#Seonghwa'sBDAY

JONGHWA

en donde jongho siente curiosidad por el casanova de la universidad

Pese a las incontables veces en las que todo el mundo le había dicho a Jongho que salir con Park estaba mal, que sería un dolor en el trasero, que saldría lastimado, él no se detuvo. Había sido sumamente difícil hacer que el mayor confiara en él en primer lugar, que le dejara ver a través de sus ojos.

Seonghwa jamás había salido con alguien por más de dos o tres semanas. Todo el mundo en la universidad sabía que sólo usaba a sus amantes y luego los botaba como si no fueran nada. Estas personas casi siempre hablaban mal del chico, algunas veces se callaban, otras veces eran un duro jurado castigando a un inocente.

Jongho no lo pudo ver enseguida, al principio creyó que Seonghwa era un gran reto. Estaba aburrido, y quería saber qué era verosímil en las decenas de rumores que se esparcían de él. Luego, simplemente quiso que el mayor se sentara en su falda y llorara en su hombro.

Seonghwa era guapo, tenía un estilo fashionista y una buena actitud pese a lucir despreocupado, pero el único que no sabía eso era el propio Seonghwa.

La primera vez que Jongho logró sacarle unas palabras, el mayor había bebido doce latas de cerveza y algo de soju. Estaba sentado al borde de su cama cuando Jongho llegó. Al hacer sus primeras preguntas, Seonghwa le miró como si acabara de encontrar algo que siempre había buscado.

―¿Por qué bebiste tanto?

―¿Por qué estás aquí? ―preguntó él con mucha dificultad, alzando una ceja mientras limpiaba con torpeza sus lágrimas.

―Yo pregunté primero ―contraatacó el menor, sintiéndose terrible porque el mayor fuera sólo un pequeño experimento.

―Quería olvidar un poco ―dijo entonces, evitando la mirada de Jongho―. Olvidar cómo luzco, cómo soy... ¿De qué color es mi cabello? ―preguntó riendo con amargura.

―¿Por qué querrías hacer eso? Siempre luces increíble.

―No lo creo ―Seonghwa hizo ojos bizcos, viendo su flequillo tapar la mitad de su cara―. Sabes porqué uso este peinado, ¿verdad? Siempre me miras y ya no sé cómo esconderme de ti; si me peino de esta manera, me veo menos.

―A mí me gusta tu rostro, por eso te veo ―contestó Choi sinceramente, bajando el tono de su voz―. Eres muy atractivo. Así que no sé porqué te escondes.

―No me siento lindo ―murmuró Seonghwa, riendo después―. Eso sonó infantil. Soy así de patético cuando no trato de lucir fuerte.

Jongho se detuvo un momento para apreciar el rostro ajeno, apartando el flequillo del mayor con sus dedos sin quejas de este. Seonghwa se veía roto, como aquel jarrón que había tirado una vez y escondido debajo de un mueble para que su madre no lo viera. Se veía tan roto como algo difícil de romper, pero que a fin de cuentas, se quebraba de todas formas porque alguien se había empecinado en hacerlo.

Unas lágrimas gruesas se acumularon en los ojos de Seonghwa, retenidas ahí sin atreverse a soltarse nuevamente. Dio un largo suspiro, tragándose el llanto.

―Ya te han dicho lo que pasa si sales conmigo, ¿por qué te empeñas en quedarte? No soy bueno para ti ―dijo adormecido, acercando su mano a la mejilla de Jongho, sin atreverse a acariciar―, ni para nadie ―terminó, apartándose como quien no quiere.

Jongho no tuvo el valor de responder porqué estaba ahí; no quería decirle que era curiosidad nata, no quería decirle que esperaba que todas las cosas que se decían de él fueran mentiras.

Un tiempo después de aquella charla, de la que supo que Seonghwa no recordaba, ambos seguían juntos. Jongho miraba a los demás con aires de suficiencia, mostrándoles que Seonghwa seguía con él paseándose por la universidad de la mano.

Luchaba todos los días con las negativas del mayor, quedándose cuando este le pedía que se fuera, abrazándole cuando le pedía que se apartara, hablándole cuando le pedía que se callara. Escuchando.

Jongho jamás había tenido tanta determinación. Sentía que podía ser capaz de reparar a Seonghwa.

Sin embargo, todo cayó sobre él sin advertencias.

―¿Por qué lo hiciste? ―preguntó, ni siquiera sabía porqué estaba llorando.

La mano picaba y podía ver el rojo fuerte en la mejilla de Seonghwa.

―Porque no te quiero en mi vida, Jongho ―murmuró en su típico tono suave, llevando su mano a su cabeza.

Jongho atrapó su diestra con la mano izquierda, acariciándola para menguar la picazón que el golpe le había causado. Reaccionó sin pensar, golpeó tan fuerte al mayor que su cabeza golpeó la pared.

Jongho se fue, dándole una rápida mirada al chico que antes estaba besando al que era su novio. Si hubiera volteado, habría visto la verdad en los ojos perdidos del chico al que amaba sin saber.

―Todos creíamos que durarían menos ―dijo el chico bajito que seguía recargado en la pared, preguntándose porqué había sido besado de repente en medio del pasillo.

―Él merece a alguien mejor ―dijo Seonghwa, pasando la mano nuevamente por el golpe en su cabeza, notando ahora la sangre―. No tiene que lidiar conmigo, es un buen chico.

―¿Por qué me besaste?

―Porque si se lo pido, no se irá.

―¿Y por qué sigues mirando esa puerta, esperando a que él regrese?

―Quizás porque fue el único que hizo que me cortara en flequillo ―respondió, riendo bajito mientras se secaba las lágrimas, que sólo notó cuando las sintió en su boca.

El chico le miró por un largo rato, sin comprender de qué estaba hablando.

Tal vez Jongho había hecho que Seonghwa ya no le temiera a su reflejo, pero habían más demonios ocultos bajo su piel que el menor no debía descubrir, demonios con los cuales no tenía porqué lidiar.

Unas semanas después de que la pareja rompiera, Choi atrapó a Park en el elevador, imposibilitando la salida del más alto.

El chico llamado Kim, con el que había visto a Seonghwa, le había dicho que tenía que aclarar unas cosas con él. Jongho no quería saber nada, después de no haber visto al mayor en dos semanas, quizás no sentiría nada al reencontrarse en la universidad.

Estaba muy equivocado. Sintió su corazón caer a sus propios pies mientras veía que todos sus esfuerzos se iban a la basura.

―Te dejaste crecer el pelo otra vez ―dijo Jongho, en un tono contrariado.

Jongho no podía ver los ojos ajenos debido al cabello de este. Seonghwa se estaba ocultando otra vez. Después de lo que había costado hacer que ese flequillo desapareciera.

El más alto bajó la mirada.

―No tengo derecho... a que me mires.

Seonghwa no había salido con nadie desde entonces. Él siempre aceptaba salir con las personas que se confesaban, pero las había rechazado a todas y eso confundía muchísimo a Jongho en ese momento, donde el mayor decía nuevamente aquellas palabras tan pesimistas.

"Siempre esperan más, y cuando ven que no soy suficiente, me dejan." Había expresado una vez, cuando Jongho preguntó porqué había aceptado salir con él. "Pero tú no tenías expectativas de mí, por eso duramos tanto..." dijo aquella vez, sonriendo como un niño que ve algo fascinante. "Sin embargo, cuando te des cuenta de que no valgo nada..." había cambiado su expresión a una triste, que trató de disimular.

Jongho quería arrancar su propia yugular, porque había entendido, después de tantas semanas, el porqué de su llanto al sentirse engañado. Estaba enamorado.

―Déjame mirarte, y apreciar el hermoso hombre que eres ―pidió Jongho, quizás demasiado atrevido de su parte al acercar sus manos y apartar con cuidado aquel largo flequillo―. No vuelvas a apartarme, porque te amo y no lo soportaré.

Jongho no se sentía el ser más honesto de todos después de haberse acercando al chico con mentiras, fingiendo que le gustaba solo para descubrir quién era en verdad. Sin embargo, mientras el mayor alzaba la mirada, llorosa y tan rota como antes, Jongho pudo saber que su corazón sí era honesto al latir tan fuerte sólo por esas pequeñas galaxias en sus ojos.

Seonghwa se derrumbó en sus brazos, pidiendo a gritos silenciosos que alguien viera más de lo que él era por fuera, que alguien por fin le amara.

Jamás habían hecho el amor, pese a haber salido por seis largos meses, sin embargo, ahora, en un auge de reconciliación, Jongho descubría lo inexperto y tímido que era Seonghwa en ese ámbito. Jongho repartió besos por su pecho y sus brazos, murmurando palabras dulces que ni siquiera él sabía que podía decir en voz alta, amando a gritos el cuerpo delgado que su dueño tanto odiaba; perdiéndose entre sus piernas, amando sus espacios y venerando sus rincones.

Seonghwa seguía lloroso, escuchando cada palabra por primera vez. Sintiéndose amado por primera vez, sintiendo el aliento cálido en su cuello mientras era amado con tanta pasión.

Vie., 3 de abril 2020

Bueno en realidad acá en Argentina es 4 hace una hora ya pero en otroS PAÍSES NO.

Tuve problemas con el teclado así que recién ahora lo publico, les di jonghwa porque se quedaron con las ganas en el de yunhosbday

Este os me hizo llorar mientras lo escribía porque, bueno, todos sabemos lo que Seonghwa tuvo que pasar con respecto a su autoestima...

Él es una persona hermosa y le deseamos un muy feliz cumpleaños por segunda vez en este precioso libro♥️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top