Capítulo 8
"Conociendo"
La ruidosa alarma de las diez de la mañana comenzó a sonar en la habitación donde el trío de países descansaba. España fue la primera en despertarse, rosmando por la molestia del incesante ruido. Aunque no parecía que podría alcanzarlo, ya que estaba entre sus dos compañeros de travesía, quienes también comenzaban a despertarse lentamente. Fue la francesa la que estiró su brazo para poder parar aquel pitido molesto que había perturbado los sueños de aquellos tres.
Como era costumbre, habían dormido abrazados. Después de aquel repentino primer beso, cuando se tumbaron en la cama aprovecharon para darse una serie de mimos más amorosos, demasiado felices y demasiado cansados para preocuparse por lo que ahora significaba aquello, sólo quisieron darse ese cariño del que se habían estado privando. Quisieron calmar todas aquellas ganas que habían tenido desde el primer momento. La cosa no subió de tono, tampoco era el momento para eso, con sólo demostrarse su amor en forma de pequeños gestos les había servido.
Así que, cuando salió el sol, la española estaba acurrucada en el pecho de la francesa, quien después de apagar la alarma volvió a su misma posición. Por si fuera poco, el inglés la sujetaba por la espalda, quedando en la típica posición de cucharita. Notó cómo paseaban las manos de alguno de los dos por su abundante cabellera roja, revolviendo sus ondulaciones y sus nudos matutinos más, si es que aquello era posible.
En verdad que aquello era una pura gozada, algo que sólo ella podía disfrutar. ¿Cómo había podido vivir tantos años sin despertar con ellos? Apenas llevaban un par de días con esa rutina, pero estaba segura que después de eso, necesitaría despertar todos los días con ellos, no se podía imaginar las cosas de otra forma. Ahora su corazón era un mundo de color y sensaciones. Prácticamente, ayer se había declarado a sus dos amores, los cuales estaban también buscando algo con ella. En principio todo sonaba perfecto, ¿verdad?
Bueno. Todo en superficie lo era. Pero quedaban bastantes cosas en el aire, cosas que debían resolver juntos. Y puede que aquella mañana fuera la adecuada para empezar a hablar de todo ese tema. Al menos para empezar.
Cuando España comenzó a abrir los ojos, además de levantar un poco su cabeza, pudo observar como la francesa mantenía la vista en ella, mirándola con muchísimo amor y cariño. Se sonrieron, Francia se acercó al rostro de la pelirroja y compartieron un pequeño beso. Un corto pico que al separarse les hizo sonreír.
– Bonjour princesse, j'ai rêvé toute la nuit avec toi. (Buenos días princesa, he soñado toda la noche contigo.) – Le dijo antes de dejar otro beso en la mejilla de la española.
– ¿Para qué necesitas soñar cuando me tienes aquí? – Le respondió, mientras notaba como el inglés se pegaba más ella, para dejar un beso en su cabeza. La española soltó una pequeña risa para girarse y dejar un beso en los labios del anglosajón. Ahora cambiaron de posiciones, la francesa era quien abrazaba a España por la espalda, mientras que el inglés era el que jugueteaba con el cabello de la española. – Buenos días a ti también, dormilón.
– I swear on the queen who I had never slept so late, and instead of wanting to get up, just want to keep resting. I don't want to get up. (Juro por la reina que nunca había dormido hasta tan tarde, y que en vez de querer levantarme, sólo quiera seguir descansando. No quiero levantarme.)
España sonrió, dándose cuenta que los estaba acostumbrado a aquel ritmo de vida español, donde las personas se levantaban sobre las mismas horas que el resto de europeos, pero que las aprovechaban hasta el final, quedándose despiertos hasta tarde y teniendo un horario realmente curioso.
– Los estoy mal influenciado con mi ritmo de vida, esto es maravilloso. No más madrugones.
Diciendo esto, se metió otra vez entre las sábanas, para que los tres volvieran a acurrucase. Aunque no duraría ningún minuto, porque la segunda alarma comenzó a sonar, logrando que España comenzará a protestar en voz baja y que metiera la cabeza por debajo de las sábanas. – Cinco minutos más... Aún es temprano.
Francia soltó una suave risa, dejó de abrazar a la pelirroja para apagar ese segundo pitido y comenzar a ponerse de pie, estirando su entumecido cuerpo después de dormir. – Mais il est dix heures du matin. Ce n'est pas du tout la princesse primitive. (Pero si son las diez de la mañana. No es para nada temprano princesa.) – España rosmó, saliendo de su escondrijo para sentarse en la cama, frotándose los ojos. Era una pena, porque ella quería seguir durmiendo. – Je t'ai dit que tu es belle juste éveillé? (¿Te he dicho que te ves preciosa recién despierta? )
– Oh sí, está cabellera de león es de todo menos hermosa mientras duerme... – El inglés se sentó también, sonriendo para darle otro beso a la española, un beso que consiguió sacarle es expresión de amargura que comenzaba a tener. – ¿Era necesario?
– Well, you look more beautiful with a smile on your face, my lady. (Bueno, te ves más hermosa con una sonrisa en el rostro, mi señora.)
En eso, Francia se sentó a su lado y se quedaron mirándose entre ellos. Se demostraban pasión con aquellas miradas, lo mucho que se querían y que querían estar juntos. Pero, mientras los dos extranjeros parecían más seguros con toda aquella situación, la española no estaba del todo confiada. ¿Y ahora qué iba a pasar? ¿Qué eran? Una cosa era saber lo que sentían entre ellos, otra cosa es que hacer con esto. ¿Ahora eran automáticamente pareja? No lo creía, lo dudaba incluso. Francia notó la preocupación en el rostro de la española, la tomó de las manos y llamó su atención.
– Quelle est la mauvaise princesse? À quoi sert ce visage? (¿Qué hay de malo princesa? ¿A qué viene esa cara?)
– No lo sé, o sea si lo sé pero... A ver, sé porqué estoy así pero me parece una tremenda tontería. – Comentó, intentando explicarse lo mejor posible, aunque sin mucho éxito la verdad. – Me refiero, estoy muy contenta, demasiado. Pero no sé, siento que tal vez, ¿tal vez esto es muy rápido? O sea, yo os quiero y tengo claro que vosotros me queréis, ¿pero eso es que ya somos o, no somos nada y estamos viendo o qué?
– I think yesterday we made it clear that we loved each other. I don't understand the problem with all that. (Creo que ayer nos dejamos claro que nos queríamos. No entiendo el problema con todo eso.)
España suspiró. Claro que, viéndolo desde ese punto de vista, no tenía porqué haber problemas. Simplemente eran personas que se querían y ya. Pero, ¿y si tal vez aquello era demasiado rápido? España tenía dudas sobre todo aquello. Siempre deseando que los otros dos gustasen de ella para que, una vez que pasaba, sus dudas la atacaran.
– No me refiero a eso. O sea, lo dije ayer y lo dije hoy, y lo volvería a decir todos los días de mi vida. Os quiero... Bueno, nos queremos mejor dicho. Sólo, es que quiero que entendáis que sólo... sólo... Tengo que ver que las cosas pueden ir bien, ¿es sencillo de entender?
El matrimonio se miró mutuamente. Entendían que la española pudiera tener sus dudas con todo esto. Era normal, incluso ellos estaban más nerviosos de lo que esperaban. Sólo que eran más buenos ocultando esas inseguridades.
– Eh bien, nous n'avons pas à penser à tout maintenant ... Nous pouvons laisser les choses se produire simplement. (Bueno, no tenemos que pensarlo todo ahora... Podemos dejar que las cosas simplemente pasen.) – Sugirió Francia. Tal vez ese viaje también los podría ayudar, para ver cómo funcionaban en esa faceta más "romántica", por así decirlo. Ya habían comprobado que se llevaban bien, que en cuestión de amistad los tres no tenían problemas. Quedaba ver cómo podrían funcionar ahora con este primer paso dado. – Nous pouvons simplement voir ce qui se passe. (Simplemente, podemos ver que pasa.)
– ¿Están seguros? O sea, yo ayer tal vez fui algo rápido y no sé, no quisiera incomo- – No pudo seguir hablando porque el inglés le tapó la boca con su mano. Malamente la española pudo vocalizar un "¿Y esto a que viene?".
Reino Unido suspiró, antes de con una sonrisa, dejar un beso en la frente de la castellana. – I think all three of us are sure with this ... We just have to see what happens now. I for one know that I want this to go ahead. I want to see this go far. (Creo que los tres estamos seguros con esto... Sólo tenemos que ver que pasa ahora. Yo por mi parte sé que quiero que esto salga adelante. Quiero ver que esto llegue muy lejos.)
– Je suis avec lui (Estoy con él.) – Dijo Francia, dejando un beso en el rojo rostro de la castellana. – Je vais tout donner pour ça. Parce que je vous aime tous les deux. Et toi l'Espagne? Que dis-tu? (Daré todo por esto. Porque yo los quiero a ambos. ¿Y tú España? ¿Qué dices?)
– Aish, jodidos tontos. – La pelirroja sólo suspiró, para acto seguido abalanzarse a abrazar a los otros dos, cayendo de nuevo a la cama. – Que sea lo que Dios quiera, pero vamos a dormir un rato más que es domingo y me importa una mierda salir de aquí más tarde. – Dicho esto, se volvieron a acurrucar al fin de nuevo en la cama, España aprovechó para besar los rostros de los dos extranjeros y murmurar. – También los quiero... Quiero ver qué pasa con esto, porque los quiero conmigo.
Y después los tres cerraron los ojos, dejando que Morfeo los atrapase en su reino un poco más esa mañana. Sólo les quedaba seguir avanzando, ¿sonaba bastante sencillo? Que sonase era una cosa. Después lo que pasaría en adelante sólo el tiempo lo diría.
✷✷
Se quedaron dormidos hasta pasadas las doce de la mañana. Fue el mismo cántabro el que los despertó para que pudieran asearse, comieran y siguieran con su trayecto. Aún les quedaba un buen tramo para llegar a tierras vascas.
Aunque sólo pasaron escasos momentos, la española se despidió con dulzura de Cantabria, prometiéndole que volvería a visitarlo y le dedicaría toda la tarde a él. Incluso se lo prometió jugándolo con el meñique, y esas promesas eran de las fuertes e importantes que nadie debía romper, como todos sabemos. Le fastidiaba tanto que aquel pinchazo les hubiera impedido pasar tiempo en familia... Aunque de la misma forma lo agradecería, total, no creía que estaría tan unida a sus dos compañeros de no ser por aquella mañana que pasaron en la furgoneta.
Según su horario, iban a llegar a Bilbao para cenar con la comunidad vasca. Al principio del trayecto, la española se veía bastante calmada, despreocupada. Mató el tiempo jugando con el Reino Unido al veo veo mientras Francia llevaba la furgoneta, sí jugaban a juegos de niños pequeños, pero era mejor que ir peleando por estupideces. Habían reducido ese número de peleas de piques tontos en una al día, algo que la paciencia y la cabeza de la francesa agradecieron.
Toda esa tranquilidad se desvaneció cuando vio el cartel que anunciaba que acababan de entrar en tierras vascas. Una mala sensación recorrió su cuerpo. La sonrisa de su rostro desapareció poco a poco y las dudas inundaron su mente. Todos sabían, o al menos en esa familia extraña que tenía formada con sus comunidades, que ella y el País Vasco no tenían una gran relación.
O sea, no llegaba a estar su trato tan en la mierda como estaba la cosa con Cataluña. Pero habían sido muchos años con el asunto en tierras vascas vasca, el cómo pasar de pedir una autonomía a pasar a defender un ideario donde la forma para resolver los asuntos era el tomarlo por la fuerza. Fueron años muy duros, la transición no fue sencilla para ninguno de ellos, pero las cosas que pasaron, todos los asesinatos que ocurrieron.. Sabía que él, al menos como comunidad, ¿no tenía la culpa de aquellos atentados, pero no fue su gente la que hizo todo aquello?
Después de todo lo que pasó, su relación familiar se había enfriado. Claro, aún se veían en las cenas familiares o en alguna mierda así, ¿pero es que alguien va a sacar temas de ese estilo cuando estaban todos juntos? No, estaba claro. Y en esas mismas cenas ella prefería estar hablando con otras comunidades, y el vasco hacía lo mismo charlando con Galicia o Cataluña. Evitaban juntarse, y si lo hacían era lo justo y necesario.
Cualquiera podría decir que eso pasó hace mucho tiempo, que no podía seguir preocupándose por temas como esos. Bueno, si había gente que todavía la culpaba por las conquistas, todavía era normal seguir con ese tema a flor de piel. Estuvo medio siglo con ese miedo. Medio siglo en el que se mató a mucha gente inocente. Nunca entendería la facilidad que tenían los humanos para dañarse unos a otros. No lo entendió ni en las guerras carlistas, ni en su guerra civil y posiblemente, no lo entendería nunca. Pero al contrario que los humanos, ella persistía en el tiempo y era la que recordaba todo el terror que se sufrió, desde las matanzas hasta los coches bombas. No podía olvidar el tema de Carrero Blanco... Ni los chistes de ese día, pero que el humor no estaba reñido a la seriedad del asunto.
Y apenas sólo habían pasado siete años desde el último asesinato de aquel grupo, o puede que un poco más. Hace siete años, no era tanto tiempo, para alguien que había vivido quinientos años, siete eran algo bastante cercano. Recordaba perfectamente como lo discutía con Madrid, de que todo ese asunto se les había ido de las manos. Recordaba intentar hablar con Euskadi, pero sólo recibían evasivas sobre el tema, ¿realmente él estaba de acuerdo o no tenía otra elección? No lo sabían, era como cuando ella se dividió en la guerra civil, ¿acaso ella estaba realmente a favor de aquellos movimientos o sólo fue la representación que el pueblo decidió?
Eran demasiados problemas existenciales para ella en aquella tarde. Y no tenía ganas de ponerse a debatir consigo misma el cómo funcionaba la división de un país en dos partes y después volverse a unificar. Le resultaría demasiado tedioso y ya estaba lo suficientemente estresada con el tema del vasco como para replantearse la existencia.
– My lady, are you alright? You have been absent for a while. (Mi señora, ¿estás bien? Llevas un rato ausente.) – Llamó su atención Reino Unido, consiguiendo sacarla de sus pensamientos. Tranquilamente llevaba dándole vueltas al tema unos minutos, ¿o puede que más? Ni ella sabía. La española suspiró e intentó sonreír, apoyándose de nuevo en el hombro del inglés.
– Sólo estaba pensando en cosas, ya sabes. Euskadi me hace pensar. – Respondió, ¿acaso ellos sabían todo lo que fue aquello? Cómo mínimo, podía pensar, que tenían una idea general, que algo sabrían. Al menos Francia era la que más informada podría estar sobre aquel tema, técnicamente se metió en él en los años ochenta cuando los "etarras" huían a su territorio. – No sé cómo voy a hacer, o sea... Él y yo no tenemos la mejor relación del mundo y no quiero que, bueno que no quiero cagarla.
– Eh bien, si tel est le sujet, je ne pense pas que vous devriez beaucoup contourner cette princesse. Il ne vaut guère la peine de se tourner vers des choses que nous devons enterrer dans le passé. (Bueno, si es por ese tema no creo que debas darle muchas vueltas a eso princesa. No vale mucho la pena darle vueltas a cosas que deberíamos enterrar en el pasado.) – Analizó Francia. Obviamente ella recordaba aquella época, más que nada por lo que se mencionó antes, los militantes de aquella organización se escondieron en sus tierras, y ella misma participó para ayudar a frenar todo aquello que pasó. – Vous savez que vous n'avez pas à vous inquiéter. Il n'est pas fier de cette époque, de la même manière que vous n'êtes pas fier du colonialisme. Personne ne serait fier de toute cette princesse. (Sabes que no tienes porqué preocuparte. Ni él se siente orgulloso de esa época, de la misma forma que tú no te sientes orgullosa del colonialismo. Nadie se sentiría orgulloso de todo aquello, princesa.)
– No te digo yo que no... Pero sé que tampoco le caigo muy bien. ¿Tal vez esto no es una buena idea? Aún podemos quedarnos en un hotel y después tirar para La Rioja, puede que sea lo mejor.
– Beautiful nonsense. It just happens that they haven't seen each other for a long time. You'll see, when we get to Bilbao things will go perfectly. There is no reason for something bad to happen. (Tonterías preciosa. Sólo ocurre que no se han visto desde hace mucho tiempo. Ya verás, cuando lleguemos a Bilbao las cosas irán perfectamente. No hay motivos para que pase algo malo.) – Digo Reino Unido, intentando calmar a la chica de cabellos rojos. Y España suspiró, pensando que tal vez era verdad y le estaba dando muchas vueltas e ideas de tuerca a ese asunto. Que por lo que había pasado hace años, no debería influir en el ahora.
– Bueno, si tú lo dices... – No estaba del todo confiada, incluso seguía con aquellas dudas. Pero debería hacer un voto de confianza. De la misma forma, no debería tampoco seguir dándole vueltas a aquello y continuar estresándose.
Al menos no debería. El no deber no era sinónimo de no hacer, por lo que siguió dándole vueltas al asunto dentro de su cabeza. Y se ocupó de que pareciera que no estaba todavía con esas ideas paseando por su mente, y que sólo estaba disfrutando del viaje tranquilo.
Sólo quedaba esperar a ver qué pasaría. Y rezar, rezar porque todo fuera bien. Que Dios les echara una manita si acaso era posible.
✷✷
Bueno, no es que la cosa estuviera siendo tan mala. Pero era, simplemente, incómoda.
Nos ponemos en situación. Cuando los tres países llegaron a Bilbao, decidieron dar una vueltecita por la ciudad antes que nada, para que la española se tranquilizara y tomara fuerzas para hablar con su comunidad. Visitaron desde los exteriores del Museo Guggenheim, pasearon por el casco viejo de la ciudad e incluso se atrevieron a ir montados en una piragua en la ribera de la ría de la ciudad. Aunque, en verdad, atreverse se atrevieron sólo Francia y España, Reino Unido prefirió quedarse en tierra sacándoles fotos de ellas disfrutando.
Que esa era otra, ¿sabéis cuántas fotos tenían de aquel viaje? Se sacaban, como mínimo diez por cada ciudad que visitaban. Algunas eran de ellos posando en lugares emblemáticos, por ejemplo tenían una foto los tres juntos en Oviedo, cerca de la catedral. El otro grupo de fotos eran las que molaban, donde salían haciendo el tonto, paseado por la playa, jugando juntos y simplemente pasándolo bien.
De cualquier forma eso no es lo que nos interesa hoy. Tras aquella tarde tan entretenida llegó el momento de la verdad. Los tres se presentaron en la puerta de la casa del vasco, donde vivía con una de sus provincias. España seguía algo nerviosa, incluso había bromeado con que aún podían irse y dormir en un hotel, que puede que los molestase. Por desgracia, no tuvieron suerte ya que el mayor de las subdivisiones, Bilbao, les abrió boa puerta cuando pensaba salir por ahí.
– ¿España?
– Oh demonios, ¡hola chico! ¿Está tu padre en casa verdad? – No necesitó que le conteste, porque vio desde la puerta al de bandera roja, blanca y verde. Tragó saliva, mientras la provincia los dejaba pasar. – Hey... ¿Qué... ? ¿Tal?
– Beno, askoz hobeto ikusi duzu azkenean etorri zarela. Uste nuen ez zinela afaltzera etorriko. (Bien, mucho mejor viendo que al final habéis venido. Ya pensaba que no ibais a venir a cenar.) – Comentó el hombre vasco, con un rostro serio que no generaba mucha confianza.
– Désolé monsieur, nous sommes en retard parce que nous étions en ville. Il a un très bel endroit. (Lo sentimos señor, nos atrasamos ya que estuvimos por la ciudad. Tiene un lugar muy bonito.) – Se disculpó la francesa en el nombre de todos. El vasco sólo asintió con la cabeza y los invitó a sentarse en la mesa. Aún tenía que terminar la cena y lo mejor que podían hacer era esperar.
Cuando la comida estaba servida, todos platos típicos de la región, en la mesa se llenó todo de un tenso silencio. Ninguno de los dos nativos de la península sabía muy bien cómo comenzar una conversación entre ellos. De que podían hablar, ¿de política? No, demasiado agotador y nunca llegaron a nada. ¿Tal vez economía? Tampoco, era la misma mierda. ¿Y de cómo iban las cosas? El resumen sería que iban mal posiblemente.
Cualquiera de los temas que española y vasco se plantean para ellos todos suponían un grandísimo fracaso. Llegaron a un momento donde ni siquiera se veían las casas, sólo miraban su plato esperando que el tiempo fuera rápido. Y mientras, el matrimonio observa todo esto. Debían pensar una forma de que los dos acabasen hablando, pero cómo era eso posible... Necesitaba algo que les pudiera prestar atención.
Y ambos cayeron en un detalle tonto, pero que podría dar paso a conversación.
– Sir, Galicia told us that the van was also his, is that true? (Señor, nos dijo Galicia que la furgoneta también era suya, ¿eso es cierto?) – El inglés hizo que los dos peninsulares levantasen la cabeza y salieran de sus pensamientos. Euskadi hizo una expresión de confusión, ¿de qué demonios estaba hablando aquel pirata inglés?
– Nola furgoneta hori? Ez daukat furgoneta. (¿Cómo que furgoneta? Yo no tengo ninguna furgoneta.)
– No sir, we mean the van we came in. Galicia told us that you and Madrid used it a long time ago. (No señor, nos referimos a la furgoneta en la que vinimos. Galicia nos contó que usted y Madrid la utilizaron hace tiempo.)
El vasco intentó hacer memoria, hasta que cayó en lo que estaban hablando. Una sonrisa se asomó por su rostro tosco, junto con una risa. – Baina emakume zoroak motor zahar hori eman al dizu? Ikusten dudana gatik hiltzeko asmoa. Akats hori luzeegia da mugitu gabe. (¿Pero la loca esa os dio aquel viejo motor? Planea matarlos por lo que veo. Ese bicho lleva demasiado tiempo sin moverse.)
– Fue nuestro "regalo" por el viaje. Dijo que en las movidas lo habías pasado en grande con ella.
– Handia gastatu duzu? Espainia txikia ez, gure gauza ez zen oso ondo pasatzea. Arriskuak hartzeko eta errepidean hiltzen ginen festatik. Makina batzuk ginen, esan iezadazu. (¿Pasado en grande? No pequeña España, lo nuestro no fue pasárnoslo en grande. Nosotros vivíamos para arriesgarnos y morir en carretera de fiesta en fiesta. Éramos unos máquinas, dejad que os cuente.)
Todo aquello se alejó de lo que fuera aquel primer momento silencioso y tenso que habían vivido. En menos de unos minutos, el País Vasco estaba entretenido contándoles a los tres países como ellos vivieron aquellos confusos años en carretera, el cómo durante dos años iban desde Madrid a Galicia a Euskadi y vuelta a empezar. Y los tres sólo podían escuchar atentamente, como niños pequeños.
Fue cuando España y su otro familiar pudieron hablar de una forma nada incómoda. Estaban agusto entre ellos, incluso se dieron cuenta que tenían algunas cosas en común entre ellos cuando se pusieron a hablar por encima de Madrid. Poco a poco, aquel muro de hierro que se había construido entre ellos después de tantos años comenzaba a romperse.
Y la cena pasó rápido. Recogieron las cosas y se quedaron un rato más hablando en el salón, donde la francesa quedó dormida en el hombro de su marido. Y mientras el inglés iba a dejar a la francesa en el dormitorio, España y Euskadi se pusieron de acuerdo para salir al balcón para fumar un momento.
Encendidos los cigarros, los dos se quedaron un pequeño momento sin decir nada, simplemente mirando a la bella noche estrellada que tenían encima. Fue la española que carraspeó la garganta, llamando la atención del norteño. – Nunca pensé que ustedes tres hubieran sido así hace tiempo.
– Ez nuen imajinatu ere hainbeste arreta eskaini ahal izango zenuela eta oker nengoela iruditzen zitzaidan. Familiako otorduetan esaten nuena sekula entzun ez zenutela izan nuen. (Tampoco me imaginaba que tú podías prestar tanta atención y resulta que estaba equivocado. Tenía la sensación que nunca escuchabas lo que estaba diciendo en las comidas familiares.)
– Siempre te he escuchado, sólo no decía nada porque tenía miedo... – El vasco se sorprendió por la palabra escogida y se quedó mirando a la española.
– Beldurra? (¿Miedo?) – Ella asintió, y él sólo podía plantearse porqué ella podría tenerle miedo, hasta que cayó en cuenta de el motivo más lógico. – ETA delako, ez ta? (Es por lo de ETA, ¿verdad?) – Y ella volvió a asentir. Él suspiró y apoyó su mano en el hombro de la más alta y más joven. – Ni ez naiz Euskadi bera. Gauza, kontua hemendik atera zen. Ez zen erraza egoera guzti hau hartzea. Ez nuen nahi gertatutako guztia gertatzen. Baina momentuan hala izan zen (No soy el mismo Euskadi que aquel. La cosa, la cosa simplemente se fue de las manos aquí. No fue fácil llevar toda esta situación. Tampoco quise que ocurriera todo lo que pasó. Pero eso fue en el momento.)
– ¿Ahora no piensas todavía en irte de España y independizarte?
– Gizona, batzuetan pentsatzen dut. Galiziak pentsa dezakeen bezala, baina ez Katalunian gertatu dena bezainbeste ... Baina badakit hori dela nire gobernuen zerbait eta gertatzen dena. Ezin dut ezer egin. (Hombre, a veces lo pienso. Igual que lo puede pensar Galicia, pero no tanto como lo que ha pasado en Cataluña... Pero sé que eso es cosa de mis gobiernos y de lo que pase. Yo no puedo hacer nada.)
– Me gustaría que eso nos diera igual y simplemente no nos importara para no tener esta tensión siempre.
– Beno, nahi badugu tentsio hori ez da existitu behar. Gure politikariak egin ditzaten beren politika. Ondo bizi gaitezen eta ondo egoten zentratu, ez al da nahikoa? (Bueno, si nosotros queremos no tiene que existir esta tensión. Dejemos a nuestros políticos hacer sus políticas. Nos centramos en vivir y mantenernos bien, ¿no es suficiente?)
Y España, apagando su cigarro, asintió con la cabeza, sonriendo a su familiar, después de tanto tiempo sin poder hablar de esa forma tan cercana. – Creo que será suficiente, osaba. (Tío)
Y créeme, con eso era suficiente.
Datos:
• Capítulo que más me costó hacer porque no sé qué me ocurría mucho la verdad. Es como, tenía el de la siguiente comunidad, spoiler: es La Rioja, totalmente pensado. Este no, tenía unas ideas sueltas que quería plasmar pero no encontraba la forma de hacerlo.
• Creo que va a ser mi capítulo menos favorito, es lo más probable que me ocurra. Pero pienso que podría estar peor y se me pasa.
• Quiero aclarar que no soy una persona vasca y no conozco del todo bien el tema de cómo se sienten con lo que pasó con ETA. También, he intentando informar todo lo posible de este tema para tratarlo de una mejor forma.
• Tampoco me voy a poner a explicar ETA para la gente que no fueseis de España. Deciros que lo mejor que podéis hacer es buscar por vuestra cuenta y ya llegaréis a vuestras conclusiones.
• Oh, y última mierda de los datos que se resumen en yo contando mis movidas. ¿Sabéis que Jamaica y las Bahamas fueron colonias inglesas? Porque yo no lo sabía. Es más, desconocía esto. Resulta que Jamaica primero fue una posesión española (o sea que no llegó a ser conquista) y después pasó a ser colonia inglesa.
Las Bahamas se cree que fue en una de las islas del archipiélago donde llegó Cristóbal Colón. Pero después al final fue una colonia inglesa sin más bebés. O sea, ¡más hijos ingleses para Reino Unido! Para que después se piensen que la familia inglesa sólo son cuatro. Aquí ya hemos metido a Guyana y a estos dos caribeños. Los hijos que no se hablan con su papá y ni se llevan bien con él. Perfecto.
Y por aquí acabamos. Después de esto vendrán cosas muy jugosas que tengo preparadas. Hay un arco, que para no hacer spoiler lo he llamado "The fall" y va a ser súper intenso, o al menos a mí me lo parece.
Se vienen cosas después de unos capítulos. Stay Cheeki breeki mis bbs.
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