여덟 개의 마음이 하나로 뭉쳤다 》IV

ATEEZ x ATEEZ

그대 입술로 내 이름을 불러줘
Say my name with your lips

Wooyoung iba de la mano de Mingi, ambos dando saltitos y tarareando una canción infantil a todo pulmón; San iba detrás, con las manos en los bolsillos y un puchero en sus lindos labios.

Hongjoong soltó una risilla al ver a ese trío y tocó el hombro de Seonghwa para señalarlos sutilmente. El mayor parpadeó confuso antes de prestar atención a lo que estaban haciendo.

―Niños, ¿por qué no dejan a Sannie saltar con ustedes? ―preguntó Seonghwa en voz alta, haciendo que tanto Mingi como Wooyoung dejaran de saltar y voltearan a verle.

Jongho, quien iba detrás de todos junto a Yeosang, rio bajito tras ver los rostros confundidos y un poco recelosos de sus hyungs más pequeños.

―Sannie castigado, él no salta ―respondió Wooyoung con voz aniñada, abultado los labios.

―¿Por qué está castigado? ―preguntó Hongjoong tratando de evitar una risa; San se veía cómicamente triste y los pequeños parecían estar realmente molestos con él.

Mingi infló sus mejillas como un pecesito y apuntó a San con el dedo.

―¡Dijo que yo peso, yo no peso! ―Mingi dio media vuelta y tiró de la mano de Wooyoung completamente aferrado a él―. Vamos, Wooyo.

San soltó un sonido de indignación y estiró sus brazos al cielo en hastío. ¡Él no lo decía en serio!

Yunho, quien caminaba junto a ambos mayores, rio bajito y soltó un suspiro. Todos retomaron la caminata hacia la playa; tenían el fin de semana libre, sólo para ellos, y habían alquilado una cabaña en un sector privado de la isla. Querían pasarla bien, siendo ellos mismos, lejos de todo el mundo, vivir su amor sin miedos por al menos esos dos días.

―Mingi quería que Sannie lo cargara en su espalda, y San dijo que no porque pesaba mucho ―resumió Yunho, señalando a Mingi y San con la mirada―. Y a Wooyoung sólo le gusta molestar a San.

―Entonces así fue. ―Seonghwa negó con la cabeza.

Los más pequeños corrieron hacia el agua cuando vieron el mar a la distancia, soltando risas estruendosas, fue entonces que Yunho y Jongho se unieron a ellos, todos dejando sus zapatos tirados donde se terminaba el césped.

―Estaban muy emocionados, ¿eh? ―murmuró Yeosang sin poder evitar que una sonrisa se instalara en su rostro, sujetándose del brazo de Hongjoong para no caminar solo.

San comenzó a juntar los zapatos de todos para que no quedasen olvidados y, aún con un lindo puchero en sus labios, volvió a bufar. Él quería correr y saltar sobre el agua con Wooyoung y Mingi, pero fue excluido como un perdedor.

―¿Qué pasa, mi amor? ―preguntó Seonghwa unos minutos después de haberse instalado en un sitio con rocas donde dejar sus cosas y sentarse, acariciando los cabellos de Hongjoong―, estás inusualmente callado.

Hongjoong, Seonghwa y Yeosang se habían sentado a descansar, viendo a sus lindos chicos jugar en el agua; no habían dicho demasiado desde que llegaron, sólo observando a los más pequeños jugar entre ellos.

Seonghwa notó el brillo en los ojos del menor, su sutil sonrisa dirigida a esas increíbles personas. El amor inmenso que sentía por ellos e incluso ese miedo a perderlo todo.

―¿Crees que estemos bien? ―preguntó Hongjoong, tardando en encontrar su propia voz―. Es decir, todo es tan perfecto que asusta.

Los tres vieron cómo finalmente San había sido llamado por Mingi y Wooyoung para correr de las pequeñas olas y lanzarse agua con las pistolas de juguete que habían llevado. Yunho y Jongho, por el contrario, estaban parados sobre una roca apuntando hacia el horizonte mientras hablaban.

Yeosang se recostó sobre el hombro de Seonghwa, frotando su cabeza con la ajena lentamente. La pregunta de Hongjoong le había tomado desprevenido y no sabía qué respondería Seonghwa.

―Claro que sí ―dijo Seonghwa como si fuera obvio, eso hizo que ambos le miraran―. Todos somos lo suficientemente maduros para hablar cuando las cosas se ponen feas. Podemos con esto ―susurró finalmente, dejando un besito en la sien de Hongjoong, quien se quejó en voz baja.

―A veces hyung no es tan maduro ―rio Yeosang, pellizcando la mejilla de Hongjoong.

―S... Suelta, suelta ―estiró los brazos tratando de tomar a Yeosang por la cara, ambos causando risas en Seonghwa, quien se interponía entre ellos.

Una media hora más tarde los chicos estaban de regreso, Mingi finalmente había sido cargado en la espalda por Yunho y balanceaba sus piesitos con felicidad.

Ingresaron a la casa, entre pequeños empujones, risas y griterío. Wooyoung saltó sobre la espalda de Hongjoong y este apenas pudo sujetarlo sin caerse, regañándolo por ello.

―Llévame ―cabalgó Wooyoung zarandeando los hombros de Hongjoong.

―¿Hah? ¿Qué soy, tu taxi? ―gruñó dando un saltito para que Wooyoung se bajara.

Wooyoung se aferró aún más fuerte y rio lamiendo la mejilla de Hongjoong, causando una mirada de asco en el más bajo.

―Eres mi caballo, ahora relincha o te daré con un látigo.

―¡Mejor una fusta! ―gritó Jongho quien era aplastado por Yeosang en el sofá―. ¡Amor, no puedo respirar!

그대 향기로 날 더 가득 채워줘
fill me more with your fragrance

Yunho miró con confusión a su más pequeño novio, quien estaba compitiendo con San y Mingi a quién se bebía ese líquido de extraña procedencia más rápido. Yeosang era el jurado.

―¿Qué pasa, dulzura? ―Seonghwa levantó con su dedo el mentón del menor.

―Es raro ver a Jongho haciendo cosas como esas ―señaló Yunho, apoyando la cabeza en el hombro de Seonghwa.

―Se está divirtiendo ―respondió sin más, soltando una risita.

Seonghwa no veía a Wooyoung cerca, pero estaba casi seguro de que en cualquier momento aparecería para molestarlo, en todo el día no lo había hecho y ya lo extrañaba.

―¿Dónde están Wooyoung y Hongjoong? ―preguntó Yeosang, acercándose a ellos, unos minutos después de que Jongho hubiera ganado ese juego.

―Me pregunto lo mismo ―apuntó Seonghwa, quien había estado preocupado por el menor.

Yunho estaba a punto de dar una opinión acerca de su paradero cuando algo llama la atención de todos en la sala.

―¡Ah! ¡M... Minkyaa! ―gritó San junto al sonoro estruendo de algo pesado impactar contra el suelo.

Seonghwa se levantó rápidamente, sintiendo una fuerte presión en el pecho y el miedo lo invadió de pies a cabeza; aunque las risas de San y Mingi no se hicieron esperar, haciendo que tanto Seonghwa como Yunho pudieran respirar en paz.

Jongho, con el ceño fruncido, buscó al par de bulliciosos. Yeosang se le unió.

―Ah, están debajo de las escaleras ―rio Yeosang, señalando ese oscuro rincón con la mano.

―¿Qué hacen ahí? ―inquirió Yunho apuntándolos con una linterna, se veían un poco aterradores en ese lugar―. ¿Y qué fue ese grito?

―¡Exacto! ―Seonghwa se llevó una mano al pecho―. Casi muero del susto.

Tan rápido como los más grandes dijeron esas palabras, Hongjoong bajó las escaleras rápidamente, con los ojos desorbitados, despeinado y a medio vestir. Parecía no haber tomado una bocanada de aire desde que oyó ese grito y pronto se pondría morado.

―¿Q... qué pasó? ¡¿Están todos bien?! ―exclamó Hongjoong con la voz quebrada y angustiada, mirando a todos en búsqueda de algún herido.

Mingi, sentado sobre las caderas de San, sonrió y alzó los hombros en un gesto despreocupado. San sobaba su propia espalda con la mano mientras trataba de no reírse de la situación.

―Si nadie está herido, ¿podemos volver a subir? ―Wooyoung murmuró con aburrimiento, sólo vestía una gran camiseta blanca y movía sus pies inquieto.

Yeosang miró a Wooyoung con la ceja alzada.

―¿Qué pasó, par de idiotas? ―inquirió Jongho con rudeza fingida, aunque luego se echó para atrás cuando Mingi le dio una mirada seria.

San alzó las manos en señal de que hablaría y todos debían oírle.

―Minkya saltó sobre mí, pero no pude atraparlo y caí sobre estas cajas ―dijo apuntando la situación―. Pero no duele, no se preocupen, es puro espamento.

Estaba oscuro y San ni siquiera vio venir a su novio, por lo que no pudo atraparlo y ambos cayeron al suelo, aunque San se golpeó con algunas cajas. El grito fue más bien el susto que le causó Mingi que el dolor de la caída.

―Ven aquí, te revisaré ―dijo Hongjoong seriamente, caminando hasta la sala.

―No es necesario, hyung ―San trató de negarse.

―Que vengas aquí. ―Con una voz aún más autoritaria, Hongjoong señaló a sus miembros y a San con la cabeza―. Tráiganlo.

Todos sintieron sus cuerpos temblar y rápidamente acataron la orden. Mingi ayudó a San a levantarse y, con ayuda de Yeosang, lo condujeron hacia la sala, sentándolo cuidadosamente al lado de Hongjoong.

―¿Qué dijimos sobre jugar así? Tienen que tener cuidado ―Hongjoong continuó regañándoles, su mirada se mantenía preocupada mientras levantaba la camiseta de San en búsqueda de hematomas visibles―. ¿Te duele? ―tocó la zona golpeada.

San negó con la cabeza.

―E... Es en serio, hyung, no te preocupes ―dijo San con una voz pacífica; se dio media vuelta y tomó las manos de Hongjoong que temblaban sutilmente―. Ni siquiera me duele ya, lo prometo.

Hongjoong suspiró y asintió, dejó caer su cabeza sobre el hombro de San y tomó una gran bocanada de aire. San rodeó su pequeño cuerpo en un dulce abrazo; todos en la sala sonrieron enternecidos.

Mingi se acercó a ellos y apoyó su cabeza en el regazo de Hongjoong luego de haberse arrodillado en el suelo.

―Lo siento mucho, hyung ―lloriqueó al borde de las lágrimas―, fue mi culpa.

Hongjoong suavizó su expresión, llevando su mano al cabello de Mingi para acariciarlo con cariño.

―Ya está, mi amor, ya está.

Jongho se estiró despertando lentamente, se dio cuenta instantáneamente de que estaba fuera de las mantas, su espalda incluso dolía por haber dormido mal. Se sentó y miró a su alrededor, todavía a dormilado. Sus ojos estaban hinchados y su cabello muy enredado, ni siquiera quería intentar peinarlo con sus manos.

―Hey... ―murmuró Jongho viendo a Yeosang parpadear por un segundo antes de darse la vuelta y seguir durmiendo.

Jongho gateó hasta el mayor y se subió sobre su cuerpo, abrazándolo como si se aferrara a un enorme felpudo.

―Jongho, cariño ―se quejó Yeosang, poniendo la mano sobre la espalda de su osito, quien lo atacó sin más―. Vas a despertar a los demás, quédate quieto.

Jongho balbuceó un par de palabras que Yeosang no pudo entender y volvió a dormirse. Yeosang rio por la nariz, ahora estaba atrapado bajo un osito gruñón.

Yeosang se estiró cuanto pudo para tomar su teléfono, viendo en él que apenas eran las ocho de la mañana. Debían comenzar a levantarse si querían aprovechar el día.

Todos estaban durmiendo en el suelo de la sala, como solían hacer cuando querían dormir los ocho juntos. Aunque a veces era difícil, se empeñaban en hacer que todos pudieran caber. Yeosang suspiró una vez más, completamente cálido bajo el cuerpo del menor.

―Qué cosita gruñona más hermosa eres ―Yeosang arrugó la nariz antes de repartir besitos sobre la frente y la cabeza de Jongho―. Se me va a entumecer el cuerpo, amor...

Hongjoong, a su lado, se removió y trató de abrazarlo, sin embargo, se encontró con una masa que lo impedía y abrió los ojos, sorprendido.

―Se pone cariñoso en la mañana ―bromeó Hongjoong dejando salir un bostezo.

Tras ver la hora, Hongjoong se levantó y, dándole una última mirada a sus siete lindos muchachos, ingresó a la cocina y comenzó a preparar el desayuno. Desde el día anterior sentía un suave apretón en el pecho, una ligera angustia que provocaba querer echararse a llorar.

Sin embargo, sabía que debía confiar, que Seonghwa tenía razón y que podrían salir de cualquier situación si hablaban como adultos.

Una vez que terminó de preparar el desayuno, ya se hacían las nueve menos cuarto, así que fue a despertar a todos.

―Pondré ROCKY, sí, eso haré ―murmuró Hongjoong para sí mismo antes de ponerle play al reproductor―. ¡Arriba todo el mundo! ―exclamó quitando la manta enorme que los cubría.

―Déjame dormir un ratito más... ―se quejó Wooyoung, aferrándose a la cintura de Mingi.

Yunho se sentó rascando su cabeza y Seonghwa bostezó mientras se estiraba como un gatito. Habían sido despojados de la manta, por lo que un frío repentino les hizo temblar.

―Les hice el desayuno ―dijo Hongjoong abriendo las cortinas para que entrase el sol y pudiera iluminar la sala―. Levántense, antes del almuerzo iremos al mirador...

Mingi y Yunho se levantaron primero, dejando cada uno un besito en la mejilla de Hongjoong antes de dirigirse al baño para cepillarse. Le siguieron Seonghwa y Wooyoung, quienes se empujaban el uno al otro a modo de broma.

―Sannie, ayúdame. ―Yeosang tomó a San del brazo para que le ayudara a despertar al menor.

Jongho se aferró al torso de Yeosang y bufó incontables veces mientras San trataba de hacer que lo soltara.

―Osito, hay que levantarse ya...

―No quiero soltar a Yeo, quiero quedarme con Yeo... ―gruñó Jongho.

Y aunque Jongho podía concentrar todo su peso y así evitar ser alzado, cedió cuando Yeosang comenzó a levantarse; aunque fue cargado hasta el baño y, sin dejar de sostenerse de él, los dos pudieron alistarse.

Les esperaba un largo y hermoso día.

08102021

Se acerca el cumpleaños de Jongho aaaa

Oigan, esta serie no es la misma que el otro ateez x ateez (party time) ok? son mundos diferentes,, digo por si está la duda

Amo a Hongjoong preocupado por todos basta 🤭🤭 iba a hacer que se lastimaran feo pero me dio cosita, mejor lo dejo para después jajaj

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top