14.- Informacion

Samuel estaba por detrás de la puerta de su padre quien hablaba por medio de su teléfono movil. Llevaba semanas haciendo lo mismo esperando encontrar una nueva pista sobre la muerte de la señora Carolina, madre de Guillermo, mas sin embargo, todo había sido en vano, siempre era las mismas banalidades.  Planes de negocios, venganzas, asesinatos planeados y fraudes maquillados en los cuales participaban un sin fin de personas cubriéndose unos a los otros , incluido el señor Díaz, padre del pelinegro a quien en unas horas tomaría en cuerpo y suspiros.

Estaba cansado de ello, planeaba rendirse y retirarse, buscaría por otros medios, el también tenia sus mañas. Estaba por irse cuando escucho ese nombre »Carolina«, pego su oreja por sobre la puerta queriendo escuchar mejor.

—Hombre, en días se cumple otro año del asesinato de Caro— pronuncio su padre neutral como si se hablara de algo simple y sin importancia —No se cuanto mas se podrá esconder esto, solo te digo que abril es buen mes para que el karma nos llegue y tener mas cuidado en esta semana no estaría mal

Seguido de ello su padre se carcajeo, cambiando el tema a un nuevo fraude en un santiamén. Sonrió satisfecho, había conseguido nueva información.

[....]

Guilermo yacia por debajo de Samuel con la frente sudada, las mejillas rojas y los labios mojados entreabiertos, Se aferraba con sus piernas a la cadera del castaño intentando hacer mas intimo y profundo el encuentro.

Jadeaba, suspiraba y arañaba la piel de su acompañante sintiendo podría explotar en cualquier momento. Y así fue, no tardo mucho en llegar a su máximo esplendor, sintiendo espasmos en su cuerpo seguido de un Samuel que había continuado con su vaivén de caderas arremetiendo contra el cuerpo del menor. Ambos exhaustos separaron sus cuerpos.

Jadeantes rieron por su nueva travesura la cual no había sido mas que un episodio mas de tantos en camino. Samuel retiro de si el preservativo y lo tiro en un cesto que reposaba al lado de la cama. Abrió el cabo del buro de a un lado donde solia guardar sus cigarrillos y tomo uno.

—¿Que pasa?— pregunto al ver el ceño fruncido de Guillermo quien le miraba en silencio. Entendió rápidamente. El humo del cigarrillo —Tio, que pesado, ahorita lo apago.

Pero el nego con la cabeza y sonrio malicioso.

—No me refiero a eso— sentencio.

El castaño calo una vez más la nicotina, sintiendo como le calaba la garganta, solto el aire frente a Guillermo para que lo oliera pero esta vez una vez negó. Desconcertado giro ligeramente la cabeza.

—Quiero el mio— el pelinegro sono decidido.

Y así era, quería hacerse daño para sentirse pleno. Tal como le había dicho Samuel hace días, no tenían permitido sentir, los sentimientos eran un estorbo para lo que debían dedicarse al ser mayores de edad. El amor, empatia, no eran parte de su próximo vocabulario.

—Veo estas aprendiendo hermoso— río divertido.

Cada uno de sus encuentros eran mejores y no solo en el plano sexual, ni por el contrario, era mas parecidos de lo que creían. Quizás de haberse tratado antes habrían sido grandes amigos y no enemigos como justo ahora. Quizás si también con derechos de por medio, pero amigos.

El menor tomo la primera calada tosiendo un poco ante la nueva experiencia.

—Debes calar, mantener, disfrutar, piensa en todas las cagadas que tienes y dejalas ir alli— sugirió calmo Samuel.

Guillermo hizo caso, cerrando los ojos en el proceso, disfrutando la nicotina pasar por su cuerpo y sonrió satisfecho al sacar el humo sin problemas, sintiendo que en parte era cierto. Los problemas se iban junto al exhale.

—Supongo que merecere el infierno por esto— hablo con un toque de diversión.

Samuel le miro de la misma manera, divertido. Que mas daba una cosa mas si ellos ya tenia el infierno ganado al mil desde el momento en que nacieron en aquellas familias. No había eleccion, no era la mejor vida pero tenia sus partes buenas y ante tanta desgracia había que sacar los dulces momentos entro lo amargo. Al final del día, había nacido para ello.

—Después de tanta cosa mala, ¿Te preocupa esto? Es lo menos que has hecho— espeto recordando todas las anecdotas contadas por el señor Díaz

—¿Que cosas malas tío?— pregunto riendo. Lo máximo había sido dejar plantado a uno de sus pasados novios al enterarse le era infiel.

—Para empezar el robarle fondos a tu padre— le dijo simple.

Hubo un segundo de silencio.

—Es por una buena causa, además de que ese dinero es mal habido, al menos que sirva de algo este embrollo y de lo que me involucran— dio una nueva calada a su cigarrillo.

—Bueno, ¿Que me dices de lo demás, de tus asesinatos y fraudes millonario que nos cuenta tu padre?

La risa del menor no se hizo esperar.

—¿De verdad te lo creiste?— miro a Samuel quien le miraba un tanto desconcertado —Son inventos, mi padre sabe que por "desgracia" yo no aprendo tan rápido como el y así fingiendo soy un hijo de puta no se meten conmigo— alzo los hombros restándole importancia —Tengo mi carácter pero no es para tanto, al menos no por ahora

—Bueno en ese caso me alegra saber no soy el unico— se sincero ante la mirada sorprendida del contrario —No creerás que yo Samuel de Luque se ha ensuciado sus manos tan pronto ¿O si? recién empezare en ello en unos cuantos meses

—De manera que nuestros padres son unos viles mentirosos y nosotros las marionetas

—Parece ser que si, así es.

El silencio de nuevo reinó en la habitación.
Cada uno estaba entrado en sus pensamientos, a Samuel no era que le encantará la idea de tener que ser un hombre de negocios turbios sin embargo ya había aceptado su destino hacia mucho dispuesto a que si debia de ser seria el mejor, aun con los miedos que le carcomian por dentro de vez en cuando, aunque claro nunca los iba a aceptar, debía ser diseñado a ser de piedra, tal y como su progenitor soñaba. Por su parte, Guillermo pensaba su futuro era poco alentador, no era que le apasionara ser el mejor en el negocio, quería pasar lo mas desapercibido posible y continuar con su vida lo mas normal posible hasta que llegara el día en que o bien pudiera escapar o fuera asesinado. No había muchas opcines francamente.

—Y bueno ¿Que nueva información tienes sobre mi madre?— pregunto calmo, precediendo a terminarse el cigarrillo y tirarlo al bote de un lado.

Samuel de igual manera lo termino e hizo lo mismo, lanzándolo y atinando justo en el blanco. Recordó la conversación de su padre, quizás no era mucho avance pero le servía para mantener prendado al pelinegro por unas cuantas semanas más.

—Pues veras, me entere sobre que justamente en este mes, entre estos dias se cumple un año mas de su desceso, por lo que podemos suponer tu madre quizás falleció un 27 o 30 de abril.

Estaban a 26, el calendario marcaba aquella fecha y la hora marcaba las 7:30 de la tarde.

Guillermo asimilo la información y sonrió satisfecho y si bien sabia por desgracia nadie le regresaría a su madre jamas, al menos sabiendo una fecha aproximada podria ponerle una veladora para guiarle su camino. Había escuchado que muchas familias hacian eso para recordar a sus seres queridos que ya no estaban en el plano terrenal aunque claro su padre nunca había hecho algo así. Y menos  le hablaba sobre su progenitora puesto que no era algo importante a su punto de vista y era parte del pasado.

—Gracias.

Había sido sincero, aquello le calmaba un ápice su incertidumbre.

Samuel quiso pronunciar un »A ti« mas solo asintió con la cabeza. Y si, quería agradecerle al pelinegro por darle un nuevo toque a su vida fuera de toda su vida rutinaria aunque era algo obvio que nunca lo aceptaria de viva voz

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