19

Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Sus ojos se abrieron tras recibir los rayos solares en su rostro y frunció la frente con molestia por ello, aún tenía mucho sueño.

Pero tenía que levantarse, pues...

Un nuevo día estaba comenzando.

Y tenía bastantes cosas por hacer.

-Además, debo ir a entrenar con Izuku -profirió Goku soltando un bostezo mientras se quitaba la sábana que arrebujó su cuerpo y se levantaba.

Realizó algunos estiramientos. Se sentía muy emocionado por todo lo ocurrido el día de ayer.

La pelea contra Endeavor, lo que conllevaba haber ganado, luego la cena en casa del héroe donde conoció a sus hijos... Fuyumi y Shōto.

Fue un día excepcional.

Además, All Might tenía que venir a buscarle.

-Es cierto, pero todavía queda una hora -habló viendo la hora desde su móvil- ¡Aprovecharé en bañarme, vestirme y desayunar algo delicioso!

Con tal entusiasmo se fue hacia el baño. En cuestión de minutos terminó de asearse y tras ponerse por fin su dogi, su amado dogi, bajó.

Un olor sugerente entró en sus fosas nasales mientras bajaba las escaleras y guiado por ese olor el pelinegro terminó llegando al comedor.

Y ahí vio a Melissa y a Mei.

-Buenos días Goku-san... ¿cómo estás? -habló Melissa mientras comía una tostada untada en miel- Por cierto, este es mi padre David Shield.

Goku giró la cabeza y vio en la mesa a un hombre de cabello castaño con lentes, que vestía un traje verde; se parecía a Melissa.

Pero le sonaba bastante...

Es como si le hubiera visto antes. Comenzó a recordar los eventos que vivió recientemente y entonces entendió por qué le era tan familiar.

-¡Ya lo recuerdo! ¡Te vi en ese edificio ayer! -señaló Goku señalándole. Recordaba haberle rescatado ayer en su batalla contra Reptil.

-Eso es, Melissa ya me lo ha explicado todo -habló David con una sonrisa- Te agradezco por haberme rescatado, y es un placer conocerte.

-Te estoy muy agradecida Goku-san, salvaste a mi padre -comentó Melissa brindándole su mejor sonrisa y el azabache sonrió rascando su nuca.

-Jaja no fue nada -profirió el joven restándole importancia con una sonrisa, pero su estómago rugió bastante hambriento y se sentó a comer.

-Mi padre nos ayudará con el acelerador, con su ayuda te aseguro que no tardaremos -habló Melissa positivamente enseñándole el pulgar.

Melissa ya le había comentado acerca de la condición de Goku con la esperanza de que su padre les echara una mano con el acelerador.

David se quedó perplejo por el hecho de que el acelerador de Mei hubiera sido capaz de traer a alguien desde otra dimensión. Era asombroso.

Los avances tecnológicos se frenaron con la aparición de los Quirks. En vez de progresar, la sociedad se estancó durante mucho tiempo.

Aunque con el paso de los años, la tecnología actual se focalizó en el sector de los Quirks con el objetivo de potenciarlos y hacerlos óptimos.

El resto de sectores como cuántica, mecánica o física se quedaron en un segundo plano. Pero Mei logró rescatar varias cosas para su invento.

Lo sorprendente es que hubiera funcionado, David no se lo habría creído de no haber sido testigo de la fuerza y poder extraño de Goku.

Él no era de este mundo.

Cuando su hija le contó la situación de Goku y le pidió ayuda, no dudó un instante. Después de todo, aquel muchacho le había salvado la vida.

Estaba muy ansioso por este gran proyecto, si bien su especialidad era la creación de material de apoyo para los héroes, les podría ayudar.

Mei ya tenía las bases para el invento, faltaba perfeccionarlas usando las pocas nociones de física cuántica que restaban en la actualidad.

-¡Eso suena genial! -profirió Goku sonriendo y se percató de que la propia Mei estaba callada bebiendo una taza de leche- "¿Qué le ocurre?"

Es cierto que desde esa noche su relación se volvió algo extraña. En el fondo sabía que tenía que conversar con ella acerca de aquel beso...

En su momento no le dio mucha importancia, pues era algo que nunca hizo y tampoco le veía sentido, pero con Mei parecía muy diferente.

Desde entonces ella se volvió un poco distante, aunque aparentaba seguir igual Goku la conocía muy bien y sabía que algo pasaba. Pero, ¿Qué?

No tuvo tiempo para indagar más. All Might vendría dentro de poco y tenía que terminar su comida, el desayuno transcurrió con sosiego.

-Bueno, debo irme con All Might para el tema de mis documentos o algo así -comentó Goku levantándose de la silla- ¡Volveré muy pronto!

"¡Espera!"

Justo cuando Goku iba a salir por la puerta, la voz de Mei le detuvo. Se giró entonces, y vio que la chica estaba bastante pensativa y abstraída.

-¿Qué ocurre Mei? -preguntó Goku mirando con curiosidad a su amiga, y se sintió más curioso al ver cómo sus mejillas se sonrojaban de repente.

Sin darle ninguna contestación Mei le arrastró hasta llevarle fuera de casa, y una vez que lo hizo cerró la puerta. Goku estaba bastante intrigado.

-¿Qué pasa? -preguntó.

Mei inhaló el aire necesario para decir lo que estaba a punto de decir. Ella no quería que los nervios que sentía arruinaran este momento.

-Quiero que salgamos esta noche. Tú y yo, a solas -dijo Mei con tono firme y Goku parpadeó varias veces confundido al verla así de tensa.

-Claro, eso será divertido -aseveró sonriendo, ya que no era la primera vez que iba con Mei a algún sitio. Lo habían hecho cientos de veces.

Mei suspiró más relajada, aunque después de todo Goku no tenía razones para rechazar salir...

Su pregunta fue innecesaria.

Pero ella era tan irresoluta en estos temas que necesitaba tenerlo todo claro. Melissa fue quien le incitó a que tuviera una cita con el azabache.

-Y además, así aprovecho en charlar contigo -declaró Goku llevándose las manos a la nuca- Últimamente te comportas de forma extraña.

-¿A qué te refieres con eso? -inquirió la chica sin entender adónde quería llegar Goku pero tenía un presagio sobre lo que estaba haciendo entender.

-No lo sé exactamente... pero desde esa noche en que unimos nuestros labios, actúas diferente a lo normal -contestó Goku rascándose la nuca.

Mei abrió sus ojos perpleja pero entonces se percató de que Goku ya de estaba yendo hacia un coche que acababa de aparcar justo ahora.

-¡Nos vemos luego Mei! -se despidió el joven subiéndose al vehículo, que se marchó sin darle a Mei la oportunidad de decirle adiós a Goku.

-Hasta pronto... Goku -Mei entró para seguir trabajando en el acelerador. Ahora que estaba David, tardarían menos en tenerlo preparado.

-Al final... ¿Qué? -preguntó Melissa curiosa.

-Sí, hemos quedado para esta noche -respondió Mei sonriendo y su amiga le tomó de las manos. Tocaba buscar un vestido precioso y maquillaje.

Horas después.

Goku suspiró extenuado mientras se echaba sobre un sillón, esto de hacer documentos había sido un martirio para él. Un absoluto infierno.

Entre ir a un sitio y otro, después las esperas extensas en las colas interminables, etc... se le hizo eterno el momento. Pero todo se acabó.

Ahora tenían que esperar un tiempo a que el documento oficial fuera expedido y todo este rollo se habría terminado, para suerte suya...

-Lo hiciste muy bien Goku-shonen -Toshinori le enseñó el pulgar y luego le extendió un zumo de uvas junto a algunas galletas- Ahora descansa.

Ahora estaban en casa de Gran Torino para proseguir con el entrenamiento de Izuku, quien recalentaba unas salchichas para el anciano.

-O-oye Goku-san... -el peliverde se acercó con pusilanimidad a su amigo, quien alzó la mirada con la boca colmada de galletas de chocolate.

-¿Qué pasha Ishuku? -preguntó el azabache con la boca llena pero rápidamente tragó las galletas, según le contó Mei eso era una mala costumbre.

Izuku se movió indeciso. Recordaba lo que vio ayer: Goku era el vigilante que tanto había sonado en Japón en los últimos seis meses.

Eso quería decir que Goku estaba actuando al margen de la ley. Quería decir que a pesar de que sus intenciones eran buenas, eso era ilegal.

-T-tú... eres ese vigilante que estaba peleando contra Reptil, ¿verdad? -preguntó Izuku tragando saliva y Goku asintió libre de preocupaciones.

-Sí, pero eso se ha acabado -declaró Goku comentándole finalmente todo lo que había acontecido ayer después de su "detención".

Izuku se quedó perplejo. Prácticamente les habían dado una carta de libertad a Goku para que entrara a la UA si dejaba de ser vigilante.

Pero lo que más le dejó en shock fue que Endeavor le había retado, ¡y salió perdiendo! ¿Acaso el poder de Goku no tenía límites?

-¡Eres increíble Goku-san! Todavía no entiendo cómo es que eres tan fuerte -exclamó Izuku con emoción y Goku rascó su nuca nerviosamente.

-Ya dejen de hablar, es hora de empezar tu entrenamiento noveno -Gran Torino apareció mientras sostenía un plato con salchichas.

Izuku se puso recto como un militar y Goku se levantó tras terminar de beber su zumo de uvas. Toshinori también apareció junto a su maestro.

-Hoy vas a practicar con el One For All, es hora de que seas capaz de utilizarlo -habló el anciano inflexiblemente e Izuku se sintió algo confuso.

-¿Utilizarlo? -preguntó exhibiendo su duda.

-Así es Midoriya-shonen, ¡vas a dar tu primer Smash! -exclamó Toshinori emulando un puño en el aire e Izuku se emocionó sobremanera.

-¡Bien! ¿Y eso cómo podré hacerlo? -inquirió el peliverde confuso y Goku se sintió intrigado por eso. También quería ver a Izuku usando el OFA.

-El One For All está distribuido a lo largo de tu cuerpo, debes concentrar en una parte la energía almacenada y libérala -le instruyó Gran Torino.

Izuku asintió mirando la palma de su mano derecha, aún no lo tenía demasiado claro pero comenzaba a entender las nociones básicas.

"Oh, es algo similar al Ki"- discurrió Goku recordando los conceptos que aprendió con Kami en los tres años que entrenó con él.

-Midoriya-shonen, aprieta el trasero y grita esto desde lo más profundo de tu corazón... ¡¡Smash!! -vociferó Toshinori pero Gran Torino le golpeó.

-¡No digas tonterías! ¿Y te consideras un buen maestro? -le reprendió el anciano haciendo que el Simbolo de la Paz bajara la cabeza ante eso.

-¡De acuerdo! Creo que lo entiendo... -murmuró Izuku con la mano en la barbilla y Gran Torino le detuvo con su bastón repentinamente- P-pero...

-Lo harás en la calle una vez que termine mis salchichas -indicó Gran Torino caminando hacia el sillón y se sentó a comer. Toshinori suspiró.

Minutos después.

Los cuatro estaban en un callejón situado al lado de la casa de Gran Torino. Izuku ya estaba preparado para usar el One For All finalmente.

Luego de tantos años sin Quirk, tantas burlas recibidas, tantas humillaciones... por fin su más anhelado sueño y deseo estaba a su alcance.

Con este poder, podría ser un héroe.

-Recuerda lo que dije, concentra la energía en una parte de tu cuerpo y expúlsala -Gran Torino le recordó comiendo una salchicha, otra vez...

-¡De acuerdo! -exclamó Izuku con intensidad y volvió a mirar su puño. Decidió que ahí es donde iba a concentrar su energía para así expulsarla.

Izuku se colocó delante de un muro ante la mirada de Toshinori, Goku y el anciano, quien seguía con sus salchichas. Y cerró sus ojos.

"Debo gritar desde el fondo de mi corazón"- discurrió Izuku recordando las palabras de All Might y de pronto extendió su puño derecho.

Goku abrió sus ojos al ver unas líneas rojas alrededor del brazo de Izuku. Pero había algo que no le cuadraba. Sintió bastante tensión.

-¡Espera! -exclamó deteniendo el ataque que su amigo estuvo a punto de ejecutar- No concentres toda tu energía, o tu cuerpo se dañará bastante.

-P-pero... -Izuku murmuró titubeando.

-Si concentras más energía de la que tu cuerpo puede soportar, te harás daño -le aconsejó Goku- Para evitarlo usa mejor un porcentaje más bajo.

"Este niño..."- pensó Gran Torino mirándole con asombro. Era menos tonto de lo que aparentaba, con esas palabras parecía un peleador veterano.

Izuku le miró sorprendido por aquel consejo tan sabio. Pero asintió, después de todo Goku era un gran luchador así que lo mejor era hacerle caso.

"Bien, voy a concentrar la menor cantidad de energía posible"- pensó el peliverde apretando sus puños y miró la pared con determinación.

Izuku retrocedió unos pasos mientras Goku y demás le miraban con expectación. Y entonces, clamó desde lo más profundo de su corazón...

-¡SMASHHH! -vociferó Izuku golpeando aquella pared con un mínimo de fuerza y ésta se agrietó ligeramente ante la mirada suspensa del chico.

-¡Muy bien hecho Midoriya-shonen! -exclamó Toshinori alzando su puño con entusiasmo- Lo lograste, lograste utilizar el One For All, eso...

Estaba alegre, esto suponía una nueva luz de esperanza para el mundo. A pesar de que era un acto pequeño, esto marcaría un gran periodo.

-Nada mal, seguiremos practicando hasta que vayas elevando el porcentaje que puedes utilizar del One For All -señaló Gran Torino mirándole.

Para su sorpresa, el noveno estaba llorando. Percatándose de que le estaban mirando, Izuku se llevó el antebrazo a los ojos ocultándolos.

-Oye, ¿por qué estás llorando Izuku? -preguntó Goku agachándose a su altura. Tenía curiosidad al respecto, era la segunda vez que le veía así.

-N-no es nada G-Goku-san -respondió el chico esbozando una débil sonrisa. Toda su vida vivió condicionado por su carencia de singularidad.

Y ahora que tenía un Quirk...

¿La sociedad le aceptaría por fin?

¿Dejaría de ser discriminado por ellos?

¿Podría ser finalmente un héroe?

Su mente era un remolino de preguntas sin respuestas. Pero en el fondo, se dio cuenta de algo trascendental.. Una lección importante.

Que aquellos se quedaban contigo tanto en los buenas como en los malas momentos, esos eran tus verdaderos amigos... tu verdadera familia...

En su mente apareció su madre Inko, All Might también. Pero desde luego, no podía faltar Goku, su único y verdadero amigo hasta el día de hoy.

No sólo se mantuvo con él tras saber que no tenía un don, sino que además le ayudó a acercarse día tras día a su preciado sueño.

-¡Gracias por todo Goku-san! -exclamó Izuku abrazándole y el chico correspondió un tanto confuso. Hoy su amigo estaba algo extraño.

-Tranquilo Izuku -dijo Goku separándose de él- Queda muy poco para el examen de acceso a la UA, por lo que tenemos que seguir entrenando.

-¡Sí, tienes razón Goku-san! -Izuku se limpió las lágrimas y se puso en pie- Ahora que puedo usar el One For All... ¡practicaré al máximo cada día!

-Bien dicho noveno, pero recuerda que el OFA se puede usar de varias maneras -le aconsejó el anciano- No debes imitar al tonto de Toshinori.

-Pero maestro -Toshinori bajó la cabeza ante aquellas palabras- Ya lo oíste Midoriya-shonen, no es necesario que imites mis movimientos.

Porque él podía usar el OFA al máximo y su cuerpo podía resistirlo. Y si Izuku le emulaba, posiblemente se partiría todos los huesos.

Y de ahí lo crucial que era el consejo de Goku. Izuku tenía que ir usando porcentajes de OFA en base a lo que su cuerpo era capaz de soportar.

-Podrías concentrar la energía del One For All en las piernas -sugirió Goku llevándose las manos a la nuca y los ojos de Izuku se volvieron estrellas.

Entonces, cogió su libreta y empezó a anotar varias cosas. Goku sonrió nerviosamente, Izuku seguía con ese extraño hábito de anotar todo.

-No sé qué están diciendo, pero váyanse a comprarme más salchichas... tengo hambre -Gran Torino caminó de regreso a su hogar.

Goku e Izuku se miraron parpadeando.

¿Cuántas salchichas comía este anciano?

Más tarde.

El par de amigos caminaba por la calle tras haber salido de un supermercado cercano. El pelinegro degustaba unos deliciosos bollos.

Izuku estaba pensando acerca de los posibles usos del OFA. Desde que Goku le comentó lo de las piernas, no paró de indagar en otros usos...

"Además de usarlo para golpear, si empleo el One For All en las piernas podría aumentar mi velocidad"- pensó el peliverde entusiasmado.

Tan ensimismado estaba que no se dio cuenta de que chocó con alguien. Y ese alguien terminó cayéndose al suelo por la gran fuerza de Izuku.

-¡¿Que acaso no miras por donde andas maldito estúpido?! -demandó el chico en el suelo con una voz que denotaba bastante enojo- ¡¿Eres Deku?!

-¡L-lo siento yo no quería...! -Izuku se disculpó rápidamente pero al oír esa voz y ese apodo sus ojos se abrieron por la sorpresa- ¡¡¿Kacchan?!!

Sí, no era otro que Katsuki Bakugō.

-Vaya, vaya, pensar que vería a un nerd como tú en este lugar -habló Bakugō con una sonrisa burlona y se giró hacia Goku- ¡Eres ese extra!

Recordaba haberle visto en el incidente del villano de lodo. Aunque habían pasado muchos meses, no podía olvidar ese rostro peculiar.

-Oh... tú eres ese chico gritón de la otra vez -comentó Goku sonriendo- Es bueno verte de nuevo hehehe -habló extendiéndole la mano.

Sin embargo, Bakugō le ignoró totalmente y se dirigió hacia Izuku arremetiendo contra él. Tomó la libreta del joven estirándosela de las manos.

-¡Devuélvemelo! -exclamó el peliverde.

-¡No me digas que todavía sigues con la idea estúpida de entrar a la UA! ¡Alguien como tú no puede! -se burló Bakugō sonriendo superior.

Izuku bajó la cabeza al oírle.

Esas palabras eran las que había oído a lo largo de su vida. Pero ya no, hoy todo había cambiado.

El Izuku cabizbajo había muerto.

Flush.

Izuku se movió rápidamente barriendo los pies de Bakugō en un movimiento y cogió su libreta.

Aprendió lo básico de artes marciales, desde luego gracias a Goku. Ya de que nada servía el poder bruto cuando no sabías cómo utilizarlo.

-¡¿Q-qué demonios pasó?! -demandó Bakugō totalmente estupefacto y cuando alzó la mirada se encontró con los ojos serios del peliverde.

-No eres NADIE para decirme qué tengo que hacer y qué no, Bakugō Katsuki -declaró Izuku antes de darse la vuelta. Estaba harto de él.

"...."

Bakugō se quedó sin palabras.

Por primera vez, Deku le replicó.

Jamás había replicado sus palabras, siempre bajó la cabeza ante las burlas. Pero hoy no fue así, ¿qué demonios había pasado con Deku?

-¡¡Ahora verás maldito nerd!! -gritó Bakugō a punto de asestarle un golpe pero Goku se puso en medio y detuvo aquel ataque fácilmente.

-Parece que sabes pelear -dijo Goku con una sonrisa y tras decir eso se marchó siguiendo a Izuku. Katsuki Bakugō se quedó sin palabras.

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Fin del capítulo.

¿Desarrollo de Izuku? Listo.

¿Desarrollo de Mei? Cap siguiente.

Sin más se despide Destroit-san.

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