#HBDJONGHO ⟩⟩ II

HONG JONG ―――――― Jongho está en cinta, y Hongjoong se ha transformado en un gato.

Jongho amaneció esa mañana recostado sobre el pecho de Wooyoung, babeando su camiseta mientras lo aplastaba contra la pared junto a la cama. Había apresado a su mejor amigo y se había negado a dejarle ir y Wooyoung no se hizo el difícil; cuando finalmente se fue y Jongho quedó solo nuevamente, las ganas de llorar le invadieron.

Mgh... ―Jongho se removió inquieto y se levantó del sillón, ya pasaban de las cinco de la tarde―. ¿Qué pasa, Garfi? ―preguntó viendo que el gato miraba hacia otro lado y no le prestaba atención.

Según los análisis que el doctor Choi le había hecho, no había nada malo con Garfio, porque sólo se trataba de agitación. Jongho se sintió más tranquilo, pero aún se preguntaba porqué el gato se había apartado de él de nuevo; ya se había acostumbrado a recibir masajes en su vientre con esas suaves patitas y ronroneos en su cuello.

Desde la noche anterior que Garfio se había ido a su camita en el suelo y no le había dirigido la mirada.

Jongho no podía negar que aquello le ponía triste, pero tampoco sabía cómo llamar la atención del gatito y volver a recibir sus mimos. Se había acostumbrado rápidamente a las caricias con su cabecita que le daba a la panza o cuando ponía sus patitas en su rostro y le miraba fijamente con esos ojos saltones.

―Garfi... ¿vas a dejarme tú también? ―preguntó Jongho en un murmullo, dejando salir un suspiro, estaba agotado mentalmente y le preguntaba a un gato si sería abandonado por él también.

Hongjoong alzó la mirada y estuvo tentado a caminar hasta Jongho y apretarse contra su cuerpo en el sofá, pero seguía algo molesto. Los planes de Hongjoong se habían ido al demonio con esta noticia y no sabía qué hacer, aunque amaba con todo su corazón a su esposo, la molestia no le dejaba pensar.

―¿Crees que Hongjoong vuelva pronto? ―Jongho le preguntó mirando hacia el techo―. ¿Qué haré si no lo hace?

Hongjoong volvió a prestarle atención y finalmente se incorporó en sus cuatro patas y caminó tímidamente hacia el sofá, subió sus dos patas primero y se impulsó hasta colocarse sobre Jongho.

"No me iría... no te dejaría incluso si..." dijo Hongjoong apoyando su cabeza en el pecho de Jongho, dejando ir un suspiro. Su esposo comenzó a acariciarlo y entonces Hongjoong vio una linda sonrisa; sus pequeños dientes se asomaron y Hongjoong sonrió en su interior. "Qué osito más lindo" pensó con tristeza.

Hongjoong quería perdonarlo, perdonarse. Dejar toda esa mierda de lado y solo quedarse con su esposo. Hongjoong ya no quería estar así, quería hablar con Jongho y decirle que lo amaba. Había pensado en ello toda la noche.

Las lágrimas empaparon las mejillas de Jongho y Hongjoong se recostó a un lado de su cuello, lamiendo las lágrimas de su esposo. Los sollozos invadieron la habitación y Hongjoong fue tomado en brazos de Jongho para luego ser abrazado con cariño.

"No llores, por favor... todo estará bien, amor"

Ni Jongho ni Hongjoong eran buenos expresándose, casi nunca podían demostrarle al otro cuán enamorados estaban, pero precisamente por ello ambos se entendían tan bien. Y en este momento donde Hongjoong no podía decir nada, solo le quedaba quedare a su lado y esperar a que todo volviese a la normalidad.

Cuando Jongho se comportaba como un niño y hablaba como un bebé, Hongjoong quería empujarlo lejos, pero también quería apretar sus mejillas y morderlas.

―De nada sirve quedarse a llorar aquí... Debo salir a buscarlo ―dijo Jongho levantándose del sillon y dejando al gato en el suelo, mientras se secaba las lágrimas.

Hongjoong miró alarmado cómo su esposo buscaba ropa para cambiarse y luego observó hacia la ventana, oscurecería en cualquier momento; no podía dejar que saliera.

Corriendo detrás de él, Hongjoong clavó las garras en sus zapatillas y rodeó con su cuerpo las piernas ajenas. Jongho jadeó confundido y tomó al gato entre sus brazos.

―¿Qué pasa, Garfi? ¿Quieres venir conmigo? ―preguntó Jongho alzándolo nuevamente―. Vamos entonces.

Hongjoong gruñó, pero no pudo hacer mucho, no quería rasguñarlo así que sólo se dejó llevar. Era mejor si lo acompañaba aunque no estaba muy feliz.

La preocupación por el hecho de que algo le sucediera al menor no le dejaría tranquilo.

Hongjoong suspiró siendo llevado en brazos hasta el elevador por un inquieto y cantarín Jongho. El menor estaba tratando de no perder la cabeza, el estrés por la huida de Hongjoong estaba matándolo.

"No tienes que salir a buscarme, estoy aquí... Siempre he estado aquí". Hongjoong se recostó sobre el pecho de Jongho cuando este subió al automóvil en el aparcamiento de su casa.

―¿Dónde deberíamos ir primero? ―Jongho puso ambas manos al volante, pero la duda invadió su rostro―. Los viernes Hongjoong suele ir al bar de la avenida luego del trabajo con sus compañeros.

Hongjoong sólo se apoyó en sus patas delanteras y cerró los ojos.

(...)

Estaba oscuro, eran cerca de las nueve y media de la noche y no había podido encontrar a Hongjoong por ningún lado; llamó a su celular varias veces, pero como en las últimas cuarenta y ocho horas, Jongho no tuvo resultados favorables.

Las lágrimas empapaban su rostro y sollozaba en voz baja mientras daba vueltas por la ciudad, viendo las calles como si buscara a un gatito perdido y no a su esposo. Había tenido que parar varias veces para respirar y tranquilizarse.

―Ya no puedo más con esta angustia ―murmuró Jongho bajándose del auto, Hongjoong intentó seguirle, pero Jongho cerró la puerta antes de que pudiera seguirle.

Con preocupación, Hongjoong vio a su esposo apoyarse en una pared mientras estiraba lentamente sus piernas y sostenía su vientre con las manos; Jongho se veía cansado y angustiado. No dejaba de suspirar y llorar.

"Amor... Vuelve aquí, vámonos a casa" Hongjoong apoyó la pata sobre el vidrio y miró con tristeza a su esposo, estaba preocupado por él; la calle estaba muy oscura no había ni un alma rondando por ahí.

Para tranquilidad de Hongjoong, Jongho volvió al automóvil mientras atendía una llamada. La expresión en el rostro de Jongho fue de sorpresa a miedo y se apresuró a tomar el volante.

La respiración de Hongjoong se detuvo cuando oyó las palabras desesperadas de su esposo.

―Es... es Hongjoong ―dijo Jongho con una mueca de preocupación, manejando rumbo al hospital.

Jongho escondió al gato dentro de su bolso y corrió hacia el hospital luego de aparcar, dirigiéndose hacia la recepción para preguntar por su esposo quien había estado internado desde el día anterior, pero no habían podido contactarle.

Hongjoong había, aparentemente, caído en un coma etílico debido a la cantidad desmesurada de alcohol que había bebido. Jongho estaba al borde de una crisis por la preocupación, cuando ingresó a la habitación de su esposo y le vio pálido en la cama. Hongjoong estaba conectado a un suero y a un respirador.

El gato se asomó por la abertura de la cartera que Jongho había dejado para que pudiera respirar y vio con pánico y sorpress, su propio cuerpo sobre esa cama.

―A... amor... ―murmuró Jongho tomando la mano de su esposo―. ¿Por qué lo hiciste? ―inquirió en un hilo de voz, pasó su brazo por su rostro limpiando las lágrimas y mocos―. No tenías que hacer esto...

Hongjoong estaba en shock, sin poder procesar lo que estaba viendo. El cuerpo en la cama yacía inconsciente, sin dar una señal de querer despertar.

Jongho lloriqueó con angustia y apretó la mano de Hongjoong.

―Voy a darte el divorcio, ¿sí? No tienes que criar a estos niños, puedo hacerlo yo solo ―dijo Jongho lleno de desesperación, llevó su mano temblorosa al rostro de Hongjoong y acarició sus mejillas―. Si tanto odias la idea... Te dejaré tranquilo, pero por favor despiértate...

La voz de Jongho se quebró y no pudo decir nada más, tuvo que tomar una gran bocanada de aire para poder continuar.

Hongjoong maulló con tristeza, sintiendo que esas palabras se clavaban en lo más profundo de su pecho. Quiso gritar, pero nada más que un quedo maullido pudo soltar. Él no quería nada de eso.

"No, no, no, casarme contigo fue lo único bueno en mi vida, fue lo único que hice bien".

―Te dejaré tranquilo, lo... lo prometo ―rogó Jongho besando la mano de Hongjoong―. Por mi culpa estás así, y lo siento mucho, no debí mentirte... Hice todo mal, pero por favor, no te vayas...

"¡No me prometas algo así! Basta..."

El estado de Hongjoong era grave, pero Jongho quería confiar en que estaría bien, que pronto despertaría y si bien no estaría a su lado, Jongho sabría que él estaría bien. Sin embargo, el pronóstico de los doctores no era muy alentador.

Hongjoong negó varias veces con la cabeza y sus grandes ojos se humedecieron; recordaba vagamente haber salido a beber esa noche, claro que nunca se dio cuenta de que debía parar. La molestia era más fuerte que la razón.

"No me dejes, Jongho, por favor... No digas esas cosas. Lo siento, lo siento" Hongjoong rogó desesperadamente cuando vio que Jongho soltó su mano y volvió a tomar la cartera. "No te vayas, quédate conmigo, por favor".

Esas súplicas silenciosas no hicieron que Jongho se detuviera.

(...)

Lloraba silenciosamente, limpiando su rostro con las manos constantemente. Su esposo probablemente moriría.

Jongho jadeó, se retorció haciendo una mueca adolorida y cayó sobre sus rodillas, apretando su estómago; Hongjoong abrió sus ojos con sorpresa y luchó para salir de la cartera.

"¡Jongho! ¡¿Qué pasa, amor?! ¿Qué sucede?" Hongjoong saltó alrededor de su esposo, desesperadamente.

Jongho se desplomó en el suelo del aparcamiento del hospital y, desesperadamente, Hongjoong buscó la manera de despertarle, de moverle. Apoyó sus patitas en su pecho, pero no hubo reacción en el menor.

"¡Amor! ¡Amor, despierta!" Maulló Hongjoong con desesperación, masajeó el vientre de Jongho, tratando de aliviar ese dolor. "Bebés, mis bebés no le hagan esto a papi, por favor" Hongjoong comenzó a llorar y corrió por todo el aparcamiento buscando a alguien que le ayudara, pero nadie iba por allí.

Volvió hacia Jongho y golpeó sus mejillas tratando de que despertara.

"No me dejes así, no hagas esto". Las súplicas del pequeño gato de ojos saltones se oyeron como fuertes maullidos de dolor. Estaba preocupado por sus bebés y, por supuesto, por su esposo quien parecía haber aguantado mucho tiempo esos fuertes dolores. Sin embargo, ahora había sucumbido.

Era demasiado, todo lo que estaba pasando.

"No tengo idea de qué fue lo que pasó, no sé quién o qué me hizo esto... pero por favor, no te lleves a mi esposo, no te lleves a mis bebés" rogó hacia nadie en específico, pero estaba sumamente convencido de que alguien, quien fuera, le estaba escuchando. Su desesperación aumentó cuando vio la sangre en el suelo emanando de Jongho. "Llevame a mí si quieres, ¡pero no a ellos! Maldición, ¡basta ya...!"

Hongjoong lloró amargamente. La carita preciosa, pero cansada, de su esposo en esa condición provocaba en él un fuerte sentimiento de pánico. Quería besarle y pedirle disculpas, abrazarle y rogar por su perdón.

"No sabes cuánto lo siento, amor mío".

Hongjoong parpadeó y todo se oscureció.

Hongjoong despertó asustado, de súbito, respirando de manera cortada, con lágrimas bajando por sus mejillas y el sudor empapando su cuerpo entero. Miró hacia todas direcciones buscando a su esposo y la felicidad al hallarlo a su lado fue tal que soltó una risa acompañada de llanto.

Jongho se removió a su lado y se acurrucó junto a él, quejándose en voz baja al notar que Hongjoong se había sentado en la cama.

―Amor, tengo sueño todavía ―se quejó Jongho haciendo pucheros.

Hongjoong tomó a su esposo por los hombros y besó sus abultados labios varias veces antes de abrazarle y fundirse contra él.

―Jongho, Jongho, amor ―susurró Hongjoong frotando su mejilla con la ajena―. Amor, no sabes cuánto, cuánto, cuánto te amo.

Jongho soltó una risita sin abrir sus preciosos ojos y Hongjoong río también, contagiado por su felicidad.

―¿Por qué tan cariñoso, eh? ―Jongho se removió y lentamente abrió sus ojos.

Las brillantes iris castañas se fijaron en Hongjoong y Hongjoong pudo asegurar una vez más que había caído enamorado. Sonrió antes de acercarse a él y besarle los párpados, continuó con sus mejillas, sus labios, su frente, cuello y hombros; destapó a su esposo y continuó repartiendo besos en el cuerpo de Jongho, cuando llegó a su vientre, lo tocó suavemente y apoyó su oreja en ese ombligo saltón antes de besarlo.

Jongho le miraba con una ceja alzada y una gran sonrisa de auténtica felicidad.

―Tenemos un nombre, nos falta el otro ―dijo Hongjoong en un susurro, mirando a su esposo a la vez que apoyaba el mentón suavemente en su vientre―. Gemelos Kim Hakmin y... Kim ¿Hakyeon? ¿Te gusta ese? No me termina de convencer, pero es bastante lindo, ¿tú qué dices, cielo?

Hongjoong había hablado tan rápido que Jongho tardó varios segundos en comprender, abrió su boca sorprendido y se sentó en la cama.

―¿Cómo... sabes? ¿Qué...? ―El pánico en su voz fue notorio aunque hablara bajo.

Hongjoong se sentó también y se encogió de hombros.

―Yo los hice, tenía que saber ―Hongjoong se excusó fingiendo molestia y luego soltó una risita.

Jongho boqueó antes de asentir lentamente con la cabeza.

―Sí... Sí, claro ―Jongho aún estaba algo confundido, sin embargo, su esposo le transmitía absoluta paz―, me gusta Hakyeon.

Hongjoong volvió a recostarse en la cama y atrajo a su esposo a sus brazos, llevando su mano a su vientre para comenzar a acariciarlo con cariño. Hongjoong cerró los ojos y suspiró con tranquilidad. Todo estaba bien.

Garfio miró a sus ruidosos dueños con curiosidad y luego volvió a apoyar su cabeza sobre sus patas. El enano tonto y el oso gruñón estaban bien otra vez.

16102021

jongho no se acuerda de nada porque según él nunca pasó ahshwhhw

la vida le da segundas oportunidades, pero yo no soy la vida ahre casi casi hago que todo se vaya a la chucha upsi

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