Sábado. 1:00 pm

El camino de regreso fue bastante silencioso, salvo por Lizy que canturreaba el tema de la caricatura de la abejita Mily sacándole unas divertidas muecas a Lulú que jugaba con el peluche de Lupa. La albina a regañadientes se los prestó esperando que Leia con eso quedase satisfecha y olvidara el asunto del maquillaje, por supuesto que la niña no lo olvidaría así tan fácil. Lacy las cuidaba siguiéndoles el juego, aunque su mente parecía perdida en otra parte conforme revisaba su teléfono cada tanto. Lucía preocupada.

Atrás Loan todavía se mostraba ansiosa por lo sucedido, así que resignado, Lemy para reconfortarla tuvo que permitirle que lo llevara abrazado durante el trayecto, aunque para estirar las piernas, Lupa las había descansado recostándolas sobre las del chico con la falda demasiado corrida hacia arriba. Molesta, Loan se estiró para bajársela de un tirón antes que el avergonzado chico alcanzara a mirar bajo la misma.

Lincoln se detuvo en un semáforo y notó cómo Lyra frunciendo el ceño miraba con reprobación por el espejillo el modo en que sus primas mayores tenían a su hermano.

—Loan, Lupa. —les habló de pronto su padre—. Dejen a Lemy respirar un poco.

Algo disgustadas por la llamada de atención, hicieron un poco de distancia con el chico para su alivio, que soltó un suspiro sintiéndose todavía avergonzado. La chica se sorprendió con el gesto.

—Gracias, tío.

Lincoln le devolvió la sonrisa a Lyra. Le apretó el hombro y entonces la sonrisa de la chica desapareció seguida de un temblor que la recorrió. Esto lo frustró, por lo que la soltó y siguió conduciendo cuando el semáforo pasó al verde. Sintiéndose avergonzada por su reacción, decidió intentar conversar con él.

—Entonces... esa mujer del supermercado. ¿Es... tu amiga?

—¡Papi tiene novia! —canturreó Lizy feliz detrás de ellos, con lo que se ganó un gruñido de molestia de todos sus hermanos, menos de Lulú a quien miró confundida—. ¿Qué? ¿Eso no es bueno?

—Cristina no es mi novia, cariño —le aclaró su padre pensando que de niño le hubiese encantado que así hubiera sido—. Sólo es una conocida. Fuimos juntos a la primaria y nos reencontramos en la preparatoria.

—Es... bonita. —Susurró Loan intranquila.

—Pues sí, pero nunca salimos. Nunca fue mi tipo.

Leia no parecía creérselo del todo.

—Por la forma en que la miraste y ella lo hizo, parecía que por el contrario tú no eras su tipo.

—Gracias por la observación. —Soltó Lincoln entre dientes.

Aunque a Lupa no le había hecho gracia el asunto, no pudo evitar volver a añadir una disculpa.

—Perdona por dejar a tu amiga con una mala impresión, padre.

—Tranquila, no pasa nada. En realidad Cristina y yo no somos amigos. Creo que nunca lo fuimos. Nunca pasamos más allá de ser sólo conocidos. Royal Woods es todavía un pueblo chico, así que es natural que tenga muchos conocidos por ahí, algunos como Cristina todavía incluso recuerdan a sus madres. No los culpo, vaya que sabíamos hacernos notar como la familia más ruidosa del estado durante nuestra juventud.

—¿Y sólo fue por eso por lo que se dieron a notar?

Lyra casi se arrepentía por haberlo preguntado, al menos su hermano y sus primas lamentaban que lo hubiera hecho. Lincoln se quedó callado un momento antes de responderle.

—Sus madres y yo siempre hicimos todo lo posible para que... lo de ustedes no se supiera. Ese es el motivo por el que todas ellas se fueron del pueblo en cuanto tuvieron la oportunidad. De esa manera se redujeron las posibilidades de que quedaran expuestas como mis hijas biológicas.

En su asiento, Lemy meditaba al respecto. Su madre no vivía en Royal Woods desde mucho antes que él naciera, por lo que él tuvo mejores oportunidades de apartarse del escándalo al que pudieron quedar expuestas sus hermanas que sí nacieron ahí.

—Pero tú sí te quedaste aquí, viejo. ¿Por qué?

—Siempre me gustó este lugar, Lemy. Es tranquilo, pacífico, además... bueno, este sería el primer lugar donde sentía que de surgir algún rumor que los vinculara conmigo, podría repararlo antes que llegara a ustedes y a sus madres con todas las implicaciones posteriores.

Sintieron que básicamente les explicaba que por su bien, se sacrificó a la causa de sus hermanas, hijas e hijo. De pronto Lemy sintió cierta pena por su padre. Rememoró lo que sucedió con la tal Cristina y su hija, pensando qué hubiera hecho él de estar en aquella situación, aunque al hacerlo, inevitablemente se imaginó involucrándose de un modo nada cristiano con Lyra y las otras antes que con Lacy, por lo que desistió de mantener semejantes pensamientos.

—¿Alguien más sabía del secreto de nuestra familia además de los abuelos?

—Por supuesto, Lacy. Necesitábamos gente en quién confiar. No podíamos solos manejar algo así, aunque lo intentamos. La familia política de Lori fue una ayuda muy grande para nosotros por un tiempo, aunque supongo que siguen siéndolo por ella... ¡ah! También por ti, Loan.

La chica en su lugar asintió temblando un poco. Quería mucho a su padrastro y de cierta manera amaba a sus hermanastros. Toleraba a sus tíos, primos y sobrinos por parte de Bobby, aunque tenía ciertos problemas con algunos familiares, en especial con su tío Carl. Nunca le había gustado la forma en que la miraba cuando creía que nadie lo veía, o el modo en que le hablaba, siempre se sentía un tanto incómoda con él. Por otro lado su tío Carlos, el hermano menor de Carl, era mucho más agradable y paciente con ella.

—¿Solamente la familia de Lori estaba al tanto de... lo de nosotros? —Lyra se animó a preguntarle.

—Hubo una persona que en aquél entonces confiaba bastante. Se llamaba Clyde. Yo mismo le conté en su momento lo que sucedía porque de verdad pensé que podría contar con su apoyo.

—¿Y qué pasó?

—Si bien hasta la fecha mantiene su promesa de guardar nuestro secreto, digamos que nos terminamos por distanciar. Él... no pareció sentarle bien lo que ocurría en nuestra familia.

Por el bien de Loan, no sería tan específico al explicar que se habían ido a los puños cuando se enteró que embarazó a Lori, pues desde la infancia estuvo enamorado de ella. Clyde había tolerado con el tiempo a Bobby, costándole con mucho dolor aceptar que se habían comprometido, pero vio como una "repulsiva traición" parafraseándolo, el que su mejor amigo se involucrara con ella siendo su hermana. En retrospectiva, Lincoln pensaba que quizá las cosas no hubieran quedado tan mal entre ambos de dejarlo ganar aquella pelea aunque le costara algunos golpes, en lugar de haberlo casi noqueado tras tirarle un diente. En su defensa, al menos le había quitado los anteojos de un tirón antes propinarle ese derechazo.

—Por eso nunca intentaste... ya sabes —Lemy se sintió como un niño mucho más pequeño—, ¿acercarte más con mi madre... o una de mis tías?

Hubo otro alto. Por el espejillo retrovisor Lincoln miró a su hijo, éste desvió la vista avergonzado y entonces su padre miró a Lacy, quien triste si se encontró con su mirada.

—Todas... todos ustedes, son bendiciones para sus madres y también para mí. Pero de verdad ya no quiero ocasionarles más problemas a mis hermanas. No es justo para ellas ni para ustedes.

Sin que Lincoln se diera cuenta, Lyra cabizbaja había hecho un gesto como si estuviese a punto de tomarle de la mano, pero el coche avanzó de nuevo, por lo que no lo hizo.

Lulú sintió curiosidad por las antenas de Mily. Comenzó a jalonearlas y en ese momento Lupa se lo arrebató decidiendo que sus hermanitas ya habían tenido suficiente con su peluche.

—¡Oye! —le reclamó Leia que hasta ese momento solemne había permanecido callada prestando atención a lo que los mayores conversaban a diferencia de las pequeñas—. Ellas estaban jugando con tu tonta abeja todavía.

—Se llama Mily y es mi abeja. Además ya estamos por llegar a casa.

—Lo que sea. ¿Por qué tanto interés en esa cosa a tu edad?

Sonrojada, Lupa miró a su padre. Lincoln recordó aquellas tardes antes que Lucy se fuera de la ciudad cuando su hija tenía cinco años. Años antes de eso Lynn todavía no se había casado e incluso también seguía en Royal Woods.

Cuando no estaba trabajando, estaba jugando con Lacy, Lupa y Liby, o incluso se pasaban las tardes los cuatro mirando la televisión. Nunca entendió mucho el concepto de la caricatura de Mily, tampoco Liby, a Lacy sí le gustaba, pero a Lupa decir que le encantaba era quedarse corto, seguía al personaje casi desde antes de que aprendiera a hablar correctamente, aunque quizá con ayuda de la abeja es que había terminado por aprender, se trataba de un programa didáctico. "Mi abejita" solía llamarla Lincoln por eso, a ella le encantaba que le dijese así cuando era más pequeña e inocente.

—Ya lo había mencionado... edición limitada.

Lupa no añadió nada más sumiéndose en sus viejos recuerdos. Lacy hubiese querido estar allá atrás para tomarle de la mano y darle ánimos al entender lo que su hermana tenía. Aunque por la distancia ya no eran tan unidas como antes, Lacy la quería bastante.

* * *

Tras estacionar la van en la cochera, Lincoln bajó con ayuda de sus hijas las bolsas de las compras. Liby les abrió la puerta con una actitud un tanto seria mirando de un modo curioso a su padre.

—Entonces, ¿cómo les fue?

—Bien —le respondió con sarcasmo Lupa—. Leia y yo casi nos peleamos con una niña que resultó ser la hija de la novia de papá.

Sorprendida, por reflejo Liby volteó a ver a Liena imaginándosela con un bebé entre sus brazos que podría ser su sobrina y otra media hermana a la vez desconcertándola. Liena apareció enseguida y tras alcanzar a escuchar a Lupa, contrariada hizo algunas señas con sus manos.

—No le hagas caso, cariño —se apresuró a aclararle Lincoln—. No era mi novia, sólo se trataba de una conocida.

A Liena el asunto pareció divertirle y Lincoln que parecía nunca estar satisfecho del contacto con su hija, la abrazó aspirando fuerte.

—Pero que aroma tan delicioso —Liby se escandalizó ante el comentario que entendió su padre le hizo a Liena—. ¿Es la comida que prepararon?

Al separarse, le aclaró que sí, pero que aún no estaba lista. Liby miró a Lyra esperando su reacción, pero ella parecía estar pensativa por otros asuntos todavía.

—¿Dónde ponemos esto?

Lacy llevaba un par de bolsas pesadas con latas ella sola, dado Lemy no había podido con ellas al intentar ayudarla. Liena a señas les indicó que la siguieran, pues ella misma se encargaría de distribuir todo a su gusto.

—Parece... haberse adueñado de la cocina. —soltó Liby incómoda.

—Déjala —le advirtió Lincoln—. Por mi toda la cocina es suya. Es lo que siempre he amado de Liena. Incluso desde antes que nacieras, tu hermana era ya hacendosa, si no era jugando a la mamá, jugaba a las comiditas y esas cosas.

—Sí... tú... amas a Liena, más que a nosotras, por lo que veo.

A Liby le perturbaba aún la idea que en realidad su padre estuviese teniendo una relación inapropiada con ella, aunque Lincoln la interpretó de otra manera.

—Liby, también te amo a ti y al resto. Sólo que no me gustó cómo la manera en que te burlaste de Lyra con tu tía Luna antes que nos fuéramos. ¿Puedes entenderlo?

Justo en el momento en que Liena regresaba para pedirle a su padre de regreso su libreta, Liby le soltó sin darse cuenta que acababa de reaparecer.

—Papá, ya sé quién es el novio de Liena.

La chica de diecinueve años asustada miró a Lincoln, quien desconcertado volteó hacia su hija con cierta seriedad.

—¿Tienes novio?

Liena bajó la cabeza avergonzada y asintió brevemente. No estaba segura si su padre se molestaría al respecto.

—¿Desde cuándo?

Liena se rascó la mejilla y mostró tres dedos antes de hacer enseguida una seña.

—¡Tres meses! Bueno... ¿por qué no me lo habías dicho?

—¿Es que tenemos que pedirte permiso para todo lo que hagamos? —le contestó Lemy por ella tras regresar de la cocina para ir a la van por otra bolsa.

—Es verdad —lo secundó Lacy un poco molesta por la actitud de su padre, lo que produjo cierta satisfacción al chico—. ¿Es que también te enojarías conmigo si de pronto te dijera que tengo un novio?

Lemy que no se esperaba eso, sorprendido le preguntó sin pensar.

—¿Tienes novio? ¿Por qué no me lo habías dicho?

Sin querer su voz y su actitud habían sonado bastante similares a las de su padre, aunque lamentó esto, sintió que no le importaría si también a ella Lincoln le llamaba la atención.

—No tengo novio, Lemy. Sólo era un ejemplo.

Bien, su corazón poco a poco recuperó su ritmo natural y el susto se le pasó, incluso vislumbró una oportunidad esperanzado. Entendiendo el punto de sus hijos, Lincoln carraspeó un poco.

—Bueno, no. No necesitas mi permiso si te lo da tu mamá —aunque no estaba seguro que tanto podría fiarse del criterio de Leni—. Pero... me hubiera gustado saberlo, al menos. ¿Y quién es?

Con un poco de duda, Liena sacó su celular y revisó su galería unos instantes antes de entregarle el aparato a su padre. Con interés, Lacy, Lemy, junto con Lyra y Loan se acercaron curiosos en ver la foto. Leia tomó una silla para detrás de ellos subirse y alcanzar a mirar. A pesar de comprender que metió la pata, Liby las imitó.

En la selfie aparecía Liena abrazando y recostando con cariño su cabeza sobre la panza a un chico de dieciocho años alto y un tanto obeso con el cabello corto pintado de blanco, debajo estaba escrito el nombre junto al suyo.

—Interesante, un peliblanco —observó Lupa integrándose al final—. Y creía que estabas libre de complejos, hermana. ¿Ese es de verdad tu novio?

—No es nada apuesto —añadió Leia.

Molesta ante las miradas decepcionadas de la mayoría de sus hermanas por el aspecto de su novio, Liena les quitó su celular y se marchó a la cocina, no sin antes dedicarle una mirada de reproche a Liby.

La chica de los braquets se llevó ambas manos a la cara comprendiendo lo mucho que había arruinado las cosas al delatar a su hermana. Lyra ladeó la cabeza.

—Bien hecho, primas. Yo me encargo de esto.

Lincoln quería intervenir a sabiendas que también era en parte responsable de lo sucedido, pero congelándose al dudar sobre qué hacer, decidió dejar las cosas en manos de Lyra, a pesar de eso las siguió procurando mantener su distancia.

—Mejor vamos a terminar de arreglar las compras —opinó Lacy cabizbaja avergonzada de sí misma—, después le pediremos disculpas a Liena.

Lemy estuvo de acuerdo con el plan. Leia no estaba segura de por qué pedir disculpas, pero como Lizy la animó a hacerlo junto con ella, a pesar de no haberse enterado de nada, con fastidio terminó por aceptar.

Momentos más tarde, Lacy llamó a Lemy para ver si los mayores habían terminado de hablar con Liena. El chico no dudó en acompañarla al instante.

—¿Realmente lo arruinamos con Liena, Lacy?

—Eso creo. No reaccionamos de la mejor manera. Es su novio. No nos concernía meternos —y hablando de novios, de pronto recordó algo—. Por cierto, gracias por defenderme también en el supermercado de esos chicos.

Aunque no había visto necesaria su intervención, Lacy realmente apreció el intento de su hermanito. Sonrojado, Lemy hinchó su pecho por el orgullo que sintió hacia sí mismo haciéndose el importante.

—No fue nada. Cuando lo necesites puedes decir que soy tu novio sin problemas.

—¿Por qué tendría que decir eso de nuevo?

Lacy estaba confundida. Avergonzado, Lemy sintió su pecho desinflarse como un globo.

—Bueno, ya sabes, por... si se repite... que sepan que yo... tu entiendes.

—¡Ah! Entiendo, pero no te quiero hacer sentir incómodo dejándote en esa posición. No tengo problemas en decir que eres mi hermano, ¡Perdón! Mi primo. ¿Lo dije bien?

Lacy sabía lo especial que era Lyra en esa cuestión, pero no estaba seguro de cómo era Lemy al respecto. Decepcionado, el chico casi estuvo a punto de decirle que como quisiera llamarlo estaba bien por él. A diferencia de Lyra, él no tenía problemas en reconocer al resto de las chicas como sus hermanas o sus primas, en realidad le daba lo mismo con las otras, pero con ella era distinto. De decirle eso, temió que la distancia entre ambos creciera aún más si la dejaba llamarlo "hermano".

—Hmm... ¿Qué son las etiquetas familiares después de todo? Antes que nada podría ser... puedo... bueno, soy tu amigo, ¿no?

—¡Por supuesto! —los ánimos de la chiquilla parecieron mejorar mucho—. Somos amigos antes que nada.

Ella le palmeó el hombro y aunque al principio el chico pareció entusiasmarse como ella, pronto la etiqueta que él mismo se colocó terminó por incomodarlo. ¿Amigos? ¿Sólo amigos?

Vieron a Lincoln con expresión de esperar algo impaciente entrando a su habitación cuando la puerta de esta se abrió. Lyra tenía un brazo alrededor de Liena, la cual la soltó para abrazar a su padre, quien pidiéndole una disculpa la arrulló contra su pecho. La castaña miraba hacia la ventana y esta vez Lemy no entendió si lo hacía para darle privacidad a su "prima" con su "tío", o sólo lo hacía para hacer la vista gorda del "comportamiento inapropiado" que paranoicamente podría sentir que ambos tenían.

—No pasa nada, hija —terminó Lincoln por reconfortarla—. Estoy seguro que es un buen chico y que te quiere mucho como tú a él. Tal vez cuando vaya a visitar a tu madre y a ti en un par de meses me lo puedes presentar, ¿está bien, preciosa? —ella asintió más calmada terminando de limpiarse un par de lágrimas—. Perfecto —se vuelva hacia Lyra—. Gracias, cariño.

La chica asintió suspirando, intentando reprimir la envidia que sintió por su hermana mayor, no tanto por su novio, sino por el modo en que parecía entenderse con su tío.

Notaron a la pareja de sus jóvenes hermanos acercarse y Lyra pareció incomodarse de pronto al notar la cercanía de Lemy con Lacy, quien fue la primera en adelantársele.

—Lo sentimos, Liena.

—Sí, prima. Perdónanos por arruinarlo.

Ella asintió, entonces miró a la chica larguirucha de braquets que apareció detrás de ellos y parecía casi al borde de las lágrimas.

—Liena... de verdad lo lamento.

Solo fue un segundo el instante en que el rostro de Liena se endureció, no tardó en ablandarlo. Aunque mostrando algo de seriedad todavía, repentinamente atrapó a Liby en un abrazo.

—Excelente —Lincoln dio por terminado el asunto mirando con satisfacción el gesto entre ambas—. Me alegra que todo se haya arreglado también entre ustedes.

Liena en silencio como de costumbre, sonrió sin soltar a su hermana. Liby también estaba en silencio, principalmente porque se sentía sofocada ante la fuerza con que su hermana la tenía retenida contra su cuerpo. Además sentía que el aparato de sus braquets se le estaba encajado en la cara de un modo un tanto doloroso.

Cuando consideró que ya fue suficiente, Liena la soltó y Liby tomó aire unos segundos con cierta ansiedad preguntándose si sólo había querido abrazarla para reconciliarse con ella o trató de hacerla escarmentar, ¿o quizá ambas cosas? Liena de pronto recordó algo, por lo que se apresuró a hacer algunos movimientos con sus manos para su padre, el cual al principio quedó gratamente sorprendido.

—¿En serio? Genial. Ya hace algo de tiempo que no sé mucho de ella. ¿Y qué dijo?

Liena señaló a Liby antes de hacer algunas señas. La chica tras terminar de recuperar el aire sólo entendió que la involucró en algo.

—¿Qué dice?

—Que fuiste tú quien habló con tu tía Lily. ¿Es verdad que llamó? ¿Qué te dijo?

—¡Oh, es verdad! Bueno, la tía Lily llamó para decir que antes de las cuatro llega con su novio Adrien a visitarnos, bueno, en realidad a ti. Se sorprendió cuando le dije que nosotras ya lo estábamos haciendo.

El rostro de Lincoln se endureció, parecía de pronto mucho más incómodo a como cuando se enteró del novio de Liena. Lyra lo notó e intranquila le preguntó.

—No pareces muy contento por saber que vendrá tu hermana.

—No es con mi hermana con quien tengo problemas. ¿Sí saben que ese tipo con el que sale tiene mi edad, si no es que un año o dos más?

—¡Pero si es muy guapo! —opinó Lacy con cierta ensoñación al recordarlo—. Tiene un lindo cabello.

Lemy un tanto preocupado, le preguntó.

—¿Hablas en serio? ¿Te gusta mucho?

—No puedo evitarlo, siempre me han gustado los chicos castaños como yo.

Y de esa manera Lemy se olvidó de sus celos al notar que en realidad su cabello castaño, aunque un poco claro, era muy semejante al de Lyra.

El resto de las chicas ya se habían juntado para aparecer y ofrecerle una disculpa a Liena, cuando notaron el semblante disgustado de su padre. Loan quedó desconcertada por esto.

—Liena, nosotras... ah... te venimos... veníamos a pedirte perdón... una disculpa por lo de hace un momento y... ¿ahora qué ocurre?

—Que su tía Lily nos visita con su novio. —Le respondió Lincoln sin contener su rudeza al hacerlo.

Leia chilló emocionada.

—¡Ese chico lindo vendrá a visitarnos!

—¡No es ningún chico! ¡Ese tipo es más grande que yo!

—Sólo por un par de años, no es la gran cosa —lo defendió Lupa tratando de disimular su rubor.

Disgustado, Lincoln notó que a pesar de hacerse la indiferente, Lyra sonreía discretamente con las mejillas encendidas. Ella también tuvo la oportunidad de conocer al novio de su tía el año pasado. Le había parecido alguien muy educado, formal y correcto, por lo que el que le doblara la edad le traía sin cuidado.

—¿Qué ocurre? —preguntó Lizy apareciendo y llevando de la mano a la pequeña Lulú a pasitos—. ¿Quién es Adrien?

—Es un hombre muy apuesto que sale con tía Lily —le contestó Leia—. ¡Y vendrá para acá!

Loan no entendió por qué tanto escándalo,

—¿Y eso es importante... ¡oh! para tanto? ¿No es algo viejo... hmm... mayor? Papá es un poco más joven.

—Gracias, cariño.

Agradecido por tener de su lado a una de sus hijas, Lincoln frotó con cariño su espalda ruborizándola también.

—Pero es muy culto —Lyra salió en defensa de aquel hombre—. Ha viajado alrededor del mundo y sabe muchas cosas.

Lacy suspiró largamente como la mayoría de las chicas, lo que ocasionó de nueva cuenta la preocupación de su "primo".

—Nosotros también viajamos mucho, Lyra.

—Únicamente por el país, además sólo lo hemos hecho para acompañar a mamá y a su banda de vez en cuando a algunas de sus presentaciones. No es lo mismo.

El chico al notar a Lacy cada vez más emocionada por volver a ver a aquél sujeto, terminó por contagiarse con el humor de su padre. Además no sólo era por Lacy, sino por su muy hermosa tía Lily, quien era capaz de opacar en belleza incluso a sus tías Leni, Lola e incluso a Lana... por no mencionar también su sensualidad.

—¿Y ese tipo para qué viene ese o qué, viejo?

—Esa es... una buena pregunta.

Miraron ambos a Liby, quien nerviosa por lo que ocasionó, tragó saliva antes de responderle con temor.

—Creo es para avisarnos que... ¿se van a casar?

Todas las chicas chillaron de emoción esta vez, incluso Lupa, tal vez Lulú lo hizo sólo por imitar al resto. Lemy tuvo que taparse los oídos pues Lacy lo hizo demasiado cerca de él y su tono fue bastante agudo. Cuando se calmaron, fue cuando notaron de peor humor a su padre.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top