Capítulo 3
Uno de los momentos más placenteros e íntimos que compartían siempre eran esos baños de tina que solían tomar cuando todo se les amontonaba. Era relajante y placentero entregarse a los tiernos mimos que solamente ellos dos podían ofrecerse. A través de los años había sido así, los brazos y la cercanía del otro eran más que un escondite o refugio que los ayudaba a sobrepasar todas las dificultades con solo saber que su compañero estaba ahí. No dependían del otro para sentirse valioso y completo, mas eran ese complemente extra que se adaptaba perfectamente mejorándolos.
Ese tiempo en el que todo lo que no fueran ellos dos estaba de más, era lo más preciados, eran los momentos que más disfrutaban de su intimidad. Solían crear una burbuja impenetrable, ellos de allí no salían y quienes estaban fuera no tenían permitido entrar, mismo si lo intentaran por la fuerza era simplemente inquebrantable. El mundo los observaba como una obra de arte que debían admirar a distancia. Su amor por el otro nunca estuvo en dudas y sus allegados lo percibieron desde el día uno. Si bien algunos se sintieron un poco sorprendidos por la noticia, no sufrieron recriminaciones o malas miradas, fueron apoyados incluso por sus familiares.
No todos se sorprendieron con la noticia, claro estaba. Personas como Hoseok o Namjoon a quienes ellos consideraban sus mejores amigos, lo sospecharon desde el primer momento. Es que la sutilidad no fue una característica entre ellos cuando empezaron a gustarse. Sus miradas fueron muy obvias al igual que sus acercamientos y cambios de actitud cuando se encontraban cerca.
— ¿Cómo fue tu día? — Preguntó en un tono bajo cerca de su oído. Jungkoon había dejado caer su cabeza en el hombro de su pareja mientras este enjabonaba con pequeños masajes su pecho. Siempre tan suave, amaba la sinergía de los largos dedos y suavidad de la mano de Taehyung junto a su piel. Actuaban conjuntamente y esto nunca dejaba de serle estimulante, tranquilizante y en ocaciones más subidas de tono, excitante. — Sé que me dijiste que todo está bien pero te conozco, me pareció que estabas algo frustrado, agotado.
Sus caricias eran tan relajantes que funcionaban como un bálsamo. Jungkook elevó la comisura de sus labios complacido, amaba saber y sentir como su pareja lo conocía tan bien. Entre ellos las palabras sobraban y eso era otra de las cosas que amaba en ellos, la transparencia.
— Lo estaba, antes de verte estaba exactamente así, agotado y frustrado. Resulta que hoy en el trabajo hubo una junta sorpresa de directivos en la que claramente tu adorado novio tuvo que participar. — Con una amplia sonrisa Tae volteó su rostro para acariciar las mejillas de su novio con su nariz para luego besar castamente el sitio y también esos labios que tanto amaba. — Hubo mucha tensión allí porque el nuevo presidente de la compañía llegó sin avisar. Para fin de año harán cambios en los puestos y todos están muy estresado, yo no me excluyo. Llevo luchando a capa y espada por el puesto de director general, temo que por alguna razón no lo consiga y todo esto sea en vano.
— Nunca será en vano porque te ha ayudado a superarte profesionalmente. Además, tendremos una recompensa por todo el tiempo que hemos pasado separado y sin vernos. — Mordió sus labios por volver haber mencionado el tema que recientemente habían discutido y simplemente escondió su rostro en el cuello de su pareja. — El punto aquí es que no debes sentirte presionado, yo mejor que nadie sé los sacrificios que has hecho, el amor y dedicación. No hay nadie mejor que tú para ese puesto.
— ¿Sinceramente lo crees?
— ¿Quién fue el responsable del incremento de la marca SIA en un casi setenta por ciento en el último año? — Ahora masajeaba sus brazos mientras comenzaba aclarar el jabón de su piel. — Con tu propuesta guiaste a la empresa en general a generar ganancias insospechadas. Es por tu gran intelecto y capacidad administrativa que has logrado llegar a donde estás a tan corta edad. Fuiste el único estudiante de oro de nuestra facultad en más de una década. Creo que no deberías dudar de tus capacidades, amor.
Jungkook se volteó sobresaltándolo, en un movimiento tan brusco que incluso causó que se desbordara algo de agua de la bañera. Lo miró con ojos de un hombre completamente enamorado y enternecido por sus palabras, arrugó su nariz y sonrió recibiendo el mismo comportamiento de forma recíproca. Juntó sus frentes y con lentitud buscó sus labios mientras mantenía el equilibro sosteniéndose en el borde. Sus pupilas viajaron por toda su piel hasta encontrarse con las contrarias, la forma en la que rebosantes de amor se miraban los volvía a ambos algo tímidos pero a la vez más desinhibidos. Una extraña mezcla que de forma cálida y sensual los orilló a fundirse en un tierno beso que lentamente fue escalando de niveles.
Cada día se besaban al despertar aunque el otro estuviese dormido, cuando se despedían y volvían a verse también antes de dormir ya fuera que el otro estuviera ya soñando o no. Sin embargo, todo era sin connotación sexual y puro. Aunque el fin de semana anterior pudieron intimar, habían estado algo distantes a causa del trabajo de Jungkook. Dos personas jóvenes y activas que estaban acostumbrado a hacerlo casi diariamente aunque fuesen dos minutos, estaban sintiendo como todo disminuía.
A veces ambos tenían miedo de que esto les afectara pero sabían que su relación era lo suficientemente sólida y madura para sobrellevar esa pequeña crisis íntima. No todo se reducía a lo que pudiera suceder dentro de los bordes de la cama o cualquier otro lugar escogido, su amor era mucho más profundo que el natural deseo carnal al que todo animal se ve entregado.
— Te extraño... — Murmuró Taehyung volviendo abrir sus ojos y abrazando a su pareja. — He extrañado mucho a mi novio en el último año.
— Te compensaré, amor. A partir del nuevo año las cosas cambiarán gratamente para nosotros. — Musitó surcando sus hombros entre besos y caricias ejercidas por sus dientes que no llegaban a apretar y morder. Amaba como se erizaba siempre frente a esto sin importar la parte de su cuerpo, aunque en sus hombros fuera aún mayor.
— Con mayor cargo vienen mayores responsabilidades. No estoy muy seguro de eso así que perdón si difiero un poco de tus pensamientos. — Dejo caer su cabeza hacia atrás sucumbiendo a las tibias caricias que en él se sentían como llamas abrasadoras que lo iban quemando con dilación abrumadora.
— Te entiendo así que no tengo qué perdonarte. Sé que no he colaborado de la mejor manera para hacerte pensar de forma diferente pero verás que todo mejorará. Lo prometo teniendo en cuenta lo que pensamos de las promesas que se dicen sin la certeza de que se pueden cumplir. — Descendió una de sus manos hasta llegar a su entrepierna y acunar en ellas esos dídimos algo sensibles por el tiempo que llevaban en el agua. Un gemido ronco salió de los labios de su pareja y este le acalló con un demandante beso. — Te amo.
El castaño sostuvo su rostro con ambas manos y aumentó el ritmo del beso hasta que ambos jadearon aclamando por aire. Acarició su mojado cabello con una mano y con la otra buceó en las profundidades del agua para hacer ascender la mano de Kook solo unos pocos centímetros. Con sus dedos entrelazados envolvió su extensión e indicó lentamente el ritmo de los movimientos de la mano que dejó allí de forma solitaria para trasladarse a la desatendida entrepierna ajena.
— Sé que me amas como yo te amo a ti, de eso no tengo la menor duda. Si algo puro y real tenemos nosotros, es este sentimientos que tenemos por el otro. Eres parte de mi vida y mi vida en si, no me hallaría en este mundo sin ti, Kook. — Habló con un fino hilo de voz que iba desapareciendo a medida que los movimiento del pelinegro incrementaban. Había extrañado tanto esa sensación que solamente causaba su pareja; por mucho que él se consintiera en solitario jamás sería como tener las manos del hombre que el amaba o su cercanía. — ¡Demonios!
Sus movimientos se volvieron erráticos, agitaban sus caderas al mismo ritmo que las manos que los atormentaba lo hacía. Le hacían el amor a las manos de la forma más sensual dentro de aquella bañera. Taehyung se aferró con la mano que acariciaba la azabache cabellera en el cuello de su pareja, dejando liberar todos aquellos sonidos productos de las sensaciones que atacaban su cuerpo en su oído. Ambos se refugiaban en el cuello contrario y gemían casi con la misma intensidad.
— K-Kook...
— No te controles, amor. Vente conmigo. — Musitó con voz quebrada sobre su oído, buscando la fuerza que su tensado cuerpo a punto de liberarse le negaba. — ¡Dios!
De forma simultánea llegaron a un orgasmo ansiado y necesitado. Varios segundos pasaron en los que ambos se mantuvieron callados recuperando el aliento en las mismas posiciones. Súbitamente la risa de los dos explotaron, un momento cómplice que ambos compartían dentro de las paredes de su baño. Mutuamente volvieron a lavarse y salieron de la bañera. Como la extraña costumbre que ambos habían adoptado desde que comenzaron a vivir juntos, secaron el cuerpo contrario en vez del propio. Taehyung terminó de recoger y limpiar el baño mientras que Jungkook llevaba toda la ropa al cuarto de lavado envuelto en su toalla.
— ¿Qué haces? — Cuestionó conteniendo la risa el castaño mientras entraba a la aclimatada habitación. La vista de su novio completamente desnudo sobre la cama agitando el frasco de lubricante como si de una bandera se tratase era más graciosa que sensual. — ¿Estás haciendo referencia a algo?
— No lo se, — rió — dime tú qué opinas. ¿Netflix and chill o ramen? — Su pareja soltó una carcajada negando con su cabeza.
— Normalmente esos anzuelos se lanzan antes de desnudarse de forma explícita y decirle a tu novio que quieres hacerle el amor. — Dejó caer su toalla y se coló en la cama, gateando hasta donde estaba quien lo esperaba con sonrisa lasciva y brazos abiertos. — Muero por hacerlo pero... Advertencias. — Kook rodó los ojos pero asintió. — No te excedas en la duración, ambos debemos madrugar, tú a tu oficina y yo para ir ayudar a mis padres. Siempre tomamos fotos ese día que terminan colgando en casa de todos nuestros conocidos en forma de calendarios que regalan en navidad y no quiero salir lleno de ojeras. Trátame con dulzura, ya sabes que mi parte trasera se pone reacia cuando pasa varios días sin atención.
— Te trataré mejor que a un rey y te haré el amor de una forma tan exquisita que serás tú quien termine olvidando todo lo que acaba de decir. — Taehyung lo miró desafiantes antes de negar y acercarse a él para besarlo. — ¿Cómo puedes ser tan hermoso y perfecto?
— No lo sé, ya le preguntarás a tus suegros mañana en la cena para saber cómo le hicieron para crear esta sublime belleza que estás a punto de comerte. — Sonrió con picardía mordiendo el pecho de su pareja. — ¿Hoy puedo marcarte? No se temerá debajo del traje, no será en ningún lugar visible. — Jungkook no era un fan de dejar marcas en el cuerpo, sentía que no había necesidad de eso y aunque siempre se negaba evitando ser marcado o marcar a su novio, esta vez simplemente asintió. — ¿En serio?
— No es que ahora me vayas a convertir en un dálmata, modérate. — Tae asintió como niño que lograba salirse con la suya.
Siguieron un ritual de besos, caricias y estimulaciones a los que ambos estaban tan acostumbrados, no eran rutinarios pero conocidos y de cierta forma necesarios. Se dedicaron con vehemencia a besarse, así como a poner a punto de ebullición al cuerpo contrario.
Los movimientos del pelinegro en el interior de su pareja eran concisos y certeros pero con gran lentitud. Estaban entregados al momento cubriéndose de besos y mordidas que representaba activamente la huelga que el cuerpo de Tae hacía exigiendo más de lo que en el momento estaba recibiendo. Era delicioso, le gustaba pero era hasta cierto punto una tortura en la que los estaban sometiendo. Con las piernas que bordeaban la cintura de su pareja intentaba hacerlo aumentar el ritmo pero este permanecía marcando la misma velocidad e intensidad.
A diferencia de otros días estaban en silencio, no decían muchas cosas simplemente dejaban salir sus gemidos y jadeos que eran aplacado la mayoría de las veces por la piel o boca contraria. Jungkook podía sentir como las uñas se clavaban en su espalda y su pareja comenzaba a arquearse. Sin detenerse, lo hizo abrir sus piernas y lo volteó a modo que quedara acostado de lado. Tomó su pierna derecha y la encaramó sobre su hombro izquierdo. Acarició circularmente sus caderas deleitando su lengua con el sabor del castaño.
El vaivén de sus caderas permanecían estables pero acariciaba el desatendido miembro de su novio con cariño y al mismo ritmo de sus embestidas, perdiéndose en la desesperada mirada que le daban con ojos cristalizados. Disfrutaba de las delicadas lamidas que Tae había decidido brindarle a sus dedos como si buscara canalizar todo con esas sutiles y excitantes lamidas.
Un gutural sonido se escapó del castaño, algo apresurado y quebrado, intentó incorporarse y marcar él el ritmo pero fue detenido con firmeza. No podía hacer más que dejarse hacer de esa forma maravillosamente arrebatadora. Su cuello fue acariciado segundos antes de que su novio se inclinara para buscar estabilizarse apoyándose en su cadera y muslo, buscando presionar sus labios contra la frente ahora sudorosa de Taehyung.
La mandíbula de este último se abrió pero no pudo encontrar el aliento necesario o la fuerza para hablar, simplemente saboreó la intrépida lengua que lo invadió. Jungkook se enderezó nuevamente con suavidad y acomodó de forma que volviera a chocar con ese lugar que enloquecía a su pareja. Su mirada era delicada, feliz de contemplar el ruborizado rostro e hinchados labios de el hermoso ser que yacía bajo él pero su siguiente penetración careció de todo esto. Fue tan fuerte que sacudió todo el cuerpo de Taehyung haciéndolo incluso gritar sin premeditación.
El castaño enterró fuertemente su cabeza en la cama y desnudó su garganta dándole libertad plena para gemir a gusto. Se mecía entre los dedos que rodeaban su miembro mientras que el ritmo aumentaba de forma casi frenética. Lo había estado anhelando desde el comienzo del encuentro pero ahora que llegaba sentía que no podía soportar tanto. Estaba siendo penetrado con tanta fuerza que era encantador ver como las tensadas mandíbulas de Jungkook temblaban con cada embiste.
Cada empuje mecía su cuerpo, cada vez lo catapultaba más hacia la cima, acercándolo a un orgasmo que no podría aguantar o extender por más tiempo. Quitó con una brusquedad que no fue intencional la mano de su nave de su miembro haciendo que este se agitara contra su cuerpo. Quería alargar el momento pero aquello pareció no hacer cambio alguno. Se sentía tan bien que deseaba llorar.
— ¡Mierda! — Exclamó el castaño casi inaudible pero lo suficientemente alto como para ser escuchado por su novio. — ¡Córrete conmigo, amor!
Los brazos, pecho, cuello y muslos de Jungkook estaban tan tensados que dejaban ver gruesas venas sublevándose. Estaba claro que estaba tan cerca de venirse como su pareja y pensó desde el inicio no hacerlo en el interior ya que lo acababa de limpiar para que no tuviera que pasar por eso nuevamente pero en ese momento sus acciones difirieron de sus pensamientos. Quería liberarse y lo haría dentro de su pareja.
Quitó la pierna que aún descansaba en su hombro e inclinó desesperado en busca de los labios carnosos que se mordían para controlarse. Tae en ningún momento dejó bajar sus piernas o las cerró, todo lo contrario, quiso sentir a mayor profundidad a su pareja y entre succiones, besos y gemidos, los dos se perdieron en una arrollador orgasmo. Se abrazaron buscando sentirse aún más y así permanecieron hasta que sus respiraciones se estabilizaron y sus cuerpos se tranquilizaron.
— ¿Cómo hemos podido estar tantos días alejados de esta forma? — Hablaba casi de forma inconsciente Jungkook sobre el cuello contrario. — Amo tanto hacer el amor contigo como te amo a ti, me complementas tan bien. ¡Eres perfecto! — Musitaba sintiendo las suaves caricias sobre su cabello y espalda acompañadas de pequeños besos en su coronilla.
En la cabeza del castaño se desarrollaba el dilema de en qué momento debía limpiarse. No tenía deseos de moverse en esos momentos, quería simplemente quedarse dormido en esa misma posición pero prefería sacrificarse en ese momento y no en la mañana, pues seguro iba a querer dormir hasta el último minuto.
— Quedémonos así. — Respondió el pelinegro adivinando sus pensamientos. — Yo me encargaré de limpiarte en la mañana mientras tomamos una rápida ducha. No quiero que nos movamos ahora mismo.
— De acuerdo, entonces hazte a un lado para acomodarme. — El contrario negó con su cabeza sin separarse, simplemente tiró de él por su cintura y lo acomodó de forma que pudiera dormirse en su pecho como un niño pequeño renuente a levantarse. Tae sonrió feliz y le regaló un último beso en su cabeza antes de perderse en el más profundo sueño.
La mañana llegó mucho más pronto de lo que ambos hubiesen querido pero tras quejarse durante aproximadamente cinco minutos después de que sonó la alarma, Jungkook se incorporó llevando en sus brazos al baño a un renuente castaño que quería dormir un poco más. Abrió la ducha de golpe y segundos después entró en ella aún sosteniendo a su pareja.
— ¡Kook! — Se quejó sintiendo el agua templada que rápidamente subió de temperatura.
— Vamos, amor. Debemos apresurarnos para que no se nos haga tarde. Vírate hacia la pared para hacer esto más rápido. — Taehyung le regaló una muca como respuesta y este no pudo hacer más que reír. Con su mano lo atrajo por su mandíbula y le plantó un beso con una nalgada antes de voltearlo. — Abre las piernas.
Su orden fue cumplida y realmente maldijo en su interior por no contar el tiempo suficiente como para perderse en ese instante por largo rato. Dejó un beso en su espalda, amasó suavemente sus glúteos e introdujo con facilidad dos dedos en su interior para comenzar con su tarea y limpiar a su novio correctamente. Mientras estaba en ello, rozó deliberadamente ese punto clave en varias ocasiones sintiéndolo removerse y gemir. No necesitaban absolutamente nada para excitarse porque ambos estaban a nada de poder correrse. Jungkook maldijo en su interior recordando el por qué evitaban tomar duchas matutinas juntas. Entró sin demorarse más en Taehyung de un solo intento y permaneció sin moverse escasos segundos antes de comenzar a moverse de forma desenfrenada.
— A-Acabas de limpiarme. No te vengas adentro o sino no habrá valido la pena. — Fue lo único que atinó a decir el castaño aferrándose como podía a los azulejos.
— Siempre vale la pena, — mordió su hombro ahogando un jadeo — pero descuida, no lo haré.
No se extendieron fue rápido e intenso para ambos y justo como Jungkook dijo, no se corrió en su interior. En cambio llenó su espalda de su esencia, misma que limpió casi instantáneamente. Se bañaron como linces debido a la demora imprevista, se vistieron y salieron juntos sin siquiera desayunar, ya cada uno lo haría en sus respectivos destinos.
— No tenías que haberme traído hasta aquí. — Decía Taehyung liberándose del cinturón de seguridad para besar y despedirse de su esposo.
— De todas formas me queda camino al trabajo, amor. Ve adentro y saluda a tus padres por mí, nos veremos en la tarde después del trabajo. — Su pareja sonriente corrió bordeando el vehículo y besó a Jungkook con intensidad. — Te amo.
El castaño asintió y tomó distancia para que este pudiera ponerse en marcha y permaneció allí viendo como lentamente se alejaba. Acababa de despedirse de él y ya moría por verlo nuevamente. Sonrió y se encaminó a la casa de sus padres para preparar todo perfectamente para la cena de la noche y la pequeña celebración que harían en la tarde con algunas amistades porque la noche estaba especialmente reservada para la familia.
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Espero que todos se encuentren bien. Les envío un beso grande y nos vemos en el próximo capítulo.
LORED
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