Capítulo 5
"Conociendo"
Tan pronto el sol salió, ellos emprendieron su viaje. Sobre las nueve de la mañana, porque querían ponerse ya en marcha con esa ambiciosa travesía.
Se despidieron de Galicia, agradeciéndoles por todo lo que había hecho por ellos tres. Para España, la gallega había conseguido darle una vuelta de 360 grados a su idea travelista, mientras que para el inglés y la francesa, la celta fue la primera de las piezas claves para facilitar que los tres pudieran estar juntos. Por todas esas cosas, los tres no podían dejar de darles las gracias.
Aunque antes de salir, cuando España ya estaba dentro de la furgoneta, se reunió con los dos extranjeros para pedirles algo muy importante, que cuidarán mucho a la pelirroja. Desde hacía años que no veía a la española con tanta ilusión, tanta que irradiaba felicidad y ganas de vivir el ahora por dónde iba. Y su único deseo era que toda esa buena vibra no desapareciera.
Ahora eran sobre las once de la mañana. Reino Unido era quien manejaba la furgoneta. Mientras, Francia mataba su tiempo leyendo las noticias por su móvil, informándose del siguiente lugar donde iban a estar, y España parecía querer quedarse dormida contra el cristal de la furgo.
La furgoneta era, ciertamente, una verdadera joya. De un color blanco, la vieja joyita contaba con tres asientos en la parte delantera, donde ahora mismo estaban sentados nuestros tres protagonistas. Mientras que atrás era donde residía la verdadera magia del vehículo. La parte de atrás estaba revestida con madera, contaba con una cama que ocupaba el resto del espacio y cajones donde almacenar las cosas.
Esto era perfecto, porque si querían desviarse del camino y dormir por ahí, ni tenían que buscar hotel, ellos llevaban el hotel en la parte de atrás. Y, si lo vemos así, otra ventaja es que debían compartir esa cama los tres.
– No entiendo porqué teníamos que salir tan temprano...
Murmuró la española, dándose por vencida en su intento de dormir, frotándose los ojos. Tanto el inglés como la francesa le habían dicho que no podía ir en la parte de atrás mientras iban por carretera, porque no tenía ninguna seguridad ahí. Lo que le jodió bastante porque estaba cansada por el madrugón y quería dormir.
– Well, you said that if we leave early, we weren't going to have traffic and we would go muuuuuuch faster. (Bueno, tú dijiste que si salíamos temprano no íbamos a tener tráfico e iríamos mucho más rápido.) Respondió el inglés, la persona que estaba más acostumbrado a despertarse incluso antes de que el sol saliera. – Although I don't understand why you said traffic if we go through nationals between towns and not by cities ... Wouldn't it be more comfortable to go on the motorways? (Aunque no entiendo por qué dijiste tráfico si vamos por nacionales entre pueblos y no por ciudades... ¿No sería más cómodo ir por las autovías?)
- Ah no señor Monopoly. Mira, esto es muy sencillo. La autovía vale dinero, dinero bonito que podemos gastarnos en comida para subsistir en esta mierda. La comida vale dinero, dinero que no tenemos más que veinte euros en físico. Hay como mil peajes tocacojones que toca pagar. ¿Tienes ganar de pagar peajes todo el puto rato? Porque yo no.
Pudo notar desde su sitio como el inglés rodaba los ojos escuchando su respuesta. – No me hagas esa mierda, lo que hago yo se llama pensar con cabeza, la estrategia para los cafés bebé... Cosa me apetece café, ¿cuándo paramos?
– We have three kilometers to the nearest village, so you have to wait for your ideas, my lady. (Nos quedan tres kilómetros para el pueblo más cercano, así que te toca esperar por tus ideas, mi señora.)
Aunque iba a recriminar y protestar por el tonito que le puso mientras hablaba, un tono que ella podía describir "orgulloso y pretencioso con una pizca de prepotencia", el escuchar el sobrenombre que le había puesto aceleró sus pulsaciones y consiguió que en vez de contestar cruzara sus brazos y mirase por la ventana, aparentando indignación.
– Allez princesse, ne soit pas en colère contre son ton de choses prétentieuses. (Vamos princesa, no te enfades por su tono de cosas pretenciosas.) – Dijo la francesa, metiéndose en la conversación, una vez que había terminado de leer por su móvil. – "Venga, no egh pagha tanto". – Le intentó decir en su intento de español.
– "Vingi, ni is piri tinti".
– Did you really just do that? Are you serious? (¿De verdad acabas de hacer eso? ¿Estás en serio?)
–Hostia Francia, ¿también escuchas una voz? Porque creo que nadie estaba hablando. – Dejó de fingir mirar a la ventana para volver a mirar al inglés. – Babe, I'm serious.
– You are a fucking immature. (Eres una jodida inmadura.)
– Oh, tú eres demasiado aburrido.
– Brat (Cría.)
-m– Anciano.
– My lady, we are almost the same age. (Mi señora, tenemos casi la misma edad.)
– Perdona abuelito, es que yo me sé conservar, no como tú.
– That 's stupid. (Eso es estúpido.)
– Como tú, no tenéis mucha diferencia.
– Just like you and the fact that you are a tremendous brat. (Igual que tú y el hecho de que eres una tremenda infantil.)
– Vous êtes tous les deux la même chose. On dirait des colonies de cinq ans qui se battent pour voir qui joue avec une poupée de chiffon. (Ambos sois la misma cosa. Parecéis colonias de cinco años peleándose por ver quien juega antes con una muñeca de trapo.)
Eso no sería un problema si no fuera que siempre que España y Reino Unido mantenían conversaciones, ese pique salía a la luz tarde o temprano. Que sí, que podían estar todo lo enamorados uno del otro, pero era parte de ellos las ganas de tocarse todo el rato los huevos mutuamente. El amor odio que se tenían era mítico.
– Tu ne peux pas arrêter de te disputer et d'agir comme des adultes, s'il te plaît? (¿No podéis dejar de discutir y actuar como adultos, por favor?)
El vehículo se sumió en un silencio durante un minuto. Fue el tiempo suficiente para hacer creer a la francesa que iban a parar con la tontería de quién era más infantil y quién no. Claro que se equivocó porque su marido no tardó en abrir la boca.
– Honey, but it was she who started. She should apologize for being a baby. (Cariño, pero fue ella la que empezó. Ella debería pedirme perdón por ser una cría.)
Si alguien pudiera haber grabado ese momento, sería oro puro. La francesa al escuchar al inglés golpeó su cara contra su mano y empezó a quejarse en voz baja. Porque había sido ese silencio demasiado bonito para ser verdad.
– Le gasp, hijo de puta. ¿Qué he empezado que? No hay puto huevos de decirme eso a la cara.
– "¿No hay huevous?"
– No joder. Espera un momento. – España intentó no morirse de la risa escuchando el acento del anglosajón. – Cuando te dicen "no hay huevos" automáticamente tienes la obligación de cumplir lo que te acaban de decir por tu santa polla. Y dícese huevos como cojones o ovarios. Las derivantes dan exactamente igual, tienes que cumplirlo sí o sí.
– Espagne, princesse, contrôle ta langue. (España, princesa, controla tu lenguaje.)
– Vamos Francia, son sólo un par de palabritas nada más.
– Wait wait wait. I have to tell you that you are an immature shit in the face, what if I don't? (Espera espera espera. Tengo que decirte que eres una inmadura de mierda a la cara, ¿y si no lo hago?)
– Uno, vete a la mierda. Dos, lo estás pillando. Aquí es donde entro yo y te digo que automáticamente no tienes huevos porque como estás conduciendo no puedes mirarme más que por el rabillo del ojo. – Y aquello era un jaque mate para la española. Parecía tener todas las de ganar en aquella discusión estúpida de los antiguos colonizadores. – Ja, he ganado. Eres una puta mierda.
– Langue! (¡Lenguaje!) – Francia estaba cada vez más cansada del asunto estúpido. Especialmente porque era ella la que estaba entre ambos. Y no es muy agradable estar entre esos dos, intentando mediar entre ellos.
– Oh darling. Do you really think I can't do that? (Oh, querida. ¿En serio crees que no puedo hacer eso?)
– No. Hay. Huevos.
El inglés soltó una pequeña risa, sólo para posteriormente girar su cabeza mirando a la española. Iba a destrozar su "Armada invencible" otra vez. – My dear, you are a fucking immature! (Mi querida, ¡Eres una inmadura de mierda!)
✷✷
Ahora quien llevaba el vehículo era Francia. Estaban los tres en silencio, procurando no mencionar lo que había pasado hace unos treinta minutos. Veréis, gracias a toda esa discusión por tener la razón, y que el anglosajón dejase de tener los ojos en la carretera para llevarle la contraria a la Ibérica, primero casi se salen de la carretera. Segundo casi atropellan a una inocente vieja. Tercero, los tres empezaron a chillar hasta que el inglés recuperó el volante, evitó el accidente.
Lo siguiente que pasó fue que la francesa le ordenó a su querido marido que parase ahora mismo la furgoneta. Hacer eso fue la muerte de los dos problemáticos. Tan pronto bajaron y vieron a Francia con su zapato de tacón en la mano, dejaron por una vez en su vida de joderse mutuamente para abrazarse y comenzar a rezar juntos por su vida, rogando que la francoparlante no les hiciera daño.
Estuvo a un pelo de darles a ambos con su zapato, pero prefirió dejarlo todo como una amenaza y ella tomar ahora el volante. Pero debía haberlos atado con cinta aislante. Lo único que consiguió es que, al haberlos sentado al lado, se siguieran picando como niños pequeños.
– Je t'aime, mais peux-tu fermer la bouche pendant au moins cinq minutes? (Os quiero, ¿pero podéis cerrar la boca al menos durante cinco minutos?)
– Venga Francia. Ahora no estábamos haciendo nada malo.
– Spain, get your fucking hand out of my face! (España, ¡saca tu jodida mano de mi cara!)
– Te estoy dando caricias amistosas... Una no puede dar amor a las personas sin que se quejen. – Antes de que Francia pudiera empezar a decirle algo, Reino Unido actuó antes, lamiendo la mano de la española. – ¡PERO PEDAZO HIJO DE TU PUTÍSIMA MADRE! QUE PUTO ASCO JODER.
– They are friendly licks, my lady. (Son lamidas amistosas, mi señora.) – Respondió Reino Unido, con toda la calma del mundo. Todo mientras la española se limpiaba la mano en la ropa del anglosajón, causando una mueca en el rostro de este, aunque todo castigo era poco con haber incordiado a su pelirroja preferida.
– ¡Puedes lamerme el coño, no te jode!
España había tomado el cuello de la camisa del inglés, acercándose a ella con intenciones de dejarle la cara marcada con su, también amistosa, mano.
– Is that what you want, honey? (¿Eso es lo que quieres, querida?)
El país soberano aprovechó ese momento para tomarla también de la camiseta, como si estuviera a muy poco de ahogarla. Cada vez más cerca uno del otro. Todo les recordaba a hace siglos, cuando su relación de amor odio les hizo tener tantos momentos así. La tensión comenzaba a sentirse en la furgoneta
– Oh sí, muchísimo. Vamos, baja y chupa.
Antes de que pasara algo, el volantazo que dio la francesa les hizo gritar, volver a abrazarse con miedo al haber enfadado mucho a Francia.
- D'accord, prenons un café, car vous êtes très contrarié. (Vale, vamos a tomar un café todos ya que estáis bastante alterados.) - Sentenció Francia y aparcó la furgoneta. A esta sólo podía rezar para que no fuera así todo el viaje. Sólo llevaban unas horas para algo que seguramente podía llevar semanas. Si Dios existía que le diera mucha paciencia, porque estaba segura que la iba a necesitar.
Aparcó al lado de la gasolinera del pueblo y se sentaron en la terraza de la cafetería. Sólo España se quedó de pie. – A ver, voy a ir yo a pedir, decirme lo que queréis.
– Café au lait et ... Peut-il y avoir des croissants? Parce que j'en veux un! (Café con leche y... ¿Puede que tengan ahí cruasanes? ¡Porque quiero uno!)
– Vale, cruasán para la niña hermosa. ¿Y para el viejo que le pido?
– A tea. (Un té.)
– ...Reino Unido guapo, ponme las cosas más sencillas y dime qué clase de té quieres.
– How what kind of tea? I want plain English tea. (¿Cómo qué clase de té? Quiero simple y llanamente té inglés.)
– ... Voy a pedirte un té rojo y te jodes.
Dicho eso, la española se levantó y entró en la gasolinera. Cuando la cabellera roja desapareció por la puerta, el matrimonio se miró mutuamente.
– I think we are not going so badly with this, what do you think honey? (Creo que no vamos tan mal con esto, ¿tú qué crees cariño?)
– Eh bien, peut-être que si vous ne discutez pas toutes les cinq minutes avec elle, je pourrais en dire autant. (Bueno, tal vez sino discutiesen cada cinco minutos con ella podría decir lo mismo.)
– But honey, this is how we have always been. Besides, she 's the one who starts, I thought you noticed it in the van. (Pero cariño, así es como nosotros siempre hemos sido. Además, ella es la que empieza, pensaba que lo habías notado en la furgoneta.)
– La seule chose que j'ai pu remarquer, c'est comment ils ont presque commencé à s'embrasser ... Ou à coller ... Quand vous m'avez expliqué votre ancienne relation avec elle, vous n'avez pas ajouté ce détail que vous étiez toujours "à la gresca". (Lo único que pude notar es como casi empiezan a besarse... O a pegarse... Cuándo me explicaste tú antigua relación con ella, no añadiste ese detalle de que estabais siempre "a la gresca".)
– Mais... (Pero)
– But what? (¿Pero qué?)
– Mais elle avait l'air très en colère ... C'était impressionnant. (Pero se veía muy guapa enfadada... Era impresionante.)
– I know honey, she always looks perfect in that mood. It 's something that made me fall in love with her. She is a fucking fierce. (Lo sé cariño, siempre se ve perfecta en ese modo. Es algo que me enamoró de ella. Es una puta fiera.)
– ¿A quién llamas puta fiera, guapo?
España apareció, dando un microinfarto al matrimonio, que pensaron que ella había estado escuchando parte de la conversación, pero no era así. Sólo llegó a escuchar la última frase, y pensó que el inglés aprovechó ese momento para insultarla.
– Pero que grosero, me voy y empiezan a meter mierda sobre mí.
– Nous ne faisions pas ça! Nous ne serions jamais capables de quelque chose d'aussi laid et rampant, surtout quand vous savez à quel point nous nous soucions de vous. (¡No estábamos haciendo eso! Nunca seríamos capaces de algo tan feo y rastrero, en especial cuando sabes lo mucho que nos importas.) – Dijo Francia, quien tomó una de las manos de la española y la apretó, asustada de que de verdad pensara eso de ellos.
– Francia preciosa tranquila, estaba siendo sarcástica. Sé que no podríais hacer algo así. – Aclaró, aprovechando el agarre de manos para poder acariciar las pálidas manos francesas, algo en lo que ambas sonrieron mutuamente. – Al menos tú, que eres un amor. Pero de este guiri... Me huele a que posiblemente pueda hacerlo.
– For your information, I am not to say barbarities of the people, only the truths. (Para tu información, no soy de decir barbaridades de la gente, sólo las verdades.) – Dijo en anglosajón, pero logró hacer algo para evitar que otra discusión ridícula empezase, siguió hablando. – But I think you have more good truths than bad ones. My lady, I think I have told you that you are really beautiful. (Pero creo que tú tienes más verdades buenas que malas. Mi señora, creo que te tengo dicho que eres realmente hermosa.)
– Oh no. Esto se va a poner meloso ahora, ¿verdad? – Dijo España soltando una pequeña risa, sin soltar la mano de la francesa en ningún momento. – Tú tampoco no estás nada mal querido, o mejor dicho, mi señor.
– Savez-vous ce qui n'est pas mal du tout? Vous vous entendez tous les deux, c'est surprenant dans les deux. Cela me fait très plaisir de voir que vous pouvez parler en tant que personnes. Vous me rendez tous les deux heureux. (¿Sabéis qué no está nada mal? Vosotros dos llevándose bien, eso sí que es sorprendente en ambos. Me hace muy feliz ver que podéis hablar como personas. Los dos me hacéis feliz.)
Tras decir eso, Francia sonrió, apoyando su cabeza en el hombro de la pelirroja. El inglés sonrió y añadió su mano al agarre que las dos mujeres compartían, dejando que el silencio fuera lo único presente. Las miradas volvían a estar llenas de cariño y de ganas de decirle al mundo lo que sentían entre todos, pero de impotencia por no poder hacerlo.
Y como aquella vez en Bruselas, el momento fue cortado con una camarera que salía para pedirles que quitasen las manos de encima de la mesa que tenía que dejar lo que pidieron. Otra vez, los tres sonrojados, las quitaron rápidamente. Antes de que se fuera, España les pidió si podían preparar tres bocadillos para llevar, que cuando fuera a pagar los recogería.
– N'allons-nous pas manger quelque part? (¿Acaso no vamos a comer en algún sitio?)
– Noup. ¡Vamos a hacer nuestro primer desvío! Redoble de tambores por favor. – Dicho esto, ambos países golpearon sus pies contra el suelo. – ¡Vamos a la playa de las catedrales! ¡Tará!
– ¡Oh! I have heard about it, they say it is really beautiful, but isn't it necessary to ask for tickets to enter? (¡Oh! He oído sobre ella, dicen que es realmente preciosa, ¿pero no es que hay que pedir las entradas para entrar?)
– Por desgracia sí, por eso la vamos a ver desde arriba. Después haremos el resto del trayecto al lado de la costa, ¿no es eso precioso? Os va a puto encantar.
Ambos sonrieron. No necesitaban ir a lugares preciosos para poder ver cosas que les encantaban. Con tener a España delante suya eso era más que suficiente. Ella era el verdadero lugar precioso.
✷✷
Eran las diez de la noche. La furgoneta estaba aparcada en una zona de descanso en carretera. Con la puerta trasera abierta, Francia estaba sentada en el extremo de la cama, mientras Reino Unido mantenía una llamada telefónica algo apartado de la furgo. España estaba apoyada en el vehículo fumando un cigarrillo.
¿Cómo fue en aquella playa? Un desastre de los suyos. Llegaron hacia las cuatro de la tarde porque se liaron al meterse por los desvíos y las nacionales. Allí, sólo tuvieron ganas de sentarse en una roca y comer bocadillos de lomo asado. Después de eso, descansaron un poco por ahí, despertaron a la española que se había quedado dormida en el suelo, porque era la hora de la siesta según ella.
Al final, aunque no fue la vista maravillosa que les prometía ella, estaba nublado y no podían ver el mar, se lo habían pasado bien. Estaban aún a unas horas de Oviedo, capital de Asturias. Y como ya había anochecido, decidieron que era mejor descansar en carretera.
– Pourquoi aimez-vous ça (¿Por qué te gusta eso?) – Dijo la francesa, señalando el cigarro de la española.
– No sé, simplemente me gusta la sensación después de tomarlo. Es como, que cuelgue tío... Siento como si estuviera en una nube. – En eso la pelirroja aspiró la droga, para después dejarla escapar por su boca. – Y me encanta pensar que esas son mis preocupaciones desvaneciéndose...
– ... Pouvez-vous me laisser un frein?) (...¿Puedes dejarme una calada?)
– No sabía que fumabas.
– Pas grand chose, mais je veux aussi que mes soucis disparaissent. (No mucho, pero quiero también que mis preocupaciones desaparezcan.) -m– La pelirroja sonrió, se sentó al lado de la francesa. Antes de ponerle el cigarro en la boca, le escupió el humo de una forma provocativa, algo que encantó a la francesa. Después ella aspiró e imitó las acciones de su contraria.
– ¿Qué tal ahora?
–Mieux, mais laissez-moi un de plus. (Mejor, pero déjame una más.)
Francia dio otra calada para acercarse a los labios españoles, y soltar el humo demasiado cerca de estos, para después alejarse y dejar a una desconcertada España. Antes de que pudiera decir o hacer algo, el inglés había vuelto refunfuñando. – Quoi de neuf chéri? (¿Qué ocurre cariño?)
– Nothing, it was USA. It 's not important. (Nada, era USA. No es importante.) – Pudo notar como la española miró para el suelo al escuchar el nombre de su hija. Procuró cambiar de tema rápido al ver su cara, por lo que propuso ir a dormir ya.
Las dos chicas asistieron. Fueron por turnos para cambiarse, porque aún no habían recuperado tanta confianza entre ellos. España se quedó con una camiseta más grande que ella y unos pantalones deportivos. Francia llevaba un camisón. Reino Unido iba algo similar a la española.
Llegó el momento de acostarse los tres. Se aseguraron de cerrar todo bien, dejaron los móviles cargando a una batería portátil y cuándo no quedaba más que asegurar, España fue la primera en tumbarse. Con algo de vergüenza, Francia se tumbó a su lado, quedando realmente cerca por la falta de espacio. Después el inglés se tumbó al otro lado de la española.
Aunque al principio estaban algo tensos, fue la bicolor la que se abrazó a la espalda del inglés y dejó que Francia la abrazara de espaldas. Y los tres cayeron dormidos siendo realmente felices.
Datos:
• Alguien que me pare. Llevo con este cuatro capítulos en esta semana. EsTo nO eS nOrMaL.
• En UK, beben Early Grey (creo que se llama así) pero, no lo llaman por su nombre sino que simplemente dicen "té". España no sabe qué pedirle porque llama a todas las infusiones té.
• La viejita que casi atropellan está bien. Casi se muere del infarto pero está bien.
• Los humanos normales no ven a los países como países, o sea como esas versiones humanizadas con banderita en la cara. Ellos ven a un ser humano normal, aunque lo pueden reconocer como su país porque al final son figuras importantes para el país. Lo único que se conserva son los ojos.
• Por ejemplo, España para los humanos es una chica morena de pelo oscuro. Francia es una chica de piel pálida con el pelo negro caoba. Reino Unido es también de piel blanca, pelo rubio cobrizo.
• España en verdad quería besar a Reino Unido cuando estaban peleándose. Y también a Francia ahora cuando fumaban. Pero no tiene valor.
• España no sabe cómo sentirse cuando mencionan a USA. No quiere saber en verdad nada de ellal para no sentirse como una madre mala que abandonó a su hija.
Hey. Yo dije que no iba a actualizar tan seguido y heme aquí. Cada capítulo es más grande por culpa de las traducciones.
A ver si no actualizo tan seguido que me muero ja ja. Por cierto, esta mierda va a alcanzar las 200 lecturas. Así que, ¡Gracias!
Muchas gracias de verdad. Uwu
Hasta la próxima bbs.
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