ATEEZ 4TH ANNIVERSARY 💝 II
ATEEZ X ATEEZ
Kim Hongjoong estaba tratando de escribir, una melodía había sonado en su cabeza toda la mañana y estaba ansioso por darle fuerza, pero ahora que estaba sentado en su escritorio no podía concentrarse. Especialmente porque la húmeda boca de Seonghwa estaba chupándolo, llevándose consigo toda su energía y lucidez.
Hongjoong meneó ligeramente sus caderas, embistiendo la boca del mayor. Quería más, estaba al borde del orgasmo, pero necesitaba más. Seonghwa quitó todo su miembro de la boca y comenzó a jugar con la punta, dándole lamidas desesperantes y ligeros apretones en la base que hacían la cabeza de Hongjoong un lío.
―Mierda, Seonghwa ―Hongjoong tomó la nuca del mayor y lo obligó a que volviera a engullir su pene―. Tu boca ya no es suficiente, necesito follarte.
Seonghwa jadeó corriéndose en sus pantalones.
―Carajo, mis pantalones ―sopló avergonzado, poniéndose colorado al instante―. No puedes decir algo tan caliente de la nada.
Hongjoong rio bajito, mordiendo su labio inferior debido a lo tierno y ridículo que el mayor le parecía. Seonghwa comenzó a masturbarlo con su mano, pues su mandíbula estaba cansada (llevaba casi veinte minutos ahí abajo).
Hongjoong se reclinó en su silla sintiendo que su orgasmo estaba cerca y sólo se dejó llevar. Era la primera vez, desde que las cosas habían escalado a ese nivel, que él y Seonghwa hacían esto, pero no le encontraba ningún problema. La boca de Seonghwa estaba hecha para chupársela y no podía negar que sus gemidos no lo ponían duro.
La puerta sonó y alguiem la abrió, asomando la cabeza. Hongjoong se sobresaltó al ver a Maddox sonriéndole amablemente.
―Hey, little boy ―saludó contento, aunque su expresión pasó a una confundida cuando notó la reacción del menor―. ¿Vamos a comer? Yo invito.
La respiración agitada de Hongjoong hizo a Maddox tímido por un segundo; el olor en la pequeña sala de estudio llegó a sus fosas nasales tan pronto abrió la puerta. Maddox se puso pálido cuando se percató de lo que estaba pasando y abrió su boca con sorpresa.
―Diablos, ¿tienes a alguien ahí abajo? ―señaló apuntando el escritorio con la cabeza―. Qué sucio eres ―se quejó.
Hongjoong estaba bordó. Abrió la boca para dar una excusa, pero el mayor hizo una mueca negando con la cabeza y cerró la puerta.
―¡Asegúrate de cerrar bien, estúpido!
Seonghwa soltó una risa estruendosa pocos segundos después y Hongjoong lo empujó suavemente, muy avergonzado por haber sido pillado de esa manera.
―Hyung hablará contigo después ―rio Seonghwa, mordiéndose la lengua para dejar de reír tan histéricamente.
―Sé útil y ve a trabar la puerta ―mandó Hongjoong, frunciendo el ceño.
―Uy, ¿qué vas a hacerme? ―preguntó ladeando la cabeza con coquetería.
―Te lo haré tan duro que tendrás que usar una almohada para sentarte, estrellita. ―Murmuró Hongjoong, tomando al mayor del mentón para mirarlo a los ojos―. Ahora, ve a cerrar la puerta.
Seonghwa ahogó un suspiro y su polla húmeda por la corrida anterior volvió a erguirse como si la hubieran llamado; se levantó casi inmediatamente, yendo a cerrar la puerta tal como Hongjoong se lo había ordenado. El menor sonrió satisfecho al ver las piernas temblorosas de Seonghwa y se separó del escritorio, dando por hecho que el trabajo había terminado y se ocuparía en algo mucho más excitante.
Hongjoong palmeó su pierna sutilmente y Seonghwa caminó de regreso hasta sentársele a horcajadas, sobre sus gruesos muslos. Ambos se miraron a los ojos, analizando el deseo y la desesperación ajena, embriagados por las nuevas sensaciones; Hongjoong tomó el culo de Seonghwa con sus manos, apretándolo y empalándolo contra su erección vulgarmente.
―No sé de dónde sacaste tu doctorado en chupar pollas, pero espero que seas igual de bueno recibiéndolas con tu agujerito ―murmuró Hongjoong con la voz ronca.
Seonghwa mordió su labio tratando de evitar que un gemido saliera de su boca, pero fue inútil.
(...)
―¿Y ustedes cómo carajos acabaron así? ―preguntó Yeosang, muy confundido.
Jongho estaba dormido, pero a su lado, igual de desnudo que él, estaba San, jugando con su teléfono. Wooyoung estaba navegando por internet en la Mac a los pies de la cama, con el trasero colorado al aire.
―Alcohol ―dijo San distraídamente.
Yeosang se rio incrédulo.
―No te creo. Tuvieron que hacer algo sorprendente para que Jongho acabara así ―señaló.
―¿Oíste, Woo? Yeosang dice que tu trasero es sorprendente.
―Un trasero de un millón de dólares ―señaló Wooyoung, riéndose al recordar la valuación que San le había dado a su culo.
Yeosang abrió sus ojos a tope y los apuntó a los dos, sin poder regañarlos porque las palabras no salieron de su boca, estaba muy sorprendido.
―¡¿Cómo pudieron?! ―dijo finalmente, tras un minuto tratando de formular una palabra coherente.
―¿Sigues aquí? ―preguntó San sin despegar la mirada de su teléfono―. Yeosangie, no hay nada de malo en tener sexo con tus amigos, puedes intentarlo también ―señaló como si fuera demasiado obvio―. Ve a ver si ya puso la marrana, estamos ocupados.
Yeosang se vio ofendido y se marchó dando un portazo.
―¿Se enojó de verdad? ―preguntó Wooyoung.
―Nah, está celoso.
―¿Por qué estaría celoso? ―Wooyoung se rio de la conjetura del mayor.
San dejó su teléfono a un lado y se sentó en la cama, viendo la espalda ancha del menor, bajando por su columna hasta su glorioso trasero, aquel que habían llenado de semen hasta que comenzó a chorrear por sus piernas a montones, expulsándolo a medida que sus espasmos se lo permitían.
San había tenido una bellísima vista de eso unas horas atrás.
―Tal vez quiere tener sexo con Jongho ―dijo encogiéndose de hombros.
Wooyoung dejó la Mac a un lado y se rio.
―No todos son tan sucios como tú y yo, Sani.
―¿Bromeas? Estoy seguro de que Hongjoong se hizo adicto a las mamadas de Seonghwa hyung, por eso él pasa más noches aquí. ―Apuntó San―. Yunho y Mingi follan como conejos hace más de dos años, los he escuchado gemir en la noche cuando paso frente a su habitación... Tú y yo, y ahora Jongho ―rio―. Yeosang quizá sólo espera a alguien que sea su compañero.
Wooyoung abultó sus labios, pensando. ¿Yeosang, teniendo sexo con alguno de ellos? Yeosang siempre había sido demasiado correcto, no lo imaginaba teniendo sexo casual con otros hombres. No parecía ser su estilo.
―Jamás he pensado en tener sexo con Yeosang.
San rio levantándose.
―Carajo, Wooyoung, eres una maldita zorra. ―chistó tomando al menor del mentón, con fuerza―. ¿Con cuántos hombres has dormido? Quiero azotarte hasta que lloriquees por lo puta que has sido.
Wooyoung gimió adolorido debido a lo fuerte que San estaba sujetando su rostro.
―Tuve una adolescencia ocupada ―murmuró retándolo, deseando saber hasta dónde podría llegar el mayor si lo presionaba un poco―. ¿Por qué? ¿Estás celoso, gatito?
San rio en su cara y lo acercó lo suficientemente para que sus narices se tocaran.
―No tienes idea de cuánto.
Wooyoung no pudo responder cuando Jongho gimió removiéndose en la cama y San se separó de él para ver al menor.
―¿Ustedes dos no pueden estar en la misma habitación sin poner las manos sobre el otro? ―Jongho preguntó molesto, lanzándoles una almohada.
Wooyoung se rio cariñosamente.
―¿Estás bien, osito?
Jongho desvió la mirada por un segundo.
―Me duele la polla.
Wooyoung rio sonoramente.
―Eso pasa cuando lo haces tan duro la primera vez.
―N- no era virgen...
―Como digas ―San rio.
(...)
Yunho estaba preparando la cena cuando Yeosang llegó a la cocina luciendo un tierno ceño fruncido. Quiso reírse de él, pero mejor decidió preguntarle qué había pasado.
―¿Sangie? ―Yunho puso los tazones de comida en la mesa―. ¿Por qué esa carita de amargura?
Yeosang abultó los labios frunciendo la nariz tiernamente, luego abrió su boca como si estuviera apunto de quejarse de la cosa más injusta del mundo.
―Todos tienen a alguien con quien desahogarse sexualmente, y luego estoy yo que sólo tengo mi mano y las fotos de mi ex.
Yunho comenzó a reír y Yeosang lo miró frustrado. Yeosang debía admitir que estaba un poco celoso, ya que había quedado como una pelota lanzada fuera de la cancha.
―Muy bien, Sangie. ―Yunho llevó un vaso de jugo a sus labios―. Puedes usar la boquita de Mingi esta noche si él lo desea.
Yeosang abrió la boca, estupefacto.
―¿No es él tu novio?
―¿Y? ―preguntó alzando una ceja, Yeosang se sintió intimidado por esa mirada penetrante―. Dije que puedes usar su boca, lo demás me pertenece.
Yeosang quiso evitar gemir como el necesitado que era, pero no pudo. Imaginó la boquita de Mingi en su polla, sus lindos labios alrededor de su glande y sus tiernos ojitos viéndole desde abajo; se puso duro como un adolescente hormomal.
―Trato hecho.
Yunho volvió a reír.
(...)
―¿Qué estamos haciendo? ―preguntó Mingi dando saltitos sobre la polla dura de su novio.
―¿Tener sexo?
―Eso lo sé. ―Mingi rio moviendo sus caderas en pequeños círculos―. ¿Pero por qué enfrente de ellos? ―murmuró sintiéndose tímido, aunque eso no impidió que siguiera montando a Yunho.
No sólo Yeosang estaba viéndoles en un principio, San también estaba ahí hasta que Wooyoung y Jongho se unieron.
―Dijiste que era excitante ―señaló Yunho tomando la cintura del menor, era tan pequeña que casi podía rodearla por completo―. ¿Cambiaste de opinión, dulzura? Puedo echarlos a patadas ahora mismo ―susurró sobre sus labios.
Mingi negó con la cabeza soltando pequeños gemidos y siguió saltando, desvergonzado, oyendo el sonido de su trasero al chocar contra la piel de Yunho. Era tan obsceno.
―Estos voyeristas están mojando sus pantalones porque tu culo se ve tan sexy mientras se traga mi polla, princesa. ―Yunho apretó la piel delicada del menor, cambiándola de color por segundos―. ¿No quieres tener tu boquita ocupada con una de ellos?
Mingi asintió, sacando su lengua, la cual Yunho se encargó de chupar y apretar suavemente.
―¿Segura, princesa? ―Yunho volvió a preguntar para asegurarse, Mingi debía estar completamente de acuerdo.
―Sí, sí.
Mingi asintió y sus saltitos fueron bajando de intensidad, pues estaba agotado. Yunho salió de su interior y volteó su cuerpo lentamente, colocando al menor de rodillas sobre la alfombra.
―Ven, Yeosang, acércate.
Mingi seguía balanceándose de adelante hacia atrás por las embestidas lentas del mayor, por lo que fue complicado tomar la polla erguida frente a su cara. Abrió su boca y sacó la lengua, Yeosang tomó su mentón y lentamente introdujo su pene, soltando un prolongado gemido por la calidez de su cavidad bucal.
Mingi comenzó a chupar el largo pene de Yeosang, tragándoselo por completo. Los vellos de su vientre rozaron su nariz, causándole cosquillas, pero trató de no ahogarse. El mayor tomó su cabeza para que no sacara la polla de su boca y acarició sus facciones delicadamente, sonriéndole.
―Qué linda boquita tienes.
Mingi se puso colorado al instante por las palabras de Yeosang, ¿quién diría que él podría tener una voz tan sexy?
San, Wooyoung y Jongho se estaban tocando mutuamente, sólo pasaban por ahí cuando vieron el espectáculo que Yunho y Mingi le estaban dando a Yeosang y no dudaron en quedarse a ver cuando nadie los echó.
―Quiero hacer lo mismo que ellos, hyung ―pidió Jongho en un tono tierno, derritiendo a Wooyoung por completo.
―Dios, sí. Sólo dime cómo y lo haré por ti.
Wooyoung comenzó a quitarse la ropa inmediatamente.
25102022
Esta vez no estoy muy convencida pero a la verga la vida es una 😳
Luego haré incapié en el 2choiwoo 😈
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