🌼.Extra Uno.🌼

-¿Cuándo te despegaras de mi vientre? -la suavidad de las hebras de cabello de mi alfa, se enredaban entre mis dedos en pequeños jaloneos.

Jimin estaba acostado sobre el borde de mi pecho y mi vientre. Pasaba con blandura el frío toque de sus yemas una y otra vez. Mi mano aprieta su otra mano con el fin de calentar sus dedos y pedirle que cambie sus toques, pues cada que palpa mi piel, el escalofrió eriza cada vello de mi cuerpo.

-Me moveré hasta que nazca. Me he perdido ocho meses de tu embrazo y pienso reponerlo hasta que tengamos nietos. -su risilla a penas sonora, me contagió en felicidad.

-Necesito ir a comer, Jiminnie. También estoy cansado de mi espalda. -me quejé.

-Te llevaré cargando si es posible.

-Jimin, solo tengo ocho meses. Mi energía es bastante. -le sonreí.

-Me moveré solo si me das un beso. -aplané mis labios. La dificultad de solo parar mi espalda me mataba. Y si Jimin quería un beso, él tendría que acercarse a mis labios.

-Me has llenado de besos desde hace días... -le hice saber- Así que, uno mas no me hará daño. -le sonreí, mientras me apoyaba con las palmas de mi mano sobre la cama.

El sonar de las sabanas me hizo saber que Jimin se acercaba a mi, pues su aroma estaba tan intenso que su respirar pegaba con mis labios.

-¿Quieres un largo o uno corto? -me preguntó.

-Un corto y al salir te daré uno largo. -le dije.

-Te ves tan lindo...

Su primer beso fue mi nariz. La figura borrosa de su persona me satisfacía en mi corazón.

-Tan sensible...

Su segundo beso fue un mi ojo. Yo comenzaba a sonrojarme.

-Tan delicado...

Justo fue en la frente.

-Tan amoroso...

Besó mi mejilla. Lentamente me fue acomodando entre las almohadas.

-Dije que solo uno. Siempre te excedes. -bromeé y él comenzó con el tanteo de sus dedos en mi muslo.

-Te amo, Min -habló sin hacerme caso-. Siempre me excederé de tu aroma y de todo lo que te pertenezca -habló sobre mi oreja-. Quiero tenerte siempre conmigo. No quiero separarme de ti nunca mas. Yoongi, eres el otro lado de mi alma y casualmente es aquella que me mantiene en este mundo.

Las palabras fueron la fuente que alimentaron todo aquella maldad, pero ahora durante todo este tiempo, eran las palabras la necesidad que ayudan a mi ser. Era aquello que con el tiempo pretendía el querer manejar y preservar. No mentiría que las heridas del pasado estaban completamente cerradas, pues el dolor y parte de la decepción seguía ahí. Pero me esforzaba para que la punta de la daga que seguía clavada por mi espalda, no llegara a lo me mantenía con vida; la esperanza en mi corazón.

Deseaba con fervor que mi lobo no se equivocara en confiar de nuevo. En perdonar tan pronto. La unión con su lobo no se quebrantó, así yo lo provocara o me enfocara en otras cosas.

Los sentimientos genuinos, son aquellos que no te lastiman, que te hacen cambiar, querer ser lo mejor para ti mismo, par no fallarle a todos lo que de verdad valen la pena.

-Siempre te lo digo y hasta en pensamientos, pero de verdad me gusta que te pierdas en pensamientos. Solo me doy cuenta de gané un joya preciosa.

Mis manos acariciaban los brazos que me rodean por completo. Jimin me sonreía y analizaba cada facción de mi cara.

El gusto de poderlo ver sería fugaz, pero significativo.

La satisfacción de conocerlo en pequeñas visones de siluetas, avivaban mi sentir por el alfa.

-Eres un alfa muy guapo -tomé sus mejillas-. Y solo pensaba que mi hija no saldrá tan fea. Por un momento dude de tus genes.

Él alfa se hundió en mi cuello. Y el vibrar de su pecho por su risa, pegó con el mío.

-Llevas sesenta sentencias pendientes en mi plan de venganza. Solo espero que no estés tan embrazado para cobrármelas y tal vez conseguir el niño.

-No, definitivamente no. Jimin, sabes cuanto sufrí al sentir que no me cierran mis pantalones desde el cuarto mes.

-Sí, tu lobo me lo hacia sentir.

-¿Sabes cuantos cambios de humor tenía al día?

-Tus cambios son completamente normales. -se burló.

-No es verdad -me ofendí-. No Jimin, no tendremos otro.

-Al menos lo intentaremos, ¿verdad? -rogó.

-Intentarlo, no estaría mal...

-Tengo que guardar muy bien el recuerdo de verte de esta manera tan divina. Amo verte como el ser que lleva a mi cachorro.

Sus manos se dirigieron a mi vientre de nuevo y él se removió con el fin de otorgarle un beso directo.

Jimin se acostaba cada vez más, acomodándose entre mis brazos. Lo abrasé tan fuerte y pegue mi mentón en su cabeza.

-Yo también te amo, Jimin.

El tiempo sabia que estas palabras eran reales. Que mis sentimientos por ambos, serán así hasta el final de mis días.

Pues yo también hice un trato y ahora sé que siempre estaría hecho.

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¿Quieren el extra donde nace el bebé de Yoongi?

jajjajaja es que no sé jaja

ALICIELITO.

























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