#HappyWooyoungDay
SANWOO
en donde wooyoung tiene el corazón roto
y san quiere repararlo
Wooyoung limpió el último rastro de lágrimas de su rostro y se incorporó en la cama, su cuerpo entero dolía pero no más que su pecho. A su lado estaba su mejor amigo, dormido hacia sólo unos minutos por pasar la noche cuidándolo.
Jung bufó despacio, sintiéndose culpable por eso; San tenía que trabajar y él había invadido su casa con llanto y desesperación. Aunque Choi había hecho todo lo posible para que Wooyoung se sintiera mejor, eso sólo ponía más triste al menor.
¿Por qué lo cuidaba tanto siendo que sólo era una molestia?
―Sigue durmiendo, Woo ―murmuró San con voz ronca, abrazándolo por la cintura―. No te preocupes por mí, me tomaré el día.
―No puedo dormir, Sannie ―susurró, recostándose para quedar cara a cara con el mayor―. Sólo sigo pensando en lo mismo, una y otra vez...
Wooyoung soltó un sollozo bajito, haciendo que San abriera los ojos nuevamente. Las pupilas del mayor estaban dilatadas abarcando casi toda la extensión de su iris, pero Wooyoung no pudo notar aquello.
―Ese tipo era un estúpido ―murmuró Choi, con algo de malestar, acariciando el borde de las mejillas abultadas―. Mira que dejar plantado en el altar al chico más guapo en todo el mundo, él se lleva el premio al más idiota de todos los idiotas.
Wooyoung dejó escapar una risita ahogada, mientras más lágrimas se escapaban de sus ojitos rojos e irritados.
―Pero amaba a ese estúpido, Sannie, ¿ahora qué haré?
San fingió pensar muy bien su respuesta, cuando en realidad ya había tomado la decisión en el momento en que Wooyoung tocó su puerta.
―Vive aquí conmigo, al menos hasta que puedas tener otro sitio.
―Eso es muy lindo de tu parte ―contestó Wooyoung, posando la mano sobre la que acariciaba su mejilla al mismo tiempo que trataba de dejar de llorar―, pero no me refería a eso. Ya tengo veintiséis años, ¿a qué edad me casaré, a los treinta? ¿y si no consigo a alguien que me ame? ¿cuándo voy a tener niños? Estaré viejo y arrugado...
San soltó risillas ante lo que acababa de oír, recibiendo a cambio un par de golpes sin fuerza en las costillas, pero más risitas de Wooyoung que le apretaron el pecho.
―Siempre has tenido a alguien que te ama... justo enfrente de ti...
La dulzura en sus palabras confundió a Wooyoung al punto en que su mente quedó en blanco. Sus gruesos labios temblaban, sintiendo el aliento de San a centímetros de ellos, dejando sin querer que un jadeo lastimero se escapara de sus labios justo antes de apartarse evitando así el beso que San quería darle.
El silencio los manchó. La fuerte respiración de Wooyoung y la intranquilidad en San, como una fuerte tensión en el aire. De repente los colores no eran los mismos y los gustos tampoco, en el instante en que San estaba por disculparse, fue atacado por los labios temblorosos y suaves del menor.
Wooyoung dejó el desayuno enfrente de San y sonrió antes de sentarse junto a él. Habían estado viviendo juntos cerca de tres meses, y en todo ese tiempo Wooyoung no se había tomado las molestias de buscar otro lugar realmente. No quería marcharse tan pronto, pero no se lo hizo saber a San.
No habían hablado de la confesión de San aquella madrugada, no habían hablado del ex novio de Wooyoung tampoco. Todo había quedado en segundo plano y sólo importaba el instante en que sus labios se juntaban y sus pieles se tocaban ―además del tiempo que pasaban fuera de la cama.
Ese día en particular, Wooyoung y San irían a un centro comercial a por un par de cositas que el mayor necesitaba para su estudio.
San le colocó un par de audífonos con suaves orejitas de conejo y rio ante lo lindo que se veía su chico.
―Te tomaré una foto, sonríe, Woo ―dijo San con voz aniñada, apuntándole con el celular―. Ahh, Woo es tan lindo...
Wooyoung dejó todo en su lugar tratando de no mirar hacia San y demostrar lo rojo que lo habían puesto esas simples palabras, de esa manera, no pudo ver que la sonrisa de San desapareció completamente al ver al nuevo cliente ingresar a la tienda.
Con algo de incomodidad por parte de San, ambos terminaron saliendo de allí, Wooyoung estaba un poco confundido por ello, pero siguió al mayor hasta una sucursal de helados.
―¿Por qué esa carita, Sannie? ―preguntó Wooyoung una vez que se sentaron en las mesillas de afuera, dándole una probaba de su helado al mayor.
―No es nada. ―San trató de sonreír, dirigiendo la vista hacia otro sitio.
Wooyoung no estaba contento con esa respuesta.
―¿Es porque estaba ahí Hangyeol?
San frunció el ceño, y trastabilló con la boca abierta.
―¿Lo viste?
La realidad era que San estaba demasiado incómodo con la presencia de Hangyeol en sus vidas nuevamente, temiendo que Wooyoung aún sintiera lo mismo por él y caería ante sus sucias manos.
Lo suyo no tenía nombre, pero le gustaba, porque podía estar con Wooyoung. Amaba al más joven y sólo en sus más profundas fantasías había podido sostener su cuerpo entre el suyo, o tocado sus dulces labios; temía que todo se evaporara tan rápido como comenzó, porque sabía que, al menos al principio, sólo fue despecho.
―Claro ―Wooyoung dijo con obviedad―, también lo vi en la entrada... ¿por qué?
Aquello disipó las alertas de San instantáneamente. El estado de ánimo de Wooyoung no había cambiado en absoluto desde el principio, apesar de haber visto a su ex, quien lo plantó en el altar. San no podía con tantas emociones.
―¿No... no sientes nada por él? ―preguntó Choi tímidamente, se sentía infinitamente pequeño en ese momento.
―No ―respondió Jung con tranquilidad―, o sea, sigo creyendo que es un tonto, pero... lo superé. Ya no duele. ¿Creíste que haría un drama por haberlo visto aquí? ―preguntó al borde de las risas.
―No... No, sólo... creí... que te sentaría mal, por eso no quería que lo vieras ―murmuró seriamente, pasando la mano por encima de la ajena, sonriendo instantáneamente al darse cuenta de que estaba algo pegajosa por el helado.
―No, no ―Wooyoung se apresuró a explicar―, ahora siento algo... por alguien más.
San alzó la vista, con el corazón latiendo más fuerte en espera a ser él de quien hablaba. El chico dulce frente a él sonrió escondiendo sus ojitos y rio eventualmente, notando la tensión en San.
―Te mostraré una foto, es un chico increíble. Lo conocí hace unos meses ―dijo Woo rápidamente, comenzando a buscar su celular dentro de su bolso.
San titubeó cohibido. Entonces no era él, puesto que se conocían hace años.
―Mira, ¿es guapo? ―preguntó Wooyoung, mostrándole una fotografía―. Te pregunto a ti porque eres mi mejor amigo, tienes que darme el visto bueno. Ah... debí hacerte caso cuando no aprobaste a Hangyeol.
A San le dio un tic nervioso en el ojo cuando la foto que Wooyoung le mostró, era una que le había tomado a él mientras dormía, con la baba cayendo por un lado de su boca y un ojito medio abierto.
―¿Y... Yo?
―Ah, Sannie es tan tímido... Claro que hablo de ti, tontito ―murmuró Woo, riendo dulcemente mientras acariciaba la mejilla casi inexistente del mayor.
Aunque algo no encajaba en lo que Wooyoung le había dicho.
―¿No... Nos conocimos hace unos meses?
―Eres tan lindo tartamudeando así ―Wooyoung no podía parar de burlarse de él―. Me refería a que... te conocí más a fondo estos meses, o sea, sabía todo de ti porque eres mi mejor amigo, pero habían cositas que jamás creí que harías o dirías... por eso dije que... te conocí.
San mantuvo la vista en el celular ajeno por un largo rato, dejando la pequeña confesión del menor en el aire, como una pequeña venganza. Cuando creyó que fue suficiente, estalló en risas y se levantó de la silla, acercándose al menor para cargarlo en brazos apesar de las infinitas protestas que recibió de Woo por haber dejado su helado sobre la mesa.
Ambos salieron del centro comercial a los gritos, con Wooyoung sobre los hombros del mayor, llamando la atención de más de un curioso, pero no les importaba, eran felices.
Lun., 30 de diciembre 2019
AAAA MAÑANA ES EL ÚLTIMO DIA DEL AÑO
¿Qué pareja les apetece leer a continuación? Soy todo ojos. 😳♥️♥️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top