Capitulo 1

El sonido del despertador hizo que una pelifuego se removiera con pereza de la cama intentando apagarlo sin tener éxito, haciéndole gruñir levemente y tirarlo a la pared provocando que el sonido se apagara de golpe.

La chica volvió a removerse buscando algo en la cama o más bien buscar el contacto de alguien, pero no lo encontró provocando que diera un pesado suspiro y abriendo los ojos lentamente encontrándose sola en la cama. Volvió a suspirar y se levantó con pereza de la cama sólo con ropa interior y frotándose la espalda adolorida.

- Tengo que cambiar el colchón- murmuró abriendo la persiana y abrir la ventana para que la habitación se ventilara topándose con los rayos del sol tocar sus ojos provocando que se los frotara molesta.

Abrió de nuevo los ojos viendo como hacía meses un BMW M5 E60 estaba estacionado cerca de su apartamento sin entender que hacía ese tipo de coche aparcado en esa zona.

Sus pensamientos fueron interrumpidos al venirle la segunda alarma que era la de su móvil, apagó la melodía y con una bata puesta salió de la habitación e ir a la cocina. Se preparó un café americano y se sentó en la silla viendo el correo que había recogido el día anterior.

- Vamos a leer buenas noticias- pensó con ironía dando un sorbo a su café y empezar a abrir la correspondencia mientras se encendía un cigarro.

Estimada Señorita

Por este medio me comunico con usted para solicitarle el desalojo del inmueble. El motivo de esta petición radica en el hecho de que el inmueble será demolido en tres días para construir unos nuevos departamentos a causa de su mal estado.

Debido a esto, le solicito que desaloje mi propiedad antes de los tres días.

Sin otro particular, me despido de usted esperando que me evite la necesidad de tomar medidas legales.

Atentamente.

Miss Valentine

- Esto debe de ser una jodida broma- murmuró frotándose la sien frustrada ante lo que estaba leyendo. - Y sólo es el principio- dijo viendo la otra carta.

Su empezar del día no estaba siendo nada bueno, primero y como siempre se levantaba sola aunque estaba vez debía estar agradecida que el chico no estuviera para ver la realidad de su situación, luego el desalojo y aún faltaba una carta. Dejó a un lado esa carta y vio la siguiente.

Estimado Señor Eustass William

Me dirijo a usted para informarle que el pago de la matricula de su hija Eustass Serena aún no ha sido efectuado.

Le recordamos que el plazo de la matrícula finaliza el día 28 de Junio y el precio es de 600 euros, libros y materiales aparte.

- Me cago en la santa madre- murmuró enojada sin molestarse a terminar de leerla ya que sabía como terminaría.

Se encendió otro cigarro para intentar calmarse, ahora su día era completamente un desastre y no sabía como arreglárselas. Empezó analizar su situación, debía buscar un nuevo apartamento y pagar su matriculación ya que quería por lo menos finalizar sus estudios en la ESO ( Escuela Secundaria Obligatoria). ¿El problema? Su padre se había ido de la noche a la mañana y no sabía donde localizarlo ya que siempre que lo llamaba el móvil estaba apagado o fuera de cobertura.

Se levantó para encender su ordenador que tenía más años que matusalem y empezó a buscar algún apartamento que pudiera una menor alquilar, que el precio fuera razonable y que no estuviera lejos de todo. Mientras buscaba su móvil empezó a sonar y al ver la pantalla puso una mueca de fastidio.

- Estoy ocupada, ¿Que quieres?- preguntó sin ocultar su enojo, atendiendo la llamada y poner el manos libres.

- Buenos días a ti también, ¿Como va mi morosa favorita?- preguntó la voz de un hombre desde la otra linea.

- No me jodas Spandam, el que te debe dinero es el estúpido de mi padre no yo- contestó ella frunciendo el ceño mientras buscando un apartamento.

- Lo sé, pero al desaparecer la deuda pasó a ti así que eres mi morosa- explicó Spandam con una risa.

La chica apretó su puño por la rabia, ese era el motivo por el cual su padre se había marchado por pedir un préstamo a unos prestamistas y ahora ella debía hacerse cargo.

- Como te he dicho estoy ocupada, así que ve al grano de una maldita vez- gruñó dando una calada a su cigarro.

- Simplemente quería comprobar que siguieras aquí y no hubieras huido como una cobarde- dijo el hombre con tranquilidad. - Sólo quería avisarte que tu terminió de pago esta a punto de llegar- añadió.

- Necesito más tiempo, me han salido imprevistos- dijo agarrando una pelota antiestrés.

- No me interesa tu vida y sabes que si pides más tiempo los intereses van a subir más- negó Spandam con una sonrisa.

- Eres un desgraciado- gruñó apretando la pelota con fuerza.

- Así que no quieres más intereses espabilate a pagar- dijo mientras de fondo se escuchaba la puerta se abría. - Te volveré a llamar- dijo cortando la llamada.

Serena tubo el impulso de empotrar el móvil contra la pared, pero se detuvo ya que no podía permitirse comprarse otro y suspiró pesadamente. Hoy definitivamente no era su día, se frotó los ojos notando como las ganas de llorar querían hacer acto de presencia, pero se negó a llorar ya que sabía que eso no serviría de nada.

Estaba en un buen lio, aunque su paga en el trabajo y las propinas fueran buenas no llegaría por todo, tenía que sacrificar algo.

- Si ese idiota no da señales deberé dejar de estudiar...bueno eso lo podré recuperar más tarde o incluso podría mirar de estudiar por internet aunque este ordenador parece que quiere jubilarse- habló sola viendo como la pantalla no se veía muy bien.

Su móvil volvió a sonar y al ver de quien se trataba una pequeña sonrisa se puso en su rostro.

- Hola- saludó al atender la llamada sin quitar su sonrisa.

- Hola pequeña, ¿Como despertaste?- preguntó una voz masculina desde el otro lado de la línea de forma cariñosa.

- Podría haberme despertado mejor entre tus brazos- contestó ella como una niña pequeña.

- Lo siento peque, me han llamado del trabajo y he tenido que irme- se disculpó él apenado.

-  Bueno ya estoy acostumbrada así que no te disculpes- contestó ella restando importancia al asunto.

- Te prometo que te lo compensaré- aseguró él mientras de fondo se escuchaban como golpes.

-¿Donde estás? Parece como si hubiera una pelea- preguntó preocupada al escuchar los ruidos de fondo.

- ¿Oh eso? No es nada por lo que debas preocuparte- contestó él con tranquilidad.

- Si tú  lo dices...-contestó ella no muy segura. -¿A que se debe tu llamada? ¿No  te van a echar bronca en el trabajo?- preguntó acomodándose mejor en el asiento.

- Para nada además quería escuchar tu voz- dijo provocando que la chica se sonrojara levemente. - Pero...Tenemos que hablar- añadió haciendo que la chica se congelara de golpe al escuchar esas palabras.

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