Prólogo
POKÉMON XY & Z
TRES DIAMANTES
PRÓLOGO
—Muchos ojitos se asomaban entre los arbolitos... haciendo soniditos Pika Pi, rattatataa.
La risita que provenía desde dentro de la habitación, provocó una sonrisa, en la hermosa mujer de cabellos color de la miel, que observaba desde un poco más atrás de la puerta semicerrada. Esa noche era el turno de su esposo para arropar a su pequeña. Lo habían decidido así, ya que, aunque amaban hacerlo ambos, las muchas actividades que tenían en sus distintas ocupaciones, retrasaban la entrada de la niña a la cama en algunas ocasiones, por lo que, aunque doliera... aunque deseara con mucho anhelo, poder compartir con ellos, debía entender en su corazón de madre que lo que hacían era por el bien de su pequeña, debía acostumbrarse a dormirse solo con la presencia de uno. Así que, con la sonrisa de aquella unión, siguió su camino.
Mientras dentro de la habitación, la niña de hermosos cabellos de miel, fijaba sus grandes ojos curiosos en el rostro de su padre.
—¿Y los hermanitos pudieron salir?...
—Pues... —pensó en si seguir o no contando el relato, ya que los acontecimientos que le sucedían le parecían un tanto violentos, pero se trataba de un cuento para niños que pasaba de generación en generación... Aunque ella tuviera solo tres años ya era capaz de comprender... ¿No?
—¿Papi? —el tacto de los deditos sobre su brazo, lo trajo de vuelta a la realidad.
—Bien... la verdad Ashley... es que la bruja los agarró... —la sorpresa y el temor que se reflejó en el rostro de su hija, lo dejó estupefacto. ¡Justamente lo que quería evitar! ¡Cuentos para niños! ¡Había arruinado la infancia de la suya! —¡No! La verdad es...
Los grandes iris castaños idénticos a los suyos, esperaban una respuesta favorable, por lo que intentó sonreír exagerado para hacerle notar que todo estaba bien con ellos. —Aunque la bruja los atrapó... los hermanitos eran fuertes... ¡Cargaban con sus preciados Pokémon!
—¡Ahhh! —aplaudió ilusionada. —¿Tenían un Pikachu?
—Jaja —se rascó la nuca con un dedo, estaba tergiversando todo el cuento, pero le pareció lo más favorable y ya que su hija adoraba a su mejor amigo amarillo, asintió. —¡Un Pikachu tan poderoso como el de papi!
—¡Siiii!
—¡Y un Charizard! —agregó el entrenador moviendo las manos en señal de interpretar las alas del Pokémon de fuego.
—¡Charii! —se puso en pie sobre el colchón, para luego entrecerrar los ojos, cansada.
—Ven... haré un rollo de sushi.
—¡Suchiii! —gritó una vez más, sin poder dejar de reír al sentir como su padre la arropó y dándole una vuelta sobre si misma la hizo rollo, quedando completamente envuelta.
Ash le despejó el rostro de los cabellos que quedaron rebeldes sobre éste. Y se disponía a levantarse cuando un último llamado lo detuvo.
—Papi... yo... ¿puedo usar a Pika-chan?... —la usual forma de su hija de llamar a su Pokémon más fuerte, lo llevó a asentir.
—Claro... sabes que Pikachu estará contigo siempre. ¿Vas a entrenar?... —trató de seguirle la plática, al ver como poco a poco, se iba quedando dormida.
—Pero Charii... no hay nadie para Charii...
—¿Charii?... —aunque la pequeña sucumbió ante el cansancio, logró dejar incrustada la duda en el corazón de padre del Ketchum. Acaso... ¿Estaba hablando de un hermano?... La verdad es que nunca habían tocado el tema... y todo el tiempo se había dedicado a tratarla como su única princesa, que junto a su reina de Kalos eran sus tesoros invaluables. Pero... ¿Podría sentirse sola?... No pudo evitar pensar en si mismo, al crecer con el amor inmensurable de su madre exclusivo para él, pero aunque así lo fuera, la idea de compartir sus emociones y sentimientos con alguien cercano, cruzó más de una vez por su cabeza, por eso, en sus múltiples viajes... sus amigos se volvieron tan importantes e imprescindibles... en realidad podría decir que se convirtieron en sus hermanos. La imagen de Clemont y Bonnie apareció de inmediato en su mente.
Con aquel pensamiento, se levantó de la cama y caminó hacia la puerta.
La luz de la lámpara principal se apagó con aquel guiño que sus amorosos ojos castaños, dieron desde el lumbral de la puerta. Dejando la habitación de la que salía iluminada con una tenue luz violeta, que estampaba figuras de diversos Pokémon contra las paredes. Invención de su mejor amigo, como regalo del cumpleaños recién pasado de su pequeña.
Cerró la puerta tras de sí y suspiró, estirando el cuello hacia atrás, mientras cerraba los ojos. No estaba seguro si su actuar había sido el mejor, pero no podía darse a entender de otra forma. Para él... cada palabra que saliera de su boca, debía representar emociones dulces y alentadoras para todo el mundo y más aún para su familia. Pero últimamente le costaba quizás un poco más, mantenerse atento y hasta cuerdo con respecto a lo que debía decir, porque la curiosidad se había apoderado de su hija desde a dónde se dirigía todas las mañanas y los innumerables por qué, ante prácticamente todo, podían llegar a enloquecerlo, aunque claro, locura hermosa... solo escuchar su vocecita llamándole lo doblegaba por completo.
Al abrir los ojos, la fuerza de atracción de una mirada sobre él, lo llevó a voltear, de inmediato sonriendo con satisfacción al ver a su amada, sonriéndole, con la mano apoyada en su mentón, mientras lo veía sentada desde la mesa. A pesar que las tareas que realizaba eran las usuales del hogar, representada en las varias prendas que mantenía aún sin doblar, a su lado; Se veía hermosa...
—Que bello... —pronunció, cual le robara el pensamiento, traduciéndolo para él.
—¡Yo estaba pensando justamente eso! —sorprendido, se acercó.
—¿Pensabas en lo bello que eres?... —preguntó con cierta picardía, conocedora que los halagos abiertos a su amado, suelen provocarle nerviosismo.
—Jaja, para nada... —sin más palabra ni reivindicar el pensamiento, colocó una de sus manos enguantadas sobre la de la reina, apoyada sobre la mesa, sirviéndole de ancla para poder acercarse sin que ella lograra moverse ni un poco. Recorriendo el pequeño espacio que los separaba, hasta posar sus labios sobre la mejilla clara de su amada, esperando sin moverse del lugar. Un gesto, una mirada de complacencia o lo que fuera... para poder acceder a ella.
—Doblemos la ropa... —le susurró —volteando de a poco, hasta rozar sus labios, cercanos.
—¿Qué te quite la ropa?... —pronunció sobre la tersura con olor a frutilla, con la cual desearía unirse con mayor intensidad. Con la propuesta disfrazada de pregunta, comprendió que el deseo por el que no podían sucumbir desde tiempo atrás, debía ser conquistado en el segundo que fuera manifestado.
—Rápido... Rápido, rápido —lo urgió, juntando sus labios a los suyos al hablar y tomándolo del cinturón lo empujó a caminar de retroceso, llevándolo así hasta la otra habitación, hasta que se toparon con la cama por atrás, obligándole a caer sentado, mientras sostenía entre sus manos la cintura de su amada, que a horcajadas se sentó sobre sus piernas.
—He sido secuestrado...
—Me robé al campeón... —le siguió el juego, cuando al entender la respuesta que escapó de entre sus labios, notó lo que había hecho. Prácticamente lo había arrastrado hacia la cama, por lo que en la posición en que estaba, escondió la rojez de su rostro preocupado, al abrazarlo con fuerza.
Al sentir el cambio en las acciones, el Ketchum, colocó una de sus manos sobre la espalda, apenas descubierta por la camisa de olanes que llevaba puesta su esposa. Haciendo relucir el anillo plateado que simbolizaba su unión.
—¿Está todo bien?... —pronunció suave, tratando de guardar la emoción que lo recorrió al ser tratado de esa forma con anterioridad.
—Cuando dije que eres bello... era porque lo estaba pensando...
—Jaja... siempre me dices esas cosas... ¿Qué tenía de diferente esta vez?... —acarició despacio sobre la columna de su amada que se asomaba de a poco en la mitad de su espalda.
—Pensaba... en lo afortunada que soy al tener un hombre tan bello para mí... —se atrevió a mencionar, al sentir como la mano de su amado, hacía recorrido desde su espalda, acariciando su trasero hasta tomarla de ambos muslos y ponerse en pie.
—Nadie tan afortunado como yo... que le hago el amor a la mujer más hermosa del mundo... mi esposa... —se besaron con su confesión, en medio de los brazos pálidos de la reina, que rodeaba el cuello del entrenador —la madre de mi hija... —beso tras beso, logró voltearse, con ella en brazos y apoyando la rodilla sobre la cama, la colocó despacio sobre el colchón, siendo capaz de esta manera de admirar la sonrojes que había despertado en ella, que parecía ansiosa por volver a recibirlo entre sus brazos con el temblor de sus ojos azulinos, que no dejaban de mirarlo.
—Ash...
—Necesito esto...
—Deja de mirarme así y ven aquí... —con su petición, no dudó un segundo en acomodarse entre sus piernas, aún con la desesperación latente entre las suyas propias, siempre su prioridad sería ella, por lo que trató de tranquilizar su ímpetu. Llevaban tanto tiempo sin estar juntos de esa manera que sentía la necesidad irradiando por sus poros.
Se inclinó sobre ella y fue recibido en un beso nuevamente, cuando el sobresalto de su fiel Pokémon, los separó.
—¡Pikapi! ¡Pikachu Pi! ¡Pika!
Cuando su entrenador se reincorporó en el piso, notó que su amigo estaba parado apenas centímetros tras la puerta abierta, mirándolo con expresión inconforme con su actuar, a lo que Ash trató de entender su molestia, cosa que no fue capaz de hacer hasta ver casi al segundo, asomarse a su pequeña, que frotaba su ojo derecho con el puño.
—Ashley... —se agachó para recibirla.
—Papi...
—¿Ashley? —Serena que estaba sentada en la cama, esperando; al ver a su hija, se levantó rápidamente y llegó hasta ella y su esposo. Los ojos castaños de la pequeña de cabellos amielados, se notaban angustiados.
—¡Mami! —buscó de inmediato los brazos de su madre, al verla. Serena la cargó y miró a su esposo, en busca de alguna explicación, a lo que Ash levantó los hombros en señal de ignorancia. —No quiero que me coma la bruja...
—¿Bruja?... —parpadeó la reina, mientras su amado, esbozaba una sonrisa culpable.
.
No pasó mucho tiempo, cuando en la cama donde hace nada se encontraban en espera de entregarse, yacía recostada al centro, su pequeña, arropada y con su muñeco de Pikachu, algo manchado. Con sus padres uno a cada lado, los tres sumergidos en la profundidad del cansancio, que el día a día reclamaba a las energías de una artista, un campeón de liga y una pequeña juguetona.
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—¿Cereal de figuritas de Pokémon? —le ofreció su amada, a lo que se limitó a sonreír nervioso. —Jajaja estaba bromeando... espera un poco que casi está nuestro desayuno.
—En realidad por un momento te creí... porque últimamente todo es, wafles de Pokémon o galletas de Pokémon... —hablaban de sus cambios rutinarios respecto a la complacencia y gustos de su pequeña.
—Jaja pues, cuando se trata de pokélitos, no te quejas... —lo miró de reojo, al sentirlo acercarse.
—Más si es el pokélito que más me gusta... —la abrazó por la espalda, estampando un beso sobre su cuello.
—¡Ash! —el sonrojó la invadió, era imposible no alterarse al sentirlo tan cerca y tan apasionado. La frustración de su momento del día anterior, aún yacía en el ambiente.
La reina volteó despacio, hasta encontrar sus labios con los de su amado, unión delicada y dulce de dos a tres ocasiones, cuando se vieron obligados a detenerse al escuchar el sonido de la televisión, la canción de entrada de una serie infantil que su hija adoraba y la cual se podían de memoria.
"¡Ese es Pikachu nuestro graaaaan heroeee!" —Cantaron en susurro, para luego reír pacíficos.
—¡Jajajaja tu canción, amigo! —gritó desde la cocina, a lo que el eléctrico desde la sala, sentado junto a la pequeña de la casa, contestó con un característico —¡PikaPi!
—Serena... —apoyó su mentón sobre el hombro de su esposa, a lo que ella respondió, colocándole la mano izquierda sobre la mejilla, mientras no descuidaba la cocina con la derecha.
—¿Mm?...
—¿No quieres otro bebé?...
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Continuará...
¡Anita de mi Kokoro!!! Jajaja sabes que me hubiera gustado regalarte el mundo entero, pero en mi loca vida apenas y pudimos terminar esto... ¿Pudimos?... sii jajaja esa es parte de la sorpresa.
Esta idea nació gracias a SasameHyun, con quien escribimos este prólogo en colaboración, xD la verdad es que escenas fueron y vinieron y aunque había más, preferí quitar para desarrollar en capítulos posteriores porque me pareció todo muy lindo, tierno y ya que la llama del amor anda reflotando xD pues explotémosla!!!!
Hicimos esto con todo nuestro corazón, pensando en tu amada Ashley, para darle mucho protagonismo! Esperamos te guste como va!!
Y como te comentaba, ya que son capítulos tan bellos espero poder actualizarlo lo más pronto posible!!! Te mereces una historia larga y preciosa!!!
TE QUEREMOS POR MIL MILLONES JAJAJAJA FELIZ CUMPLEAÑOOOS!!!
Saku y SasameHyun
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