Capítulo 18

Taehyung se despertó con un extraño conjunto de brazos envueltos alrededor de él. Miró hacia al lado y vio al hombre que lo abrazaba, cayendo en cuenta el motivo por el que se sentía extraño. Jungkook a veces se comportaba como un niño pero a la hora de dormir, siempre había un momento en la noche en que terminaba abrazándolo con posesividad o miedo a que pudiera irse de sus manos y desaparecer. Por ende, los brazos que lo rodeaban solían retenerlo con firmeza y los de esa mañana más bien parecían estar buscando refugio.

No le molestaba en lo más mínimo, al contrario, era refrescante. Buscó con la vista a su novio ese percató que este ya no estaba en la cama, solamente quedaba Jimin y su angelical rostro. Delineó muy sutilmente para no despertarlo cada una de sus facciones, entreabiertos labios, pequeña nariz, abultadas mejillas, su frente, párpados, su sedoso cabello rubio esparcido por toda la almohada. Podía acostumbrarse a esa vista cada mañana.

Se acercó para depositar un beso en su cabeza y sonreír mientras se estiraba. Lentamente, los acontecimientos de la noche anterior volvieron a él, un sonrojo se deslizó por su rostro porque aunque fue él quien propició todo eso y estaba feliz con ello, se sentía algo tímido ahora que la euforia del momento sexual y el alcohol había pasado.

Con cuidado se apartó, levantándose para ir al baño de la habitación a tomar rápida ducha. La evidencia de que su pareja había hecho lo mismo estaba por todo el piso. Suspiró cansino porque no entendía qué tanto le podía costar a Jungkook echar la maldita ropa sucia en el cesto que tenía a escasos pasos de él. Recogió todo una vez bañado y se puso un par de ropa interior antes de aventurarse a la sala principal.

El menor estaba en la mesa del comedor como si fuera un cuerpo sin vida, desayunando aparentemente pero todo lo que veía era como jugaba con un plato de cereal con su mente en algún lugar muy lejano. El sonido de sus pasos y presencia lo hicieron levantar la mirada y todo lo que puso hacer al ver los ojos del pelinegro fue sonreír torpe y tímidamente.

— Oh, buenos días, amor. ¿Dormiste bien? — Jungkook sonrió ofreciéndole un asiento para levantarse y servirle un poco de café. Sabía que a Tae no le gustaba mucho pero con lo bebido la noche anterior, le iba a caer muy bien.

— Sí ... lo hice, dormí muy bien, mi amor. — Mordió su labio y luego lo relamió estudiando sus expresiones. — Kook, ¿estás molesto? — Levantó la vista, sin saber qué pensar de la seria actitud que veía.

— Mmm, no... — Se detuvo a medio camino a la cocina ya que había olvidado el azúcar. — Quiero decir, los dos estuvimos de acuerdo en que esto sucediera, así que creo que estamos bien. Fue... Algo raro pero todo lo que importaba era que lo disfrutaras. — Vio el ceño fruncido de Taehyung y rectificó sus palabras porque sabía las preguntas que le haría. — Que lo disfrutáramos. — Le sonrió dándole finalmente su besos de buenos días.

— ¿En serio? — Asintió volviendo a tomar asiento. — ¿Qué hacemos ahora? — Sorbió su café, sintiendo que su resaca disminuía lentamente y jadeó de alivio mirando el analgésico que su novio le señalaba.

— Le ofrecemos desayuno o comida cuando se levante ya que está cansado, le agradecemos por la noche maravillosa que nos regaló y luego lo puedo llevar a su casa. — Se encogió de hombros sin mirarlo.

— Pero... — Se mordió el labio, para ocultar su decepción al notar que Jungkook no parecía estar muy deseoso de que aquello se repitiera y él no quería dejar ir a Jimin. Le gustaba, mucho, era más que gusto o solamente atracción carnal. Le quería. — ¿Y si queremos volver a hacer eso?

Jungkook se detuvo en seco, dejó en el cuenco del cereal la cuchara que se iba llevar a la boca y lo miró. Notó que las orejas de su novio eran de color rojo brillante, ansioso y emocionado. Se peinó el cabello con los dedos e hizo descansar ambos brazos sobre la mesa, tamborileando sus dedos sobre esta. Su mirada se desvió al pasillo para constatar que no había nadie más y bajó el tono de voz con el que había estado hablando.

— ¿Qué quieres decir con volver hacer eso? Creo que te lo dije en algún punto de la noche. Comprendo que hayas querido experimentar, divertirte, darte un gusto, lo que sea, un día, una noche. Hasta ahí todo bien pero eso no es algo que yo quiera para nuestra relación, no deseo compartirte seguido ni con Jimin ni con nadie. Tae, tenemos una relación, tenemos planes y Jimin... — Calló por varios segundos. — Él no es parte de eso.

— Podemos hacer que sea parte de eso, Kook.

— ¿Perdón? — Esta vez su mirada fue más oscura y, cuando Taehyung notó como su lengua empujaba el interior de sus mejillas pudo notar que se había molestado. — No quiero hablar mucho porque no quiero que él se sienta mal pero te lo repetiré lo más claro que pueda. El constante roce crea afecciones, en este momento tú y yo tenemos una relación que quiero mantener dentro de los parámetros que teníamos hasta hace unas horas atrás. Pareja, par, eso significa dos, no tres y el sexo continuo con él nos pondrá a todos en una situación difícil.

Sabía lo que estaba hablando, quizás para Taehyung toda esa novedad era un juego pero aquello estaba muy lejos de serlo. Se encontró a sí mismo deseando volver a probar los labios de su ex pareja cuando se suponía que los únicos que debía anhelar eran los de su novio. Se encontró deseándolo sin la fuerza o control para detener todo eso después.

Sentir sus labios le hizo recordar todo lo que ellos vivieron desde su primer beso, hasta su primera vez, en todos esos sucesos, fue Jimin el protagonista. En su vida, solamente tuvo dos relaciones, besó dos bocas y se acostó con dos personas, esas que ayer compartieron cama y se besaron como los mejores amantes. Dos hombres que jugaron o jugaban papeles importantes y fundamentales en su vida.

— Mi amor, pero...

— Sin peros, Tae. ¿No soy suficiente para ti? ¿Ya no te sientes satisfecho a mi lado? — Era extraño ese sentimiento de insuficiencia que lo abatió.

Cuando todo aquello se dio lo primero que pensó es que su novio podría estar buscando diversión, algo nuevo y le pareció hasta cierto punto normal pero, ¿qué tal si todo aquello era porque ya Taehyung no se sentía a gusto con él y un tercero era lo único que lo motivaba o llenaba? Una vez era aceptable, pasable y entendible pero querer seguir con eso comenzaba a tornarse extraño ante sus ojos.

Su cabeza parecía estar a punto de estallar con tantos pensamientos bombardeándolo. Jimin era alguien hermoso y no solo físicamente, podía comprender que si a esas cualidades se le agregaba el sexo era muy probable que a Taehyung le gustase, al menos algo y esto le aterraba.

No quería perder al hombre que amaba, con el que deseaba casarse y crear una familia. No se hacía a la idea de verlo con alguien más porque aunque sí fue excitante, los celos también estuvieron presentes desde aquel maldito beso que se dieron jugando.

Sonaba absurdo en su cabeza pero mismo si aún tenía muy buenos recuerdos de Jimin, aún cuando admitiera que le seguía gustando, no podía aceptarlo en el medio de su relación. Por ese lado, era muy egoísta e incluso posesivo. Además, si se ponía a pensar con la cabeza fría, tampoco le gustaba mucho la idea de Jimin con Tae o alguien más.

Ni siquiera habían intimado ellos dos, no pasaron de algunos besos y ya todo en su cabeza estaba hecho un lío, ¿cómo podrían seguir funcionando normal si ese tipo de encuentros se tornaban un hábito?

— ¿Cómo vas a decir o pensar eso, mi amor?— Espetó Tae al escuchar aquellas preguntas, bajando de a poco nuevamente la voz. — Claro que eres suficiente para mí, por el amor de Dios, te amo con todo mi corazón. Contigo tengo suficiente pero...

— Eso sería todo entonces, Tae. Espero que te hayas divertido y créeme cuando te digo que ahora está bien pero esto ha sido todo. ¿De acuerdo?

— Mi amor...

— Buenos días. — La adormilada voz de Jimin los interrumpió, este no había podido escucharlos por el tono tan bajo en el que hablaban y su estado adormilado pero al despertarse y verse solo, supuso que estarían en la sala. — ¿Cómo durmieron? — Ambos levantaron la vista para verlo entrando, vistiendo solo su ropa interior y camiseta, su cabello desordenado. — ¿Saben dónde están mis pantalones.

— Dormimos bien, bebé. ¿Qué tal tú?— La pierna de Jungkook lo pateó por debajo de la mesa, algo que bastó para darse cuenta que este no quería que usara aquel apodo. — Ah, tus pantalones, creo que sin querer los metí junto con los nuestros en la ropa sucia. Los pondré rápidamente a lavar.

— N-No es necesario.

— Se debe haber mezclado con todo lo demás y debe estar oliendo fatal.

Jungkook trató de no reírse ante aquella imagen tan familiar, se veía lindo en ese estado, haciendo pucheros por sus pantalones. ¿Qué demonios habían hecho?

— Jiminie, ven primero a desayunar algo, siéntate. — Habló el pelinegro. — Después nos encargamos de tu ropa.

Taehyung se levantó con el pretexto de servirle café, con un nudo en el pecho muy molesto. No tenía derecho pero estaba molesto con Jungkook. No quería dejar de ver al rubio, le gustaba, quería mantenerlo cerca de él. Lo miró de soslayo y sonrió dejando atrás su leve molestia, se veía demasiado lindo en ese estado, semi vestido, adormilado y con su cabello revuelto.

— ¿Cómo te sientes? — Le preguntó regresando a su asiento, justo al lado de donde Jimin se sentó.

Colocó la taza humeante frente a él y por debajo de la mesa, fuera del campo de visión de su novio, acarició su muslo, entrelazando sus dedos una vez que encontró su mano sobre estos. Jimin se relajó en ese instante, esperaba un ambiente parecido al de aquella donde jugaron a la botella pero ver la sonrisa en el rostro de Jungkook y las caricias de Tae, lo mantenían mordiéndose su labio con incredulidad, con una alegría que no quería avivar.

— Resaca. — Sostuvo su cabeza con la mano libre y se quejó con un leve gemido. — Recuerdo ahora por qué reduje mi consumo de alcohol. Tan pronto como me beba este café pediré un taxi para regresar a la casa.

— Oh, no. Podemos llevarte, no tenemos inconveniente con ello, además, no te estamos echando. — Apretó sus dedos y le sonrió. — Nos lo pasamos muy bien anoche.

— No quiero molestarlo, deben estar también agotados después de... Bueno, después de todo.

— Realmente no nos estás molestando. — Dijo Jungkook ganándose la mirada de los otros dos. — Iba a salir a almorzar fuera con Tae de todas formas, ninguno de los dos tiene deseo de cocinar. Así que si deseas, puedes venir con nosotros y de ahí te llevamos a tu casa.

De acuerdo, eso no se lo esperaba ninguno de los tres, ni siquiera quien lo dijo supo por qué lo hizo pero la invitación estaba hecha. El mayor de todos estaba a punto d negarse pero su estómago se quejó.

— Me parece bien pero, si no es mucha molestia, ¿podrían permitirme ir a mi casa a cambiarme primero si no está muy lejos? El atuendo que llevaba anoche no es el más adecuado para estar a plena luz del mediodía en las calles de Seúl.

— Por supuesto, tenemos todo el día. — Volvió a hablar Jungkook antes de procesar sus pensamientos. — Sin embargo, puedes usar algo de nosotros y así ya sales desde aquí más cómodo ya que como dijo Tae, tu pantalón está completamente sucio.

Según el espontáneo plan, los tres terminaron su café, Jimin tomó una ducha y juntos salieron a almorzar. Dado a que Jungkook tenía pantalones muchos más ajustados que Taehyung, tomó uno de los suyo pero para su camisa, escogió una del castaño, anchita pero, definitivamente le quedaba bien.

La comida no fue tan incómoda como ellos esperaron, se relajaron y hablaron en su mayoría de los trabajos de los tres junto a uno que otro recuerdo de sus tiempos universitarios. No tocaron lo que había sucedido la noche anterior, ninguno. Pudo sacar el tema a colación aunque deseaban discutirlo.

Sinceramente, no era fácil la situación para ninguno de los tres. Jungkook batallaba con varios temores, los recuerdos, la cercanía y las cosas que estaban ocurriendo en su cabeza, en la de Taehyung. Lo amaba demasiado y no podía concebir que estando juntos, este quisiera estar con alguien más, así como tampoco entendía que él estuviera sintiendo cosas que no eran correctas.

No se trataba del trío o de sentimientos que le dieran paso a una relación poliamorosa porque como bien le dijo a Taehyung un día, no estaba en contra de ello ni juzgaba a quienes lo quisieran pero para él, para ellos, no era algo que deseaba. Se sentía incorrecto cualquier cosa que a la larga o a la corta, hiciera sufrir a cualquiera de los tres porque ninguno lo merecía y justamente eso era lo que sucedería si dejaban que aquello tomara ese rumbo.

Taehyung ya había pasado la fase de estar confundido, no era solo deseo o cariño tampoco costumbre porque lo de ellos no duró tanto como para que se acostumbrara a él. No era la novedad y curiosidad lo que le hacía sentirse así hacia Jimin y tampoco hacia su novio. Los recuerdos, las memorias compartidas juntas, lo correcto, pleno y verdaderamente satisfecho en todos los sentidos que se sentía por primera vez en su vida, le dejaba claro lo mucho que deseaba estar con ambos.

Es que, lo que le faltaba a uno lo tenía el otro, se complementaban tan bien que eran dos hombres que parecían volverse uno y a su vez resaltaban como individuos independientes con sus propias cualidades. La comunicación con Jungkook siempre fue muy buena pero tenían sus agujeros.

A veces no se decían todo lo que querían y ya eso una vez les había costado la relación, ese fue el tiempo en que sucedió todo con Jimin, le hizo darse cuenta de cuantas cosas había que él quería o necesitaba y no tenía junto a su pareja. Justo como en ese momento que se le hacía difícil rebatir sus pensamientos porque no podía o quería perderlo. No quería tener que escoger entre esos dos porque jamás dejaría a Jungkook y ahora, tampoco quería dejar a Jimin.

Con el mayor le era mucho más fácil abrirse, decirle hasta el más íntimo de sus pensamientos porque era alguien que sabía escuchar sin explotar o sacar demasiadas conjeturas como lo hacía Jungkook. Una que otra vez habían discutido sobre ello, el pelinegro podría ser bastante infantil y caprichoso en algunas cosas, dominante todo el tiempo. Jimin, tenía una calma que lo contagiaba.

En el tiempo en que estuvieron viéndose, solamente quería estar a su lado porque este apaciguaba todas sus inquietudes. Sabía cómo sacarle una sonrisa y con solo una caricia en su cabello, podía relajarse y dejar todo atrás. De no haber sido por él, le hubiera resultado mortal aquella separación temporal que Jungkook y él tuvieron.

Sabía lo que quería y eso era tenerlos a los dos en su vida, quería que ambos fueran sus novios y él ser de los dos. Quería una relación de tres, un perfecto triángulo con tres lados, tres personas.

Por otro lado, Jimin, él sabía sus sentimientos, estaba seguro de ellos, los amaba a los dos. Amaba a Jungkook desde que tenía memoria y Taehyung, aunque en poco tiempo, se fue enamorando de él lentamente. En sus sentimientos no solamente influyó todo lo ocurrido desde que se volvieron a ver, sino cosas apagadas en su pecho y mente desde el día en que lo conoció. No era solo gusto, no era solo cariño o atracción sexual aunque todo eso se combinara, él los amaba. De eso no tenía dudas pero, lo que no sabía era qué quería o más bien, si podía tener lo que quería.

No se dio cuenta cuándo se fue creando toda aquella maraña de emociones y sentimientos pero, cuando se sentó y miró, se encontró con el hecho de que estaba enamorado de dos hombres. Una pareja que incluía a su ex pareja y al chico con quien se estuvo viendo y consideró como una. Los quería aún cuando sabía que Jungkook hacía mucho no sentía nada por él, aún cuando sabía que Taehyung moría solo por el pelinegro aún cuando podía ahora notar que él también le gustaba.

— Miren lo que tenemos por aquí. — Una voz hizo que los tres se voltearan, encontrándose con un rostro más que conocido. — La pareja que está en su momento desde que se conoció y el chico más hermoso de la facultad de negocios, Park Jimin.

— ¡Namjoon! — Se levantó sorprendido con una gran sonrisa para abrazarlo. — ¡Dios, Kim Namjoon! No te veía desde no sé... ¿Hace cuánto no te veía?

— ¿Tres años harán ya? Todavía no he podido agradecerte el grandioso tour que me diste en Los Ángeles. — Contestó devolviéndole el abrazo bajo la atenta mirada de la pareja. — El hospedaje también fue maravilloso.

— Bueno y yo que pensaba que el más hermoso en la facultad de negocios era yo. Me han estado engañando todos estos años. — Se quejó Taehyung haciendo que quienes abrazaran se separaran riendo. — De las cosas que uno se entera.

— No me dijiste que habías visto a Jimin en Estados Unidos. — Mencionó serio Jungkook mientras se hacía a un lado para que su amigo se sentara junto a él. — Me contaste por tres meses casi diariamente tu viaje y ni una sola vez lo mencionaste.

— Lo iba hacer pero como me habías dicho que no querías escuchar el nombre de Jimin tiempo atrás, terminé por contarte todas mis vacaciones, los lugares que visité y demás sin mencionar su nombre o compañía. — ¿Ni siquiera quería oír su nombre? No debería sorprenderse pero Jimin no pudo evitar sentir como aquella revelación le dolió. — Además, eso no era de tu incumbencia.

— Es raro verlos a todos, aquí, desde la universidad no los veía a todos. Bueno, falta uno, Hoseok, nunca más lo he visto pero todavía lo recuerdo.

— Todos permanecimos muy unidos. De hecho se nos unió también alguien que pertenecía a la facultad de arte pero a ese sí no lo conoces. — Informó Namjoon animado.

— Oh, ¿ustedes no se vieron más con Seokjin? A veces solía unirse a nosotros aunque estaba más apartado. Ahora está trabajando en mi empresa, es el asistente de Kook. Realmente creí que ustedes terminarían juntos. — Mencionó Jimin y vio como todo el ambiente se tensó un poco. Sus ojos fueron de uno a otro viendo como todos disimulaban, dándose cuenta de que había dicho algo que no debía. — En fín, es muy bueno verlos. Había olvidado que tenía amistades aquí en Corea.

— Siempre estaremos aquí para ti, sería bueno encontrarnos en algún momento. — Agregó Namjoon cambiando a un tema cualquiera.

Jungkook supo que su amigo posiblemente se estaba preguntando por qué no le había dicho que Seokjin trabajaba ahora con él pero sabía que aunque no lo dijera, le seguía afectando lo sucedido. A veces todos bromeaban al respecto para subirle el ánimo pero el resto del tiempo era un tema que evitaban. Todavía nadie sabía a ciencia exacta todo lo que ocurrió entre ellos, ni siquiera él que era el más informado por ser testigo de algunas cosas que prefería no haber visto.

— Entonces debemos organizar algo pronto, seguro a Hobi también le agradará verte. — Decía Namjoon mientras salían de aquel restaurante.

— Estoy de acuerdo con la idea. — Concordó Taehyung, cada momento que pudieran pasar los tres juntos sería de ayuda para ablandar el corazoncito de su novio. — Nosotros ya...

Iba a despedirse pero la llegada de otro pelinegro que llegaba de manos con alguien hizo que todos maldijeran en silencio.

Justo en la entrada, Seokjin apareció como un muerto convocado para saludar a sus jefes, solamente que fue demasiado tarde cuando notó la presencia de Namjoon. Este último permaneció en silencio varios segundos llevando su vista del rostro del pelinegro a las manos sostenidas.

— Es una sorpresa encontrarlos a todos juntos fuera de la empresa. — Saludó Jin tratando de romper el silencio que llegó después de los primeros holas. — Oh, les presento a Park Jinyoung, mi pareja.

— Un gusto conocerlo. — Respondió el hombre que cabello púrpura con una falsa sonrisa. — Yo ya estaba de salida porque estoy apurado pero me alegro de haberte visto, Kim. También me alegró mucho verte, Jimin. — Volvió a abrazarlo y se despidió de todos, alejándose sin mirar atrás.

— Nosotros también nos estábamos yendo pero espero que la pasen bien. — Espetó Jungkook tomando la mano de su novio y este la de Jimin instantáneamente. — Adiós.

Seokjin exhaló mirándolos marchar, soltando la mano de su pareja para peinar su cabello y secarla en su ropa porque se había vuelto sudorosa. El menor lo miró tomándolo por la cintura, volteándose una vez más para ver a los otros hombres.

— Parece que no les agrado a tus amigos. — Comentó Jinyoung.

— No, quien no les cae bien soy yo. Vamos a lo que vinimos, ¿no? Hay que celebrar tu cumpleaños.

— Y nuestro aniversario.

— Sí, eso también, vamos.

💜💜💜
¿Cómo han pasado su día? Buenas noches para unos, buenos días para otros. 🙈😘

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