TRES
Se encontraban ambos chicos en la habitación de Adrien abrazados.
Tenían que besarse...lo necesitaban, pero el simple hecho de tener vergüenza lo arruinaba, ninguno tomaba la iniciativa aun, besar a una chica era algo diferente a besar a alguien que amabas.
Se escuchó un suspiro de Adrien por la habitación.
– Ya no lo soporto. – tomo las mejillas del menor y junto sus labios en un torpe e inexperto beso.
No le dio tiempo a Nathanaël de responder puesto que termino tan rápido como empezó.
La vergüenza recorrió todo el cuerpo del rubio, tomo una almohada de su cama y tapó su rostro.
– Wou... E-Eso fue muy tierno Adrien. - Hablo el pelirrojo.
– Fue horrible. - Justifico el rubio.
– A mi me gusto. - soltó una risa.
– Perdón, yo te dije que nos besaramos pero en realidad soy un asco...- Dijo apenado el rubio mientras bajaba la almohada y la abrazaba. – en cambio tu, ya haz besado a Marinette... Tengo celos.
Nathanaël rodó los ojos al recordar el beso con Marinette.
Se acerco al rubio para tomarlo de las mejillas y obligarlo a que lo mirara.
– Si te sirve de algo, pensé en ti mientras besaba a Marinette... Aunque fue mejor besarte a ti...Ya aprenderemos juntos. - beso la frente del rubio.
Adrien se sonrojo y asintió, de verdad amaba a ese chico.
– Te lo preguntare directamente...¿Quieres ser mi novio?
Nathanaël abrió los ojos sorprendido, había llegado a su límite, tapó su rostro con sus manos ocultando su sonrojo y felicidad.
Asintió lentamente, sintió los brazos de Adrien rodearlo y jalar lo para que se acostara con el.
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Era un día alegre y amoroso para ambos chicos.
Se dirigían a la escuela, antes de entrar en el edificio Adrien jalo a Nathanaël para abrazarlo y besarle la mejilla.
– Adrien~ Alguien podría vernos. - Se alejo apenado.
– Lo siento. - sonrió nervioso, tomo la mano del menor y lo llevo al salón, al parecer no había entendido.
Nathanaël suspiro y sonrió.
Al llegar a la entrada del salón cada quien tomo su lugar que por desgracia estaban separados.
No tardo mucho en llegar la maestra y dar las instrucciones de guardar silencio.
Nathanaël sintió un nudo en su estómago, un mal presentimiento lo dominaba.
– Bien chicos, quisiera presentarles a Lila, es una alumna transferida, tratenla bien.- hablo la maestra mientras dejaba pasar a una chica de tez morena muy bonita.
Inconscientemente Nathanaël soltó un quejido al ver como aquella chica le lanzaba miradas a Adrien.
Esto no seria bueno.
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