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Eran las dos de la mañana y Leonardo no había pegado un ojo desde que encontró el collar. Al principio no creía en la posiblidad que esa piedra fuera la solución a sus problemas era absurdo, pero después de analizar todo lo ocurrido decidió investigar sobre ella. Recordo el día que lo compro, la joven y la anciana habian actuado de manera extraña.
" Leyendas de Guatemala" era el título del artículo que leía. Hasta ahora no había encontrado nada sobre la piedra.
Cansado de leer lo mismo, salió de la página. Miro la piedra y la observó a detalle, tenía destellos dorados en su interior su forma era como la de un corazón mal cortado.
La dejo en su lugar y tecleo "piedras preciosas" aparecieron miles de imágenes, no encontró ninguna parecida.
Estaba cansado pero no se daría por vencido, viajaría de vuelta a Guatemala para salir de sus dudas. El dinero no era problema hasta donde sabía su cuenta bancaria aún estaba activa.
Saldría sin decir nada a nadie, sabía que no lo dejarian, preparo una mochila con algunas de su ropa y el collar. No podía dormir miraba al techo y sin querer recordó el día que se entero que sería padre por primera vez.
- Leo tengo algo que decirte - dijo karai entrando a la habitación.
- ¿que pasa? - pregunto comiendo gomitas.
- deja de comer, y ponme atención - lo regaño. - bien, cierra los ojos y extiende las manos - ordenó
- ¿Por....-
- solo hazlo - pidió nuevamente
- bien- se dio por vencido, cerro los ojos y extendió las manos, poco después sintio algo suave.
- adivina que es - dijo sonriendo.
Leo trataba de adivinar que era, su textura era suave parecía de algodón. Recorrió el contorno era una camisa pero en pequeña.
- es una camisa pequeña - dijo
- abre los ojos - dijo Karai
Leo lo hizo, en definitiva era una camisa era de color blanco. Alzó la vista y se encontró con su esposa sonriendo.
- sorpresa - susurro
- oh, por Dios ! - grito - vamos a tener un bebé
Ambos se abrazaron y rieron juntos Leo acarició el vientre plano de Karai.
Los meses fueron pasando, Karai cumpliría cinco meses ambos fueron al médico para saber el sexo del bebé, la sorpresa fue mayor para ambos al enterarse que serían padres de mellizos. El día del nacimiento de los mellizos fue el más feliz para ambos. Sus hijos eran lo más importante para Leo.
Suspiró profundamente prometiendo solucionar todo el desastre que había causado o dejaría de llamarse Leonardo.
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Bajo del avión y salió del aeropuerto, tomo un autobús desde la capital hasta Antigua Guatemala. Dos horas después no se preocupó por su apariencia, no planeaba quedarse mucho tiempo. Busco a la anciana por todo el mercado de artesanías. Pregunto a las personas por ellas dando la descripción que recordaba.
El cansancio lo estaba matando, pero no quería irse sin encontrarlas. A lo lejos vio a la misma joven que le obsequió la piedra.
Olvidó su cansancio y camino lo más rápido posible.
Se paró frente a ella, la joven alzó la mirada y sonrió como si supiera que vendria.
- hola, ¿te acuerdas de mí? - pregunto - vine hace un tiempo y me regalaste esto - saco el collar de su bolsillo.
La joven sonrió asintiendo -¿Estas feliz ahora? - pregunto ella.
- ¿Que? - pregunto confundido
- ¿Eres feliz con tu nueva vida? -
Al ver a Leonardo confundido la joven hizo una seña para que la siguiera, Leo pensó que podría ser una trampa, pero estaba tan desesperado que la siguió.
Caminaron por una calle repleta de piedras, las casas eran muy antiguas, se detuvieron en una de ellas y entraron
El interior de la casa estaba repleto de objetos de barro y cosas antiguas. La joven entro a una habitación y Leo tuvo que esperar.
Minutos después, la joven lo hizo pasar a la habitación, se encontró a la anciana.
- hola, Leonardo - saludo la anciana
- ¿Cómo sabe mi nombre ? - pregunto a la defensiva
- eso no importa, se que por qué estás aquí -
- ¿enserio? Digo, ¿Que fue lo que pasó? No entiendo nada, - Leo extendió el collar a la anciana.
- en realidad no es tan complicado, pediste un deseo y fue concedido -
- No! No fue asi, yo no quería que esto pasará. Mi familia no existe, todos creen que estoy loco, la realidad cambio y....- dijo desesperado
- y viniste hasta aquí porque esto - alzó el collar - fue lo último que tocaste. - La anciana tomo la piedra, cerro los ojos y tomó aire,
- pon atención, voy a contarte el origen del diamante.
Leo la observaba muy atento, al fin conocería y entendería lo que ocurría. Le parecía tan irreal.
- hace muchos años, existió un Reino maya del rey Tzi, el tenia un hijo el príncipe Cun, su padre lo obligaba a contraer matrimonio con una de las hijas del rey vecino. Cun estaba enamorado de una joven plebeya, pero sabía que su padre no la aceptaria, el rey le recordaba a su hijo que por ser un príncipe debía unirse a una princesa.
Cun salia a encontrarse todas las noches con su amada. Sin saber que era vijilado por uno de los hombres de confianza del rey.
A los oidos del rey llegó la noticia del amorío de su hijo y la plebeya. Llamo a su hijo y ordenó inmediatamente terminar su relación con la joven. El príncipe se negaba a dejarla.
Poco después de la discusión de su padre salió de caza a la selva petenera. Encontrándose poco después una cabaña, se sentía atraído por ella, una hechicera. El príncipe vio una oportunidad de cambiar su destino, pidió a la hechicera crear un objeto que lo ayudará.
El príncipe regreso días después, la hechicera le mostró una piedra, al principio creyó que era una burla. Pero la hechicera le explicó que se trataba de la piedra de los deseos, "tres deseos pediras y la piedra perderás"
"Ten cuidado con lo que deseas, úsala con sabiduría o el deseo permanente sera. " - murmuró la hechicera.
El príncipe estaba tan desesperado por usarla que ignoro las advertencias de la hechicera. regreso a su reino, el rey tenia planeado desacerse de la joven enamorada. Ordeno ejecutar a las jóvenes del reino, el príncipe uso el primer deseo.
Al ver el poder de la piedra guardo los dos deseos restantes, su destino cambio. Se volvió ambicioso tomo el lugar de su padre, la joven que amaba estaba con él, pero su reino se desvaneció poco a poco. El pago por usar el primer deseo fue su reino, busco a la hechicera, pidiendo una explicación a lo que ocurria, el había olvidado las advertencias, trato de usar los dos deseos restantes pero la piedra había desaparecido.
Él cambio su destino, pero no debio hacerlo, él debio dejar que todo siguiera su curso y no alterarlo, al final su deseo por muy pequeño e insignificante que parezcio fue su perdición.
Finalizó la anciana, Leo la miro serio.
- no entiendo, entonces ¿no pudo hacer nada? - esto parecía tan irreal para él, las preguntas brotaban en su mente.
- no, como escuchaste el príncipe no pudo hacer nada, alteró las cosas y pago el precio, y tú estás pagando el tuyo -
- pero, no era.... No. -
-Escucha, la piedra solo concede tres deseos, el príncipe uso uno y tú otro, significa que solo queda uno -
- Bien, deseare que, todo vuelva a hacer como antes.. - sonrió Leo
- no es así de simple, no puedes usar un deseo para reparar otro, es una regla - la sonrisa de Leo fue apagándose - lo lamento.
- ¿cómo puedo solucionarlo? - pregunto más para él mismo
- solo te queda hacer que te recuerden, recuerda que lo deseaste Con tu corazón -
La anciana entrego el collar a Leo, no sabía qué hacer con el. Ahora que sabía que era de poca utilidad, tenia un deseo y no podia usarlo.
🥀
Hola cómo están?
Que tal esta quedando? Posiblemente solo tenga pocos capitulos.
Tengo una nueva historia Leorai, y no sé si subirla. No he actualizado las otras :v que opinan ?
Besos..
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