.Prólogo.

-PRÓLOGO-

La mirada, siempre es la protagonista en un cuento de amor... 

No, no siempre es así.  

Especial, Particular, Característico, Especifico, Propio... Diferente.

Hay tantas palabras para describir a una persona, pero supongo que, debe haber alguna que me identifique. Yo no sé describirme, aunque las otras personas sí que lo hacían y me relacionaban con una en especifico.

¿Cuántas veces me he planteado la palabra diferente?

¿Cuántas veces me han dicho diferente?

¿Qué es ser diferente?

Qué bonita manera de iniciar una mañana.

Una mañana, llena de pensamientos profundos que no sabría a donde se dirigirán.

Suspirar, es como si miles de sentimientos se esparcieran en libertad y la tranquilidad de la naturaleza la eliminara.

Diferente

El mundo lo es, las personas lo son y hasta una roca en mis manos lo era. Solo era cuestión de palparla con la finura en mis dedos para saber la textura rasposa y dura.

Tal vez, el concepto de diferencia lo tenemos bien planteado, pero la percepción de ello, no. 

Una persona es diferente desde su nacimiento, y de manera cursi: las estrellas se ubican en constelaciones de acuerdo a la luna y se procede a conectar con las estaciones del año. Pero lo curioso es que, estas no cambian y dan inicio en una fecha y mes especial.  

¿Entonces por qué llamar diferente a lo que no cambia en todo el año?

La gente siempre habla de su día a día, porque hay un cambio constante y les agrada. Les gusta cambiar, sentir, divertirse, pensar y amar. Pero aún así, les da miedo el verdadero cambio de lo que están acostumbrados a ver, tocar, oír, probar y oler. 

Generan el rechazo automáticamente al cambio de lo que les gusta y valorarán. Al final, no les gusta lo diferente y lo ajeno a la normalidad.

Era una contradicción frecuente en mis pensamientos y, eso solo generaba nervios constantes a lo que sería la alteración de mi cotidianidad.

Por eso, prefería enfrentar sin preocupaciones mi demora y realmente concentrarme del gran paso que daría hoy.  Espero que por fin capte las dos barreras entre singular y diferente. ¿Será difícil? Probablemente, pero por alguna razón me sentía preparado.

Mi pecho se infló en un suspiro, y me relajó. Olfateé de nuevo y llevé uno de mis dedos directo a mi lengua con el fin de mojarlo, lo elevé y dejé que esté sintiera la ventisca que era casi nula.

Descripción del clima: Una mañana cálida, húmeda y salada.

 ¿Qué probabilidad hay de que la noche fuera refrescante?... Tal vez, media. 

¿Se estaba haciendo tarde? 

Claro que no. El rocío en mis desnudos pies era una señal perfecta de lo temprano que era, y también, me lo aseguraban los canticos que le pertenecían a las aves que recién se levantaban, el olor fresco de la humedad y la sensación en mi piel de que aún los rayos de sol no eran tan penetrantes.

En pocas palabras, era un día que pronosticaba ser maravilloso.

—¡Yoongi!

Me removí en mi asiento cuando escuché a lo lejos la voz de mi madre llamándome. Suspiré complacido del picor en mis pies descalzos, así como en el frío del tacto.
Apreté en puño los laterales de mi asiento, mientras inhalaba el fresco aroma y el disfrute de los sonidos naturales que eran compañía de la soledad.

-¡Yoongi!

Volví a escuchar.

Con mucha suerte, este día no cambiaría y mis predicciones serían tan acertadas.

- ¡Mi amor, es hora de irnos!

Mi oído se agudizó por el llamado tan cercano, y sin poderlo evitar solté una sonrisita al momento que sentí los fríos labios en mi frente.

- Buen día cariño. ¿Me quieres decir, por qué aún no te has preparado?

- Buen día, madre. Sólo hacía predicciones de que como podría ser un buen día.

- ¿Cuánto tiempo llevas sentado aquí?

- El suficiente para poder saberlo.

- ¿Y bien? ¿Qué fue lo que pensaste? – pude sentir su mano en mi hombro.

-En realidad..., nada -preferí sonreírle y no darle importancia a todo lo que había predicho -– . Solo estoy muy emocionado.

- ¿Estas nervioso o emocionado? -preguntó. – Solo te sientas en esta silla cuando estas nervioso.

Podría escuchar cierto tanteo en su voz.

- Creo que estas más nerviosa tú que yo, madre.

- No lo niego, pero como no lo voy a estar si mi pequeño esta apunto de iniciar su universidad. Sabes que si prefieres esperar un poco más, no hay problema, mamá te puede seguir cuidando hasta los cuarenta...

Coloqué mi mano sobre la suya, justo la que reposaba en mi hombro. De alguna forma quería darle confianza, aunque, nuestro agarre no duro mucho. 

- Ya no soy un niño, mamá. Estoy seguro que estaré bien. – dije interrumpiéndola y pronto pude sentir que su aroma se posó justo enfrente del mío.

El sorbido de su nariz fue sonoro, le regalé una sonrisa y mis manos buscaron de nuevo las suyas con el fin de sostenerlas, pero ella me ganó a tal acción. Pude sentir sus labios húmedos pegándose a mi torso de las manos, y yo solo pude sonreír al escuchar el beso.

- Madre puedo sentir la humedad. No estés triste. Sabes que esto tarde o temprano llegaría – trate de darle una sonrisa confiada –. Soy una persona normal, que entiende el mundo de manera normal.

"Yo, yo era diferente y lo sabía a la perfección"

- Siempre tan valiente, mi pequeño Yoongi – volvió a sorber su nariz y soltó mis manos-. Así como dices ser un adulto, deberías traer siempre zapatos.

- Eso si que no – negué. –, la frescura es un placer que siempre agradeceré.

- Así le llamas ahora; yo pensé que era porque no recordabas donde dejas siempre tus zapatos.

- Estoy seguro que los dejé a un lado.

- Yo no estaría tan segura de eso.

Escuché su risa, moví mis pies palpando el césped haciendo que causara pequeñas cosquillas,  hasta que sentí como mi madre me colocaba mis calcetas y después mis tenis.  

-Bueno, en ese caso es hora de irnos.

- Pero... aún es muy temprano y no he desayunado.

- Para predecir el clima y tu día; tu sentido del tiempo está muy mal, así que es hora de irnos solo faltan cuarenta minutos y Jungkook ya nos está esperando. ¿Recuerdas las cosas que llevas en tu mochila?

- Mamá lo repasamos como cuatro veces anoche, claro que lo recuerdo. - le confirmé.

-Por cierto, me di a la tarea de guardar un bastón extra – tanteó – . Ya sabes, por si pasa algo.

Yo sonreí, me levanté y casi de forma inmediata mi madre enganchó mi brazo junto al de ella. Pude sentir como algo había introducido a mi pantalón mientras caminábamos.

- Yoongi, por favor contesta si tu celular suena, recuerda botón derecho para colgar y botón izquierdo...

-Para contestar, lo tengo. - la interrumpí.

Subí dos escaleras para poder entrar a lo que era el comedor, mi boca dolió cuando el olor de los deliciosos panqueques llego a mí. Debí desayunar en vez de estar sentado ahí.

Pude escuchar el pitido del auto, ahora sabía que estaba justo enfrente de la puerta y mi madre abrió.

Siendo guiado, bajamos las escaleras y caminamos hasta llegar donde estaba mi hermano.

- ¡Suban ya! ¡Parece que se comieron una tortuga! - gritaron desde lo lejos.

Mi hermano ya estaba desesperado. Abrí la puerta del auto al acercarme, me acomodé y estiré mis manos hacia enfrente hasta que sentí mi mochila en ellas. 

- Mamá, deja a Yoongi en paz.

La paciencia de mi hermano no era demasiada. Pero podía entenderlo cuando ella acomodaba mi cabello.

-No irá a la guerra. – le dijo – Recuerda que yo lo protegeré.

-Mas te vale. – la voz de mi madre había sido seria ante la risa de mi hermano.

De pronto, sentí como sacudía mi cabello y lo desacomodó.

-Adiós mamá.

-¡Cuídense mucho mis retoños y recuerden que los amo! . - la escuchamos ya alejada de nosotros.

Cerré la puerta y después Jungkook, prendió el motor y el leve olor de gasolina se coló por mi nariz.

A veces los olores me confundían demasiado, pero jamás confundiría el aroma de mi hermano. Romero como lo era su calidez y el ámbar como lo era su confianza. 

- ¿Estas listo, para tu primer día de clases?

Saque mi bastón de mi mochila y lo empuñé no muy seguro. No iba a mentir; me sentía tenso, pero no asustado.

- Tomaré tu silencio como un sí. – me dijo.

- Mas bien, como un no tengo ni idea.

- Bueno querido hermano, solo no tengas miedo de nada.

Solo pude asentir.

Sentí el viento en mi cabellera cada vez más fuerte, ahora sabía que el auto ya había arrancado.

Hoy sería el primer día donde conoceré a que  diferencia me esperaba a mí.

Hola 👋
ALICIELITO.

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