, el cómo era la base Sagitta.

Parecía un antiguo hangar militar, había kilómetros y kilómetros de suelo asfaltado. Destacaba en el norte la base principal, al este lo que parecía ser el lugar donde la gente dormía y al oeste estaba lo que parecía ser el lugar de entrenamiento de los militares.

—Wow... Que guay.

— ¿Vamos a la base central? — comento Dustin al muchacho.

Lucían daría una ligera sonrisa y este asentiría con la cabeza. Los tres se irían a la base mayor y cuando llegaron lo que vio dentro a Lucían se quedó un poco sorprendido.

Había chavales de más o menos su edad, algunos más mayores que él que en ese momento se encontraban charlando. Esos chicos lo que más llamaba la atención eran que estaban la gran mayoría rapados, tenían el pelo muy corto, y que vestían con una especie de mono negro. Había gente planificando cosas, algunos vestían con ese mono negro pero otros parecían ser más científicos.

En eso Lucían se daría cuenta de que alguien se acercaría. Era Teresa, que se le veía muy feliz por ello.

— ¡Lucían! ¡Angélica!

— ¡Teresa!

La muchacha abrazaría a los dos, tanto a Lucían con a Angélica, correspondida por ambos.

—No sabía que vendríais— comento Teresa dejando de abrazar a los dos.

—Bueno... Es que quiero entrar a la milicia de la resistencia— se sinceró el chico de la prótesis a la mujer.

Teresa abriría los ojos con cierta sorpresa para con ello ver a Angélica con un poco de sorpresa, para seguido ver a Lucían.

—Vaya... No me esperaba esa decisión de tu parte. — comento Teresa con cierta sorpresa. La mujer mulata solo suspiraría para con ello hablarle a Lucían— Si quieres entrar primero debo de comprobar cómo estas de salud ¿De acuerdo? Vente.

Lucían solo asentiría con la cabeza, yendo con Teresa. Mientras que Dustin y Angélica, estos se verían entre ellos y Dustin le hablaría a su hermana.

—Hablemos con el teniente Logan sobre lo de Lucían.

— ¿Logan es el nuevo teniente? — comento Angélica con curiosidad.

—Sí... Ya le conoces pero bueno. — respondió Dustin ante esto.

Los dos hermanos se irían a un pequeño despacho que había en aquella base, Dustin tocaría la puerta y en eso escucharían a alguien hablar.

— ¡Pasad!

Dustin abriría la puerta y verían dentro de ahí los dos a un hombre de tal vez unos 40 años, de cabello corto y rubio de ojos azules, de físico bastante portento y atlético con ese mono negro militar que poseía la mayoría pero que en sus hombros tenía los símbolos de una estrella blanca, ese hombre se encontraba fumando un puro.

—Veo que has vuelto con tu hermana.

—Si teniente— hablo Dustin mientras que ambos daban un salido militar al hombre— Pero no era de ella de quien hemos venido a hablar.

Logan solo miraría a los dos y este levantaría una ceja ante ello.

— ¿De qué es lo que queréis hablar?

—Has escuchado de Lucían, ¿No? La noticia del niño milagro que sobrevivió al incidente de construcción. — hablo Angélica.

—Sí, me lo dijo Duncan cuando volvió después de salvaros de la base Copta, ¿Qué tiene que ver él?

—Ha venido conmigo— comento Angélica seria— Quiere alistarse en la milicia.

Esto llamo la atención al adulto rubio, se sacaría el puro de la boca para tirar la ceniza en un cenicero que tenía cerca para seguido expulsar el humo para con ello ver a los dos hermanos.

—Ha ido a la zona médica, ¿No? — comento Logan con seriedad.

—Sí, ha ido con Teresa, la hemos visto cuando hemos entrado— comento Dustin con seriedad ante ello.

Logan en eso vería un reloj de pulsera que tenía para con ello ver a los dos hermanos.

—Así que... El muchacho milagro va a estar en la resistencia activa— Logan dio un ligera sonrisa arrogante para con ello hablarle a los dos— Quiero que sepáis una cosa y que os quede clara, no seré blando con él porque sé que sus prótesis pueden hacerlo mucho más poderoso que un humano promedio.

— ¿Más poderoso que el promedio? — cuestiono Angélica extrañada

—Posee extremidades robóticas, ¿No? Aston se los creo. Ese cabron es un puto genio— hablo Logan dejando un momento de lado el puro para seguido hacer una mueca un poco maliciosa— Sabéis que a aquí se hacen muchos de los planos de muchos inventos que algunos se hacen, y otros no pero... Aston consiguió algo que no me esperaba que lo cumpliera. Quiero llevar ese experimento a su límite.

—Pero Logan, y ya no te hablo como mi superior sino como mi amigo, ¿Tú estás loco? — cuestiono Angélica un poco preocupada por lo que ha dicho Logan.

—Entiendo tu escepticismo Angélica, y también entiendo el cariño que le has tomado ma ese niño, pero creo que este tiene un potencial que no tienen ningún soldado por esas mismas prótesis que le han puesto. — dijo Logan para seguido ponerse de nuevo el puro en la boca. — Entiendo que no compartas mis métodos, pero creo que por lo de las prótesis... Puedo pulir una piedra para encontrar una joya como ni una.

Angélica solo mostraría una mueca un poco molesta, pero solo cerraría los ojos para con ello hablarle a Logan.

—Bueno... De acuerdo— hablo con seriedad la mujer —Pero voy a estar muy atenta a lo que vayas a hacer, ¿De acuerdo?

—Me parece justo. — Fue lo único que dijo Logan respecto a esto mientras se encogía de hombros. — Podéis iros, en un cuarto de hora empieza los entrenamientos a los cadetes.

Angélica y Dustin solo se vieron y en eso salieron de aquella sala.

—No recordaba a Logan de esta forma— comento Angélica a su hermano.

—Tal vez haya sido el tiempo que has tenido sin verlo, pero siempre ha sido así, es un poco... Neurótico. Exige la perfección en los cadetes y es muy exigente. Sabe de las prótesis un poco más que creo que vosotros y nosotros, yo le daría un voto de confianza.

Angélica solo pondría una mueca disconforme ante lo dicho de parte de su hermano, aunque suspiraría para seguido ver al adulto.

—Lo haré, pero es lo mismo que le he dicho a Logan. No voy a quitarle el ojo de encima, me preocupa demasiado que se encuentre bien. Sé que ya es adulto pero... Lo veo aun como un niño.

Dustin solo vería con una ligera sonrisa ante esto a su hermana para con ello ponerle una mano en el hombro en señal de confianza.

Mientras tanto con Lucían...

Nos encontramos con este terminando la revisión médica con Teresa, cuando en eso el chico de las prótesis le hablaría.

—Y... ¿Cómo te ha ido aquí?

—Bastante bien debo de decir— hablo Teresa terminando de hacerle una revisión de oídos al pelinegro— Es un poco ajetreado ya que tengo que revisar a muchos chicos de más o menos tu edad pero es algo que me gusta hacer.

—Wow... ¿Y cómo llegan esos chicos a aquí? Hay muchos de mi edad y me pica la curiosidad de saber el cómo han llegado a aquí. — comento Lucían ante esto.

—Porque al igual que a ti, los salvaron de la ciudad o de algunos campos de "reeducación". — hablo Teresa, está en eso dejaría los oídos del chico para hablarle a Lucían— Vale, te voy a tener que hacer un análisis de sangre. Puedes aguantar, ¿No?

Lucían solo asentiría con la cabeza por lo que Teresa iría a la mesa a coger una jeringa y agujas, y mientras el pelinegro le preguntaría a la mujer.

— ¿Y cómo consiguen rescatar a esa gente?

—Hacen misiones de rescate, ya sea que les dan una alarma de que hay algún fenómeno raro que involucra a los esclavos de ciudad o directamente entrar en los campos, estos últimos se dejan a unas cuadrillas muy cualificadas que está hechas para ello aunque tambien, y fue en tu caso, va a una persona a la ciudad para recolectar materiales y de paso rescatar gente. — comento Teresa.

— También hacen algunas de infiltración para conseguir información de novedades de la ciudad— continuo hablando Teresa— Las que más me llaman la atención son la de infiltración y asesinato, les dan un perfil de una persona, la persona asignada se infiltra en la ciudad, empatiza con su víctima para con ello en el momento menos esperado acabar con ellas. Deben de ser misiones muy rápidas por lo que tengo escuchado porque... Bueno, la gente de ciudad está un poco enferma y a la mínima de cambio desearía tener relaciones sexuales la persona. La gente de ciudad parece ser que pillan demasiado rápido confianza de otros.

Eso que narraba, ese tipo de misiones, las de infiltración y asesinato era lo que más llamaba la atención a Lucían y ese instinto depredador que tenía muy en el fondo deseaba poder hacerlo. Era un algo que le decía que los matase, que matase a esa gente horripilante y... Tal vez, si conseguía destacar en la milicia, le podrían asignar ese tipo de misiones.

En eso Teresa le pincharía en la zona debajo de las costillas con la aguja para con ello sacarle la sangre, le dolió haberlo pillado desprevenido de esa forma eso, pero ya le sacaron la última vez de ahí la sangre por lo que se tenía que aguantar. Cuando saco su aguja de ahí con la sangre miro a Lucían.

—Vale, iré ahora por un poco de algodón.

Mientras Teresa buscaba el algodón, Lucían decidiría ahondar un poco en el tema de esas misiones que captaron su atención.

— ¿Hay mucha gente que hace esas misiones?

—En realidad no mucha, pero porque no están dispuestos a hacerlo. La gente, aunque odiemos con toda nuestra alma a la gente de ciudad... No estamos dispuestos a hacer pasar lo mismo que nosotros— hablo, comentando en esto último con un poco de pena.

— ¿Y si yo deseo meterme a eso?

Esa cuestión de Lucían dejo un poco helada a Teresa, la mujer vio de lado a Lucían y se fijó que aquel niño dulce que alguna vez conoció... Se había ido. No sabía que le había ocurrido a Lucían, pero le daba la impresión que algo andaba mal con él.

—Oh... Pues... Es algo que no me esperaría de ti la verdad— comento un poco nerviosa Teresa al escuchar esto.

Lucían noto mucho esa respuesta y por lo nerviosa que se había puesto, por lo que Lucían decidiría serle directo a aquella médica.

—Han pasado muchas cosas Teresa... He hecho memoria de cosas que ahora que veo atrás no son normales para alguien como yo y he vivido cosas que me han cambiado, yo... Ahora estoy así.

Teresa solo miraría con cierta pena al muchacho para con ello está coger esparadrapo también y en eso se acercaría para tapar la herida del chico por la aguja y con el esparadrapo mantenerlo quieto.

—Y esta, ahora un rato así y te lo puedes quitar — comento Teresa, para en eso la mujer ver a Lucían y hablarle con sinceridad— No sé qué te habrá pasado, realmente no me imagino que te ocurrió antes de haberte salvado y el tiempo que estuvimos sin hablar pero... Quiero que sepas que me preocupa, pero por otro lado es tu vida y debes de tomar las riendas de ella, si quieres hacerlo yo no soy nadie para impedírtelo.

Lucían solo mostraría una ligera sonrisa a Teresa para con ello hablarle.

—Realmente me alegra volverte a ver desde lo de la base Copta.

Teresa respondería a ello también con una ligera sonrisa para con ello esta abrazar ligeramente al muchacho, sería un pequeño abrazo para luego esta separarse y hablarle a Lucían.

—Hablare con mis compañeros y que te den el traje militar, ¿Vale?

Lucían solo asentiría con la cabeza ante esto para seguido dar una ligera sonrisa. Teresa se iría de ahí, dejando esperando al chico de las prótesis que se miraría las manos con cierta duda en su pecho.

¿Qué estaba pasándole? ¿Por qué en ese momento se le paso lo que se le paso? No tenía respuestas lógicas porque tampoco comprendía la magnitud de lo que estaba guardándose para dentro y que tampoco lo soltaba por tal vez miedo o tal vez su lado más racional.

¿Por qué quería convertirse en un monstruo asesino si el nunca antes había sido así?

Tiempo después...

Nos encontramos a las afueras de la base, en la zona de entrenamiento y Lucían se encontraba con un grupo de muchachos. Lucían se destacaba en el grupo por, además de no estar rapado, sus propias prótesis que se notaba demasiado por debajo de aquel mono de cuerpo completo que poseían todos los presentes.

Lucían, como los demás chicos se encontraban firmes cuando de pronto escucho a alguien a su lado hablar en voz bastante baja.

—Tsss, buenas, eres el nuevo, ¿No?

Lucían giraría su mirada a ver cómo era el chico, era un poco más bajo que él, el poco cabello que lo tenía rapado era rubio, tenía la piel muy clara y sus ojos eran celestes. La sonrisa que tenía aquel chico era contagiosa y Lucían no podía evitar no sonreír ante aquella muestra de positividad y solo asentiría con la cabeza.

—Hans, un gusto conocerte.

—Lucían, igualmente.

— ¡Soldados! ¡Firmes!— irrumpió la voz de pronto de Logan en el lugar.

Logan empezó a andar viendo a todos los chicos que estaban ahí hasta llegar a Lucían, quedándose quieto justo delante de él con semblante firme.

—Así que tú eres el nuevo, ¿No?

— ¡Si señor! — dijo de forma casi instintiva el joven Lucían bastante atemorizado por la presencia enfrente del teniente.

Logan vería de arriba hacia abajo al muchacho de extremidades biónicas para con ello comentarle lo siguiente con un poco de seriedad.

—Para la próxima vez para entrenar te vas a tener que rapar el pelo, esta vez te lo paso por novato.

Logan seguiría andando y Lucían solo seguiría un poco tenso después de aquello que había ocurrido. Habría un silencio incomodo mientras todos seguían firmes para en eso seguir escuchar a Logan volver a hablar.

— ¡De acuerdo! ¡Hoy tendremos una carrera de obstáculos! ¡Veamos cómo lo hacéis!

Con ello Logan sacaría una pistola de fogueo y este dispararía hacia arriba, sonando el disparo y con ello los muchachos empezar a correr.

A Lucían le estaba costando un poco el arrancar por lo improvisto, lo primero fue el arrastrarse en el suelo y por encima con una red, el chico imitaría lo mismo que los chicos de delante y este se empezaría a arrastrar, le costaba con sus extremidades el moverse y veía como los demás chicos empezaban a superarlo.

Cuando consiguió Lucían el pasar eso se vio que la gran mayoría le habían conseguido pasar, la siguiente prueba era de pasar con unas cuerdas por encima de lodo. A Lucían para subirse de las cuerdas le costó lo suyo y este empezaría a pasar con cierta dificultad hasta que en un momento este pillaría mal una de las cuerdas y caería al lodo de cara, enfangándose enteramente.

El pelinegro luego de caer tan patéticamente se giraría a ver hacia el cielo y quitarse el lodo de la cara, solo para toparse con que Logan estaba viéndolo desafiantemente con una sonrisa un poco arrogante en su rostro y un puro que se acababa de encender para con ello decirle lo siguiente.

—Bienvenido a la milicia, novato.

nderle.

—Me lo pensare la verdad.

Fue un camino bastante largo y Lucían se mantuvo un buen rato con los ojos cerrados intentando como podía conciliar el sueño, pero realmente le costaba, había un montón de cosas que le rondaban por ese momento en la cabeza, y en algún momento se quedó dormido porque tuvo un sueño realmente extraño.

Se encontraba en un bosque oscuro, a un costado de él había un rio, un rio de agua tan cristalinas con el que se podía ver el reflejo del lugar con sus árboles e incluso pequeños peces ahí. Lucían vio los peces del lugar, eran básicamente carpas doradas lo que estaba en aquel lugar que por la corriente iban hacia delante.

Cuando Lucían se acercó a ver mejor el rio, lo que vio de reflejo de su rostro no era él, era una bestia oscura, similar a los lobos negros que había criado pero como si fuera una especie de sombra y lo que más detallaba eran sus ojos carmesís que brillaban. Algo le decía que tal vez lo que estaba viendo enfrente de él en realidad era en realidad una faceta que no estaba viendo de él.

De pronto aquella sombra negra licaona saldría del agua haciendo que Lucían tuviera que retroceder y perdería en eso el equilibrio para con ello caer al suelo para en eso ver enfrente de él a la bestia que se erguido a dos patas viéndose lo tan grande que era, era incluso más grande que un macho de lobo negro y eso que había visto a ambos cachorros que había criado el crecer y eran grandes comparado con su madre y su hermana, y estas eran grandes.

Aquella criatura en eso se acercaría y el muchacho podía notar incluso que el pelaje de aquella bestia que estaba viendo era mucho más espeso y lo notaba como si fuera una nube oscura.

Cuando vio Lucían a los ojos a la bestia, sabía que algo lo conectaba a ese gran animal salvaje, y sabía que no era un lado bonito de él lo que estaba presenciando. Podía ver en sus ojos ira, una ira tan acumulada que no estaba saliendo por algún motivo que hasta al mismo Lucían se le escapaba.

El monstruo gruño viéndose que salía un denso vaho de su hocico oscuro y vio a la criatura mostrar los dientes, unos dientes serrados y dispuestos de tal forma que eran una amenaza para quien estaba al frente de él.

—Tú... —murmuro Lucían al verlo a los ojos.

—Yo soy tú... Yo soy lo más oscuro que vive en tu ser ¡Déjame salir!

Aquel ser cuando termino de hablar, se abalanzo en contra de Lucían, pero antes de que le llegase a pasar algo, el muchacho despertaría de su sueño atacado de los nervios y respirando agitadamente por ello.

—Lucían, ¿Estas bien? — pregunto preocupada Angélica al darse cuenta de esto.

—Sí, ha sido una pesadilla, no pasa nada— comento Lucían mientras se sobaba la cabeza, seguido de ello se giraría a ver a Angélica y le preguntaría— ¿Queda mucho por llegar?

—Queda un poco, ¿Vale?

—De acuerdo.

— ¿Sabes? De hecho hay alguien que conoces ahí en la base— comento Dustin a Lucían.

Esto llamo la atención del pelinegro de las prótesis para en eso el hermano de Angélica comentarle lo siguiente.

—Recuerdas a Teresa, que estaba en la base Copta. Es una de las nuevas médicos del lugar

— ¡Sí! ¡Sé quién es! ¿Cuánto tiempo lleva ahí? — pregunto Lucían con sorpresa de saber esto.

—No mucho la verdad, un par de meses tal vez. — comento Dustin haciendo memoria.

— ¡Oh! ¡Genial entonces! —Hablo Lucían dando una ligera sonrisa ante esto.

Le hacía feliz escuchar eso, después de la destrucción de la base Copta Don, Teresa y Aston no se hablaban tanto de lo que él creía, pero los es que cada uno también tenían una personalidad cada uno muy diferente. Don era reservado y tranquilo, le gustaba estar muy solo, Aston era muy divertido pero era un poco arisco, se la pasaba mucho tiempo creando sus objetos y probando patentes que le enviaban en otras bases, y Teresa era dulce y amable, muchas veces ayudaba a los demás si alguno se hacía alguna herida.

Recordaba en la base Copta con añoranza, nostalgia y... Un poco de rabia porque en su ausencia ocurrió lo que ocurrió.

—Espero que todo vaya bien— hablo para sí mismo el chico de las prótesis.

En eso notarían que el coche lo habían parado para con ello el conductor hablar.

—Ya hemos llegado.

Dustin se levantaría y abriría la puerta, cogiendo primeramente el transportin con el pequeño Bud ahí, saliendo este el primero. Lucían y Angélica saldrían después y el chico vería, con mucha sorpresa, el cómo era la base Sagitta.

Parecía un antiguo hangar militar, había kilómetros y kilómetros de suelo asfaltado. Destacaba en el norte la base principal, al este lo que parecía ser el lugar donde la gente dormía y al oeste estaba lo que parecía ser el lugar de entrenamiento de los militares.

—Wow... Que guay.

— ¿Vamos a la base central? — comento Dustin al muchacho.

Lucían daría una ligera sonrisa y este asentiría con la cabeza. Los tres se irían a la base mayor y cuando llegaron lo que vio dentro a Lucían se quedó un poco sorprendido.

Había chavales de más o menos su edad, algunos más mayores que él que en ese momento se encontraban charlando. Esos chicos lo que más llamaba la atención eran que estaban la gran mayoría rapados, tenían el pelo muy corto, y que vestían con una especie de mono negro. Había gente planificando cosas, algunos vestían con ese mono negro pero otros parecían ser más científicos.

En eso Lucían se daría cuenta de que alguien se acercaría. Era Teresa, que se le veía muy feliz por ello.

— ¡Lucían! ¡Angélica!

— ¡Teresa!

La muchacha abrazaría a los dos, tanto a Lucían con a Angélica, correspondida por ambos.

—No sabía que vendríais— comento Teresa dejando de abrazar a los dos.

—Bueno... Es que quiero entrar a la milicia de la resistencia— se sinceró el chico de la prótesis a la mujer.

Teresa abriría los ojos con cierta sorpresa para con ello ver a Angélica con un poco de sorpresa, para seguido ver a Lucían.

—Vaya... No me esperaba esa decisión de tu parte. — comento Teresa con cierta sorpresa. La mujer mulata solo suspiraría para con ello hablarle a Lucían— Si quieres entrar primero debo de comprobar cómo estas de salud ¿De acuerdo? Vente.

Lucían solo asentiría con la cabeza, yendo con Teresa. Mientras que Dustin y Angélica, estos se verían entre ellos y Dustin le hablaría a su hermana.

—Hablemos con el teniente Logan sobre lo de Lucían.

— ¿Logan es el nuevo teniente? — comento Angélica con curiosidad.

—Sí... Ya le conoces pero bueno. — respondió Dustin ante esto.

Los dos hermanos se irían a un pequeño despacho que había en aquella base, Dustin tocaría la puerta y en eso escucharían a alguien hablar.

— ¡Pasad!

Dustin abriría la puerta y verían dentro de ahí los dos a un hombre de tal vez unos 40 años, de cabello corto y rubio de ojos azules, de físico bastante portento y atlético con ese mono negro militar que poseía la mayoría pero que en sus hombros tenía los símbolos de una estrella blanca, ese hombre se encontraba fumando un puro.

—Veo que has vuelto con tu hermana.

—Si teniente— hablo Dustin mientras que ambos daban un salido militar al hombre— Pero no era de ella de quien hemos venido a hablar.

Logan solo miraría a los dos y este levantaría una ceja ante ello.

— ¿De qué es lo que queréis hablar?

—Has escuchado de Lucían, ¿No? La noticia del niño milagro que sobrevivió al incidente de construcción. — hablo Angélica.

—Sí, me lo dijo Duncan cuando volvió después de salvaros de la base Copta, ¿Qué tiene que ver él?

—Ha venido conmigo— comento Angélica seria— Quiere alistarse en la milicia.

Esto llamo la atención al adulto rubio, se sacaría el puro de la boca para tirar la ceniza en un cenicero que tenía cerca para seguido expulsar el humo para con ello ver a los dos hermanos.

—Ha ido a la zona médica, ¿No? — comento Logan con seriedad.

—Sí, ha ido con Teresa, la hemos visto cuando hemos entrado— comento Dustin con seriedad ante ello.

Logan en eso vería un reloj de pulsera que tenía para con ello ver a los dos hermanos.

—Así que... El muchacho milagro va a estar en la resistencia activa— Logan dio un ligera sonrisa arrogante para con ello hablarle a los dos— Quiero que sepáis una cosa y que os quede clara, no seré blando con él porque sé que sus prótesis pueden hacerlo mucho más poderoso que un humano promedio.

— ¿Más poderoso que el promedio? — cuestiono Angélica extrañada

—Posee extremidades robóticas, ¿No? Aston se los creo. Ese cabron es un puto genio— hablo Logan dejando un momento de lado el puro para seguido hacer una mueca un poco maliciosa— Sabéis que a aquí se hacen muchos de los planos de muchos inventos que algunos se hacen, y otros no pero... Aston consiguió algo que no me esperaba que lo cumpliera. Quiero llevar ese experimento a su límite.

—Pero Logan, y ya no te hablo como mi superior sino como mi amigo, ¿Tú estás loco? — cuestiono Angélica un poco preocupada por lo que ha dicho Logan.

—Entiendo tu escepticismo Angélica, y también entiendo el cariño que le has tomado mucho cariño a ese niño, pero creo que este tiene un potencial que no tienen ningún soldado por esas mismas prótesis que le han puesto. — dijo Logan para seguido ponerse de nuevo el puro en la boca. — Entiendo que no compartas mis métodos, pero creo que por lo de las prótesis... Puedo pulir una piedra para encontrar una joya como ni una.

Angélica solo mostraría una mueca un poco molesta, pero solo cerraría los ojos para con ello hablarle a Logan.

—Bueno... De acuerdo— hablo con seriedad la mujer —Pero voy a estar muy atenta a lo que vayas a hacer, ¿De acuerdo?

—Me parece justo. — Fue lo único que dijo Logan respecto a esto mientras se encogía de hombros. — Podéis iros, en un cuarto de hora empieza los entrenamientos a los cadetes.

Angélica y Dustin solo se vieron y en eso salieron de aquella sala.

—No recordaba a Logan de esta forma— comento Angélica a su hermano.

—Tal vez haya sido el tiempo que has tenido sin verlo, pero siempre ha sido así, es un poco... Neurótico. Exige la perfección en los cadetes y es muy exigente. Sabe de las prótesis un poco más que creo que vosotros y nosotros, yo le daría un voto de confianza.

Angélica solo pondría una mueca disconforme ante lo dicho de parte de su hermano, aunque suspiraría para seguido ver al adulto.

—Lo hare, pero es lo mismo que le he dicho a Logan. No voy a quitarle el ojo de encima, me preocupa demasiado que se encuentre bien. Sé que ya es adulto pero... Lo veo aun como un niño.

Dustin solo vería con una ligera sonrisa ante esto a su hermana para con ello ponerle una mano en el hombro en señal de confianza.

Mientras tanto con Lucían...

Nos encontramos con este terminando la revisión médica con Teresa, cuando en eso el chico de las prótesis le hablaría.

—Y... ¿Cómo te ha ido aquí?

—Bastante bien debo de decir— hablo Teresa terminando de hacerle una revisión de oídos al pelinegro— Es un poco ajetreado ya que tengo que revisar a muchos chicos de más o menos tu edad pero es algo que me gusta hacer.

—Wow... ¿Y cómo llegan esos chicos a aquí? Hay muchos de mi edad y me pica la curiosidad de saber el cómo han llegado a aquí. — comento Lucían ante esto.

—Porque al igual que a ti, los salvaron de la ciudad o de algunos campos de "reeducación". — hablo Teresa, está en eso dejaría los oídos del chico para hablarle a Lucían— Vale, te voy a tener que hacer un análisis de sangre. Puedes aguantar, ¿No?

Lucían solo asentiría con la cabeza por lo que Teresa iría a la mesa a coger una jeringa y agujas, y mientras el pelinegro le preguntaría a la mujer.

— ¿Y cómo consiguen rescatar a esa gente?

—Hacen misiones de rescate, ya sea que les dan una alarma de que hay algún fenómeno raro que involucra a los esclavos de ciudad o directamente entrar en los campos, estos últimos se dejan a unas cuadrillas muy cualificadas que está hechas para ello aunque tambien, y fue en tu caso, va a una persona a la ciudad para recolectar materiales y de paso rescatar gente. — comento Teresa.

— También hacen algunas de infiltración para conseguir información de novedades de la ciudad— continuo hablando Teresa— Las que más me llaman la atención son la de infiltración y asesinato, les dan un perfil de una persona, la persona asignada se infiltra en la ciudad, empatiza con su víctima para con ello en el momento menos esperado acabar con ellas. Deben de ser misiones muy rápidas por lo que tengo escuchado porque... Bueno, la gente de ciudad está un poco enferma y a la mínima de cambio desearía tener relaciones sexuales la persona. La gente de ciudad parece ser que pillan demasiado rápido confianza de otros.

Eso que narraba, ese tipo de misiones, las de infiltración y asesinato era lo que más llamaba la atención a Lucían y ese instinto depredador que tenía muy en el fondo deseaba poder hacerlo. Era un algo que le decía que los matase, que matase a esa gente horripilante y... Tal vez, si conseguía destacar en la milicia, le podrían asignar ese tipo de misiones.

En eso Teresa le pincharía en la zona debajo de las costillas con la aguja para con ello sacarle la sangre, le dolió haberlo pillado desprevenido de esa forma eso, pero ya le sacaron la última vez de ahí la sangre por lo que se tenía que aguantar. Cuando saco su aguja de ahí con la sangre miro a Lucían.

—Vale, iré ahora por un poco de algodón.

Mientras Teresa buscaba el algodón, Lucían decidiría ahondar un poco en el tema de esas misiones que captaron su atención.

— ¿Hay mucha gente que hace esas misiones?

—En realidad no mucha, pero porque no están dispuestos a hacerlo. La gente, aunque odiemos con toda nuestra alma a la gente de ciudad... No estamos dispuestos a hacer pasar lo mismo que nosotros— hablo, comentando en esto último con un poco de pena.

— ¿Y si yo deseo meterme a eso?

Esa cuestión de Lucían dejo un poco helada a Teresa, la mujer vio de lado a Lucían y se fijó que aquel niño dulce que alguna vez conoció... Se había ido. No sabía que le había ocurrido a Lucían, pero le daba la impresión que algo andaba mal con él.

—Oh... Pues... Es algo que no me esperaría de ti la verdad— comento un poco nerviosa Teresa al escuchar esto.

Lucían noto mucho esa respuesta y por lo nerviosa que se había puesto, por lo que Lucían decidiría serle directo a aquella médica.

—Han pasado muchas cosas Teresa... He hecho memoria de cosas que ahora que veo atrás no son normales para alguien como yo y he vivido cosas que me han cambiado, yo... Ahora estoy así.

Teresa solo miraría con cierta pena al muchacho para con ello está coger esparadrapo también y en eso se acercaría para tapar la herida del chico por la aguja y con el esparadrapo mantenerlo quieto.

—Y esta, ahora un rato así y te lo puedes quitar — comento Teresa, para en eso la mujer ver a Lucían y hablarle con sinceridad— No sé qué te habrá pasado, realmente no me imagino que te ocurrió antes de haberte salvado y el tiempo que estuvimos sin hablar pero... Quiero que sepas que me preocupa, pero por otro lado es tu vida y debes de tomar las riendas de ella, si quieres hacerlo yo no soy nadie para impedírtelo.

Lucían solo mostraría una ligera sonrisa a Teresa para con ello hablarle.

—Realmente me alegra volverte a ver desde lo de la base Copta.

Teresa respondería a ello también con una ligera sonrisa para con ello esta abrazar ligeramente al muchacho, sería un pequeño abrazo para luego esta separarse y hablarle a Lucían.

—Hablare con mis compañeros y que te den el traje militar, ¿Vale?

Lucían solo asentiría con la cabeza ante esto para seguido dar una ligera sonrisa. Teresa se iría de ahí, dejando esperando al chico de las prótesis que se miraría las manos con cierta duda en su pecho.

¿Qué estaba pasándole? ¿Por qué en ese momento se le paso lo que se le paso? No tenía respuestas lógicas porque tampoco comprendía la magnitud de lo que estaba guardándose para dentro y que tampoco lo soltaba por tal vez miedo o tal vez su lado más racional.

¿Por qué quería convertirse en un monstruo asesino si el nunca antes había sido así?

Tiempo después...

Nos encontramos a las afueras de la base, en la zona de entrenamiento y Lucían se encontraba con un grupo de muchachos. Lucían se destacaba en el grupo por, además de no estar rapado, sus propias prótesis que se notaba demasiado por debajo de aquel mono de cuerpo completo que poseían todos los presentes.

Lucían, como los demás chicos se encontraban firmes cuando de pronto escucho a alguien a su lado hablar en voz bastante baja.

—Tsss, buenas, eres el nuevo, ¿No?

Lucían giraría su mirada a ver cómo era el chico, era un poco más bajo que él, el poco cabello que lo tenía rapado era rubio, tenía la piel muy clara y sus ojos eran celestes. La sonrisa que tenía aquel chico era contagiosa y Lucían no podía evitar no sonreír ante aquella muestra de positividad y solo asentiría con la cabeza.

—Hans, un gusto conocerte.

—Lucían, igualmente.

— ¡Soldados! ¡Firmes!— irrumpió la voz de pronto de Logan en el lugar.

Logan empezó a andar viendo a todos los chicos que estaban ahí hasta llegar a Lucían, quedándose quieto justo delante de él con semblante firme.

—Así que tú eres el nuevo, ¿No?

— ¡Si señor! — dijo de forma casi instintiva el joven Lucían bastante atemorizado por la presencia enfrente del teniente.

Logan vería de arriba hacia abajo al muchacho de extremidades biónicas para con ello comentarle lo siguiente con un poco de seriedad.

—Para la próxima vez para entrenar te vas a tener que rapar el pelo, esta vez te lo paso por novato.

Logan seguiría andando y Lucían solo seguiría un poco tenso después de aquello que había ocurrido. Habría un silencio incomodo mientras todos seguían firmes para en eso seguir escuchar a Logan volver a hablar.

— ¡De acuerdo! ¡Hoy tendremos una carrera de obstáculos! ¡Veamos cómo lo hacéis!

Con ello Logan sacaría una pistola de fogueo y este dispararía hacia arriba, sonando el disparo y con ello los muchachos empezar a correr.

A Lucían le estaba costando un poco el arrancar por lo improvisto, lo primero fue el arrastrarse en el suelo y por encima con una red, el chico imitaría lo mismo que los chicos de delante y este se empezaría a arrastrar, le costaba con sus extremidades el moverse y veía como los demás chicos empezaban a superarlo.

Cuando consiguió Lucían el pasar eso se vio que la gran mayoría le habían conseguido pasar, la siguiente prueba era de pasar con unas cuerdas por encima de lodo. A Lucían para subirse de las cuerdas le costó lo suyo y este empezaría a pasar con cierta dificultad hasta que en un momento este pillaría mal una de las cuerdas y caería al lodo de cara, enfangándose enteramente.

El pelinegro luego de caer tan patéticamente se giraría a ver hacia el cielo y quitarse el lodo de la cara, solo para toparse con que Logan estaba viéndolo desafiantemente con una sonrisa un poco arrogante en su rostro y un puro que se acababa de encender para con ello decirle lo siguiente.

—Bienvenido a la milicia, novato.


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