iii. Debiste decir que no.
OCTUBRE
Rose
Antes de cerrar la puerta de su casillero, ella ya se había dado cuenta de que Scorpius estaba detrás.
Tomó una bocanada de aire y se giró hacia el rubio.
Por la cara que tenía ella dedujo que estaba indeciso. Antes de que Rose pudiera irse, él se movió al frente, haciéndola dar un paso atrás. La chica tragó saliva cuando reparó en la nariz hinchada y morada de su ex, sus ojos estaban rojos y tenía unas ojeras enormes, se veía terrible.
― ¿Qué es lo que quieres? ―suspiró ella rindiéndose en su intento de escapar, Scorpius la miró de soslayo y se apoyó de costado en las taquillas.
―Hablar contigo. ―Su voz estaba ronca, más de lo normal, Rose le vio el labio inferior, estaba roto.
―No recuerdo que mi hermano te rompiera el labio…
Scorpius rio sin gracia.
―Eso es cortesía de Lyssander, le agradas mucho y tiene un buen gancho derecho. ―Rose no se contuvo y sonrió.
―Genial, se lo agradeceré luego. ―dijo, y apretó contra su pecho el libro de matemáticas― Ahora, si me disculpas, tengo clase… ―Cuando comenzó a andar, él se atravesó en su camino y la tomó por el brazo. Rose se mordió la lengua para no gritarle ahí mismo.
―No he terminado.
―Que mal… ―masculló ella, mirando hacia arriba, directo a sus ojos grises― Porque yo sí, Scorpius.
―Rose, Dios, te di tiempo, al menos podrías escucharme…
Ella se rio en su cara, varios de sus compañeros los miraban de reojo al pasar, y Rose ya se estaba hartando de ser la comidilla de todo el mundo.
― ¿Tiempo? ―gimió ― ¿Creíste que se arreglaría con tiempo? ―Scorpius no respondió, pero ella tampoco estaba esperando que lo hiciera― ¿Sabes qué es lo que tienes que hacer?
Él notó el sarcasmo en su voz, pero aun así preguntó―: ¿Qué?
Rose se le acercó, con el cuello bien estirado para no tener que ponerse de puntillas.
―Tienes que volver en el tiempo, ―declaró con lentitud― a la primera vez en que te viste con ella, y tienes que decir que no.
La expresión neutra en el rostro del rubio se transformó a una de pánico, pero la supo ocultar rápidamente.
―Rosie… Eso, fue solo un momento, ―balbuceó― sé lo estúpido que suena, sé que es una excusa tonta, créeme cuando te digo que jamás haría algo así de nuevo…
Hubo un silencio pesado entre ellos, la mano de Scorpius seguía rodeando el antebrazo de la pequeña chica, quien solamente lo miraba con los labios apretados y los ojos llameantes.
―. Debiste decir que no, Scorpius. ―espetó― Debiste irte a casa, debiste haberlo pensado dos veces antes de echar todo por la borda. ―Los ojos empezaron a lagrimearle, pero no le importó, él ya había hablado lo suficiente, era su turno― Yo debí haber estado ahí, en tu mente, ¿no pensaste que todo esto regresaría hasta mí? ―Cuando la primera lágrima cayó por su rostro, se soltó del agarre del rubio para limpiarse― De haberlo hecho, no estarías aquí rogando por una oportunidad.
Cuando Rose le dio la espalda y se alejó, pudo escuchar como Scorpius le soltaba una patada a los casilleros.
Scorpius
― ¿Terminaste con la chica Weasley? ―preguntó Draco cuando Scorpius entró al despacho.
― ¿Cómo lo sabes? ―exclamó de mal humor al tiempo que se dejaba caer en el pequeño sillón de cuero, Draco le sonrió desde su escritorio― sabes qué, no quiero saberlo. ―agregó, antes de que su padre dijera nada. Tiró la cabeza hacia atrás y subió los pies en la mesita de centro― Ya estarás contento.
―En realidad me agradaba la chica. ―replicó, para sorpresa de su hijo― Es linda, sabía comportarse en público, lucia bien en las fotos y nunca hizo comentarios inapropiados como harían la mayoría de las chicas de tu escuela… El único problema era su madre.
Scorpius soltó una carcajada sin humor y se levantó con agilidad.
―Bueno, pues eso ya no será un problema, padre. ―Se dirigió hacia la puerta, y cuando había llegado al umbral, Draco volvió a hablar.
― ¿Fue el chico Weasley quien te golpeó en la nariz?
―Sip. ―respondió sin darse la vuelta.
― ¿Está rota?
―Nop.
― ¿Le hiciste algo muy malo a esa pobre chica?
―Sip.
― ¿Tiene que ver con sexo? ―A su espalda, Draco se puso de pie ― ¿A caso la obligaste a hacer algo que ella no quería? Porque, si fue así, Hyperion Malfoy, te juro…
―No fue así. ―le interrumpió, dándose vuelta de golpe, su padre estaba más cerca― Jamás haría algo así. Me conoces.
Draco le sostuvo la mirada por unos largos segundos y finalmente asintió.
―De acuerdo. ―volvió a su asiento― Cierra la puerta cuando salgas.
Scorpius ya ni siquiera le preguntó si iría al juego esa noche.
Rose
― Tienes que estar bromeando. ―increpó Dominique con una expresión de enojo en el rostro. Rose, sentada en la cama de su amiga, alzó una ceja.
―No lo hago. ―dijo la pelirroja, acto seguido, se acostó boca abajo, poniendo una almohada sobre su cabeza. Dominique soltó un gruñido de frustración.
―Tienes que ir. ―Le insistió. Rose rodó los ojos, aunque su amiga no pudo verla― Todo el mundo va a estar ahí, además tú nunca te pierdes una fiesta, menos un partido.
Rose volvió a girarse, esta vez se incorporó― Yo no dije que faltaría al juego, dije que no iré a la fiesta de celebración.
Dominique terminó de atarse su largo cabello rubio en una coleta y se sentó en su cama frente a Weasley.
―R, llevas semanas escondiéndote. Ya ni siquiera comes en la cafetería con nosotras, te la pasas metida en la biblioteca. ―La tomó de la mano― Esto no puede seguir así. Lo de tu depresión lo comprendo, pero tienes que superarlo o…
― ¡Nique, yo no estoy deprimida! ―replicó levantándose de golpe. Caminó hasta donde había dejado su bolso con el uniforme de animadora y lo sacó de una― El hecho de que no quiera ir a una fiesta es porque, esa fiesta será en la casa de Lorcan y Lyssander, lo que significa que Scorpius va a estar ahí, y sabemos que Isabella también. ―Rose se quitó con brusquedad su pantalón, seguido de la blusa blanca. Se puso el uniforme, aun con la vista de Dominique sobre ella― Honestamente, Nique, no quiero estar en la misma casa que esos dos.
―Pero…
― ¡Basta! ―se quejó. Dominique cerró la boca, Rose comenzó a hacerse una coleta frente al espejo, miró a su amiga de reojo atreves del reflejo― Ponte en mi lugar. Voy a estar en un partido de futbol donde tendré que animar a mi exnovio durante 40 minutos, y no solo eso, sino que la chica con la que me engañó estará a mi lado. Y no voy a mencionar el hecho de que soy la comidilla de toda la escuela… ―Ella terminó de peinarse, miró a la rubia― ¿De verdad crees que tendré ganas de ir a una fiesta con ellos luego de esto?
Nique se sonrojó― Lo siento mucho, R. Estaba siendo una tonta.
Rose le sonrió al mismo tiempo que se acercaba para abrazarla.
―Sí, estabas siendo una tonta. Pero te quiero de todas formas…
Dominique se rio, aun abrazándola.
― Si quieres después del juego podemos volver aquí y ver Pretty Little liars de nuevo.
―No. Tú ve a la fiesta, yo quiero adelantar mi tarea de química, el profesor Snape me matará si no la entregó a tiempo. ―Delacour se mordió el labio, sin saber muy bien qué decir.
― Al menos déjame llevarte a tu casa después del juego. ―dijo finalmente, haciendo pucheros. Rose le sonrió con dulzura.
―Voy a estar bien. Hugo les pidió a mis padres que fueran a verlo jugar, así que me iré con ellos.
Los ojos celestes de la rubia la escudriñaron por unos segundos.
― ¿Lo saben tus padres? ―preguntó― Lo que Scorpius hizo. ―Rose se pasó la lengua por los labios y negó. Se dirigió al tocador de su amiga y comenzó a retocar su maquillaje con los colores de la escuela.
―Saben que terminé con él, ―Le explicó― no les dije el porqué. Y tampoco creo que deban saberlo, eso solo haría que mamá diga “te lo dije” ―Rose dejó caer los hombros, soltó un suspiro― ¿Crees que lo hizo antes?
Dominique frunció el ceño, sin comprender.
― ¿A qué te refieres?
―A Scorpius, bueno, estuvimos juntos un largo tiempo, casi dos años, ¿crees que lo hizo más veces? Y si fue así, ¿con cuantas chicas durmió mientras estaba conmigo? ―No esperó a que su amiga respondiera, se puso de pie― A veces quiero creer que lo que tuvimos fue real, que todo lo que me dijo fue real, pero… ¿Cómo creerlo ahora?
Dominique la miró a los ojos y le tomó la mano con delicadeza, amabas volvieron a sentarse sobre el borde de la esponjosa cama.
―Bueno, si te soy honesta, no creo que lo haya hecho con más chicas, de hecho, antes de todo esto estaba casi segura de que él te amaba demasiado…
Rose soltó una risita sin humor― Ya no lo crees, ¿eh?
Nique negó con la cabeza.
―No lo sé. En verdad no puedo concebir como es que alguien que dice amarte, sea capaz de hacer algo así. Pero tampoco puedo descartarlo, y aunque no quiero justificarlo de ninguna manera, creo que todo cometemos errores, algunos más estúpidos que otros.
Las palabras de Dominique flotaron en el aire, dejando a Rose sumida en sus pensamientos y antes de que siquiera respondiera algo, alguien llamó a la puerta.
―Entra. ―exclamo Dominique. Casi enseguida, la hermana mayor de Dominique entró vestida con un jersey de Hogwarts High y las letras “Go Dragones” escritas en cada mejilla.
― ¿Listas, perdedoras? ―pregunto la chica― Mamá y Louis están esperando abajo.
Victoire Delacour era una chica de 19 años, alta, delgada y con el pelo rizado yendo hacia todas partes, Rose solía pensar que era igual a Taylor Swift en sus inicios. Y aunque físicamente se parecía mucho a Dominique, la realidad es que las hermanas Delacour eran como polos opuestos.
―Estamos listas… ―masculló Rose luego de respirar profundamente y tomar su bolso de deporte. Dominique no retomó la conversación después, tampoco cuando bajaron del auto y entraron al campo de la escuela.
Bella
Su estómago se apretujaba cada que él le dirigía una mirada, aunque fuera de reproche, Bella sentía algo extraño que no sabía cómo interpretar, pero solo le quedaban los recuerdos de aquel verano.
Luego de que toda la escuela se enterara sobre lo que ocurrió con Scorpius, los bandos se dividieron. Estaban los que odiaban y culpaban a Bella por hacer que la pareja terminara, los que creían que Scorpius era un idiota, y los que les daba totalmente igual. Aunque Bella a veces se sentía como una tonta y deseaba que jamás se hubieran enterado.
Alguien le dio un codazo sacándola de sus pensamientos, era Wren. La castaña se había bajado de las gradas y le entregaba el par de pompones azul y plateado a Bella, ella los tomó ligeramente atontada.
Wren se quedó plantada a su lado, mirándola con el ceño arrugado.
― ¿Estás bien? ―Bella apenas y asintió, Wren rodó los ojos― Creí que se te había pasado lo de tu enamoramiento…
―No sé de qué hablas ahora. ―replicó a la defensiva.
―Me refiero a Scorpius, no paras de mirarlo. ―Por instinto, ambas voltearon hacia la cancha donde Scorpius calentaba junto con los otros miembros del equipo. Practicaba pases con Lyssander Scamander cuando su mirada gris se dirigió a las chicas. Tanto Bella como Wren retiraron la mirada disimuladamente.
―No me pasa nada con él. Ya te lo he dicho, no siento nada por Malfoy.
―Mentirte a ti misma es común, pero ¿mentirle a tu mejor amiga? ―Bella rodó los ojos, Wren negó con la cabeza y puso su mano en el hombro de la porrista― Eso es casi tan inútil como mentirle a tu madre.
―Basta… ―Se quejó, alzando ambas manos y llevándoselas a la cabeza, suspiró profundamente― Quisiera saber quién fue el idiota que esparció el rumor. Y, además, ¿Cómo lo supo? ¿Quién se lo dijo a Rose?
Wren desvió la mirada, incómoda. Se aclaró la garganta y apretó los labios.
―Bueno, no es que tú y Scorpius fueran la discreción en persona, probablemente los vieron juntos en alguna fiesta, o saliendo de la casa de los Malfoy.
Isabella no fue capaz de decir nada porque la entrenadora de las animadoras llegó y ordenó que se agruparan en un círculo. Wren le dijo que la vería después en la fiesta de los gemelos, y ella solo alcanzó a asentir con la cabeza, ya que frente a ella estaban Dominique y Rose, la primera con cara de querer asesinarla, mientras que la pelirroja tenía una expresión neutra.
Dominique caminó hasta donde se encontraba la pequeña chica y la empujó con su hombro, haciéndola trastabillar, se hubiera caído de no ser por Alice Longbottom, que la sostuvo del brazo.
Nique puso cara de inocente.
― ¡Ups! ―chilló― Lo siento, es que estabas en mi lugar…
―Basta, Nique, ven acá. ―repuso Rose con fastidio, tomó el brazo de la rubia y la arrastró hacia la parte de adelante, no sin antes dirigirle una dura mirada a Nott.
La risa de Dominique fue acallada por los gritos de la gente en las gradas al ver que el partido comenzaba. Bella no pudo retirar la vista de Scorpius en todo el partido, y su corazón se detenía cada que él la miraba de vuelta.
¿Qué había estado pensando todo ese tiempo? ¿Si quiera él pensaba en ella? ¿Era por eso que no dejaba de mirarla a cada rato? ―No ―pensó, Scorpius no la miraba a ella, miraba donde Rose estaba, justo a medio metro de ella, la chica pelirroja cantaba y bailaba con una sonrisa que deslumbraría a cualquiera.
Bella debía admitir que no se sentía tan culpable por lo que había ocurrido con Scorpius, después de todo, le había dicho que Rose y él habían terminado, ―Y tú le creíste con demasiada facilidad… ―repitió aquella molesta vocecita en su cabeza― ¿De verdad creíste eso? ¿O simplemente lo ignoraste para poder estar con Scorpius?
Scorpius.
El solo pensamiento de su nombre le causaba un cosquilleo en el estómago. Recordaba con claridad las innumerables veces en las que el rubio la había tocado, la había besado, la había acariciado… Un destello de excitación la recorrió entera y casi pierde el equilibro en el momento justo en que subía a la punta de la pirámide.
Parpadeó un par de veces y cambió su cara pensativa por una sonrisa tan grande que lograría engañar a cualquiera, cuando la bajaron, notó como Dominique la dejaba caer con más brusquedad de la que se debería, pero no la suficiente como para que se cayera. Bella se tragó las ganas de golpearla ahí mismo y regresó a su posición inicial, a medio metro de la rubia.
En un momento entre el último cuarto del partido, Scorpius miró hacia las animadoras, pero esta vez sí la miró a ella.
–Mentirle a tu mejor amiga es casi tan inútil como mentirle a tu madre.–
Las palabras de Wren resonaron en su cabeza durante tanto tiempo, que Bella tuvo la sensación de haberlo gritado en lugar de la rima. Nadie la había escuchado de todas formas.
. . .
Por si se lo estaban preguntando, sí, la conversación de Scorpius y Rose está basada en la canción de Taylor Swift “Should ’ve say no”
Espero que les haya gustado el capítulo.
Cuéntenme que les pareció, me gusta mucho leer los comentarios y platicar con ustedes.
Por mi parte es todo, nos leemos luego.
Besos, Liv.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top