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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
El sol comenzó a resplandecer enviando sus incandescentes rayos desde el naciente. Una nueva jornada iniciaba y con ello las personas se levantaban de sus camas sintiendo una alegría consustancial para realizar todas sus labores.
Una ínfima porción de luz solar se deslizó a través de una pequeña fístula ubicada en la ventana de un cuarto en el que la oscuridad reinaba, aquel cuarto se iluminó al instante.
En aquel cuarto había una cama, un armario, una estantería con libros, útiles y herramientas junto a una mesa de noche situada al lado de la cama.
Mei abrió sus ojos al recibir sobre su pálida tez los rayos del sol. Parpadeó por unos instantes mientras se frotaba con lentitud los párpados.
"Sigh... no debí haber tomado tanto café, ahora me está pasando factura"-. Pensó Mei mientras se llevaba la palma de la mano a la cabeza y se masajeaba aquella zona con ligeros toques.
Mei sintió que estaba apoyada en algo más duro que su suave almohada y en algo que emitía una fragancia única, así que se dio la vuelta y vio que su cabeza estaba recostada en el pecho de Goku
Mei y Goku estaban en la misma cama, ¿qué es lo que podría haber sucedido para que algo así tuviera lugar?
-Relájate y no grites... -se dijo a sí misma Mei mientras inhalaba y exhalaba aire, pero la adrenalina que había invadido su cuerpo era demasiada para contenerla- ¡¡Gokuuu!!
El mencionado levantó al instante bastante confundido y finalmente se cayó de la cama, golpeándose la cabeza en el suelo.
-¡Ay qué daño! -exclamó Goku con lágrimas en sus ojos mientras se sobaba la zona del golpe- ¿Qué ocurre Mei? ¿Por qué has gritado?
-¿Q-qué hacías durmiendo en mi cama? -Mei señaló a su amigo con el dedo índice mientras se cubría el cuerpo con las sábanas.
Goku parpadeó por unos instantes, notando que no estaba en su cuarto sino en la habitación de Mei. Sonrió nerviosamente y se rascó la nuca.
-Creo que no recuerdo nada -Mei no pudo evitar caerse de la cama ante la respuesta dada por su amigo Goku.
-Será mejor que salgamos de aquí y nos vayamos a desayunar -mencionó Mei mientras se levantaba para arreglar la cama.
Más tarde.
Ambos estaban en el comedor tomando el desayuno mientras veían el televisor o bien mientras lo veía Mei, pues ella lo había encendido para ver las noticias.
Goku desayunaba tostadas untadas con mermeladas, otras untadas con miel, otras untadas con mantequilla mientras que Mei tomaba un vaso de leche con un par de galletas.
-Hoy quedabas con esa chica, ¿verdad? -preguntó Mei recordando lo que le dijo Goku el día anterior acerca de una tal Nejire.
-Oh claro -habló Goku al tragar sus alimentos- casi se me olvidaba, gracias por recordármelo -añadió enseñándole el pulgar a su amiga.
Goku vestía un chaleco naranja junto a unos pantalones vaqueros y sus botas azules.
A pesar de que había pasado un mes todavía no se acostumbraba a aquella indumentaria, aunque sí le gustaba el casco.
-No es nada -farfulló Mei en contestación a las palabras de agradecimiento de Goku, sólo esperaba que esa chica no se aprovechara de la inocencia de su amigo o lo pagaría caro.
"Por si acaso pondré el GPS... lo haré para asegurarme de que esté bien, no lo haré para vigilar sus movimientos"-. Pensó Mei convenciéndose a sí misma de que hacía lo correcto.
-¿Te gustó la sorpresa de ayer? -preguntó Mei intentando cambiar de tema mientras le daba un lento sorbo a su bebida.
-¡Estuvo genial Mei! Me muero de ganas por probármelo -exclamó Goku con emoción- ¿cuándo podré hacerlo?
-Pronto, pero recuerda lo que te dije el mes pasado... -indicó Mei con seriedad y el pelinegro se rascó la mejilla sonriendo nerviosamente- confío en que hagas lo correcto Goku.
-Claro claro... -habló Goku mientras bajaba su mirada y la concentraba en el rostro de Mei- oye, creo que tienes un poco de leche... ahí, parece que tienes bigote jejeje -agregó señalando los labios de la pelirrosa mientras soltaba una risa.
Mei bastante ruborizada se limpió la zona alrededor de sus labios con una servilleta mientras que Goku se reía como un niño.
-No pienses que me he olvidado de lo de anoche... -habló Mei con un aura oscura y el azabache dejó de reírse al ver el rostro de su amiga- esa cara que pones ahora me gusta, manténte así.
Mei sonrió triunfantemente al ver el rostro miedoso del muchacho. A ver si Goku tenía la valentía de burlarse de ella otra vez.
Horas después.
Constructora.
Goku conducía un vehículo que se encargaba de repasar la pavimentación que se había realizado antes sobre el suelo con materiales asfálticos.
Estaban trabajando en el proyecto de remodelación de una sucursal bancaria desde hacía un tiempo, Kenshiro calculaba que dentro de uno o dos meses habrían terminado.
Manejaban un alto presupuesto que habían utilizado para comprar los materiales necesarios para la remodelación de aquella sucursal.
Unos eran asequibles económicamente y otros que tenían elevados precios, ya sea por las tasas de inflación que habían subido recientemente o ya sea también por las tasas aduaneras que les aplicaban al importar la maquinaria desde otros países como Rusia o también Estados Unidos.
La superficie de aquel terreno que Goku estaba pavimentando sería el aparcamiento o parking donde se iban a estacionarse los vehículos que ingresarían en aquella filial bancaria.
Debido a que se trataba de la sucursal de un banco importante a nivel regional tendrían que hacer un parking espacioso pues el lugar sería bastante transcurrido durante el día.
Ellos habían empleado la pavimentación flexible, pues era la más indicada a la hora de la realizar de aparcamientos, vías urbanas, carreteras...
Los pavimentos flexibles se caracterizan por estar conformados principalmente de una capa bituminosa, que se apoya sobre otras capas inferiores llamadas base y sub-base.
Cada capa recibe las cargas por encima de la capa, se extiende en ella, entonces pasa estas cargas a la siguiente capa inferior; por lo tanto, la capa situada más abajo en la estructura del pavimento, es la que recibe menos carga.
-Creo que ya he terminado esta parte por hoy... sigh -habló Goku soltando un suspiro mientras apagaba el motor del vehículo luego de acabar.
Goku tomó un pañuelo de su bolsillo y se limpió el rostro, antes de agachar la cabeza y mirar el reloj que estaba situado en su muñeca derecha.
Tit.
Tit.
Tit.
El reloj emitió varios sonidos electrónicos al instante. Una sonrisa se esparció por los labios de Goku al escuchar aquella alarma.
-¡Es hora del descanso! -exclamó Goku con alegría mientras se bajaba del vehículo.
Descanso significaba comer, y comer significaba felicidad mas estómago lleno, así de simple.
"Este reloj que me compró Mei es de lo mejor"-. Pensó Goku sonriendo satisfactoriamente.
El pelinegro iba a tomar el maletín en el que había traído su comida, además de su dogi anaranjado. Una vez que terminase el trabajo se quitaría esa ropa y se vestiría su amado dogi.
Dado que era sábado el horario era más flexible y saldría tres horas antes de lo habitual, así podría ir a la "quedada" que había concertado con su amiga Nejire.
"¡¡Buenos días Goku-san!!"
Una hermosa voz sonó en la lejanía y Goku observó cómo su amiga Uraraka corría hacia él sosteniendo un envase verde y otro rosa.
-Hola Uraraka, ¿cómo te encuentras? -preguntó el pelinegro con una sonrisa mientras caminaba hacia un banco situado en la sombra.
-Bastante bien -Uraraka respondió con su intrínseca felicidad mientras le seguía hacia aquel banco- ¿mucho trabajo?
-No jejeje, hoy sólo he tenido que pavimentar esta parte -farfulló Goku señalando la porción de terreno que había pavimentado- el lunes seguiré con otra parte -añadió con una sonrisa-
Uraraka le entregó a Goku el envase que había traído y el pelinegro lo abrió nada más recibirlo, viendo que se trataban de cerdo empanizado en arroz, comúnmente llamado "Katsudon".
-¡Huele de maravilla! -exclamó Goku con estrellas en los ojos y Uraraka soltó una suave risa por ese motivo
-Esto lo he hecho yo... -indicó Uraraka entregándole el envoltorio rosa a su amigo, quien lo abrió al instante en que lo recibió.
La sonrisa de Goku se ensanchó al ver que Uraraka había le preparado unos Ohagis, la chica tenía afición a la cocina japonesa.
-¡Espero que sean de tu agrado Goku-san! -habló Uraraka con una sonrisa, se había empleado a fondo en aquella elaboración culinaria.
-¡Itadakimasu! -Goku juntó la palma de sus manos bendiciendo aquella comida antes de que sus papilas gustativas se encargasen de degustarla.
-¿Te gustó? -preguntó Uraraka con voz suave, esperando a que su amigo Goku le dijese su parecer acerca de los Ohagis que había hecho.
-¡Estuvieron deliciosos Uraraka! -Goku le enseñó el pulgar a la chica mientras sus ojos resplandecían como dos estrellas.
Las mejillas de Uraraka adquirieron un tinte carmesí al oír aquellas palabras. Con una sonrisa vio cómo Goku se terminaba de comer aquellos Ohagis.
-A-ayer hablé con mis padres acerca de lo que te comenté ayer... -habló la muchacha de hebras castañas- he decidido ser una heroína, para ayudar a mis padres y también para ayudar a los indefensos Goku-san -añadió apretando sus puños con determinación-
-Qué bien... -agregó Goku apunto de comer lo que le preparó la madre de Uraraka- si quieres podríamos entrenar jeje, sería divertido.
Goku todavía esperaba luchar contra poderosos rivales en su travesía en aquel lugar, aunque claro, si se le presentaba la ocasión de ayudar a alguien en problemas no dudaría en hacerlo.
-¿De veras? -preguntó la chica, cuyos ojos emitían un resplandeciente fulgor, antes del asentimiento de Goku- ¡Gracias Goku-san!
-*Glup* ¿Qué te parece si lo hacemos ahora? -preguntó Goku comiéndose de golpe el Katsudon y levantándose del asiento.
-¿Entrenar ahora? -preguntó Uraraka imitando el gesto de Goku- pero si no voy vestida para la ocasión -añadió la muchacha ruborizada-
Uraraka vestía una camiseta rosa junto a unos pantalones blancos y unas chanclas. No tenía la indumentaria necesaria para entrenar.
-Da igual Uraraka, tú sólo atácame con todas tus fuerzas -instó el pelinegro con emoción mientras se ponía en su posición habitual de combate.
Uraraka asintió adoptando una expresión facial llena de seriedad y corrió hacia Goku ofensivamente. Estiró su brazo y conectó un puño en el pecho de Goku.
"¡¿Eh?!"
Una gota de sudor apareció en el rostro del pelinegro al ver que la mano de Uraraka se había puesto roja y parecía dolorida por el golpe.
-Eso dolió un poco... -farfulló Uraraka sacudiendo su mano. Rayos, ¿de qué material estaba hecho el pecho de Goku?- creo que es hora de que me ataques Goku-san, realmente me gustaría ver tu singularidad -añadió-
-¿Segura? -preguntó Goku y la muchacha asintió- ¡entonces aquí voy Uraraka! -el azabache lanzó desde sus manos una corriente de aire que literalmente arrastró a Uraraka.
"¡Aahh!"
Uraraka gritó al ser llevada por aquel viento como si de una hoja se tratase, pero al instante cesó la ráfaga ventosa.
-Lo siento, creo que me excedí un poquito jejeje -habló Goku sosteniendo en brazos a Uraraka, quien soltó un suspiro ante tales palabras.
Tiempo después.
Calle.
Goku caminaba por la calle hacia el lugar en el que iba a quedar con Nejire, una vez terminada su jornada laboral se vistió su dogi y salió de la zona de construcción.
"Debería buscar un lugar para entrenar por mi cuenta"-. Discurrió el pelinegro mientras cargaba su maletín, necesitaba entrenar si quería hacerse todavía más fuerte.
Luego le preguntaría a Mei si ella conocía un lugar en el que podría entrenar libremente, aunque entrenar con Uraraka o Izuku también podría ser divertido.
Recordó con una sonrisa los momentos en que el maestro Roshi le entrenaba junto con su amigo Krilin. Tres años después le tocó entrenar por sí sólo y luego entrenó con Kami, hasta que el invento de Mei le trajo a ese mundo.
"¡¡Socorro!!"
"¡¡Auxilio!!"
"¡¡Ayuda!!"
"¡Help me!"
Goku salió de sus pensamientos al ver peticiones de ayuda proviniendo de un edificio cercano que se encontraba ardiendo en llamas.
Varias personas circundaban aquel edificio, unas grabando con sus teléfonos móviles y otras contemplando con horror e impotencia la escena.
"Debo ayudarles de inmediato"-. Se dijo Goku con seriedad a punto de correr en dirección al enorme incendio pero enseguida recordó lo que le dijo Mei.
"En este mundo sólo puedes actuar cuando eres un héroe, de lo contrario podrías encarcelarte"-.
"No deberías hacerlo Goku, para esto están los héroes y los policías, ese es su trabajo. Sé que en tu mundo luchabas contra cualquier amenaza sin que nadie te cuestione, pero aquí las cosas son distintas, si no tienes licencia de héroe y actúas según tu libertad, aunque actúes correctamente, podrías ir a la cárcel y quedarte sin comida por mucho tiempo. Los civiles, las personas que no son héroes, tienen prohibido utilizar su Quirk en lugares públicos"-.
Goku frunció el ceño, si actuaba sin tener licencia podría ir a la cárcel y quedarse sin comida... ¿Qué es lo que podría hacer? Por suerte, llevaba consigo el regalo que le había dado Mei la noche pasada. ¡Qué suerte la suya!
"Genial, gracias a eso podré actuar tal y como dijo Mei"-. Pensó Goku con una sonrisa mientras abría su maletín oscuro para usar el regalo.
En el incendio.
Los bomberos todavía no llegaban y si seguía de esa manera pronto el edificio se derrumbaría.
Tampoco habían héroes disponibles en la zona, definitivamente necesitarían un milagro.
"¡Oh! Ha venido una heroína"
"Tiene que darse prisa"
Era una mujer de una constitución atlética con brazos y piernas musculosos. Tiene la piel oscura, ojos rojos inclinados ligeramente hacia adentro, pestañas largas y cabello lacio y blanco que le llega hasta la cintura. En su cabeza, tiene un par de largas orejas de conejo blanco que apuntan hacia arriba con una ligera curva. Junto con estos, ella también tiene una cola blanca redonda, lo que le da a su diseño general un parecido definitivo con un conejo albino.
Su disfraz de héroe consiste en un maillot blanco sin mangas con ribete morado oscuro alrededor de los hombros y la cintura, un diseño ancho de luna creciente amarilla sobre su pecho y dos gruesas placas de metal en el abdomen.
Lleva botas moradas hasta el muslo para complementar su leotardo, con más placas alrededor de las áreas del talón y la punta, lo que hace que sus pies se vean como los de un conejo. También tiene un par de gruesos guantes blancos en sus manos con puños largos, luciendo pequeñas protuberancias triangulares alrededor de sus bordes.
Aquella mujer era Rumi Usagiyama, mejor conocida como Mirko, "la heroína conejo".
-¡Aléjense de esta zona! Sólo están molestando -farfulló Mirko alertando a los civiles, quienes obedecieron de inmediato alejándose.
"¡Bien! Es hora de divertirse"-. Mirko sonrió llena de adrenalina mientras daba un enorme salto y se adentraba en una de las ventanas del edificio para rescatar a cuantas personas fuese posible.
-¡Esto está que arde! -exclamó Mirko al entrar en el edificio, notando que habían varias personas mirándola- ¡¡hey ustedes!! preparen sus traseros porque esto irá rápido -añadió la heroína conejo-
Flush.
En un abrir y cerrar de ojos Mirko tomó a esas tres personas y saltó por la ventana, aterrizando al suelo junto a ellos frente a miradas atónitas.
-Vayan y pónganse a salvo -habló Mirko antes de volver a subir al edificio, aún quedaban múltiples plantas por desalojar- mierda, debería haber por aquí una salida de emergencia -dijo frustrada-
Eran demasiados pisos para una sola persona, aunque era evidente que Mirko no se rendiría sin antes intentarlo. Así que siguió bajando a varias personas del edificio que pronto se caería.
Las llamas del incendio seguían expandiéndose, pronto todo el edificio estaría en llamas.
Mirko hacía lo que podía. El edificio tenía diez plantas y Mirko ya había desalojado a la mitad, pero el abrasador fuego se estaba haciendo cada vez más presente en aquel edificio...
Crack.
Mirko abrió sus ojos al ver que una viga se aproximaba a ella, estaba sosteniendo a cinco personas por lo que su velocidad para evitarlo no sería suficiente. Al menos uno se lastimaría.
Flish.
Una ráfaga volatilizó por completo aquella viga causando sorpresa en Mirko y en los civiles.
-¿Tú quién eres chico emo y qué mierda haces aquí? -preguntó Mirko a la persona que tenía frente a ella. Realmente no estaba bromeando.
La persona tenía un traje completamente oscuro y grisáceo junto a un bozal y una capucha que ocultaban sus rasgos faciales, sólo se veían sus ojos: oscuros como la noche y el ámbar mojado.
[Nota: sorry me falla el internet para poner imágenes]
-Vengo a ayudarte, este edificio está a punto de caerse -habló Goku viendo a la peliblanca.
-¿Me lo dices o me lo cuentas? Mueve tu trasero y ayúdame a desalojarlo -habló la chica conejo saltando del edificio junto a los civiles.
Realmente a Mirko no le gustaban los héroes que se unían a equipos porque según ella "solo los débiles se unen a los equipos" pero en este caso sabía que sí necesitaría ayuda.
A Mirko le daba igual quién era aquella persona a la que llamó "chico emo" por su traje oscuro, pero si podía hacer algo por ayudar sería mejor que "moviese su trasero inmediatamente".
"Bien aquí vamos"-. Pensó Goku sonriendo.
-¡¡Aaaah!! -Goku gritó lanzando varias ráfagas de aire para intentar extinguir el incendio, y parecía que estaba funcionando a la perfección.
-Si sigo así pronto se habrá apagado el fuego... -farfulló Goku dirigiéndose hacia los civiles.
Minutos después.
Tanto Goku como Mirko consiguieron salvar a todos los civiles sin que ninguna saliese herido.
Los bomberos llegaron antes de que la estructura del edificio colapsara y lograron apagar el incendio exitosamente.
La prensa apareció al instante pero Mirko no se dignó en responder ninguna de sus preguntas, su interés estaba en otro lado actualmente.
Muchos se preguntaban donde estaba la otra persona que colaboró con la heroína conejo, pero se volatilizó como por arte de magia.
-Bien, el traje que hizo Mei es fantástico, al menos nadie me ha visto -pronunció Goku aterrizando en un callejón sin personas.
Bien, había salvado a varias personas de un incendio. Ahora tocaba "su cita" con Nejire.
"¡Oye tú... chico emo!"
La voz de Mirko sonó a espaldas de Goku y el muchacho no tuvo otra opción que girarse sin retirar todavía su traje. ¿Qué rayos quería ella?
-¿Quién diablos eres? No conozco a ningún héroe con tu aspecto y mucho menos con un traje tan ridículo como el tuyo -mencionó Mirko sin tapujos y el pelinegro frunció el ceño.
-¿Y tú quién eres chica conejo? -preguntó Goku poniendo las manos en su cintura, fijándose en la complexión atlética de Mirko- pareces fuerte... ¿te gustaría pelear conmigo? -añadió Goku-
-¡¿Por qué pelearía con un debilucho como tú?! Además, deja de llamarme chica conejo -añadió ella poniendo sus manos sobre la cintura- soy Mirko, la heroína conejo -habló la morena-
-Sí, sí ¿entonces no vas a pelear conmigo porque tienes miedo? -preguntó Goku con una sonrisa.
-¡¿Qué?! -exclamó Mirko meneando de un lado su suave cola- serás... ¡ya no dirás lo mismo cuando patee tu trasero chico emo!
-¡Entonces ataca cuando quieras Mirko! -habló Goku poniéndose en posición de combate-
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Fin del capítulo.
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Otros tres capítulos más e iniciamos con el arco de UA. Lleguemos a 110 votos y eso xD.
Recuerden dejar sus votos y comentarios, así me animan a actualizar el fic cuanto antes :D
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