#79 Eggs inside me? III

Mingi no sabía cómo había llegado a esto. Aunque había soñado con el momento por meses. Yeosang, el alien guapo en cuestión, lo había acompañado a casa como si fuera lo normal, una salida familiar más. Incluso había jugueteado casi naturalmente con Jimin hasta que ella cayó dormida.

―Llegamos...

―Sí, lo sé.

―¿Sabes dónde vivo? ―Mingi abrió sus ojos con sorpresa, luego recordó algo―. ¿Qué pregunto? Si me secuestraste de mi propia habitación.

Yeosang soltó una risilla.

―Yo no lo llamaría secuestro.

Mingi rodó los ojos y puso la clave de acceso. Dejó pasar a Yeosang y luego entró él con el coche. En un día como hoy agradecía haber escogido el primer piso cuando su casero le preguntó dónde le gustaba más.

―No tuviste un baby shower ―mencionó Yeosang poco después, tratando de sacar tema de conversación.

―¿Un baby shower? ¿sabes lo que es eso?

―Claro, he estado en este planeta más tiempo del que crees. ―Yeosang lo miró―. Tampoco los has presentado a tus padres.

Mingi lo miró horrorizado. Yeosang borró su sonrisa.

―Oh, sí. Estarán encantados de saber que tengo trillizos a los 21. De todas formas, ¿cómo sabes todo eso?

Yeosang juntó sus labios en una fina línea y suspiró.

―Ya te lo dije, siempre he estado aquí. Solo que tú no podías verme.

―¿Por qué? ¿te pusiste tímido después de dejar tres huevos en mis intestinos? ―Mingi comenzó a sacar a los bebés del coche para dejarlos en su zona de juegos (cortesía de Jeong Yunho)―. ¿Haces eso con todo el mundo? ¿planeas algún tipo de invasión alienígena o algo así? Mis hijos no serán tus soldados si planeas eso.

―Espera, tranquilo. Esas son muchas preguntas. ―Yeosang lo siguió y se sentó en el sofá como si fuera su casa―. No planeo nada.

―No puedo confiar en ti ―Mingi entrecerró los ojos―. No sé absolutamente nada sobre ti más que tu nombre.

―Yo sé todo sobre ti. Te conozco desde que tenías 17 años.

Mingi abrió los ojos con sorpresa y miró a sus trillizos.

―¿Por qué?

―¿Cómo que por qué? Eres una persona maravillosa. ―Yeosang balbuceó―. Y eres el único que no lo sabe. Mira, entre millones de personas, te escogí a ti para llevar mis huevos, eres afortunado. ¿No sabes lo que eso implica?

Mingi se cruzó de brazos.

―Yunho dijo lo mismo. Pero, en los últimos siete meses, no has aparecido ni una sola vez. ¿Por qué?

Yeosang se levantó y se acercó a Mingi.

―No quería encontrarme con un rechazo de tu parte. ―Extendió su mano y tocó el brazo de Mingi titubeante―. Te escogí porque eres lindo, inteligente y apasionado. Y yo sólo soy... una escoria, fui expulsado de mi planeta hace 4 años, sin posibilidad de retorno. No tenía nada qué hacer con mi existencia hasta que te encontré comiendo solo en esa vieja cafetería.

Mingi todavía no podía creérselo, todo era demasiado para asimilar. Los alienígenas existían, había vida extraterrestre, ¿estaban entre ellos viviendo como personas normales? ¿cuántos aliens con la misma historia que Yeosang había por ahí?

―Me alegra que los hayas llamado tus hijos. ―Yeosang ladeó la cabeza y miró a sus pies, acobardado, interrumpiendo los pensamientos de Mingi―. Sé que al principio fue difícil aceptarlo, y lamento no haber estado ahí de la manera correcta para ti. Me hubiera gustado ayudarte a criarlos desde el día uno.

Mingi observó a sus hijos dormidos tiernamente sobre las mantas, apretó sus puños y cerró los ojos para luego volver a mirar al alien frente a él.

―Esto es tan extraño, tengo tantas preguntas...

―¿Más? ―Yeosang soltó una risilla.

―Chistosito.

(...)

“Okay” Mingi llevaba dos días ignorando que aquel alienígena se había instalado en su casa. Había un silencio ligeramente incómodo entre ellos cada vez que estaban en la misma habitación y ambos eran lo suficientemente cobardes (o tímidos) para decir algo.

Hasta que Mingi decide romper el silencio.

―¿Qué consumes usualmente?

Yeosang miró a Mingi con sorpresa. La pregunta de Mingi era curiosa, e ingenua, casi como si esperara que le dijera que come insectos fritos o una cosa similar.

―Puedo comer lo que sea.

―Genial, porque todo lo que cocino se me quema. ―Dijo poniendo un plato de panqueques crudos en el centro y quemados por fuera.

Yeosang observó los panqueques con curiosidad.  Tomó un tenedor y comenzó a comer.

―¿Qué les das a los bebés?

Mingi sonrió.

―Solo leche de fórmula.

Jimin estaba sentada en el regazo de Mingi, prendida a un biberón cargado de leche. Wooyoung y Yungi estaban sentados en el regazo de Yeosang con sus chupetes.

―¿Ellos no comen?

―Wooyoung prefiere comer después de las 9, tiene su horario. Es un engreído ―dijo repitiendo las palabras de Yunho―. Yungi directamente rechaza el desayuno, no quiere comer sino hasta la hora del almuerzo. No puedo engañarlo y darle de comer antes, no sé qué hacer con él.

Yeosang miró a sus bebés con una sonrisa aun más grande.

Jimin dejó su biberón y miró a Yeosang con sus grandes ojos, estiró una mano y saludó. Yeosang soltó una risilla completamente anonadado.

―Parece que le agradas.

―A mí también me agrada.

―Menos mal, porque es tu bebé.

(...)

Yunho apareció a las tres de la tarde con más regalos para sus sobrinos, ingresó a la casa utilizando la clave de acceso y se encontró con Yeosang en la zona de juegos de los trillizos.

―¿Mingi?

Yeosang lo miró de pies a cabeza.

―Mingi está en el baño.

Mingi salió del baño en ese entonces y miró a los dos hombres con curiosidad, pues lucían como dos macho alfa reclamando territorio.

―Hay un idol en tu casa.

Mingi soltó una risa baja y Yeosang los miró como si fueran idiotas.

―Es un gusto, Yunho.

―Es... Es un gusto... ¿tu nombre es...?

Yeosang se levantó y se inclinó hacia Yunho.

―Soy Yeosang, el alien guapo.

―Hah... Así que mi amigo no estaba delirando después de todo. ―Yunho se rió rascando su cabeza―. ¿Tienes un tentáculo?

―¡Yunho!

―¿Un tentáculo? No. ―Yeosang se miró los brazos, inocente―. ¿Por qué tendría uno?

―Él sólo está jugando ―interrumpió Mingi.

Wooyoung comenzó a removerse en su manta y soltó pequeños quejidos que demandaban atención.

Yeosang se giró inmediatamente y volvió a su posición anterior, calmando al instante a su bebé, quien volvió a dormir su siesta de dos horas como todo un angelito. Jimin y Yungi lucían imperturbables.

―Traje regalos y...

―Deberías dejar de comprarles cosas. ―Interrumpió Mingi, viendo las bolsas en las manos de Yunho.

―Es que no puedo parar, veo algo lindo e inmediatamente pienso en Hugo... ―dijo con una enorme sonrisa―. Y en Estela y Wooyoung, claro ―carraspeó―. ¿No quieres ver qué les traje?

(...)

―¿Así que él y tú ahora son una familia...?

Mingi suspiró bajito.

―No sé ni qué pensar.

Yeosang estaba en la manta del picnic con sus trillizos, tomándoles fotografías. Yunho y él se habían alejado para pasear al perro y tener un poco de privacidad, ya que Yeosang no se había apartado de ellos desde que llegó hace una semana.

―No me ha propuesto matrimonio si a eso te refieres... Pero ha sido tan atento con los niños... No se queja de mi comida y-

―Yo tampoco me quejo de tu comida quemada.

―No seas celoso.

―No lo soy, sólo digo la verdad.

―Me ayuda con los niños cuando tienen sus noches difíciles y les da de comer con tanta paciencia y amor... ―Mingi suspiró, derritiéndose por dentro―. Creo que estoy enamorado.

―A mí me parece que estás entrando en celo.

―¡Ya!

Yunho soltó una risilla traviesa.

―Admito que estaba celoso, pero al final de cuentas son sus hijos... ―Yunho acarició a su perro―. Si se llevan bien formarán una familia y podrás presentárselos a tus padres sin miedo.

Mingi había pensado en ello. Tanto que le había costado noches en vela.

Tenía tres hijos nacidos de huevos alienígenas y su padre alienígena con atractivo aspecto se había instalado en su casa. Y todo había ocurrido en menos de un año, era una locura.

―¿Les has tomado buenas fotos?

Yeosang se giró hacia él y al instante mostró una bella sonrisa.

―Claro, ¿quieres verlas?

―Por supuesto.

Dos meses después de tener a Yeosang durmiendo en la cama de invitados, Mingi decide dar el primer paso. Coquetear y esas cosas no iban de la mano con él, pero haría lo posible para atraer a Yeosang.

―Los niños ya están durmiendo.

Yeosang lo miró confundido, pues era extraño que Mingi estuviera en su habitación tan tarde en la noche.

―Sí, puedo escucharlos desde aquí.

―Espera, ¿puedes escuchar a larga distancia?

Yeosang asintió, apenado de repente.

―Es involuntario, no quise espiar tus conversaciones con tu amigo.

Mingi se puso rojo de pies a cabeza.

―Olvídalo... ―Mingi rio bajito, completamente nervioso, toda la cobardía volviendo a él a mares.

―Mingi... ―Yeosang habló antes de que Mingi abandonara la habitación―. Me gustas mucho. ¿Sabes eso, verdad?

Mingi mordió con fuerza su labio inferior.

―Lo sé. No pondrías huevos en un idiota cualquiera.

Yeosang se rió tímidamente. Mingi no podía creer que aquel fuera un alien de otro mundo.

―Te escogí porque eres especial.

Yeosang tomó su mano y la llevó a su pecho.

―Mi corazón solo late por ti, desde hace mucho tiempo ―murmuró Yeosang, su voz grave endulzando los oídos enamoradizos de Mingi―. La gente como yo solo ama una vez. Y ama con fuerza.

Mingi se puso colorado nuevamente. No sabía qué hacer, ni dónde mirar. Yeosang lo ponía tímido.

―Tu corazón está a punto de salirse de tu pecho, metafóricamente.

―Menos mal. ―Mingi se rió nervioso.

―Quizá sea demasiado rápido para ti, pero... Mingi, me gustaría hacer eso que hacen los humanos de este planeta cuando encuentran a su otra mitad... Si estás de acuerdo, ¿quieres casarte conmigo? ―Yeosang deslizó la mano de Mingi hacia abajo y puso un anillo en la punta de su dedo―. En mi planeta las uniones son... un poco diferentes, pero así se forman familias y se crean destinos.

Mingi estaba anonadado, embelesado.

Titubeó un par de segundos y finalmente solo pudo asentir como un tonto enamorado.

―¡Claro que sí! ―murmuró emocionado.

Quizá Mingi no sabía mucho de Yeosang y su planeta, pero quizá estaba más enamorado de lo que hubiera pensado en primer lugar.

Yeosang capturó sus labios en un beso y Mingi rodeó el cuello de Yeosang con sus brazos.

Mingi no sabía lo que estaba haciendo, sólo seguía su corazón.

27102023

me costó un huevo y la mitad del otro pero bueno, aquí lo tienen. fin. si tienen preguntas las respondo en los comentarios, ya no habrán más partes oki doki

nos esperan los siguientes especiales de cumpleaños y el aniversario de los chicos, así que tengo mucho trabajo por delante,, besos

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