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Leo se había sentado en la mesa central, y Juan se había sentado en la punta con el fin de ser escuchado más fácil. Juan iba a dar un discurso nuevo en ese momento, similar a lo que hizo el día anterior, pero con las novedades que los grupos expedicionarios lograron traer a la colmena. Eran un total de cinco los que se formaron, y Juan usó el sistema de recompensa monetaria que añadió al grupo de supervivientes para motivar a los demás a salir en busca de alimentos. El sistema de recompensa monetaria era el fabricar un tipo de moneda para que cada uno se esmere en ayudar a los otros.

—Muy bien —llamó la atención Juan. Mientras que golpeaba una copa con un tenedor—, esto va para los grupos expedicionarios que salieron el día de hoy; un aplauso.

El salón entero comenzó a aplaudir tan fuerte que las paredes retumbaban, sin embargo, con tres golpes en la copa, Juan hizo callar nuevamente a la multitud.

—Bueno —Se tomó un tiempo para ordenar las ideas que tenía en su cabeza, y volvió en sí para comenzar a anunciar las novedades—; tenemos ya una solución a todo éste apocalipsis —dijo—, de primera, todas las arañas tienen una reina. La reina de esas arañas es la que las controla, y por ella siguen estando ahí. Si nos deshacemos de la reina, es muy probable que todo esto termine.

El salón aplaudió de una forma descontrolada, sin embargo, Juan volvió a golpear su copa para hacerlos silenciar.

—Todo fue por culpa de la política —se quejó—, el gobierno le dio lugar a laboratorios chinos para ganar dinero, y así ellos podrían construir un arma contra los Estados Unidos. —agregó.

Leo se encontraba al lado de Melanie, y a su otro lado se hallaba Norma, la abuela de los Pérez. Normalmente se solía olvidar de algunas cosas, y se le tenía que recordar para evitarlo.

—¡Muy bien! —dijo Juan—, por otro lado, encontramos cuatro generadores, dos en supermercados Coto, el tercero en un Jumbo y el cuarto en un restaurante gourmet.

En algún momento, Leo sabía, que iban a tener que racionar la comida, aunque falte mucho. Lo más importante era en ese momento saber si podían derrotar a la reina de alguna u otra forma.

—Ahora, sabemos que en el templo frente a nuestra cafetería se encuentran todo tipo de espadas —dijo Juan—, designaré al grupo de Leo para ir de expedición. Necesitamos armamento para éste caso. Si alguien quiere acompañarlos, pueden pedírselo.

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