#27 Why are you so bad

SANWOO¡!

en donde san hace la vida de wooyoung un infierno
o, donde san está tan enamorado que no sabe cómo expresarlo

Wooyoung ingresó al departamento que compartía con un roomie con los ojos llorosos y una mueca que amenazaba con echarse a llorar con fuerza en cualquier momento.

San, desde el sillón, le vio ingresar a su habitación sin dirigirle una palabra, el chiquillo se veía tan triste que no tuvo las agallas para seguir molestándolo por el resto del día. Desde el primer momento en que ambos cruzaron palabras, se disgustaron. San hacía lo posible por caerle mal al otro y que este por fin se marchase, pero eso no había ocurrido después de tanto tiempo odiándolo.

Hoy día, San podría estar feliz por ello, puesto que ya no quería que el chiquillo se fuera. Seguía siendo un grano en la nariz para él, pero sólo porque descubrió que era sumamente placentero ver la carita llena de frustración y enojo que el pequeño podía hacer cuando lo molestaba.

Aunque estaba consciente de que lo había arruinado hoy, haciendo que las suricatas del zoológico en el que Wooyoung trabajaba se escapasen de su hábitat. San había huido de la escena apenas darse cuenta de lo que había hecho dejando a un Wooyoung totalmente colérico atrás.

San escuchó ruidos fuertes y pequeños sollozos en la habitación de Wooyoung que no le permitían terminar de ver su película en paz. Mordiendo sus labios, quizás sintiendo un hueco en el estómago, San se levantó del sillón y caminó hacia la puerta de Wooyoung; tocando suavemente, esta se abrió al no estar cerrada.

Wooyoung estaba en el suelo armando una valija mientras limpiaba las lágrimas que no paraban de salir de su rostro.

San se congeló en el umbral, confuso ante lo que el menor estaba haciendo. De alguna manera quiso detener al chico y tomar su carita entre sus manos, limpiar sus lágrimas y llenarle de besos. Wooyoung era tan lindo que San se odiaba por hacerlo llorar tanto.

―¿Qué... estás haciendo? ―preguntó San tímidamente, todo rastro de picardía se había esfumado de él.

―Me voy ―dijo Wooyoung con voz seca y chillona―. Me costó tanto encontrar ese trabajo después de que me hayan despedido del anterior, también por tu culpa... Sé que me odias, ¿está bien? Pero... ¿por qué tienes que meterte conmigo? No te he hecho nada. No toco tus cosas, no interrumpo tus horarios...

Wooyoung dejó de hablar porque otro sollozo se escapó de sus labios, tuvo que colocar su mano sobre estos para no echarse a llorar nuevamente.

San mordió sus belfos, quería acercarse a él y pedirle disculpas porque nada había sido con mala intención, sólo quería que Wooyoung se diera cuenta de que estaba ahí y quería que le viera.

Aunque a partir de ahora tenía que cambiar el método con el que quería llamar su atención.

―¿Por qué tenías que ser tan malo? ―preguntó Jung, apartando la maleta a un lado―. Podrías sólo haberme golpeado, o pedido que me vaya. Ahora no tengo trabajo, no puedo pagar este lugar ni ningún otro...

Lo labios de Wooyoung temblaban, al igual que sus manos, trató de tranquilizarse y pararse, pero un mareo hizo que cayera sobre su cama. Definitivamente el estrés estaba haciendo que perdiera la cabeza.

San se acercó a él y colocó una mano sobre su frente para tomar su temperatura, Wooyoung hervía de fiebre.

De repente la escena de Wooyoung entrando al frío lago de las suricatas hizo que San se golpeara a sí mismo.

Wooyoung abrió los ojos un par de horas más tarde, estaba recostado en su cama con un paño en la frente y un peso extra en su lado izquierdo. San estaba recostado en su cama, con la cabeza sobre su brazo y la mano por encima de su estómago, abrazándole.

Wooyoung frunció el ceño, creyendo que estaba alucinando, pero al volver a abrir los ojos, San seguía ahí.

El chico era tan malo con él, siempre haciéndole bromas y hablando sobre temas que él no conocía sólo para burlarse de lo poco informado que estaba. Wooyoung había perdido su primer trabajo como chef por decenas de críticas de Choi acerca la comida, quien le miraba con ojos burlones y fríos; ningún restaurante en la zona quiso contratarlo después de eso.

Creyó que no estaba tan mal, porque rápidamente pudo conseguir otro empleo, pero este se fue tan rápido como llegó gracias a la misma persona.

Wooyoung quitó el brazo de San de encima, se bajó de la cama y con cuidado tomó su maleta. Tenía que irse.

Habían pasado dos semanas desde que Wooyoung se había ido y San no podía encontrarlo por ningún sitio.

En el momento en que San despertó y Wooyoung no dio señales de estar en casa, San sintió que cada parte de su cuerpo se desprendía.

No obstante, el destino ―propiamente dicho por él mismo― fue quien lo puso en el lugar correcto en el momento correcto nuevamente.

El cielo se caía y la fuerte tormenta había hecho que San bajara de su auto y se refugiara en una cafetería, justamente en la cual Jung Wooyoung había estado trabajando hacia una semana.

San tomó su pedido y se sentó en una mesa, con la vista fija en Wooyoung, quien no se había percatado de su presencia aún. El chico se seguía viendo tan lindo o inclusive más, ahora con el cabello rubio y un peinado diferente.

―Buenos días ―dijo San, casi entrando en pánico, con una voz cantarina y los labios temblando cuando Wooyoung se acercó a su mesa.

Los ojitos de Wooyoung vagaron por todo el local, tratando de huir de él de alguna manera, no obstante, San no desaparecería sólo porque él lo quería.

―No lo hagas ―pidió Wooyoung desesperado, mordiendo sus labios―, apenas conseguí este trabajo...

San no lo comprendió por un momento, por lo cual frunció el ceño. Se levantó de la silla y casi lloró cuando Wooyoung se apartó de él con miedo en los ojos; San empujó la silla de enfrente para que Wooyoung se sentara en ella. Tenían que hablar.

―Eres un chico muy lindo ―dijo San, mirándole con toda la atención y cariño que sentía.

Sin importar qué, él arreglaría las cosas.

Sáb., 12 de octubre 2019

Eh ........... Qué OS de mierda

¿Qué eligen?

Seonghwa x Hongjoong

O

Jongho x Yunho

Es para una tarea >:v

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