Capítulo 7
"Conociendo"
– Bien, estamos jodidos. – Comentó la pelirroja, volviendo hacia la furgoneta. Pudo escuchar desde fuera como Reino Unido empezaba a maldecir, mientras Francia sólo soltó un suspiro. La española se conformó con patear alguna de las piedras del suelo. — Con suerte está aquí en dos horas, con suerte. Estamos más apartados de lo que creía.
Os pongo en situación. Ayer, después de todo lo que había pasado en la tierra Asturiana, prosiguieron con su viaje. En vez de ir en la carretera de montaña, tomaron el desvío y fueron por la nacional del Cantábrico, siempre al lado del mar. Después tuvieron la gran idea de meter la furgoneta por uno de los desvíos de la vieja carretera.
Todo eso tuvo una explicación lógica. Sabían que ahí había un lugar de descanso donde podrían dormir. Y además estaba cerca del mar. Estuvieron hasta que se puso el sol los tres dando vueltas por la playa, abrigados porque no dejaba de ser el Cantábrico. Aún tenían el valor de pasear por la orilla, con los pies dentro del agua. Jugaban a perseguirse, se subieron en las rocas. En fin, cuando el sol desapareció los tres estaban en la arena, Francia estaba sentada, con Reino Unido apoyado en su hombro y con la cabeza de España en el regazo.
Después tuvieron que quitarse las arenas, sacudieron todo lo posible y se pusieron la ropa de dormir, para cenar en una de las mesas de piedra de la zona de descanso. Estaba claro que cuando llegasen a Cantabria aprovecharán los tres para ducharse y hacer una lavadora, ya que les quedaba ya menos de la mitad de ropa limpia y no se habían duchado desde que salieron de Galicia, o sea en dos días básicamente.
El problema no fue eso, no. Todo lo que había pasado en la tarde fue algo hermoso que recordarán toda su vida. Su problema fue a la mañana. Tras asearse lo justo y necesario y desayunar malamente, cuando quisieron salir del camino y volver a la nacional en mitad del camino una de las ruedas se pinchó. Tuvieron que parar rápidamente, no les quedó otra.
España llamó primero a Cantabria, diciendo que posiblemente no llegasen hasta después de comer, pero que les preparase un cuarto para los tres. Después, llamó a "atención en carretera".
Debido a donde se habían metido, tardarían al menos un par de horas para ir a buscarlos y llevarlos a Santander. Y eso era lo malo, estarían dos horas ahí estancados sin poder moverse, sin poder hacer nada, y sin poder comunicarse por más que el teléfono de la española, los otros dos se habían desgastado junto con la batería portátil. Iban a perder toda la mañana ahí.
Vamos, que en pocas palabras.
– Esto es una puta mierda.
– Pour la première fois, je suis d'accord avec votre langage de princesse, c'est une putain de merde. (Por primera vez estoy de acuerdo con tu lenguaje princesa, esto es una jodida basura.) – Comentó Francia, mientras abandonaba su asiento para irse a tumbar en la parte de atrás. – Il faudrait aussi demander à la Cantabrie de passer un aspirateur dans la camionnette, celle-ci a du sable hier. (Tendríamos que pedirle también a Cantabria para pasar un aspirador por la furgo, esto tiene arena de ayer.)
– Joder, Cantabria se va a cargar en mi. Una de las veces que vengo a visitarlo, llego tarde, le vamos a utilizar la ducha, la lavadora y la aspiradora. Y como agradecimiento le ofrecemos nuestra presencia. – Dijo la española, acostándose al lado de Francia. No pasó ni un momento para que la francesa se acercara a la de habla hispana y la abrazara, como si fuera un peluche. Ya se había acostumbrado a que cuando estaban tumbados, la Francesa siempre iría a abrazar a alguien, era como una especie de instinto suyo.
– And what are we going to do while we wait? (¿Y qué vamos a hacer mientras esperamos?)
El inglés hizo lo mismo que las dos mujeres, y se fue a la parte de atrás, asegurándose de dejar las puertas bien cerradas para que nadie entrase, aunque, ¿quién coño iba a estar en una carretera vieja? Sólo ellos que eran estúpidos, esa era la respuesta correcta.
– Diría dormir, pero es que no tengo sueño y tenemos que estar despiertos para cuando llegue la grúa... – España frotó sus manos con sus sienes, esperando que tuviera una iluminación y se le ocurriera algo que pudieran hacer para esperar, pero no podía pensar en nada. – Creo que sólo podemos charlar para matar el tiempo, y rezar para que esto pase rápido.
– Discuter me semble une bonne idée. De plus, si nous parvenons à survivre des siècles sans Internet et les appareils mobiles, je pense que nous pouvons le refaire deux heures ... Sinon, comment réussirons-nous à endurer les voyages en Amérique alors que la mer était encore?(A mí charlar me parece buena idea. Además, si logramos sobrevivir a siglos sin internet y aparatos móviles, creo que podremos volverlo a hacer dos horitas... Sino, ¿cómo logramos aguantar las travesías a América cuando el mar estaba quieto?)
– Recuerdo que, en el primer viaje a las Indias, cuando no hubo viento por poco tuvimos una revuelta de la tripulación, porque al parecer eso de llegar a las Indias era algo imposible.
– Techniquement c'était le cas, vous aviez un continent entre eux. (Técnicamente lo era, tenías un continente entre ellas.)
– Oh, cállate. No te imaginas lo felices que fuimos cuando llegamos a tierra. Recuerdo a Cristóbal Colón proclamando esas tierras en nombre de mi madre, en cómo nos pusimos a investigar y después resulta que había personas.
– And then Spain became an empire, end of history. (Y después España se convirtió en un imperio, fin de la historia.)
– Buen resumen mi buen amigo, buen resumen. Pero creo que antes va el como me estaba monopolizando las Américas y vinisteis los dos a meter vuestras narices en mis terrenos. A tocar los huevos vinisteis vosotros dos. Yo que tenía el monopolio montado.
También era una bonita forma de resumir el como Francia se quedó con Haití, Canadá y la Guayana Francesa, y como el inglés hizo lo propio pero con Estados Unidos.
– Whatever you say, "Invincible Navy." (Lo que tu digas, "Armada Invencible".)
– ¿Quieres que te recuerde la "contraarmada", cariño?
El inglés y la española se quedaron unos segundos mirándose intensamente para después reírse.
– Combien de temps vont-ils cesser de se comporter comme ça? (¿Hasta cuándo dejarán de comportarse así?)
– Creo que seguiré así cuando me devuelva Gibraltar. Si fui capaz de recuperar Menorca, podré recuperar Gibraltar.
El inglés simplemente rió y negó con la cabeza. Llevaban con ese tema desde que se firmara el tratado de Utrecht, y sería algo que ellos no podrían arreglar, de esas cosas se encargaban los gobiernos, y ellos no eran más que representaciones del país, no los soberanos de estos.
– Doesn't that matter bother you anymore? I thought you were determined that Gibraltar always Spanish. (¿No te molesta ya ese asunto? Pensaba que estabas empeñada en que Gibraltar siempre Español.) – Preguntó el inglés con curiosidad. Aunque España con ese tema no era como Argentina y las islas Malvinas, o Falklands como él las llamaba, sabía que a pesar de todo deseaba que esa parte volviera a ser española.
– Bueno, lo justo y necesario. Sé que contigo está bien, pero me gustaría verlo más. ¿Sabes que a veces me llama y me invita al peñón? Está empeñada en pasar a veces tiempo en familia junto Andalucía. No sé si lo sabías.
– I see that no. I wish my children did those things. France is the luckiest of us. (Veo que no. Ojalá mis niños hicieran esas cosas. Francia es la que más suerte tiene de nosotros.) – Francia no pudo evitar reírse al escuchar esa afirmación. – What 's so funny honey? (¿Qué hace tanta gracia cariño?)
– Je? Celui qui a plus de chance avec les enfants? Je vous rappelle qu'Haïti a passé des années à répondre aux lettres après son indépendance. Et aujourd'hui encore, il est déterminé à ne pas répondre aux appels. Il ne se souvenait même pas de m'avoir rien donné le jour de la fête des mères. (¿Yo? ¿La que tiene más suerte con los niños? Os recuerdo que Haití se pasó años para que me respondiera a las cartas después de su independencia. Y aún hoy sigue empeñado en no responderme las llamadas. Ni siquiera se acordó de darme nada el día de la madre.)
– El regalo del día de la madre que tuve fue una caja de carbón en la puerta. Supera eso. Tú fuiste con sólo uno, yo con todos.
– The United States continues to send tea boxes as a father 's day gift. Everything to later get home and throw them away. (Estados Unidos sigue mandándome cajas de té como regalo del día del padre. Todo para después llegar a casa y tirarlas a la basura.)
Los tres países comenzaron a reír. Era cierto, nunca fueron los mejores padres del mundo, incluso se podría decir que apestaron en eso de la crianza. Aún así, no se arrepentirán nunca de aquella época de sus vidas.
– Do you know Spain? She reminds me of you. (¿Sabes España? Ella me recuerda a ti.)
– ... ¿Te refieres a Estados Unidos? Pero si, apenas pude estar con ella. Dudo que sacara algo de mi.
– No matter that, it has nothing to do. She has that warrior spirit that you have, that strength and that stubbornness that characterizes you. It is like you. (Da igual eso, no tiene nada que ver. Ella tiene ese espíritu guerrero que tienes tú, esa fuerza y esa terquedad que te caracteriza. Es como tú.)
La española sonrió, algo enternecida de escuchar como su hija era algo como ella, aunque no lo supiera, a menos que...
– ¿Sabe que yo soy, bueno, su madre? ¿Nunca se lo ha preguntado?
De repente el ambiente se tornó tenso. En inglés trago saliva. No, nunca se lo había preguntado. Al menos no a él directamente.
– When she was a colony I was wondering why Canada had a mother and he didn't ... After independence I don't know if she asked him again ... I never told her it was you. (Cuando era una colonia me preguntaba por qué Canadá tenía una madre y él no... Después de la independencia no sé si volvió a preguntárselo... Yo nunca le dije que eras tú.)
España simplemente suspiró, intentando aparentar que no le importaba eso, al menos no mucho. Pero no lo consiguió y el inglés no tardó en acariciar el rostro de la castellana.
– If you want it, we can go both to tell her, it 's just doing it. (Si lo quieres, podemos ir ambos a contárselo, es sólo hacerlo.)
– No... No hace falta. Quiero que sea ella quien me busque. Yo te lo juré hace años, no iba a decírselo nunca, ¿recuerdas?
– My lady, to forget that night I would need a lot of alcohol. (Mi señora, para olvidar esa noche necesitaría mucho alcohol.) - Y con sólo decir eso, el ambiente abandonó esa tensión para volver a ser divertido. La risa de la española envolvió el vehículo.
– Ah pillín, con que recuerdas cuando hicimos esa promesa. Eras, y sigues siendo, un golfo Reino Unido.
Habían logrado quitarle peso al asunto, pero al precio de recordar el intenso y apasionado romance que ambos tuvieron por aquella época.
– Qu'est-ce qui me manque? (¿Qué me estoy perdiendo?) – Dijo Francia, sonriendo de una forma picarona a los dos que la acompañaban.
– Tu marido me está recordando cuando hicimos esa promesa. Fue cuando estábamos juntos. – Confesó España, mientras la francesa seguía con expresión de no entender todavía. – Básicamente se lo prometí después de follar con él en su barco cuando le fui a reclamar por la nena.
– Oh my god, did you have to say it like that? (Oh dios mío, ¿tenías que decirlo así?) – El inglés se tapaba los ojos, mientras notaba como el calor en su cara iba en aumento.
– Bueno, fue técnicamente lo que hice. No creo que exista ningún problema por decirlo así, no es como si le fuera a contar cómo lo hicimos y eso.
– Je ne sais pas, mais je m'intéresse à cette histoire. Pouvez-vous m'en dire plus? (No sé, pero a mí me interesa esa historia. ¿Puedes contarme más?)
España asintió. Era raro, todo era demasiado raro. Estaban los tres enamorados entre ellos, dos estaban casados y a la vez todos habían estado juntos. Ellos eran raros, pero mientras fueran felices, supongo que eso les valía más que nada.
Salvo el inglés escuchando como la española comenzaba a contar la historia. Dios le diera paciencia al inglés, porque ese tema iba para largo.
✷✷
Después de una hora contando historias, conversando de forma animada, los tres se quedaron en un tranquilo silencio. No necesitaron hablar, con sólo tenerse los tres juntos era suficiente.
No sabían porqué, pero amaban cuando no decían nada y simplemente estaban juntos, abrazados, tomados de la mano. Cuando ocurrían estos momentos, era como si todo lo que hubiera pasado antes de ese momento no existiera, sólo eran tres personas cualquiera que querían estar juntas, sólo era eso.
España estaba trenzando el cabello de Francia. Esta misma estaba tumbada boca abajo, dándole la mano a Reino Unido, quién sólo se estaba entreteniendo observando como la pelirroja arreglaba el cabello de su mujer. Sólo estaban en silencio, mirándose a veces de reojo pero siempre sin decir nada.
– Creo que así está bien, ¿tú qué piensas? – mencionó España, mirando al anglosajón para que opinase sobre la trenza de la francesa. Se limitó a levantar su pulgar para dar su aprobación. Así, la española se tumbó entre ambos y se frotó su ojo bueno.
– Espagne, je peux te demander quelque chose? (España, ¿puedo preguntarte algo?) – Dijo Francia, a lo que la de habla hispana asintió. – Pourquoi ne retirez-vous jamais le patch? Je pense que je ne t'ai jamais vu sans lui. (¿Por qué no te quitas el parche nunca? Creo que nunca te he visto sin él.)
La española se quedó congelada. Su parche, donde llevaba el escudo de su nación, en principio lo utilizaba por mera representación del escudo, de forma similar a su prima Portugal. Pero todo el mundo había visto al menos una vez a la portuguesa sin ese parche, en cambio España parecía no quitárselo nunca.
Incluso, ahora con ellos no se lo había quitado ni para dormir. Ni cuando ellas dos estaban juntas, no recordaba ni un día donde la española no estuviera llevando su parche. Nunca se lo quitaba, siempre lo llevaba con ella a todas partes.
– Bueno... Es por el escudo. Ya sabes, el símbolo y todo eso...
– But Portugal also carries it by the shield and still removes it, doesn't it bother you to always wear it? (Pero Portugal también lo lleva por el escudo y aún así se lo quita, ¿no te molesta llevarlo siempre?)
– No... Me gusta llevarlo, simplemente lo llevo y ya... – La española estaba comenzando a temblar. No le gustaba hablar de su ojo izquierdo. Siempre lograba esquivar ese tema. Pero no sabía si podría con la insistencia del matrimonio siendo tan curioso.
– Espagne, ça va? Vous tremblez. (España, ¿estás bien? Estás temblando.) – Mencionó Francia, lo que alertó al de habla inglesa. España cada vez estaba más nerviosa y no podía dejar de temblar. Incluso había comenzado a abrazarse a sí misma
– Sí, estoy bien, ¿por qué no iba a estar bien? No hay nada malo en mi. Sólo no me gusta.
Con esa respuesta les quedaba bastante claro que la española les estaba ocultando algo. Y no sólo es que quería ocultarles algo, es que el tocar el tema le estaba afectando de muy mala manera.
Pero cuando intentaron acercarse, España por instinto retrocedió, se arrastró por el suelo de la camioneta hasta caer del colchón de espaldas. La mala suerte hizo de las suyas, y al caer golpeó una estantería donde se guardaba pintura en lata, algunas de las cosas que Galicia había dejado sin recoger.
Y no sólo le cayó encima, es que la mayor parte de la pintura se derramó por su cara. Todo el posible dolor del golpe y la angustia con el tema de su ojo izquierdo, hizo que empezase a llorar. Ahora no pudo evitar que ambos países se acercaran a ella e hicieran lo que mejor sabían, ayudarla.
La abrazaron y con trapos mojados estaban intentando quitar el mayor número de pintura negra. Y el parche, estaba también sucio con aquel color oscuro. Las lágrimas no cesaban y el matrimonio sabía que tenían que quitarle ese parche, para limpiarlo porque no la podían dejar así.
Pero España no quería que aquello pasara. Quería evitar por todos los medios que mirasen eso. – No por favor, no. No es necesario. – Lo pedía suplicando, manteniendo con esfuerzo sus manos en aquella zona, como si aquello pudiera protegerla.
Hicieron caso omiso a todos los por favores que podía soltar la española. Francia agarró sus brazos mientras que el Reino Unido le quitó aquel parche. No se esperaron que debajo de este, donde debía haber un ojo no había nada más que una cuenca vacía y una cicatriz que alcanzaba todo el párpado. Ambos países se sorprendieron, y con su mirada atónita aún presente, España empezó a hablar.
– Fue... Fue en la guerra de secesión. – Comenzó a explicar la española, intentando calmarse. – Fue Austria... Ella misma me pidió perdón. Cuando estaba a punto de perder la guerra, empezamos a discutir. Una cosa llevó a otra y... Comenzamos a pelear más intensas. – En su memoria pudo recordar cómo ella y la austríaca estaban luchando con sus espadas, combatiendo una contra la otra. – Ella sabía que yo no podía decidir nada y aún así me pedía que hiciera algo... Entonces fue cuando me dio...
No tuvo que seguir hablando para que entendieran que pasó después. La herida la dejó tuerta. Después cuando cambió de bandera, la española lo tuvo muy fácil para ocultar aquella herida. Nadie pudo ver lo que le había pasado ahí, y había logrado ocultarlo durante siglos.
Hasta que ahora ellos dos lo habían visto. Habían visto eso que estaba mal en ella. Después de la guerra de secesión ella consideraba que todo en su país cayó en picado. Los gobernantes inútiles, las independencias, la guerra del 98, la civil. Era como un mal de ojo, todo después de eso. Se avergonzaba demasiado de aquella herida. Y seguramente los otros dos sentirían desagrado al verla también.
Hasta que notó como Francia, con su pañuelo, ahora se encargaba de limpiar las lágrimas que seguían saliendo, y después seguía limpiando su rostro con normalidad. Le mandó que cerrara los párpados y se encargó de quitar toda la suciedad. Reino Unido, mientras, había conseguido unos pedazos de tela con los que España podría cubrir su ojo mientras no tenía el parche.
– Princesse, tu es belle ... Que tu portes le patch ou non, tu serais toujours belle pour nous. (Princesa, eres hermosa... Da igual que lleves el parche o no, seguirías siendo hermosa para nosotros.)
– ¿Nunca se cansan de decirme esas cosas tan bonitas?
Reino Unido sonrió, para empezar a vendar el ojo izquierdo, hasta que quedó escondido entre las telas.
– I don't think there is such a day. You know that you are the most beautiful person for us. I don't understand why you can't see that. (No creo que exista tal día. Sabes que eres la persona más bella para nosotros. No entiendo por qué no puedes ver eso.)
España se palpó la venda y dirigió su mirada al dúo extranjero, que cada vez estaba más cerca de ella.
– ¿Ver lo que?
Reino Unido consiguió atrapar su mentón y ambos estaban mirándose mutuamente. La francesa, por su parte, abrazó la espalda de la de dos colores y dejó su cabeza apoyada en el hombro de esta.
– How much we love you. can be telling you day after day and you can't believe it, aren't clear enough? (Lo mucho que te queremos. Te lo podemos estar diciendo día tras día y tú no te lo consigues creer, ¿no somos lo suficientemente claros?)
Estaban demasiado cerca, el ambiente estaba empezando a ser agobiante para los tres. La tensión amorosa estaba matándolos.
– Vosotros, ¿vosotros?...
Francia besó la nuca de la mediterránea, lo que hizo que se le pusieran los pelos de punta y más nerviosa todavía. Reino Unido sólo sonrió mientras se acercaba cada vez más a los labios de la castellana.
– Are we not clear enough? Spain, we lo- (¿Es que no somos lo suficientemente claros? España, nosotros te-)
El sonido de una bocina interrumpió el momento. La española aprovechó este momento para, nerviosa y con el rostro rojo a partes iguales, salir a revisar qué era aquello. Y era el mismo Cantabria, en el asiento de copiloto de la grúa que había venido a por ellos. Mientras ella salía del vehículo para saludar a su familiar, el inglés y la francesa maldecían por lo cerca que habían estado esa vez de aclarar el tema con España.
Ella se había salvado por la campana, nada más y nada menos. Si no hubiera aparecido en ese momento la grúa, tal vez se hubieran deleitado probando los encantos de la española. No les quedó más remedio que salir de ahí y hacer como si nada hubiera pasado.
Aunque los tres sabían que eso no era verdad.
✷✷
A pesar de que un pinchazo les arrebató toda la mañana, no impidió que nuestro trío preferido pudiera disfrutar del resto del tiempo que les quedaba hasta que el sol se puso y la lluvia los obligó a irse a casa. En cuanto llegaron a Santander, aprovecharon para ir a la casa de Cantabria, comer todos juntos sin muchas complicaciones, ya que el cántabro aseguró que tenía la tarde liada y eran libres de utilizar su casa y lo que quisieran de ella. Así, pusieron la lavadora, España consiguió otro parche que guardaba su comunidad y salieron a ver la ciudad.
Lo hicieron todo a pié. Santander era un hermoso pueblito costero que no tardaron en aprenderse de memoria. Después de visitar las iglesias más importantes, de andar por los mercados y comprar algunas tonterías. Terminaron su día cenando en un restaurante, junto al cántabro, que también tenía esas formas de abuelo hacia la española. En la cena se pasó contando como sus antepasados habían vivido las guerras Cántabras, antes de que todos ellos nacieran. También aprovechó para hablarles de los yacimientos arqueológicos, los cuales pensaban ellos en visitar aquel día pero no pudieron por la rueda pinchada.
Cuando volvieron a casa, colgaron la ropa para que mañana la tuvieran lista y subieron los tres hasta el dormitorio. Una cama grande, un baño para ellos, aquello era perfecto y lo que habían extrañado durmiendo en el colchón de la furgoneta, las camas.
Hicieron turnos para ducharse, hasta que los tres estuvieron limpios, tumbados en la cama descansando un poco por todas las vueltas que habían dado ese día. Volvían a estar en la intimidad, a ser sólo ellos de nuevo. Parecido a como antes España peinaba a la francesa, ahora esta era la que peinaba a la otra mujer, desenredando su ondulada cabellera con el máximo cuidado para después sujetarlo en una coleta alta.
– Je pense que tu es déjà ... Chérie, que penses-tu? (Creo que ya estás... Cariño, ¿tú qué crees?)
El inglés, que sólo estaba embobado mirando a las dos mujeres asintió con la cabeza. España aprovechó para mirarse al espejo. Estaba muy bonita con aquella coleta. Y seguía con su parche puesto.
Empezó a pensar. Quería demasiado a esos dos, y sabía perfectamente que no la juzgarían. Si no lo habían hecho antes, ahora no iban a hacerlo. Ella era la única que se estaba sobreprotegiendo por miedo a que le hicieran daño. Pero, si sabía que nunca la dañarían, ¿valía la pena seguir protegiéndose?
Sabía que le costaría mucho. Que después de años encerrándose, no sería fácil abrirse completamente a alguien. Pero tal vez era un buen paso quitarse el parche. Y eso hizo, dejó el parche en la mesilla de noche y se sentó en la cama. La pareja se sentó, cada uno en un lado, atentos a que es lo que hacía la española. Ella sólo sonrió pícaramente, recordando lo que había pasado en la camioneta, antes de que los interrumpieran. Lo había comprendido todo en ese momento, sólo que había tenido miedo. Pero ahora sabía que no debía tener miedo. Tomó las manos del matrimonio y suspiró.
– Soy demasiado lenta para darme cuenta de las cosas... Pero quiero que sepáis que intentaré cambiar eso, a partir de este momento.
No se esperaron que esta girase la cabeza hacia la francesa y uniera sus labios con los suyos en un inesperado beso. Acto que repitió con el estupefacto inglés, tomándolo por desapercibido.
– Yo también os quiero, panda de tontos. Vamos a dormir.
Dicho esto, se metió en la cama, seguida de los dos enamorados que sólo pudieron unirse a ella para dormir los tres juntos.
Acababan de dar el primer paso. Ahora sólo les quedaba seguir avanzando juntos. Siempre juntos.
Datos:
• Soy yo, ¿o me encanta generar tensión romántica para que después la corte un elemento externo? Disfruto muchísimo de hacer eso. Uwu
• Gran F por Cantabria, no tiene ningún diálogo y se convierte en el primer personaje que no habla.
• Aunque en un principio iba a tener diálogo el cántabro, al final decidí quitar la posible charla con él para concentrarme más en la OT3. Fue un cambio por el desarrollo y la dinámica del trío.
• ¡Tenemos beso al fin! Esto no significa que ahora comienzan a salir y esto se va a descontrolar, nononono. Este es el primer paso del camino. Dejemos que las cosas sigan a su tiempo.
• Hablando de cosas que pasaron hace tiempo, Austria. Como dije en el spin-off, Rosas, Austria y España sólo mantuvieron relación por conveniencia, nunca por amor ni nada así. Fue una unión que duró hasta que la monarquía en España cambió. Ninguna se mantuvo fiel porque España estuvo con Reino Unido por esos años y Austria, pues era Austria y se tiraba a lo que podía y quería con ella.
• En una idea pasada de la historia, la herida debía ser causada por la batalla de Trafalgar. Quise cambiar esto y darle otro enfoque, como que fuera la herida que le quedó al cambiar de monarquía como por terminar con Austria.
• También la otra posibilidad era que fuera producto de las guerras carlistas, las primeras guerras civiles en España, pero no me convenció la idea.
• Estados Unidos sólo siente curiosidad por saber quién es su madre a veces. Pero no le da muchas vueltas al asunto. Le pasa como a su hermana, Guayana (no la francesa, la otra), no se lo plantean mucho aunque sienten envidia de que su "familiar" más cercano (Canadá o la otra Guayana) tengan una madre.
Eso es todo mis bbs. Los quiero mucho, ¿lo sabían? ¿No? Pues sí, los quiero mucho. UwU
El capítulo ocho se me está resistiendo. Y me jode porque después de eso tengo todo un arco montado. A ver qué hago en estos dos días.
Bye. Uwu
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