II
Varios meses pasaron después de aquello, 7 meses para ser más concretos, desde que Lucían vivía con aquellos hombres.
Este aprendió a leer bastante rápido gracias a Arthur, le basto al pequeño unos meses para aprender, para escribir tampoco le fue complicado para el jovencito, lo que sí que se tuvo que adaptarse fue a aprender a coger cosas con las manos robóticas que poseía ahora. Eso fue lo que le más le costó al niño.
Teresa le hizo un análisis de sangre al pequeño, quería revisar algunas cosas del pequeño, si tenía alguna intolerancia, alguna patología sanguínea o algo similar. Y estaba bien, tenía la sangre de tipo O, la más común del mundo y no tenía algún tipo de patología rara o alergia. Era un niño normal pero que habían notado todos los adultos que este tenía algo especial en su mente, era alguien muy inteligente y lo notaron porque era capaz de preguntarse cosas que para un niño de 9 años.
Podemos ver a Lucían con Angélica, que se encontraban organizando cosas en el salón.
—Angélica, ¿Por qué estás aquí? ¿Cómo te uniste a esto?
La mujer de cabello negro vio al jovencito y en eso le acaricio la cabeza al muchacho.
—Yo fui la primera en esta pequeña cabaña, yo antes era militar antes de que prohibiesen las milicias, mis compañeros empezaron a ser tratados como esclavos, vi como amigos míos fueron tratados de la mierda mientras que yo tenía sus mismos derechos. La milicia era de las pocas salidas que había para ser un hombre normal antes de que la quitasen.
Lucían se quedó impactado por las palabras de la adulta y le pregunto.
— ¿Y porque quitaron la milicia?
La adulta vio con tristeza a Lucían para seguido responder.
—Pensaban que nosotros no éramos útiles para ese mundo. Nos cambiaron por robots que obligaban a la gente a comportarse bien a las personas. Nos vieron como gente inútiles. Yo pude escapar, yo con algunos compañeros nos pudimos ir de la ciudad y cada uno tomamos caminos diferentes.
— ¿Y ellos están bien?
—Por suerte si, han encontrado a gente que les ha dejado una base para vivir, no somos los únicos que nos hemos ido de estas ciudades para poder ser libres.
El pequeño niño le dio una dulce sonrisa ante esto.
— ¿Y algún día podemos conocerlos? —
Angélica dio una dulce risita ante esto.
—Sí, lo único es que debo de saber dónde están.
Angélica en eso rebuscando, encontró una cantimplora metálica que pudo reconocer fácilmente la mujer de cabello negro, haciendo que esta suspirase, como si supiese de quien era,
—Lucían, ¿Podrías darle esto a Don?
El muchacho asintió con la cabeza y este fue al invernadero que había allí, donde Don estaba ahí. En ese momento estaba de llamada con alguien por un aparato holográfico, era un joven de su misma edad, de ojos turquesas, cabello castaño cobrizo y de facciones delicadas, se veía que con quien estaba hablando Don estaba en un laboratorio.
Lo curioso no era eso, lo curioso para el muchacho era el rostro de embobado, de enamorado, que tenía el adulto.
—Disculpa— hablo el niño de la forma más educada posible, enseñándole la cantimplora a Don —Se te olvido esto, estaba en el salón.
Don se giró a ver a que se refería y vio la cantimplora.
— ¡Oh! Pensaba que se me había olvidado, gracias.
Don tomo la cantimplora y la dejo a un lado.
—Oye cariño, ¿Ese muchacho no es el que tanto me has dicho que salvasteis?
Lucían cuando escucho eso, se quedó sorprendido ya que no sabía hasta ahora que Don tenía una pareja y más que era otro hombre. Don vio a Lucían y este lo acerco para que el hombre del holograma lo viese.
—Él es Lucían, Lucían, él es mi pareja, Cameron. — presento Don con un poco de timidez en su voz
—No sabía que tu pareja era un hombre— Comento Lucían con cierta sorpresa.
—Es un gusto conocerte Lucían, mi nombre es Cameron.
— ¿Y qué es lo que haces? — pregunto curioso el muchacho a Cameron.
—Yo soy químico, me encargo de manipular compuestos y experimentar con ellos.
— ¡Wow! ¡Tiene que estar muy guay!
Cameron y Don se rieron ante esto con cierta dulzura, para en eso Cameron hablarle a Don.
—Bueno, tengo que dejarte, cuando tengas eso vas a la base iota.
—No te preocupes, no creo que tarde tanto en esto, ¿Vale? — hablo Don.
Los dos se rieron ante esto, se les notaba a ambos bastante enamorados, se despidieron y el holograma desapareció. Lucían los vio, para seguido ver a Don, a Don se le notaba colorado mientras tenía una sonrisa avergonzada.
— ¿Cómo os conocisteis los dos? — pregunto Lucían curioso.
Esta pregunta descoloco a Don, que no sabía dónde meterse, pero... Decidió contarle.
—Lo conocí trabajando en un laboratorio, antes de que prohibiesen los "avances y la investigación por ofensivas a la identidad", él era químico y yo trabajaba en la planta de biología, yo sobre todo me encargaba de experimentar con plantas, digámoslo de otra forma... Soy un biólogo especializado en plantas. Era común encontrarme con él para pedirme cosas y poco a poco comenzamos a enamorarnos. Cuando decretaron eso, apenas y nos habíamos hecho novios, ninguno de los dos estábamos de acuerdo con lo que estaban haciendo y tuvimos que irnos de la ciudad. Los dos acabamos en la base iota, que era antiguamente un parque de las ciencias que lo abandonaron y bueno... Me asignaron a aquí para investigar.
—Wow... ¿Y qué era lo que estas investigando? Siempre te veo con las plantas pero no sé qué estás haciendo. — pregunto Lucían.
Don vio a Lucían intrigado, le veía como alguien muy interesado por lo que le conto.
—Veras, aquí afuera, fuera de la ciudad, la naturaleza ha evolucionado de formas increíbles, los humanos han preservado especies, haciendo que se quede iguales a hace 100 años, pero la realidad es que afuera ha evolucionado de maneras que no sabemos aún, yo estoy investigando un tipo de ortigas que crecen cerca para saber las diferencias que tiene a hace 100 años.
Lucían se quedó fascinado por las palabras y se acercó a las hojas de aquellas plantas, quiso tocar pero Don no le dejo.
—Mejor no lo hagas, son extremadamente urticantes, más que las que existían hace 100 años.
El joven aparto la mano gracias a la advertencia y este miro al adulto.
—Esto tiene que ser increíble lo que haces.
—Sí, pero llega a ser aburrido, las plantas están interesantes pero no esta tan guay como un animal.
Lucían estaba incrédulo ante esto y le preguntaría a Don.
— ¿Y tú conoces a alguien que trabaje e investigue con los animales?
—Sí, conozco a alguien, bueno, en realidad conozco a un grupo de personas, están en la base iota y se han montado algo bastante apañado para investigar a los animales que han evolucionado en los bosques.
A Lucían se le iluminaron los ojos al escuchar esto.
— ¡Wow! ¡Mola! Me gustaría conocerlos y saber sobre ellos.
Don dio una risita ante esto, al parecer le había despertado la curiosidad por la biología a Lucían. El adulto de las gafas en eso observo un libro que tenía y le hablo al joven.
—Lucían, ¿Le puedes devolver esto a Arthur? Seguramente este ahora en la biblioteca.
El jovencito tomo el libro y vio lo que ponía el libro. "La vida de las plantas. Tomo 5" y este asintió con la cabeza.
El muchacho fue a donde el adulto de gafas le había dicho. El muchacho llego a la biblioteca, era una habitación pequeña pero estaba lleno de estanterías con muchos libros y había un sofá, donde estaba Arthur leyendo, estaba al parecer leyendo uno llamado "Demien" de un escritor llamado "Herman Hesse".
Lucían se quedó viendo a Arthur en ese momento, Arthur se percató del muchacho, viéndolo y pregunto el adulto al verlo.
— ¿Para qué has venido?
—He venido a dejar este libro, me lo ha dado Don y me han dicho de que lo deje.
El adulto dejo el libro que estaba leyendo, se levantó y tomo el libro, levantándose y yendo a ir a un lado de las estanterías, se subió en unas escaleras que había y se subió hasta uno de los estantes más altos, dejando el libro allí y bajándose de las escaleras después de esto.
—Arthur, ¿Y tú porque llegaste aquí? — pregunto Lucían
Arthur escucho esto, levanto una ceja con sorpresa y este se sentó de nuevo en el sofá.
—Bueno, yo era profesor en un instituto y también trabajaba en la universidad, yo daba la materia de "Lengua y Literatura" en el instituto y en la universidad "Filología". Empecé a ver los cambios en la universidad, a los alumnos boicoteando, escrachando a compañeros mío de oficio por nimiedades, por cosas supuestamente "racistas", "gordofobos", "homofobos"... Y un largo etcétera más que deseo olvidar y que a día de hoy no llego a comprender. Esto mismo se empezó a replicar en el instituto y de formar más brutales, vi a alumnos comportándose con saña a otros que no querían ser iguales a esa gente. También empezaron a cambiar el lenguaje, empezaron a usar para el neutro la "X" o con la "E" o palabras que realmente no venían al caso. Empezaron a politizar el lenguaje cuando no debía de ser así y lo peor es que yo estaba obligado a hacerlo, los dictámenes del ministerio de educación nos obligaban a los profesores a seguirlos así.
Lucían se quedó sorprendido ante esto y en eso le preguntaría lo siguiente a Arthur.
— ¿Y porque os obligaban a seguir esos dictámenes?
Arthur suspiro ante esto y le acaricio el cabello al muchacho de cabellos negros, para seguido darle una ligera sonrisa. Su mirada se emblandecía siempre cuando le hablaba así de calmado a Lucían, le tenía mucho cariño a ese pequeño.
—Porque en realidad los profesores estábamos a las órdenes del gobierno en muchas ocasiones. Cuando vi como el mundo cambiaba, como la gente empezó a tratar a los demás, de esas formas... Y cuando pusieron el código 2300, la esclavitud a los blancos hetero cis... Tuve que huir de ahí como pude hasta encontrar esta pequeña base.
Lucían en eso vio a los ojos de Arthur, vio al adulto y noto su mirada, se le veía apenado, como frustrado ante esto. Lucían le pregunto de forma sincera lo siguiente a Arthur.
— ¿Y el mundo que hay ahora en la ciudad crees que es justo?
—En absoluto Lucían, no es para nada justo, porque han pasado de tratar a la gente minoritaria a hacerlos algo especial y algo que si no eres eso entonces no podrás tener una buena vida y a los que eran mayoritaria los tratan como esclavos, como a mano de obra barata, cuando en realidad todos deberíamos de ser iguales. No es justo esta "venganza por milenios de esclavitud" cuando en la historia se ha mostrado que se llegó a un punto donde había harmonía y todos nos considerábamos iguales.
Lucían se le quedo viendo a Arthur y el muchacho se sentó cerca del sofá.
— ¿Tu pensaste que algún día iba a suceder todo lo que has vivido?
— Realmente no, aunque veía las cosas, por desgracia no hice nada para pararlo o intentar que esto se detuviese hasta que fue demasiado tarde, ahora me arrepiento de no haberme enfrentado a esto antes.
Lucían se apeno por esto que le dijo el adulto, Lucían en eso empezó a buscar algún libro relacionado como los animales hasta que encontró uno. "La vida marina" el primer tomo de libros de alguien llamado Jacques-Yves Cousteau.
— ¿Sabes Arthur? Me quiero convertir en biólogo, quiero saber sobre los animales que existen en este mundo y ayudar a descubrir como la naturaleza, fuera de la ciudad—
Al pequeño se le veía bastante ilusionado, cosa que le hizo ver a Arthur, que le dio una ligera sonrisa al adulto.
—Si te esfuerzas, si investigas mucho, te prometo de que lo conseguirás. Puedes destacar en algo con esas investigaciones. Puede que te equivoque, puede que falles en el intento, pero del error se puede aprender y así conseguir las afirmaciones y descubrimientos que necesites haciendo hipótesis. Prueba y error.
A Lucían estas palabras lo inspiraron. Se dio cuenta de que podría ser a futuro y gracias a Don y a Arthur, le inspiraron a que podría ser más de adulto. El jovencito con ilusión empezó a leer ese libro sobre la vida marina en aquella época.
Pasaron los años después de todo esto. 3 años para ser más exactos, el niño se había convertido en un pizpireto adolescente, le había crecido el cabello hasta los hombres, había pegado un fuerte estirón y con ello tuvieron que mejorar las prótesis de brazos y piernas que poseía ya que había crecido.
Había aprendido también matemáticas gracias a Don y a Aston. Las sumas y las restas fueron lo más sencillo, las multiplicaciones le costaron pero pudo aprender fácilmente y las divisiones le resultaron fáciles además de los sistemas métricos, tanto normales como al cuadrado y al cubo y por ello las potencias y las fracciones. También aprendió algebra, sobre los grados, probabilidad y geometría gracias a los libros que había en esa pequeña base, esto último lo aprendió de forma autodidacta.
Nos encontramos en ese momento a Lucían con Aston, se encontraba sin uno de los brazos mecánicos, se veían con piernas mecánicas nuevas y uno de los brazos nuevo, se le veía más avanzado que las anteriores prótesis que llevaba. En el muñón que le quedo en el brazo que no tenía en ese momento tenía como un parche negro. Mientras tanto con la mano que poseía la nueva prótesis, este estaba practicando cerrando y abriendo la mano. Con las anteriores prótesis los movimientos que tenía eran más tediosos y le costó adaptarse, pero con las nuevas noto que estaba más pulido y podía moverse más sencillamente.
—Vale, ya tengo el otro brazo terminado.
Aston hablo y en eso le enseño el otro brazo mecánico el derecho, el que le faltaba, idéntico al otro.
Aston le ayudo a ponerle el brazo nuevo a Lucían y cuando estuvo conectado, este comprobó si funcionaba bien, cerro su puño abrió su mano.
— ¿Te molan tus nuevas prótesis? — pregunto Aston orgulloso ante esto.
—Me encantan las nuevas prótesis, en serio, creo que están muy increíbles.
Aston le dio una ligera sonrisa ante esto y en eso el adulto barbudo le dio una pelota amarilla, una pelota de tenis. Lucían se dio cuenta de que podía sentir los pelitos que tenía la pelota y la dureza que tenía, cosa que con las otras prótesis no podía.
—Quería que se pareciese más a una extremidad normal, por eso he hecho que con las palmas de tus manos y las plantas de los pies he podido avanzar y darles sensibilidad.
Lucían se maravilló ante esto y abrazo a Aston con felicidad, haciendo que Aston se pusiese feliz por esto y también abrazase al muchacho.
Lucían en eso soltó del abrazo al adulto y el pelinegro dio una risa, seguido de esto, tomo la pelota de tenis y la lanzo hacia arriba, que por la gravedad cayó y Lucían lo pillo con facilidad.
—He conseguido un gran avance con esto de las prótesis.
Aston dio una risa orgullosa, sacándole a Lucían una ligera sonrisa. El pelinegro le dio una ligera sonrisa, observo a la pelota y en eso vio a Aston, preguntándole directamente al adulto.
— ¿Tu como llegaste hasta aquí?
—En realidad, yo siempre he vivido aquí. Antes de que toda esta mierda saltase. Sabía que algo malo ocurriría, algo horrible, por eso hui al bosque y me monte esta base. Con el tiempo conocí a gente que tomo sitios abandonados y los convirtió en bases, entre ellos la base iota y somos como una especie de red para gente que no está de acuerdo con lo que hay en la ciudad.
—Wow... Eso tiene que ser complejo, tener una red de gente que ha huido... ¿Cuántas bases hay?
—Hay un montón, últimamente me he enterado de que se han creado muchísimas bases, algunas tomaron instalaciones abandonadas por la gente o se lo han creado, y algunas bases mayores asignan gente para que haga investigaciones.
— ¿Cómo Don?
—Si, como él por ejemplo.
—Algún día iremos a la base iota, ¿No?
—Si vas con Don, yo no tengo problemas, sé que él te va a cuidar bien.
Lucían se lo pensó seriamente y en eso miro con seriedad ante esto y en eso vio a Aston con seriedad.
—Aston, desearía pasar unos años en la base iota— Aston al escuchar esto de Lucían abrió los ojos con sorpresa pero Lucían explico sus motivos después de esas palabras —He escuchado por vosotros que ahí investigan muchos el tema animales, los animales que ahora existen, que ahí hay grandes avances y... realmente estoy interesado en saber más, quiero saber más sobre la vida animal existente en estos años porque en los libros que hay aquí se habla de lo que había hacia 100 años y quiero saber el cómo han evolucionado esos animales, creo que mi sueño y mi meta es poder conocer e investigar sobre esos nuevos animales.
Aston se sorprendió y por dentro se dio cuenta de que... Ese muchacho tenía mucha ilusión y estaba decidió a hacer eso. Ahí no había muchos animales, y eso tenían que admitirlo y era peligroso salir afuera por la cercanía que tenían con la ciudad y tal vez fuese una gran oportunidad para Lucían para que conociese más mundo.
Aston en eso le puso las manos en los hombros al muchacho y lo vio directamente y se lo pregunto directamente.
— ¿Tú quieres hacerlo?
Lucían asintió con la cabeza y le dio una ligera sonrisa al adulto.
—Nunca he estado más decidido en mi vida.
Aston y Lucían les contaron a los presentes lo que había decidido Lucían, estaban reunidos todos. Don vio al muchacho y le puso una mano en el hombro a este.
—Y dime, ¿Qué esperas con todo esto?
—Yo lo único que espero es poder investigar y conocer sobre los animales de ahora que han evolucionado hasta ahora.
Arthur en eso vio a Don y le hablo a este con seriedad.
—Iré con él.
Don se quedó sorprendió con esto.
— ¿Y eso porque? — pregunto Don extrañado.
Arthur vio a Lucían y le acaricio el cabello a este, haciendo que Lucían sonriese y seguido ponerle una mano en el hombro de este.
—Considero a Lucían como un hijo, el hijo que nunca he tenido, por eso quiero acompañarlo, necesita un guía para que madure a su debido tiempo—
Don vio a Arthur, mientras que Angélica, Teresa y Aston los veían ahí.
—Y pensando que Arthur era ese tipo de persona que aparentaba siempre estar serio todo el día. Creo que el que Lucían llegase a aquí ha sido un gran cambio— hablo Angélica con una media sonrisa.
—Creo que a todos nos ha cambiado de alguna forma Lucían— respondió Aston con cierto tono de voz apenado ante esto.
Lucían por su lado en eso vio a Don con un maletín metálico y grande, por lo que curioso le pregunto al adulto con gafas.
— ¿Qué es lo que tienes en el maletín?
—Oh, ¿Esto? Es producto de la investigación, de las ortigas con las que estaba investigando, me he dado cuenta de que segregan un líquido de su interior transparente que cuando lo hueles es muy fuerte, no muy recomendable, por eso voy a ir a la base iota, le pediré a Cameron que si puede analizar esto a ver si puede ver que contiene.
Lucían le dio una ligera sonrisa a Don y los tres en eso se dirigieron a lo que sería el garaje. Dentro de ahí había un coche de lo más peculiar, era bastante plano tenía la puerta de entrada única delante y la ventana que tenía era de cristal tintado negro, siendo ese coche de unos tonos verdes oscuros.
Arthur en eso abrió la puerta, viéndose que los cristales se movieron, mostrando el interior, tenía 4 puertas y asientos de los más peculiares, dos atrás y dos delante.
—Wow... Así que este es el coche que tenéis, el Lacia Z 2700 — hablo Lucían.
—Exacto, es de los últimos coches terrestres existentes, ahora al ser el tráfico por el aire, no sospecharan de que estamos moviéndonos— recalco Don.
Los tres se subieron al vehículo, no sin antes Lucían despedirse de Angélica, Aston y Teresa.
—Ye echaremos mucho de menos, Lucían.
—Yo también os echare de menos, gracias por todo lo que habéis hecho por mí.
Lucían fue el último en subirse en el vehículo, Arthur seria el piloto y Don iría de copiloto, mientras que nuestro querido Lucían se encontraba en la parte de atrás cuidando la maleta.
Teresa abrió el garaje y Arthur arranco el coche, yendo rumbo a la dirección de la base iota, mientras que los que quedaron en esa pequeña base, solo se pudieron quedar viendo cómo se iban.
Mientras con los tres en el vehículo, Lucían estaría viendo por la ventana todo lo que había, el bosque era algo increíblemente impresionante a sus ojos porque era diferente a lo que había leído en los libros de hacía 100 años y le parecía todo impresionante.
Llegaron de pronto a terrenos más sin nada y lo que le sorprendió a Lucían era que eso que estaba viendo era una ciudad abandonada, la naturaleza se adueñó de toda construcción existente, cosa que le dejo perplejo al adolescente.
— ¿Y porque está abandonada esta ciudad?
—Pensaban si se hacían megaciudades en puntos base, dejando entre ellos kilómetros y kilómetros de otra mega-ciudad, habría menos contaminación. Sí que bajaron las emisiones, pero las leyes obligaron a dejar ciudades como estas, más pequeñas, dejando que la naturaleza se adueñe de ellas. — explico Arthur.
Esto hacía pensar a Lucían. ¿Era justo todo esto? Ese mundo donde vivía ¿Realmente era justo con la gente?
Recordó en ese momento un momento cuando él fue esclavo, le asignaron servir junto con otros esclavos a una pareja de al parecer "no binarios". Los recordaba porque se comportaron con él de forma atroz, le llamaban de todo al pobre muchacho, daban berridos por nimiedades y eran holgazanes a más no poder, uno trabajaba de funcionario de la banca y otro de funcionario para lo que era el conocido "ministerio de igualdad", que encargaba de que esa rígida vida estamental no se fuese al caño. No solo a él lo trataban así, sino también a los hombres que le acompañaban. El apenas tendría unos 8 años cuando le ocurrió.
Cuando se hartaron de ellos, simplemente los mandaron a hacer otra cosa. Había un aparato en comunas, en extraños campos de degradante estado donde había miles de personas encerradas, todos "hombres blancos cis", donde le asignaban los trabajos, y se acordó de cuando le dieron el trabajo de la construcción y con ello... Lo que le paso en los brazos y en las piernas.
—Lucían...
El adolescente escucho esa voz, dejando sus pensamientos y recuerdos a un lado, viendo delante de él.
Era una gran construcción, podía sospechar que era del tamaño de 13 campos de futbol la superficie de ese sitio en total y con ello había una torre, no era tan grande como los edificios que él llego a ver. Pero era espectacular, era un observatorio.
—Lucían —Escucho el chico la voz de Don, tan gentil y amable como siempre— Esta es la base iota.
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