. Capítulo 39 .
La fecha en mi celular marcaba como un domingo perezoso y completamente desinformativo de noticias.
Las horas pasaban como arena entre los dedos y con un sentido de lentitud como un reloj de arena.
Si alguien viera esta escena, nadie dudaría de que Yoongi y yo, fuéramos como una pareja de recién casados que disfrutan de su nuevo hogar y una nueva vida a lado de la persona que has prometido todo a su favor. Pero en el fondo de todo esto, estaba la seriedad de las cosas y de la realidad.
Aunque Yoonie lo negara, había esa duda de saber muchas cosas y no fue hace mucho la preocupación por su hermano y su madre.
Me paré con cuidado de no despertar a mi omega y fui directo al balcón, abrí mi cajetilla de cigarros que había comprado ayer y me puse a revisar los múltiples correos electrónicos que llegaban a mi celular.
El humo salía por mis fosas nasales y el salado ambiente, solo me hacía sentir tranquilo y con una conexión de paz con el fondo azul tanto del mar, así como el cielo despejado. Mis manos se apoyan en puño sobre el tubo del barandal del balcón y estiré mi espalda.
Desde hoy en la noche tendría que irme de nuevo a la ciudad para tomar por fin la entrevista en el negocio del padre de Yoongi. Mi vientre se estremecía con solo imaginar el tenerlo de frente y explicar o intentar explicar todo lo que pasaba.
Mi mano sacó con tranquilidad el cigarrillo apretado de entre mis labios y retiré la ceniza sin importar en donde caía. Las manos frías de Yoongi, rodearon mi cintura y adsorbí su delicioso aroma al sentir su pecho en mi espalda desnuda.
-Es fácil encontrarte. – dijo cerca de mi oído. - Mas bien es fácil seguir tu paso. Te siento tenso, ¿todo está bien, alfa? - su suave voz me hacia un cosquilleo intenso en mi vientre.
-¿Te sientes cómodo? – mis manos se apoyaron sobre las suyas y el picor de sus cabellos estaban en mi espalda también.
-Demasiado. Ayer quede fascinado con el ambiente. – dijo.
Sus hermosas manos apretaban mi cuerpo y subían lentamente hasta mi pecho.
Mi espalda se sentía cálida y confortable con su presencia atrás, con mucho cuidado fui quitando sus manos y fui volteándome hasta dar la espalda a la esplendorosa vista y quedar de frente a Yoongi.
- Te ves muy lindo con mi camisilla de dormir. – le dije y mordí mi labio.
-Gracias, es que no encontré mi pijama nueva. – me sonrió y se sonrojo.
La compra de la pijama, había sido un desperdicio en nuestra primera noche en Busan.
-¿Quieres desayunar primero y después ir a comprar otras cosas?
-Solo desayunar. – me dijo tranquilo. – Creo que con lo que compraste ayer es suficiente.
-Yoonie, solo fue una muda de ropa. – le sonreí.
-Lo sé, pero cuando todo esto se calme y vayamos a casa de mi madre, sacaré todas mis cosas.
Fruncí mis cejas y tomé sus mejillas para alzar su cara. Su presencia ya era tan común que todo esto se estaba tornando en un péndulo.
-Aun así falta mucho tiempo para que regreses. – le dije.
-Me preocupa que mi madre no sepa de mí, pero estoy seguro que ella no lo entendería y se opondrá a nosotros.
Mi sonoro "ja" no pudo ser ocultado y las cejas de Yoongi se alzaron.
-Claro que se opondrá, pero eso es lo que menos me preocupa.
-Siento que no la toleras y aun no la conoces.
Yoongi no mostraba alguna expresión de enojo y tampoco de sonreír, sus facciones solo demostraban la paciencia y la comprensión que podía tener.
-Me molesta que sea muy sobreprotectora. – mentí.
-Es caprichosa conmigo, porque me protege.
-Pues esa es ahora mi función. Ella ya tuvo su vida, ahora te toca vivirla a ti.
-Mi madre tiene sus defectos, pero estoy seguro que en cuanto te conozca le caerás muy bien y te acogerá.
-Y si no lo hace, me tiene sin cuidado.
Yoongi de nuevo iba abrir su boca y después sonrió.
-No te puedo forzar a cambiar de opinión, pero prométeme que vas a trata de al menos conocerla cuando regresemos.
"Claro que ya la conozco"
- Solo porque tú me lo pides, no por convicción mía. – dije.
Mi cabeza fue directo a recargarse entre el cuello y hombro de Yoongi, suspiré con fuerza y cerré mis ojos.
-Por cierto, ayer ya no terminé de decirte algo. – le dije y mi voz sonó ahogada por estar escondido en su cuello. – No me dejaste...
-Tu fuiste el que inicio una ronda de besos y yo solo luche contra ti a que te detuvieras.
-Luchaste por un solo segundo.
-Me esforcé y eso es un trabajo.
-Justo de eso quiero hablarte.
-Te escucho. – me dijo y el buscó mis mejillas para después alejar mi cara y ponerla de frente.
-Desde hace días estuve mandando solicitudes de trabajo y justamente mañana, ósea lunes. – especifiqué. – Tengo una entrevista...
- ¡Eso es genial, amor! – dijo interrumpiéndome.
-Solo que es en la ciudad. – apreté mis labios.
-Oh... - dijo pensativo, pero aun así sonrió.
-Tendría que irme esta noche y regresaría mañana mismo, pero por la noche.
El omega fue bajando su sonrisa, captar su pequeña ansiedad era más fácil de sentirla.
>>Solo me tardaré unas horas. Sé que pasaras la madrugada solo, pero es necesario.
-¿Por qué durante en la noche? – dijo y este comenzó a baja sus manos por mi cintura. - ¿No puede ser mañana temprano?
-Si nos hubiéramos venido en auto saldría antes del amanecer, pero dejamos el auto en el edificio y los demás están en un lugar.
-¿Están en tu bodega o negocio? – preguntó y yo abrí mi boca.
-¿Sabes de algún negocio mío?
Fue un cambio de tema drástico, pero no quería quedarme con la duda.
-Tae me lo menciono una vez. No le había creído mucho y hasta se me olvidaba, pero después de las carreras todo engrano con algunas habladurías. – apretó sus labios y los dejo en un rebote. – Tengo buen oído. – me sonrió.
-Bueno en ese caso, uno lo tengo en mi negocio. – le confirmé su pasada pregunta y lo abracé. – Solo planeo ir por unas cosas y la entrevista, y cuando menos lo sientas yo ya estaré aquí.
-Tendremos que regresar antes de lo pensado si es que te llegan a contratar.
-Yo solo quiero que salga todo bien. – me desanime por un momento.
-No te preocupes por nada, eres un alfa...- fingió toser. – Muy listo. Estoy seguro que te contrataran.
Ojalá esa fuera mi única preocupación, pero no era así. Nada era tan simple.
Abrace al omega más fuerte y pronto lo animé a caminar.
-Muero de hambre. – le dije cambiando de tema de y caminamos hasta que lo senté en la cama. – Ve a bañarte, claro, si es que te quieres bañar. – me sonrió. – Pero, aun así yo iré a acomodar unas cosas del departamento y pediré algo por aplicación.
-Tu amigo dejó amueblado el departamento. Deberíamos de agradecerle por refugiarnos aquí.
-Yoonie, no somos prófugos de la justicia o algo así. – le sonreí. – Solo es cuestión de hablar todos los mal entendidos. – sonreí por mí mismo.
-¿Crees que Hoseok si te alzó la denuncia?
-No lo sé, no se me ocurrió preguntarle a Namjoon que paso después de que nos fuimos o si sus padres si hablaron con él o mi padre.
Yoongi llevó sus cabellos hacia atrás peinándolos.
>>No pienses en eso, yo sabré resolverlo. – traté de sonar animado. – Lo único que me tiene pensando desde el viernes y sábado; es que no te has sentido mal por tu discman. – dije y me senté aun lado de él. – ¿quieres que mañana investigué si Tae recogió tu mochila?
Yoongi en un segundo su ánimo bajó.
-No hace falta. Ese día, Hoseok me dijo que él fue el niño que me los había regalado.
-Estoy seguro que miente.
-Mentira o no, prefiero ya no tener nada si es que me liga a él. – dijo seguro. - Aún no puedo creer que haya pasado todo eso.
-A veces las personas no somos lo que creemos. – mordí mi labio. – No todas las personas somos nobles y lindas como tú.
-No me idealices. Con todo lo que he vivido en solo meses me he dado cuenta de que mi personalidad no es como pensaba.
-Aun así, apuesto a que es muy linda, y nada en ti puede ser malo.
-Lo dices porque estas enamorado. – me sonrió y se sonrojó.
-Cuando vas aceptar que no todo lo que digo no es por halagarte, sino porque es la verdad y por eso todos quedan maravillados contigo.
-Tienes razón soy muy bueno para este mundo. – bromeó.
-Oh no, omega. Esta vez no evitaras mis palabras con una broma. – le dije advirtiendo.
-No es que lo evite...
-Solo di que sí. – lo interrumpí. – Di sí a tu linda personalidad. Mala o buena, nunca voy a negar que eres especial. Porque tu perteneces a un mundo especial y todo esto te lo repetiré hasta que te lo creas.
-Jimin, tú también tienes una personalidad que me gusta y así digan mil cosas de ti. – me dijo.
Yo sabía que no iba ser así, y no era yo quien lo negaba. Yoongi seguía dudando y mi lobo lo resentía.
Yoongi aún se paseaba en la zona de inconformidad propia a pesar de todo lo que estaba viviendo. Su persona tuvo una enorme evolución de como expresarse, negarse y cómo lidiar en problemas menos comunes. Solo faltaba que él se aceptara.
Estaba seguro que él se había fortalecido en todos los aspectos y aunque me doliera aceptarlo, aún faltaba en nuestra confianza. Sí, así de delicado era lo de nosotros.
El silencio nos acorraló y decidí ir directamente hacia la puerta, para poder darle espacio a Yoongi y se preparara. Pero antes nuestras manos seguían enganchadas y este me detuvo al querer soltarlo para salir de la habitación.
-¿Podemos ir a la playa ahorita? – me preguntó. – No te burles, pero yo nunca la he sentido. Se que es agua solamente, pero aun así, desde que llegamos me agrada el ambiente que lo hace especial.
La emoción de Yoongi desde que habíamos llegado era muy convincente y su curiosidad lo hacía más.
Se suponía que después de comprar provisiones y una que otra prenda el día de ayer, iríamos al mar y nos quedaríamos un buen rato en aquel lugar, pues, aprovecharíamos que era verano y no había tan mal clima. Pero por algunas razones nos habíamos quedado en el departamento a descansar.
-Lo que tú quieras amor mío. – dije y me acerqué lo que faltaba solo para darle un beso en su coronilla. -¿ Quieres que te ayude en algo?
-Gracias amor, pero estoy seguro de que puedo. - dijo y este sonreía de lado a lado. -Si no intento las cosas por mi instinto, no aprenderé a estar en algún lugar rápidamente. Haz tus cosas y si necesito algo te llamo.
-Lo que tu ordenes, lindura. - dije y este mordió su labio.
Una sonrisa muy dulce.
Mi lobo se emocionaba por aquella ternura.
Con pasos alargados, salí de la habitación y miré dando un gran suspiro a la amplitud de lo que era el departamento de Namjoon.
Los colores blancos combinados con el azul cielo, inspiraban la tranquilidad y la simple armonía con lo que combinaban los muebles grises en tono claro. las plantas de sombra, seguían vivas de milagro y había una que otra que sus ramitas secas se contrataban con el fondo de la pared, pero a pesar de todo, es un buen lugar para vivir.
El reloj de caoba esquinado en la pared, solo sonaba con muy poco sonido en cada hora. Sin detenerme, caminé hacia el y lo moví con el fin de observar que es lo que le pasaba. Era un reloj de media elegancia que aún se remontaba a los tiempos de que se ajustaban con cuerda.
En el, había un pequeño cordón del cual jalé y la pequeña puerta que era un cuadro; rebotó y dio paso a que miraras el interior del reloj y solo era el engranaje que se movía con tranquilidad continua. Solo habían otros tres botones que ajustaban los minuteros, las hora y el volumen de las campanadas. Saqué de mi bolsillo mi móvil y observe la hora correcta para ajustarlo.
Con apenas unos minutos de reparación, lo acomodé en su esquila y por fin podríamos guiarnos con ello.
Satisfecho con mi trabajo, suspiré de nuevo y deje mi móvil pegado en mi mano para encenderlo y marcar en la aplicación que era lo que comeríamos. Sin despiste, marcaba comida de la localidad y alguno que otra comida que estaba seguro le gustaría al omega.
Ayer durante la noche me había quedado embobado mirándolo el solo estar sentado y disfrutando el bote de helado que me había pedido durante nuestras fugaces compras.
Amaba mucho a Yoongi, pero aun así, existía esa preocupación por la reacción ante su familia.
Hoy en la playa trataría de sacarle mucho más datos de su familia.
Después de haber comido en el departamento, Jimin me había vestido comúnmente para salir. Pero todas las paradas a otras tiendas solo era para insistirme en quererme comprar muchas más prendas acordes a la playa.
Por eso mismos, sus manos recorrían mi espalda en leves y húmedos toques al aplicar el bloqueados solar.
-Sé, que vas a traer un traje de marítimo y básicamente te cubrirá todo tu cuerpo, pero nunca está de más el bloqueador solar y más si es para cuidar tu bonita piel.
-Solo estas repitiendo lo que nos dijo la chica de los trajes de baño.
-Bueno a mi si me quedó claro las indicaciones, omega rebelde prófugo del bloqueador. - me dijo y sentí cuando se pasó al frente de mí. - Tengo que echar un poco más en tu nariz.
-Jimin creo que es suficiente. - dije e hice un pequeño mohín. - Incluso creo que el traje es demasiado. Hubiera preferido las bermudas y la camisilla que me probé, eran más livianas.
-No lo sé amor. No quiero dominarte ni nada, pero me preocupa que en tu primera salida al mar te quemes, te pique algo, o solo te arrastre una ola. - dijo y yo sonreí.
-No tuve un padre, pero estoy seguro que sonaste como uno.
-Oh, no. - dijo casi alto. - Estoy muy seguro que no soy tu padre... - dijo y se fue pegando a mí. - Y si quieres te lo confirmo al llegar al departamento. - dijo en un murmuro. Mis mejillas sintieron calentarse.
-Eres un pervertido. - me quejé.
-Desde hace dos noches he confirmado que vamos por el mismo camino. - dijo aún más bajo y rozando mis labios.
Cerré mis ojos y en un pequeño movimiento Jimin pegó sus labios a los míos, sus dientes apretaron con una tenue fuerza mi belfo inferior y solo lo jaló para molestar.
-Te gusta morderte el labio, deja lo hago por ti. - sus voz fue baja y gruesa siempre me revolvía mi vientre en emoción.
Su beso de nuevo se impulsó en mi labio y estos fueron bajando con rapidez por mi quijada y mi mentón. Su lengua besaba mi cuello y yo le di acceso a seguirlo cuando hice mi cuello para atrás.
Mis feromonas se olían en el aire y poco a poco me fue separando y poniendo una muy débil barrera con mis manos alejando a Jimin.
-Aquí no es prudente. - dije bajo.
-Siempre tan recto. - me dijo cerca de mis labios.
-Estoy seguro que alguien si nos va a poder ver. - mis manos se posaron en sus hombros.
De alguna manera, me sorprendía la forma en como mis movimientos eran tan acertados al tocar el cuerpo de Jimin. Era como si yo, supiera en donde se encontraba cada musculo de él y solo mis manos se alojaban sin temor a su piel.
-Estamos en un pequeño vestidor de playa, con una puerta de plástico. - me describió el lugar. - No hay tanto problema.
Mis palabras eran casi siempre controladas, pero el sentirme libre de todo, una parte de mí no se mordía la lengua tan difícilmente al hablar a mi gusto por el alfa y menos por todo lo que me brindaba.
-Solo deja que lleguemos al departamento y me demuestras que no puedes ser mi padre.
Jimin se rio solo un poco.
-Cada vez eres más abierto.
-Siempre lo he sido, que nadie me dirija la palabra o que me juzguen antes de conocerme, es otro punto.
-Vamos a fuera.
Jimin me acomodó lo que faltaba del traje por la parte de arriba y salimos.
El calor medio del verano me llenaron de energía. Mi nariz se movía curiosa por el particular del mar, no podía ligar los aromas repetitivos de siempre; como lo eran las verduras hervidas, la frescura del jardín, de la flores o del pasto combinado con la tierra. Este era un aroma combinado en mi cerebro que producía una sonrisa de inmediata y casi casual.
-Puedes quitarte tus chancletas. - me avisó Jimin.
Con rapidez lo hice y la sensación movediza, cálida y cosquilluda; me dio la relajación y satisfacción de estar en un buen lugar. El estrés era removido con cada paso latente en los nervios de las plantas de mi piel.
Estaba seguro que mi sonrisa nunca había sido tan grande o bueno era una de las sonrisas más grandes que mis labios y dientes han demostrado a los de más y en todas ellas, el alfa... mi alfa había estado presente. Que buenos recuerdos hemos estado formando.
Su mano se apretó más a la mía y el sonido de las olas era un sordo ritmo de superioridad a todo mi alrededor. Cerré con gusto mis ojos y me dejé llevar por cada pequeño ruido, como lo eran las olas al chocar con mi pies, las aves, las voces de quien nos acompañaban, de la risa de Jimin y la de mis propios pensamientos.
No sabía porque de mis ojos empezaron a correr mis lágrimas de felicidad. Hace unos meses solo estaba sentado en medio de mi jardín, imaginando que mis pies descalzos probaban nuevas texturas y mi dedo predecía el clima. Y hoy mi cuerpo probaba cada sentimiento vibratorio, un viento de brisa y el calor que se colaba por el traje en todo mi cuerpo.
Mi dedo fue directo a un muy pequeño toque a mi legua, al sacarlo lo alcé y deje que el ambiente me abarcara en puras emociones.
Descripción del clima; un día asoleado, húmedo, salado, relajante, independiente, amorosa y orgullosa.
¿Qué probabilidad hay de que el día fuera mejor?
Tal vez grande como mi felicidad con la compañía del mar y del alfa que amaba. ¿Se estaba haciendo tarde? No lo sé y no importaba. El día era para disfrutarse y eso es lo que haría.
El día pintaba para ser verdaderamente perfecto.
Jimin me llevó por completo al mar y me cargó para después sentir el chapuzón del agua agradable del verano.
(...)
Hola!!!
cómo están? espero que muy bien, disfrutando de los ultimo días de vacaciones.
Saben que l@ s amo con mi corazón palpitante y que les mando un abrazote.
dudas, preguntas.... aquí.
ALICIELITO.
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