La chica tenía sus dudas, pero sin duda estar con Nathanaël llamaría la atención de Adrien pero no quería lastimar al pelirrojo.

– Lo siento Nathanaël. - se disculpo mientras tomaba la mano del chico.

– Descuida. - Le sonrió. – pero ¿Puedo pedirte una última cosa?

–Claro... ¿Que es?

Nathanaël se acerco a la azabache y junto sus labios con los de ella con inexperiencia.

Marinette se sorprendió pero no se alejo y lo dejo continuar, era como besar a una chica.

Sentían la mirada de varias personas entre ellos Adrien, sonrieron a mitad del beso satisfechos.

– Gracias. – Tomo sus cosas y se fue satisfecho, cruzo mirada con Adrien por última vez.

(...)

Adrien: ¿Que demonios fue eso?

Nath: √√

Guardo con rencor el celular en su mochila, las clases empezarían de nuevo.

Su corazón latía a mil por hora del coraje.

Si hubiera aclarado las cosas con Nathanaël desde antes nada de eso estuviera pasando.

(...)

– ¿Te parece si vamos al parque? - Pregunto Marinette.

–Claro....

– E-Escucha Adrien... Ahora que estas so-solter. - el rubio poso un dedo en los labios de la chica para callarla.

Sentía ganas de ignorar o hacer lo peor con aquella chica, que se atrevió a besar a su chico.

– Marinette... No creas que no estuve de espectador en el receso. - Dijo molesto.

– ¿Celoso? - soltó una inocente risa.

- Obviamente sí.

Marinette se quedo sin palabras lo pensó por un momento y soltó un suspiro.

– Te ayudaré.

– ¿Ayudarme?

– ¡A conquistar a Nathanaël de nuevo! - Dijo alegre. – Sin mi en su camino podrán ser felices, sin mencionar a Chloe.

Adrien no dudo en responder con una sonrisa y un abrazo.

– ¡Muchas gracias Marinette! - la abrazo y le dio un beso en la mejilla provocando que la chica quedara sonrojada.

Para la suerte de ambos Nathanaël iba pasando y presenció la acción del rubio.

Se acerco al rubio y lo separo de golpe de la chica.

– ¡Eres un idiota!- Y lo que nunca esperaban del pelirrojo, lanzo un golpe a la mejilla del rubio, se fue sin ver antes su reacción y la de Marinette.

Escuchó las voces de ambos gritándole pero igual los ignoro y salio corriendo.

Lágrimas salían de sus ojos incontrolable mente.

No se había dado cuentan de lo tanto que amaba a Adrien hasta que lo vio con otra persona.

Se alejo de toda la gente entrando en un callejón solitario y sin salida en donde se escondió.

– Nathanaël .

La voz que menos quería escuchar, se llevo las manos a los oídos para na escuchar.

– ¡Largate!

– Nathanaël deja me explicarte. - lo tomo de los brazos tratando de bajarlos. – Escucha me por favor.

– ¡No, vete! - bajo sus brazos por fin pero fue para empujar lo.

– ¡Nathanaël! - lo tomo de los hombros.

El pelirrojo por fin había hecho contacto visual con el rubio, las lágrimas habían disminuido.

- Chat Noir....- negó rápidamente. - Adrien...

- Lo que paso con Marinette y Ladybug fue un completo malentendido. - paso sus manos a las mejillas del menor y junto sus frentes para tranquilizarlo. - Cree me.

- La bese. - Chillo, se lanzo a los brazos del mayor y lo abrazo. - Enfrente de todos.

Adrien no pudo evitar sentir celos por la oji azul.

Abrazo al menor con todas las fuerzas que tenia y beso su frente.

– Tranquilo, ya paso...- Sobo la espalda del menor – vamos a mi casa para explicarte todo, ¿Sí?

El menor asintió y se quito las pocas lágrimas que le quedaban.

Adrien lo cargo estilo princesa y se lo llevo brincando de tejado en tejado hasta llegar a su mansión en donde termino su transformación.

– Tengo hambre~ - Una voz que asusto a Nathanaël salio de algo...

– ¿¡Que rayos es eso!?- tomo un libro para pegarle pero Adrien lo detuvo.

– ¡Pa-Para! El es un amigo... El es como el verdadero Chat Noir. - le lanzo una rebanada de queso al kwami. – Se llama Plagg.

– oh... Pero el no fue el que beso a Ladybug.

– Ella me beso. - aclaro. – lamento no haberte explicado antes...

Ambos chicos tomaron asiento en la orilla de la cama del rubio muy pegados.

– Al parecer ambos besamos a alguien que no amamos. - dijo apenado el pelirrojo.

– ¿Te parece bien si repetimos esos besos?

Nathanaël tardo en responder.

– Me perece bien.