Capítulo 27

Aquellas palabras fueron dichas rápidas porque si se detenía un solo segundo más a pensarlo, iba a continuarle mintiendo a su pareja como en esos ocho años jamás lo habían hecho. Ellos podrían haber tenido diferentes problemas pero la mentira jamás fue parte de ellos. Quizás no tan sólida como debería de ser pero la comunicación siempre fue algo que de cierta forma consideraron como un punto fuerte y clave en su relación.

Dijo aquellas palabras porque no podía apartar esa sensación de sentirse menos que basura solo por no decirle la verdad a Jungkook. No fue un error, no consideraba a Jimin eso y tampoco se arrepentía de lo hecho sino de la manera en que hizo las cosas. No quería que Jungkook creyera que simplemente lo engañó, se burló y humilló siendo este la persona con la que él amaba y tenía un compromiso, no quería que sintiera su confianza desvalorizada.

A pesar de que haber unido su cuerpo al de Jimin cuando estaba prohibido hacerlo, daba por sentada esa infidelidad que no sabía si podría ser perdonada, lo que lo atormentaba es que desde mucho antes ya se sentía infiel. Cuando una se enamoraba, cuando no solamente sentía deseo de hacer el amor con otros persona, sino encontrarse anhelando constantemente por su compañía, de hablar con ella, desde ese momento en que casi se volvía una obsesión o algo necesario para él ya era una forma de ser infiel.

La única diferencia es que los pensamientos no se podían comprobar y pocas veces salían a relucir porque pensamientos impuros o negativo todo ser humano en su momento ha tenido pero mientras estos no sean llevado a cabo, no son considerados.

No obstante para él, él se sentía incómodo con su pareja desde el momento en que se dio cuenta que se había enamorado de alguien mal. Si bien su cerebro era contradictorio porque no creía que amar a dos personas fuera algo malo, sí encontrado errado el hecho de que con su pareja faltara la honestidad, eso era lo realmente malo para él.

La mirada de Jungkook, esa que ahora estaba recibiendo era algo que no quería ver en su vida. Sin poderlas contener sus manos se apresuraron a sostenerlo como si esto pudiese impedir que lo abandonara pero el pelinegro simplemente las retiró.

Si era sincero, debía admitir que esto fue algo que se esperó desde el instante que vio a Hoseok en su casa con las pertenencias de Taehyung. Por alguna razón, la primera idea que le vino a su mente fue esa. Había tenido también la sospecha de que habían tenido sexo a comienzo de año por lo que era de esperarse que en algún momento volviese a suceder, simplemente prefirió ignorar sus sospechas y creer que su Taehyung no lo haría.

¿Lo peor de todo eso? Es que estaba enojado consigo mismo por no estar del todo molesto con Taehyung, estaba decepcionado pero no le dolía aquello como creyó que le dolería una infidelidad. No lo odiaba, no quería mandarlo a la mierda pero de cierta forma sí estaba dolido debido a que sus esperanzas fueron trituradas en un abrir y cerrar de ojos.

Estaba incluso celoso por el hecho de que no estuvo presente o ellos lo dejaron afuera, algo totalmente ilógico que lo confundía aún más. ¿Qué le estaba sucediendo? ¿Cómo debía reaccionar correctamente a eso? Dios, se había molestado más viendo a Jimin besando a Yoongi en la fiesta que en ese momento. ¿Qué tan mal debía de estar para eso?

No le dirigió la palabra a Taehyung, todo lo que atinó hacer fue alejarse de él desnudo y caminar hacia al baño. ¿Cuánto tiempo pasó en la ducha queriendo poner en orden sus pensamientos? Lo desconocía pero pudo notar la piel de sus dedos arrugada cuando finalmente se envolvió en la toalla para salir.

El castaño literalmente mordía sus uñas en la cama, sentado en la misma posición que el menor lo había dejado, con la única diferencia de que no dejaba de llorar.

— Kook... — Lo llamó cuando este pasó por delante de él pero el pelinegro no pudo responderle, ni siquiera lo había escuchado. — Amor...

— Ahora no Kim Taehyung. Ahora no... Por favor. — Mencionó pasando a vestirse con el castaño detrás de él. — Necesito estar solo, hablaremos después, solo... Solo déjame pensar con calma.

— ¿A dónde vas? ¿No puedes salir a esta hora? Por favor, mi amor...

— ¡Taehyung! — Exclamó sin gritar pero en un tono fuerte haciendo que este se callara. — Toma un baño y ve a la cama, no me esperes despierto.

Parado en el pasillo, el aludido observó como su pareja desaparecía por la puerta sin mirar atrás. Su pecho dolía horrible y aunque quería romper en llanto no podía. ¿Lo había perdido? ¿Así terminaba todo? Sus piernas perdieron toda la fuerza haciéndolo caer al suelo desnudo sin poderse creer que, minutos atrás, gemía entre sus brazos y ahora lo abrazaba la frialdad del piso.

Lo había dicho, le había dicho a su pareja que le había sido infiel, ¿qué mierda de reacción esperaba? ¿Que lo abrazara y bailaran juntos la maldita macarena? Se sentía peor que la primera vez que tuvo su tarjeta de crédito en las manos y gastó hasta el último centavo. Lo disfrutó pero ahora lo estaba pagando con intereses.

Lentamente sus temblores le abrían paso a un dolor más grande en su pecho, logrando sacar esas lágrimas que no habían querido salir. Lloró por largo rato hasta que el frío, el dolor en su trasero y la picazón por el semen aún seco sobre él lo hicieron ir por una ducha en donde volvió a llorar hasta quedarse sin fuerzas.

No podía perder al hombre que amaba, no quería correr hacia Jimin de esa forma. Quería reclamarlo por las buenas y demostrarle que era tan importante como Jungkook e ir a buscarlo así solamente lo haría sentir como las sobras que no era, ese premio de consolación con el que se quedaba porque no tenía más remedio.

Podía amarlos a los dos sin traicionar a ninguno si solamente tuviese la oportunidad. No quería solo a Jimin, no quería solo a Jungkook, los quería a los dos a su lado pero cada vez esto parecía más lejano e imposible para él.

Junkook manejó sin rumbo o pensamientos por todo Seúl hasta que finalmente se estacionó en una de las calles cerca del río Han. Cada sonido era tan inteligible para sus oídos, cada imagen se veía tan nítida y a la vez todo parecía tan lejano y sin importancia que lo dejaban solos a él y su maraña de ideas.

Se sentó en el césped perdiendo los dedos entre la hierba por varios minutos antes de acostarse completamente, dejando que esta lo acariciara. Pensaba en Taehyung, en todo el tiempo que estuvo callando eso porque él desde un principio le dijo que no. No se culpaba, para nada pero quizás si hubiese sido más flexible al menos a la hora de hablar simplemente del tema, no se hubiera sentido tan arrinconado.

Después de lo ocurrido en su cama hoy, recordando el pavor que sintió cuando los tres compartieron cama aquella vez, cuando jugando Jimin le pidió besarlo o simplemente cada vez que quedaba perdido deseando sentir la cercanía de Jimin, compartí su día junto a él y Taehyung como lo habían hecho hasta que sea cotidianidad le dio pánico a cometer algún error, se daba cuenta de muchas cosas.

Él también había sido infiel, sí... No había tocado otro cuerpo o besado otra boca pero también podía decirse que había pecado. Porque la fidelidad no era una obligación como la que él se planteaba mentalmente, había comentado siéndose infiel a él mismo al no percatarse o aceptar sus pensamientos. No se era fiel simplemente por la voluntad de serlo como él intentaba, se era fiel por la ausencia de deseos.

No justificaba ser infiel, quizás en otras circunstancias, con otra persona... Si Taehyung no le hubiese dicho claramente desde meses atrás que lo amaba él en estos momento podría señalarlo con un dedo e incluso reclamarle pero simplemente no podía. Lo comprendía, no lo juzgaba. Cualquiera en su lugar lo hubiera estado maldiciendo pero él solamente estaba más preocupado en descubrir la razón obvia del por qué aquello no le incomodaba como estaba supuesto a ser.

A su mente también llegaron dos imágenes de Jimin, la primera, sonriente, como estaba acostumbrado a verlo desde niños. La segunda, frío seco y distante como había estado desde aquella vez que molesto le dijo que no volviera a acercársele y maldición... Esa última dolía tanto.

Jimin esa noche estaba inquieto, no podía dormir. Tomó entre sus manos varias veces su móvil sopesando la idea de escribirle a Taehyung porque sabía que solo con un mensaje él podía calmarlo mejor que cualquier pastilla para dormir pero simplemente no podía.

Estaba algo ofuscado porque dentro de dos meses su padre estaría en Seúl para controlar su trabajo de cerca. Eso era motivo suficiente para estresarlo pero lo que más le mortificaba era la idea de saberlo cerca. No importaba cuántos años pasasen o todo lo que recibiera a modo de compensación no pedida de su padre, simplemente no podía perdonarlo, todo el daño causado a su madre y a él no se pagaba con nada. El viejo ni siquiera se arrepentía y eso era lo que más coraje le daba.

Si a todo eso le sumaba el hecho de que no podía apartar a Taehyung y Jungkook de su mente, definitivamente debería declararse muerto en vida. Caminó hacia el baño para buscar en el botiquín unos somníferos y regresó a la cocina por un vaso de agua. Eran pasadas las tres de la mañana y no conseguía dormir en lo más mínimo. Primero se dio un trago y, cuando llevó la píldora a su boca, el timbre de la puerto hizo que soltara esta y el vaso por el susto.

El vidrio rasguñó un poco la piel de sus pies y el agua los empapó pero Jimin le restó importancia para caminar hacia la puerta. Lo primero que pensó fue en su hermano o Taehyung pero ambos tenían su código de acceso por lo que a esa hora simplemente subirían. La tercera y última opción era Yoongi, lo había ido ya a buscar dos veces y sinceramente se había arrepentido enormemente de darle su dirección para que lo recogiera una vez.

Con fastidio encendió la pantalla del exterior del edificio porque dudaba que el de seguridad dejase entrar a algún desconocido, encontrándose con la persona que menos se esperaba. Mil ideas pasaron por su cabeza en un segundo, ver a Jungkook parado ahí era lo último que se hubiese imaginado. Dio un paso atrás cuando sus miradas se encontraron por la cámara como si este adivinara que lo estaba mirando, logrando ponerlo nervioso incluso desde ahí.

— ¿Jungkook? ¿Qué haces aquí? — Preguntó por el altoparlante logrando permanecer firme.

— Necesito hablar contigo, por favor. ¿Podrías abrirme?

— U-Un momento. — Jimin le abrió la puerta y dio aviso a la recepción antes de correr a la cocina y recoger todo el desastre que hizo.

De la cocina corrió hacia el baño para verse al espejo, lavó como pudo y a gran velocidad su rostro ojeroso y cansado. Lo secó, acomodó su pijama no sin antes olerlo y corrió a la entrada tratando de controlar su respiración antes de que las puertas del ascensor se abrieran. Cuando lo hicieron, su respiración se cortó al verlo entrar por primera vez a su apartamento mirando sutilmente a su alrededor, sus piernas realmente temblaron pero él se mantuvo erguido con el rostro apacible.

— Por aquí. — Comentó señalándole el camino a la sala.

Jungkook tiró de su brazo impidiéndole alejarse, sosteniendo su muñeca mientras lo mantenía a solo centímetros de él logrando que el mayor gagueara sin poder hablar correctamente.

— ¿Por qué me amas? ¿Por qué amas a Taehyung? — Soltó sin más.

— ¿P-Perdón? J-Jungkook yo n-no entiendo a q-qué te refieres así que lo m-mejor sería q-que, que, que...

La mano de Jungkook que se posó cuidadosamente le robó el habla por completo pero no más de los que sus intensos ojos oscuros lo hicieron al verlo observándolo de una manera tan desconocida pero familiar a la vez. ¿Estaba asustado? ¿Tenía dudas sobre algo?

— Dijiste que aún me amabas y que te habías enamorado de Taehyung. ¿Por qué?

— Jungkook, prometí que iba a permanecer distante y lo he cumplido, no creo que debas venir a mi casa a decirme lo mismo que me dijiste en la tuya. Yo... — Ambas manos del aludido se posaron en sus mejillas, eliminando aún más la distancia. — ¿Qué haces?

— Yo solo necesito escuchar tu respuesta. ¿Por qué después de todos estos años continúas amándome? ¿Cómo es eso siquiera posible? ¿Cómo es que estás enamorado de Taehyung? Por favor, solo necesito que me expliques. ¿Cómo es que no te molesta que nosotros estemos juntos?

— C-creo que esto es algo que deberías discutir con tu pareja, Jungkook. No entiendo el motivo para que vengas a conversar esto conmigo y no lo hables con él cuando tú mismo me pediste que me alejara de sus vidas.

— H-Hay temas que aunque yo pueda hablar con Taehyung, necesito discutir con alguien más. Contigo, contigo siempre he podido hablar de todo sin problemas.

Jimin se alejó de su toque caminando hacia la sala peinando su cabello tratando de asimilar todo aquello algo confuso por ver a Jungkook en su casa bajo esas circunstancias, viéndolo tan perdido y a la vez tan seguro. Escuchó los pasos que venían su espalda y con cada pisada su cuerpo se tensaba.

— Lleno muchos días deseando hablar contigo, buscando la forma para que conversemos pero no me has dado la oportunidad. Jimin... T-Tengo miedo de mis sentimientos.

El mayor se volteó confundido viéndolo con sus ojos hinchados bajo el resplandor que entraba por la ventana. Se apresuró para encender la luz y el pelinegro secó sus ojos frente a esto. De acuerdo, ese era un Jungkook que no veía desde su adolescencia y eso apretujaba su corazón a pesar de que en todos esos meses dijo todos los insultos habidos y por haber para él.

— ¿Tienes miedo de qué exactamente, Jungkook?

— Tengo miedo de lo que estoy sintiendo porque amo a Taehyung con todo mi corazón y a su vez me doy cuenta que también te quiero a ti, que nunca he dejado de hacerlo, ni siquiera cuando por medio terminé lo nuestro. No lo había notado pero ahora siento que esos sentimientos se durmieron y volvieron a despertar de golpe. Tengo miedo de dar un paso en falso, terminar queriendo más a uno que a otro y dañarlos, dañarme.

El menor cayó sobre el sofá llorando y Jimin aprovechó rápidamente para tomar el teléfono entre sus manos, tecleó algunas cosas y luego lo apagó olvidándose por completo del aparato. Estaba en trance al escuchar a Jungkook decir eso porque para él, Jungkook no sentía nada desde que terminó su relación.

Por años se había mostrado frío y distante, jamás lo había hecho dudad siquiera un instante de su amor por Taehyung y desamor hacia él. Escuchar de buenas a primeras que los quería y temía amar o entregarse más a uno que a otro lo desarmaba completamente.

Con precaución fue elevando su mano con parsimonia hasta que la colocó en una de sus mejillas, repitiendo el mismo procedimiento con la otra. Secaba las lágrimas contrarias cuando debía estar secando las suyas. Mostrándose nuevamente a Jungkook como era y estaba en esos momentos sin pretender o fingir lo que no era.

— ¿No te sientes seguros de tus sentimientos por Tae?

— Si de algo no tengo dudas es de lo que siento por Taehyung, estoy completamente seguro de que lo amo y es el hombre con quien me gustaría compartir el resto de mi vida. L-Lo que no tengo claro es lo que siento por ti, no sé cuánto puede escalar o si no llegará tan alto como esperas. Tengo miedo crearles falsas expectativas, decirles que lo voy a intentar y luego sentir que todo me sobrepasa o aceptarte para después no poder darte todo lo que mereces en una relación. Me da miedo decepcionar a Tae...

— Kookie, a la fuerza ni siquiera los zapatos entras. No te puedes forzar a aceptar una situación con la que no estás conforme aunque hayamos dos personas que estemos muriendo porque eso suceda. Si no estás seguro contigo mismo, ¿cómo puedes darnos seguridad a nosotros? Yo te amo, los amo a los dos como no tiene nombre pero no me gustaría forzar las cosas y que como bien dices, terminemos todos chamuscados. No te preocupes por esas cosas porque nadie empieza una relación desde el día uno con la seguridad de que lo ama con locura y lo querrá eternamente porque esas son cosas que se construyen, desarrollan y asientan con el paso del tiempo.

Mordiendo sus labios el menor se inclinó para apoyar su cabeza sobre sus hombros, dejándose acariciar esas manos que desde hacía tiempo no sentía y tanto lo reconfortaban. Lo había extrañado más de lo que él mismo creyó.

— ¿Te has planteado o deseas intentarlo? — Jungkook permaneció en silencio aunque se separó para observarlo. — Por un minuto solo piensa en cómo te sientes a mi lado, qué sientes cuando me ves o me tienes cerca. Tienes claro todo esto con Taehyung pero no con mi persona así que cierra los ojos, olvídate de que estoy aquí, de Taehyung, de todos y solo piensa en ti, lo que sientes adentro y deseas, Sé completamente sincero contigo mismo sin querer complacer a nadie por obligación, ni siquiera a ti.

Como si de una solemne orden se tratara, Jungkook cerró sus ojos. Parecía meditar y aunque jimin procuró no hacer el menor de los ruidos, no podía evitar sonreír mientras lágrimas seguían cayendo. No importaba si Jungkook se levantaba ahora y se iba, no importaba si se quedaba hecho trizas si cuando él se levantara era feliz con lo que escogiera. El solo de hecho de ver como seguía siendo importante para él y que algún sentimiento albergaba en su pecho, fue más de lo que pudo esperar más de doce años atrás cuando el dijo que lo mejor para ellos era terminar.

Callado y sin removerse en su sitio, el pelinegro fue abriendo los ojos, quedándose por casi un minuto más observando a Jimin.

— Cuando estoy a tu lado vuelvo a mi niñez y a su vez sacas otra parte del niño escondido que hay en mí. Me siento nervioso y a su vez estoy cómodo pero no como lo estaría con cualquier amigo, es... Es diferente. Cuando te veo sinceramente mi día mejora sin importar lo que esté pasando, si estoy frustrado o feliz, mi estado de ánimo y yo simplemente mejoramos con verte, como si nos inyectaras vitaminas y alegría. Cuando te veo trabajar me siento orgulloso y cuando te veo cerca de mí me siento agradecido por seguir teniéndote en mi vida. Cuando te tengo cerca quisiera abrazarte, a veces incluso deseo besarte y también... También he tenido momento en los que te he deseado como hombre.

¿Reír o llorar?

Eso era algo que Jimin y su interior no conocían porque hacía ambos a la misma vez. Esas palabras eran la lotería que tantos esperaban y que él sentía que por fin le había tocado. Jungkook también sonrió ante la imagen, secando con cuidado unas lágrimas a las que importaba poco ser secadas porque volvían a caer.

— Ahora dime qué sientes con esto. — Musitó el rubio acercándose a él, eliminando toda la distancia entre sus rostros.

Jungkook cerró los ojos otorgándole permiso y él con suavidad posó sus labios sobre los contrarios. Al primer instante la reacción del menor fue alejarse unos centímetros relamiendo sus labios mientras miraba fijamente a Jimin. Este último esperó un tiempo prudente antes de volver a pedir autorización tácitamente y besarlo una vez más. Esta vez, no hubo alejamiento, no hubieron dudas o restricciones por el miedo. Fue totalmente correspondido.

Jungkook podía sentir el deseo de Jimin quemando su piel y la punta de sus dedos literalmente ardiendo mientras sostenía su rostro y cabellos. No podía saciarse, simplemente quería besarlo el resto de la noche, continuar besándolo aún al amanecer y el resto del día, el día después de ese también y todos los que venían posteriores.

La puerta del ascensor de Jimin se abrió dejando mostrar a un Taehyung agitado. Jungkook rápidamente intentó alejarse pero el rubio lo mantuvo en su lugar, bajando todas las defensas en un beso mucho más intenso que los anteriores mientras el recién llegado se iba acercando despacio.

Al comienzo estuvo asustado cuando recibió el mensaje de Jimin diciéndole que Jungkook estaba en su casa y hablarían de los tres, al entrar quedó confundido pero ahora, ahora solo sentía una felicidad burbujeante en su pecho mezclada con el miedo y el dolor que seguían en él desde que vio horas antes a su pareja salir por la puerta de su apartamento.

Ya cuando Taehyung estuvo justo delante de ellos, Jimin se alejó dejando un espacio entre ambos en donde se sentó.

— ¿Te molestarías si beso a tu novio? — Preguntó el rubio entrelazando sus dedos con los de Jungkook mientras con la otra sostenía una mano de Taehyung. El pelinegro negó lenta y torpemente desviando su mirada entre los ojos de quien le preguntaba y su pareja. — Entonces ahora voy a besarlo porque realmente lo he extrañado mucho.

El castaño buscó rápidamente la mirada de su novio pero Jimin volteó su rostro, lamió el labio inferior que se mordía y con los suyos pidió permiso en silencio para besarlo lánguidamente.

— ¿Cómo fue? — Cuestionó el mayor apenas separándose de los entreabiertos labios de Taehyung para mirar a Jungkook. — ¿Cómo te hizo sentir este beso, Kookie?

— R-Raro p-pero también me gustó. Fue diferente a cuando se besaron en el club o la casa, fue... No me molestó verlos, — sonrió — me gustó.

— Entonces creo que ahora es momento de que beses a tu pareja, ¿no es verdad? Porque al final los dos se aman... — Musitó acariciando los nudillos de ambos, ladeando su cabeza para tener un mejor ángulo mientras estos se besaban con sus ojos cundidos en nuevas lágrimas.

— Te amo, Kook, te amo mucho. — Mencionó el castaño sobre sus labios. — Por favor, no quiero perderte y aunque suene muy egoísta, tampoco quiero p-perderlo a él, yo quiero...

El pelinegro lo besó nuevamente interrumpiendo sus palabras, tirando a Jimin de la mano indicándole con una mirada lo que debía hacer. El mayor se removió de su asiento para arrodillarse frente al sofá y quedar en medio de ambos para unirse a ese beso que se convirtió en uno de a tres mientras sostenían sus manos.

— V-Voy a intentarlo. — Pronunció Jungkook. — Vamos a intentarlo los tres juntos.

💜💜💜
¡Sorpresa una vez más! Ahora sí, octava y última actualización por algunos días para darle más tiempo a otras historias... 🙈🙈🙈🙈
Espero que les haya gustado el capítulo. Déjenme sus comentarios porque ellos me motivan y me gusta leer sus opiniones.
LORED

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